miprimita.com

Niñas, no se acuesten con hombres casados

en Jovencit@s

¿Puede una niña enamorarse de un señor casado?

Hola mi nombre es Claudia y mi historia es acerca de la relación que tuve con mi vecino, un guapísimo señor de nombre Ricardo, el Sr. Ricardo como yo le llamaba, el estaba casado con una señora exageradamente gorda, mi mami me comento después que la señora tenia un problema de tiroides, esta señora, por su misma obesidad estaba amargada y trataba con la punta del pie a su esposo, pues se imaginaba que el señor le ponía el cuerno con la primer mujer que cruzara en su camino, ellos no tenían hijos pues la señora nunca se embarazo, me imagino que por su sobrepeso, pero les voy a confesar una cosa, el Sr. Ricardo tenia una amante, todos en el barrio sabían que andaba con una señora cuyo marido estaba de ilegal en los Estados Unidos, y es que el señor estaba en verdad guapísimo, alto, rubio como un sol, unos ojos que te derretían solo de verte y un cuerpo muy robusto con unos fuertes brazos de beisbolista y muy velludos.

Su esposa casi no le hablaba a nadie en la cuadra, solo a mi mamá y a otras 2 vecinas, cuando ellos llegaron a la cuadra yo tenia como ocho años, pero ya me daba cuenta de ellos no se llevaban bien pues en muchas ocasiones escuchaba los gritos de la señora gritándole "eres un pendejo" "vete a chingar tu madre" y cosas por el estilo, palabras que yo nunca escuchaba en mi casa, pues mis padres tenían un excelente matrimonio y estaban muy contentos con mis dos hermanos mayores y conmigo que era la princesa de la casa pues era la única niña.

El Sr. Ricardo y su esposa estaban muy encariñados con varios niños de la cuadra y yo era una de las niñas que mas consentían, por lo que se ofrecieron de padrinos cuando hice mi primera comunión, mis padres aceptaron y ellos me compraron un hermoso vestido blanco, mis zapatos y todo lo demás, así que me convertí en su ahijada, mi madre me dijo que cada que fuera a casa de ellos tenia que saludarlos de beso, debo de confesar que cada vez que le daba mi beso en la mejilla al Sr. Ricardo el me tomaba de la cintura cuando estaba sentado, y cuando su esposa no se daba cuenta me acariciaba mi rostro con sus enormes manos yo sentía un extraño calorcillo en mi rostro y bajaba la vista muy nerviosa, cada domingo me daban $ 20 pesos, que en ese entonces era mucho dinero para una niña, como me gustaba cuando me abrazaba y sentir su calor en mi cuerpo de púber, la gente adulta no se imagina los pensamientos que una niña puede tener a esa edad y la calentura que un hombre puede despertar en nosotras pues ya me había acariciado mi rajita pensando en mi artista favorito o en mi padrino a quien me gustaba espiar desde mi recamara cuando los sábados por la mañana lavaba su camioneta, me gustaba verlo sin camisa para observar detenidamente su pecho lleno de vellos y cuando se agachaba se podía ver el nacimiento de sus nalgas, una maraña de vellos salía de entre sus boxers y una naciente barriga le daba un aire muy sensual,

