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Mamalo perra, que esto es lo que has deseado

en Amor filial

Adopción

Cuando me case con Arturo apenas tenia 22 años de edad y un mundo de planes por realizar, me encanto su aire maduro y su aplomo de hombre seguro de si mismo, a sus 42 años era dueño de una exitosa empresa de construcción y después de años de soltería me propuso casarnos, medio año de noviazgo fueron suficientes para darnos cuenta que nos amábamos, el me había contratado como secretaria, pero el trato diario desencadeno en una relación amorosa, era un amante consumado en la intimidad y me consentía con detalles cariñosos la mayor parte del tiempo, solo una cosa empañaba nuestra felicidad, el era estéril, después de estudios y exámenes nos dieron la noticia de que nunca podría embarazarme por su bajo conteo de espermatozoides, nos dimos cuenta de la imposibilidad de ser padres, el especialista al ver nuestra decepción nos recomendó que una de las posibilidades de convertirnos en padres podría ser por medio de la adopción.

Después de mucho meditarlo nos propusimos visitar las agencias de adopción, queríamos un niño que fuera lo mas parecido a cualquiera de nosotros pues un niño de rasgos diferentes delataría su origen, cuando llegamos a esa casa de adopción, vimos un niño que nos encanto de inmediato, de 5 años aproximadamente y unos rasgos bellísimos, después nos enteramos que su madre era de origen cubano, embarazada de un extranjero y sin posibilidades de hacerse cargo de el niño, no tuvo mas remedio que darlo en adopción, con estos antecedentes nos dimos a la tarea de hacer los tramites necesarios para quedarnos con el niño al que le pusimos el nombre de Ismael.

Conforme paso el tiempo Ismael se convirtió en un adolescente lleno de vitalidad y energía, cuando apenas tenia 13 años ya era tan alto como su padre, por así decirlo, poseía un esplendido cuerpo moreno, atlético y proporcionado, unos ojos vivaces y sobre todo un gran corazón.

Arturo ya rondaba los 60 años y su vigor sexual ya estaba en franco declive, a mis treinta y tantos años me sentía en plena madurez sexual y mi esposo era ya incapaz de seguirme el paso, las peleas eran continuas y los encuentros sexuales se hacían mas lejanos cada vez mas…estaba desesperada.

Cuantas noches me encontré sola en mi recamara sin otra cosa que me diera placer que mi mano y algún juguetito, atacando mi húmedo chocho que estaba hambriento de verga, de sentirme penetrada…amada, pero Arturo inventaba excusas para no cumplir con sus obligaciones maritales ¿tendría una amante?...cuantas veces le roge por un poco de atención, humillándome como una puta.

Mi carácter se fue haciendo cada vez mas agrio, la posibilidad de conseguir un amante rondaba en mi cabeza cada vez con mas fuerza, pero tenia miedo de perder mi posición social, después de tantos años viviendo en la opulencia me daba miedo quedarme en la calle pues mi marido contaba con amistades muy influyentes.

Cuando Ismael cumplió los 15 años, Arturo decidió que era necesario mandarlo a un colegio en el extranjero a fin de que perfeccionara su ingles, ahora si que estaba sola, la casa estaba tan vacía y mi marido sin tomarme en cuenta.

Recuerdo muy bien la única vez que me anime a ponerle los cuernos a mi marido, con la excusa de remodelar la cocina contratamos gente especializada para llevar a cabo la obra, fue cuando conocí a Roberto, el encargado de la obra, era un bello ejemplar masculino, 1,90 de estatura, varonil a rabiar y una sensualidad desbordante, el simple hecho de saberme observada por el, provocaba que mi chocho se humedeciera de excitación, con el pretexto de enseñarle el sótano, bajamos los dos solos, el ambiente estaba cargado de sexo, no se quien sedujo a quien pero sin darme cuenta ya estaba con sus manos apretando mis nalgas mientras nos dábamos un ardiente beso de lengua, acaricie todo su cuerpo como enajenada, su gorda bragueta se me clavaba en mi cuerpo pidiendo atención ¡dios! Cuando le desabroche el pantalón me di cuenta del enorme paquete que prometía una verdadera y real verga, tan solo al liberarla y recorrí con mis dedos el grueso tronco, sus pesados huevos, como pude engullí la deliciosa verga dándole una rica mamada que me dejo con los labios adoloridos por la falta de costumbre, Roberto me empino contra la pared y haciendo a un lado mis bragas me dejo ir de golpe su verga, arrancándome un grito ahogado de dolor ante la brutal penetración, me cabalgo como un experto jinete y explotamos al mismo tiempo en un glorioso orgasmo que me dejo con los ojos en blanco, desgraciadamente solo fue una vez, pues a pesar de que nos gustábamos, el era casado y me imagino que para el solo fui un capricho, pero no importa…me sentí viva otra vez y con el deseo de volver a sentirme mujer.