Mi dedito acariciaba mi rajita hasta humedecerme…

Un día que salimos de mi escuela, mas temprano que de costumbre, venia platicando con unas amigas acerca de los muchachos que ya empezaban a rondarnos y a decirnos cosas, nosotras solo nos reíamos entre nosotras y comentábamos de quien nos gustaba de los niños, a mi en lo personal me gustaba un chico llamado Martín, no estaba muy guapo, pero tenia la particularidad de llamarme la atención, bueno venia caminando cuando en eso vi a mi padrino que venia en su camioneta roja, se paro a un lado de nosotras y se ofreció a darnos un aventón, como éramos cinco niñas, yo me fui adelante con otra amiga y las otras tres se fueron en la parte de atrás, al subirme me di cuenta de que mi padrino traía puesto un pantalón deportivo color gris y se le formaba un bulto considerable entre sus piernas, una de mis amigas vivía en otra colonia y me pidió que le hiciera el favor de ir a dejara su casa en la camioneta, las demás niñas vivían cerca de mi casa por lo que ya nada mas íbamos los tres en la camioneta, mi padrino prendió el radio y estaba tocando un grupo que nos gustaba mucho a mi amiga y a mi, por lo que le pedimos que nos dejara escuchar la canción, íbamos las dos como tontas cantando cuando me di cuenta de que mi padrino no me quitaba la vista de mi falda que por lo corta se me subía demasiado dejándole ver mis piernas, empezamos a bailotear en el asiento y como no queriendo abría las piernas para que se me subiera mas la falda, llegamos a casa de mi amiga y nos regresamos los dos solos, la camioneta traía los vidrios polarizados por lo que no se veía el interior, nunca había estado a solas con mi padrino y yo nunca pensé que el me viera con otros ojos que no fueran los de un familiar cercano, pero aunque estaba yo muy chica en ese entonces, no era ninguna tonta y en la escuela ya nos habían dado platicas acerca de los embarazos en las adolescentes, los métodos anticonceptivos y cosas por el estilo, en mi grupo de amigas a lo mas que habían llegado mis amigas era a dejarse agarrar los pequeños senos que teníamos pues aun no se desarrollaban, muchas aun usaban corpiño debajo de la blusa, al igual que yo pues mis pequeños senos pasaban desapercibidos, pero la mirada que tenia mi padrino era diferente y aunque tenia el clima puesto…yo estaba ardiendo y aun faltaba dos horas para el mediodía, que es cuando se supone que llegaría de la escuela.

¡Que bonita te estas poniendo Claudita! –Me dijo mi padrino sin dejar de verme las piernas-

"usted cree padrino, fíjese que ningún niño me hace caso" –le respondí haciendo un puchero con mi boca-

¡Lo que pasa es que están ciegos, mira que si yo tuviera menos edad…te pediría que fueras mi novia! –dijo mi padrino estacionando la camioneta en una calle solitaria detrás de un centro comercial, que por ser tan temprano estaba la calle vacía.

"¡pues si yo fuera mas grande, me hubiera gustado casarme con usted!"

Mi padrino me dirigió una mirada cargada de deseo y se acerco a mi dándome un leve beso en mis labios, sentir su espeso bigote en mi cara me provocaba un escalofrió que me ponía la piel chinita, abrí los ojos y me di cuenta que el tenia los ojos cerrados, se me hizo raro pues cuando yo besaba a algún chico los dos teníamos los ojos abiertos, no me quise ver tan inexperta y cerré mis ojos acercando mi boca a la suya, yo nunca había besado a nadie con la boca abierta y no sabia lo que eran los besos de "lengüita" por eso cuando mi padrino puso su lengua en medio de mis labios los fui abriendo poco a poco dejándole entrar en mi boca, su lengua estaba caliente y su aliento olía como a pastillas de menta, mientras tanto su mano en mi pierna iba subiendo y subiendo hasta que lo sentí cerca de mis braguitas, cerré las piernas por instinto…pero inmediatamente las abrí para darle acceso a mi rajita que ya estaba soltando abundantes jugos de mi interior, haciendo a un lado la delgada tela de mi calzoncito, mi padrino acaricio mi vaginita con tres dedos de su mano formando círculos y estimulando aun mas mi conejito, yo estaba a punto de perder el conocimiento y un calor de 40 grados se podía sentir en el ambiente cargado de cachondez que mi padrino estaba despertando en mi persona.

Lentamente me fue acostando hasta quedar mi cabeza apoyada en la puerta de la camioneta y con un suave jalón fui despojada de mis mojadas braguitas, mi padrino tomo mi pierna y la subió al tablero mientras la otra pierna la paso por un lado de su cuerpo, así que me vi completamente abierta ante los ojos de mi padrino.

"relájate reina y disfruta lo que te voy a hacer…te voy a chupar tu almejita"

Sin darme oportunidad de hablar, para cuando me di cuenta la boca de mi padrino ya estaba lamiendo y chupando mi conejito mientras con otro dedo acariciaba la sensible piel de mi culito, mil sensaciones atacaban mi cuerpecito provocando que me doblara de placer, su experta lengua se metía hasta donde su naturaleza le permitía abriendo los pliegues de mi vagina, sentir su calido aliento en mi diminuto clítoris provoco que un potente orgasmo bañara de jugos su boca y un sonido acuoso se podía escuchar en el interior de la camioneta, mi padrino bebía goloso todos mis fluidos y tenia su dedo gordo metido hasta el segundo nudillo en mi estrecho culo…a lo lejos se podía escuchar el sonido de una ambulancia.

"nena quiero entrar en ti…solo si tu quieres" –me comento mi padrino mientras se masajeaba el potente miembro, una mancha de humedad se podía apreciar en su pantalón deportivo.

¡Si quiero Sr. Ricardo…pero tengo miedo de que me duela, he escuchado que la primera vez es muy dolorosa!

"no mi niña hermosa…no te haré daño"

Nos quedamos viendo a los ojos y no hubo necesidad de palabras, me recosté en el asiento y me abandone a sus deseos, el pareció darse cuenta y tomándome de la cintura me puso de espaldas a el, escupió en mi culito y empezó a meterme de nuevo el dedo, yo me estaba sorprendida pues me imagine que mi padrino me quería meter la verga por mi vaginita, pero no, el quería mi culito, saco su dedo y escupiendo abundantemente en medio de mis nalguitas, pude sentir claramente cuando se acomodo en la cabina, se puso sobre mi, rodeo mi cuerpo con su poderoso brazo y me jalo hacia la mojada punta de su verga, pude sentir la dureza de su miembro y me lo imagine enorme…y digo imagine porque aun no le había visto la verga a mi padrino, me imagine que el no quiso que yo le viera la clase de verga que se cargaba, pues me hubiera asustado de ver el pedazo de carne que entraría en mi cuerpo, sujetándome fuertemente de mi cintura, mi padrino puso la punta de su pene en mi orificio trasero, apreté los dientes al sentir que su verga iba entrando lentamente, los pliegues de mi ano fueron dilatados a su máxima capacidad para dar cabida a ese monstruo de un solo ojo, las lagrimas en mis ojos demostraban el dolor que estaba sintiendo, pero escuchar sus gemidos me provocaban una agradable sensación en mi pecho, pero mi culito estaba siendo salvajemente torturado…

¡Padrino…toda no por favor…me duele!

"no te preocupes princesa…solo te voy a meter la mitad, pero todavía falta para la mitad…aguantaaaaahhhhhha"

Su mano en mi cintura me apretaba tan fuerte que ya no sabia de que quejarme si de mi culito o de su mano que presionaba mi estomago, mi padrino se detuvo y no se movió por largos minutos, esperando que mi culo se adaptara a ese intruso, me dieron unas ganas de cagar en ese momento, y aun en medio de mis dolores me dio pena decirle a mi padrino que tenia ganas de hacer del baño.

¿Padrino…ya entro la mitad?

"si nena, ya tienes la mitad adentro, pero estoy esperando que tu colita se relaje y ya no te duela"

Despacito mi padrino empezó a mover su pelvis y en cada movimiento me empujaba hasta topar en la puerta de la camioneta, así que puse mi mano para no pegarme, los movimientos se fueron haciendo mas rápidos y para cuando me di cuenta yo misma me empujaba para encajarme en esa estaca que me empezaba a producir placer en mi cuerpo, era como un hormigueo que nacía en mi nuca y llegaba hasta mis tobillos, parecíamos dos perros follando en la camioneta y los gemidos de ambos empezaron a escucharse en la camioneta…

"así nena…empújate…empújate"

¡Hoooooo paaaaaaaaaaaaaaaadrinooooooo que rico estoy sintieeeeeeeeendo!

"porque eres una pequeña putitaaaaaa…..eres mi puta"

¡Si padrino soy tu putaaaaahhhaaaaaaaaaaa!

Incline mi rostro hacia abajo y pude apreciar como se balanceaban los huevos de mi padrino en cada metida de verga que me daba, los vi grandes, peludos y muy colorados, debo aclarar que eran los primeros huevos que veía de un hombre adulto…me parecieron muy graciosos.

Estábamos cogiendo tan rico que el ruido de un motor nos sorprendió a los dos, era una camión repartidor de refrescos, rápidamente mi padrino me empujo y se puso en su lugar mientras yo me agachaba y fingía que buscaba algo en mi mochila, lo bueno es que aun tenia mi falda del uniforme puesta, así que me imagino que los ocupantes del camión nos confundieron con un padre y su hija.

"Huffff por poco nos pescan en la movida…imagínate el escándalo si nos hubieran visto"

¿Ya nos vamos padrino?