No me había dado cuenta de que en dos días llegaría Ismael a casa, pues ya había terminado sus estudios en el extranjero, hacia un año que no lo veíamos y por sus mails me daba cuenta de que nuestro hijo ansiaba el reencuentro con sus padres, Arturo se encontraba de viaje y me vi obligada a ir yo sola por Ismael al aeropuerto.

Cuando llegue a la sala de espera del aeropuerto aun faltaba media hora para que el avión llegara, por lo que me compre una revista y me puse a hojearla para matar el tiempo, en eso estaba cuando una varonil voz hablándome me sorprendió.

-hola preciosa ¿Por qué tan sola?-

Levante mi vista para responderle al atrevido sujeto cuando me di cuenta de que era mi hijo que estaba frente a mi, casi me voy de espaldas al verlo ¡que bruto! en un año se había dado una gran estirada y andaba por los dos metros de estatura, con un cuerpo de fabula y un rostro tremendamente atractivo, me puse de pie para abrazarlo e Ismael me levanto por los aires como una pluma, me sentí como una niña al ser cargada por su padre, me dio un beso en la mejilla mientras mis pies estaban en el aire, cualquiera que nos hubiera visto pensaría que éramos una pareja de novios, pues a mi edad estaba muy bien conservada y no aparentaba mi edad, la verdad es que no pude evitar sonrojarme al estar en sus brazos y el solo pensarlo me hizo sentir sucia…y depravada, "que me esta pasando es mi hijo, bueno como si lo fuera pues lo he visto crecer de un hermosos niño a un tremendo hombre que hacia que mas de una mujer volteara a verlo, me di cuenta por la manera disimulada de otras mujeres, jóvenes y no tanto que volteaban a verlo, enfundado en esos ajustados pantalones de mezclilla desgastada y esa playera color azul, tan ajustada a su cuerpo que claramente se adivinaba su pecho marcado, pero sobre todo su delicioso paquete que se apreciaba claramente por la delgada tela del pantalón, demasiado bien diría yo, por lo que deduje que Emilio no usaba ropa interior, me pareció extraño pues mi hijo siempre fue muy cuidadoso con su ropa, en fin no le quise dar demasiada importancia y ambos nos dirigimos a la casa, teníamos muchas cosas de que platicar.

-Madre, que hermosa… estas, si mis amigos te vieran…de seguro te perseguirían como locos-

"Vamos Emilio deja de bromear, que me lo estoy creyendo"

-Pero es verdad mamita…estas hecha un mango-

Halagada por sus comentarios nos retiramos de la sala de espera del aeropuerto y me sentía orgullosa de que Emilio me llevara del brazo.

Mas tarde en casa y después de haber comido, nos fuimos a la terraza a platicar ya más tranquilos.

Tomamos unas sillas y nos acomodamos, la tarde empezaba a caer y poco a poco las luces de la ciudad centellaban a lo lejos, era una hermosa tarde de Julio y el calor del medio ambiente estaba sofocándome, mas no se si por la temperatura o el hecho de ver la gorda entrepierna de mi hijo que estaba sentado frente a mi, ya era mas que obvio que no usaba ropa interior y ante mis ojos se dibujaban sus huevos y su gran polla, que aunque flácida, se notaba gorda y larga, no pude evitar que mis jugos mojaran mis bragas, ante tal imagen.

"¿hijo, no usas calzoncillos?" –Le pregunte tratando de que no me temblara la voz-

Una hermosa sonrisa ilumino la cara de Ismael.

-Mami, lo que pasa es que me dio flojera lavar mi ropa estos últimos días, y no encontré nada limpio que ponerme ¿Cómo te diste cuenta?-

Me sentí acorralada por su pregunta, pero era demasiado tarde, yo misma había buscado esa situación y me arrepentí por mi audacia.

"hijito, ya no eres un niño…y pues…mira…que se te nota todo el conjunto"-le conteste sonriendo, como no dándole importancia al asunto, nada mas falso, la falta de actividad sexual en mi vida, me despertó la hembra ardiente que llevaba adentro y era mi propio hijastro el que me provocaba esos ardores en mi vagina.

Di por terminada la plática y quejándome de un dolor de cabeza, le comente a Ismael que me iría a dar un baño, para refrescarme.

Mientras el agua fría recorría mi cuerpo, me di cuenta de lo duro que tenía los pezones, estaban tan sensibles, deseando unas manos y una boca que los acariciara, estrujara y chupara sin descanso, mis dedos acariciaban mi humeante raja, que estaba totalmente empapada, mientras en mi mente, el cuerpo desnudo de mi hijastro formaba eróticas escenas de sexo incestuoso…"no es sangre de mi sangre" –pensé- si follo con el, no es incesto, la idea de tener un encuentro con mi hijo rondaba en mi cabeza, era una idea desquiciada, lo sabia…pero tantos días de abstinencia ¡dios! Quería sentir algo duro en mi interior, ya estaba harta de los fríos consoladores de goma, sin olor, sin sabor y lo más importante…sin ese calor humano tan necesario en la vida de toda mujer.

Salí de la ducha envuelta en una toalla color marfil, y tomando una de mis cremas corporales, empecé a untar mi cuerpo de crema, en mis hombros, en mi vientre, en mis redondas nalgas y en mis muslos, la suave fragancia de la crema dilataba mis orificios nasales, de nuevo estaba caliente…y sola…con mi hijastro de 18 años, con ese bombón de hombre, el solo hecho de pensar que estaba a escasos metros de mi recamara, encendía mi sangre, tome una delgada bata semitransparente y me dispuse ir a buscar al único hombre disponible en ese momento: mi hijo.

Ismael se encontraba en su recamara, abrí lentamente la puerta y lo descubrí en su cama, completamente desnudo, con ese cuerpo esculpido en piedra acariciado por la tenue luz de la luna, misma que formaba juegos de luz y sombra al caer sobre ese cuerpo desnudo, sus fuertes hombros capaces de sostener una tonelada y ese torso escaso de vello pero fuerte y macizo, una delgada hilera de vellos rodeaban su ombligo y una espesa mata de pelos nacían en la base de su polla, que descansaba sobre uno de sus bien desarrollados muslos, sus pesados testículos colgaban soberbios en medio de sus piernas, no pude evitar acercarme lentamente para admirar mas de cerca semejante visión.

Acerque una mano a su cuerpo y simule acariciarlo luchando por mantener mi mano alejada de su piel morena, la saliva se empezó a juntar en mi garganta por la tensión que invadía mi cuerpo…estaba temblando del deseo de sentirlo, de olerlo… de besarlo, a falta de bragas, mis fluidos corporales empezaron a escurrir por mis muslos, apreté mis piernas estimulando mis sensibles labios exteriores…y escape corriendo de ese cuarto, tenia miedo al rechazo de mi hijo, de que su madre se comportara como una puta barata.

No se como pude dormir esa noche.

Al día siguiente, Ismael andaba por la casa inspeccionando los cambios de las remodelaciones.

-Cambiaste la cocina ¿verdad?-

Mi pensamiento voló a Roberto y el episodio en el sótano, de la rica cogida que me había regalado.

"así es hijo, y también remodelamos el cuarto de juegos, pues tu padre trajo una mesa de billar"

-¿De verdad? ¿Quieres jugar?-

"Sabes que no me gustan esos juegos de machos"

-¿no será que tienes miedo de perder…mentirosa?

"esta bien, acepto el reto"

Ese día me había puesto una falda larga de algodón y una blusa tejida color marrón, misma que resaltaba mi busto dibujando mis pezones por la delgada tela.

 

Empezamos a jugar, pésimamente de mi parte, claro esta, pero Ismael fingía no darse cuenta y disimuladamente posaba sus ojos en mis senos cada vez que me inclinaba para pegarle a la bola, en una de mis jugadas una bola fue a dar a una posición muy difícil y con la pura mirada le dije a Ismael que me seria imposible pegarle.

-Mira, tienes que inclinarte así-

Sus manos me tomaron por la cintura y suavemente me inclino hacia delante, claramente pude sentir su paquete en medio de mis nalgas, que gracias a la delgada tela me transmitían todo su calor, retarde lo mas posible el golpe para disfrutar de su polla en mi culo al mismo tiempo que levantaba mas mis nalgas, ofreciéndome descaradamente, claramente pude sentir como rápidamente su polla se puso dura, y en movimientos circulares Ismael se pegaba mas a mi cuerpo.

Voltee hacia el y quedamos frente a frente, no como madre e hijo, éramos una mujer y un hombre con una fuerte atracción sexual.