"no nena…quiero llenarte el culito de leche"

Ese lenguaje tan vulgar me excitaba haciendo que mis pezones se pusieran duros como piedras y a pesar de mi corta edad me sentí como una mujer, mi padrino se volvió a bajar los pantalones y por fin pude ver la enorme verga que me había metido en mi culito, era larga y gruesa casi como mi brazo, el se coloco a mi lado y me pidió que me pusiera frente a el, al hacerlo levanto mi falda, con una mano dirigió su garrote a mi culo y me la volvió a meter, en esta posición yo tenia que agarrarme del tablero de la camioneta y me pareció mas cómodo pues yo podía moverme a placer midiendo la cantidad de verga que entrara en mi culito, y mi padrino con las manos desocupadas tenia mas libertad por lo que con una mano me acariciaba mi pucha y con la otra pellizcaba mis pezones provocándome otro orgasmo mientras yo brincaba y brincaba como potra desbocada hasta que sentí que en medio de un ronco grito mi padrino termino en lo mas hondo de mi culo, pude contar claramente el numero de latidos que sentí en lo mas apretado de las paredes de mi culo

nueve en total.

"pequeña que rico culito tienes…." –exclamo con una voz muy agitada mientras lentamente me la sacaba, tomo un montón de pañuelos desechables y me los puso en la colita que ya empezaba a arderme de nuevo, tomo otro montón de pañuelos y se empezó a limpiar su miembro.

¿Padrino, yo pensé que me la ibas a meter por enfrente?

"después chiquilla….después"

Fue la respuesta de mi padrino, pero yo quería sentir de nuevo su verga y no iba a estar tranquila hasta que me desvirgara de todos lados, el pareció leer mis pensamientos y dándome un beso me propuso vernos otro día.

Ese día no tardaría en llegar…

La enfermedad de la esposa de mi padrino la obligo a estar hospitalizada un fin de semana, mi mamá invitaba a mi padrino a cenar a la casa, pues como eran compadres mis padres sentían cierta obligación moral con ese matrimonio, pero yo vi la oportunidad de hacer realidad mi sueño de entregarle mi virginidad a mi padrino e hice planes para llevar cabo mi sueño.

Me puse de acuerdo con una de mis amigas de que me invitara a dormir a su casa, pero en realidad era que pasaría la noche con mi padrino, en esa noche que mi padrino cenaba en casa, le comente a mis padres de ir a casa de mi amiguita a dormir a su casa y como siempre fui la consentida no se opusieron, mi padrino se ofreció a dejarme en casa de mi amiga y mis padres sin imaginarse nada malo…me dejaron ir con el.

Ya empezaba a oscurecer y los vidrios polarizados de la camioneta impedían ver lo que ocurría adentro, apenas cerré la puerta de la camioneta y ya quería besarlo y abrazarlo, mi padrino me contuvo, pues aun no salíamos de la cuadra.

Tomo una avenida poco transitada y nos fuimos a un fraccionamiento que apenas estaba en construcción, cuando íbamos llegando vi varios autos estacionados, me imagine lo que ocurría adentro de esos carros pues algunos estaban con los vidrios hasta arriba y unos extraños movimientos delataban lo que sucedía en su interior.

Mi padrino se veía guapísimo con una playera color azul y un pantalón corto de mezclilla, unos tenis Niké completaban su atuendo, yo vestía una faldita color rosa de tablones y una blusita blanca que dibujaba muy bien mis pezones, mi cabello lo traía recogido en una coqueta coleta, mi padrino apago la luz interior y la cabina se quedo en penumbras apenas iluminada por la luz de la luna…

"ven acércate, no tengas miedo"

No tenia miedo, pero si estaba algo temerosa de lo que vendría, apenas me acerque y mi padrino se convirtió en un animal desesperado que metía mi boquita en su boca, succionándola hasta hacerme daño, cerré los ojos abandonándome a sus deseos, poco a poco me fue empujando hasta quedar entre la puerta de la camioneta y su cuerpo, cuando se dio cuenta de que ya no tenia para donde hacerme, me levanto y me recostó sobre su cuerpo, a un lado de mi cara quedo el volante de la camioneta, podía sentir en mi abdomen la dureza de su miembro a través de la delgada tela de mi blusa, fui moviendo la mano hasta sentirla…estaba tan dura!

"¿princesa…ya le has mamado la verga a alguien?"

De todas mis amigas yo era la que estaba mas atrasada en lo que a sexo se refiere, pero mentí y le respondí que si.

Me tomo de los hombros y me fue empujando hacia abajo…comprendí lo que el quería y me fui bajando hasta quedar mi rostro en su abultada bragueta, tome el botón del pantalón y lo afloje, baje el cierre y abrí el pantalón para ver su contenido, ante mi quedo el bulto bajo su ropa interior color blanca, baje su trusa y la punta de su verga quedo ante mis ojos, la tome con mi mano y la empuje hacia mi.

Nunca había mamado una verga, pero ya había visto fotos en Internet, así que recordando las imágenes, abrí la boca y metí esa polla en lo mas profundo de mi garganta, mi padrino levanto su cadera para meterla mas hondo, lo que provoco que me ahogara, saque la verga de mi boca y tosí varias veces, volví a la carga pero esta vez no me la metí toda y solo chupaba la puntita, mi padrino me tomo de la cabeza y empezó un movimiento de arriba hacia abajo, así estuvimos hasta que me empezó a doler el cuello de tanto movimiento, el comprendió y levantándose de su lugar me volvió a besar sin importarle que mi boca me oliera a su verga, nos seguimos besando y sus dedos ya hurgaban en mis braguitas humedeciéndome de inmediato.

Saco un condón y se lo coloco, me recostó en el asiento quitándome mis bragas y me abrió las piernas en compás, nos quedamos viendo en silencio e imaginen la escena yo una pequeña escuincla semidesnuda, ante un hombre empuñando su verga para convertirme en mujer, mi rajita soltaba sus jugos sin control, sentí algo duro en mi vaginita.

Algo que luchaba por entrar en mí.

No opuse resistencia y pude sentir claramente como mi padrino empujaba su verga rompiendo mi interior con su fuerza bruta, un grito desgarrador salio de mi pecho y se perdió la desolación de la noche, otro empujón y ya lo tenia completamente adentro, unas punzadas en mi vientre me provocaban una extraña mezcla de placer y dolor, mi padrino se recostó sobre mi cuerpo y empezó a besarme dulcemente lamiendo mis lagrimas saladas, el corazón lo sentía a punto de estallarme, al igual que la vez pasada cuando me la metió por el culo, mi padrino dejo de moverse y se quedo quieto, esperando que mi vagina se adaptara su grosor y longitud.

Esos momentos me parecieron eternos.

Casi sin darme cuenta mi padrino empezó a moverse muy rico, metía su verga hasta el tope y la sacaba hasta la mitad…y así de nuevo hasta el delirio, su pesado cuerpo lo tenia tan caliente, cuando yo empecé a moverme a su ritmo, aumento la velocidad de su cogida moviendo su verga como un poderoso pistón que me provocaba mil sensaciones distintas…un potente orgasmo provoco que me convulsionara como lombriz en un comal caliente.

"así nena muévete maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas"

Las contracciones en las paredes de mi vulva, apretaron tan rico la verga de mi padrino que sin poderse contener, eyaculo muy abundante en el condón que previamente se había puesto, apenas duramos como 15 o 20 minutos cogiendo pero a mi me pareció una eternidad, lentamente la fue sacando de mi interior y pude apreciar el condón rebosante de semen, el hule del condón estaba manchado de sangre de mi virginidad, aunque me imagine que aun me esperaba mas acción, mi padrino por el contrario se acomodo sus ropas, le hizo un nudo al condón y lo aventó fuera de la camioneta.

"vístete" –me ordeno-

Sin decir nada, tome mis braguitas del fondo de la camioneta, me las puse y mi padrino arranco rumbo hacia donde vivía mi amiga, me acerque cariñosa, pero lo sentí muy indiferente.

Esa noche sentí dos veces dolor, la primera al ser penetrada y la segunda al darme cuenta de que mi padrino lo único que quería era eso…penetrarme.

Comprendí de golpe lo crueles que pueden ser los hombres con las mujeres, me sentí usada y me arrepentí de haberme dejado llevar por mis impulsos, durante el trayecto mi padrino contestaba con movimientos de cabeza a mis preguntas, ya no era el cariñoso hombre que unos momentos antes me había "hecho el amor", pero ahora se que no fue amor, solo fui un capricho, ya se que parte de la culpa es mía, pero no esperaba esa respuesta.

Ya no insistí.

Baje de la camioneta y el sin despedirse arranco rápidamente, perdiéndose en la oscuridad de la noche, llegue llorando con mi amiga mas no le conté nada.

Fui una tonta…una verdadera tonta.

A partir de ese día, mi padrino evitaba encontrase conmigo, me imagino que el pensaba que yo le reclamaría, pero estaba equivocado, poco después conocí a un chico lindisimo que me hizo olvidar al estúpido de mi padrino y me alegre cuando su esposa regreso a su casa y lo siguió tratando con la punta del pie.

Fin.

Niñas no se acuesten con el primer estúpido que les guste.