Nos besamos con furia, con tanto deseo que sus labios me hacían daño, el me acariciaba con desesperación, con tanta vehemencia que me enloquecía de placer, levanto mis brazos y me despojo de mi blusa, dejando al aire mis gordos senos, atrapo mi pezón derecho con su boca chupándolo con hambre, apretaba mis senos como si me odiara, pero yo estaba completamente fuera de si, desabroche su pantalón y saque su gorda verga que media casi 23 centímetros y era tan gorda que mis dedos difícilmente podían rodearla, empecé a mover mi mano de arriba hacia abajo masturbándolo, mientras el acariciaba mi chocho completamente mojado, me levanto en sus brazos y me acostó en la mesa de billar con mis piernas completamente abiertas, acerco su rostro a mi vagina para meter su lengua en mi raja caliente, mientras con un dedo estimulaba mi sensible clítoris, su dedo entraba y salía con la velocidad de un rayo de mi concha que no tarde en alcanzar un potente orgasmo que me dejo con el corazón al borde del colapso y bañada en sudor.

Claramente vi como el se despojaba de su ropa, se subió a la mesa de billar y con las piernas abiertas se coloco encima de mi cuerpo con su dura verga apuntando a mi rostro, no me tuvo que pedir nada, cogi el grueso tronco y abriendo mis labios rodee es enorme glande moreno, chupándolo con verdaderas ganas de no terminar nunca.

-así perra, chúpalo, que desde que me llegue, es lo que has deseado-

Sus palabras me calentaron, pues me di cuenta de que el sabia la atracción que en mi despertaba y me propuse darle la mejor mamada de su vida.

-hhhaaaaaaaaaaaaa pero que rico… no cabe duda que eres una gran mamadora, de ahora en adelante, tu obligación como madre es despertarme todos los días con una rica mamada hhhhhhhhhhaa aaaaaaaaaa oooooooooo ooooooooomm mmmmmmm-

"hijito quiero sentir esta verga en mi raja, métemela por favor…"

Ismael bajo de la mesa y tomándome de las piernas me arrastro a la orilla de la mesa, me puso boca abajo y quede con las piernas colgando hacia el piso y con mi vagina apuntando hacia el, que de un feroz empujón, metió su dura y gruesa verga, estirando las paredes de mi vagina, poco acostumbrada a semejantes dimensiones, sin tiempo de reponerme Ismael empezó a cojerme al mismo tiempo que encajaba un dedo en mi culo, el cual era virgen, pues mi esposo nunca me propuso el sexo anal, pero Ismael me había metido completamente un dedo en mi antes virginal culo, al mismo tiempo que seguía dándome verga, moviéndose con la vitalidad de sus 18 años y con toda la calentura de su sangre cubana ¡Dios! Perdí la cuenta de los orgasmo que me provoco el constante roce de su verga en mi clítoris.

-ahora te voy a dar por el culo- me advirtió-

Con mis propios jugos lubrico la entrada de mi culo y colocando su glande en la entrada, empujo despacio pero firme, un grito de dolor escapo de mi garganta al sentir como era invadida por ese orificio por primera vez, con lagrimas en mis ojos le pedí que se detuviera, pero contrario a mis ruegos Ismael estaba como enardecido empujando su verga y no se detuvo hasta que sus huevos tocaron mis nalgas, un dolor agudo recorrió mi espalda y sentía que me partía en dos.

Hhhhhhhaaaaaa aaayyyyyyyyyyyyyyyyyy-exclame adolorida ante semejante cojida-

Ismael coloco sus manos en mis caderas y se empezó a mover despacio, pero no importaba, el dolor era tremendo y pensé que iba a defecar en ese momento, por instinto apreté mi esfínter, dándole mas placer a Ismael, pues la piel de mi culo sujetaba su verga hacia adentro, estaba bañada en sudor y deseaba que aquello terminara pronto, pues en verdad era muy doloroso.

Un extraño adormecimiento en mi culo, evito que siguiera quejándome y me abandone a ser follada por el culo, que únicamente se limitaba a recibir los potentes embates del vigoroso cuerpo de mi hijastro, quien bufaba como un toro al mismo tiempo que metía y sacaba su verga sin piedad.

Después de unos momentos que me parecieron eternos Ismael saco su verga de mi adolorido culo, solo para meterla de golpe en mi vagina y descargar su semen en abundantes chorros que llenaron mi útero de su esperma tibio y espeso, me arrastre como pude al centro de la mesa de billar completamente desfallecida, agotada, adolorida…pero satisfecha.

Lo vi alejarse y momentos después apareció con una toallita de papel, limpio muy bien mi chorreante vagina y mi culo, ese detalle me enterneció, pues me acorde cuando yo le limpiaba sus heridas de niño, pero ya no era un niño, era un hombre y me acababa de hacer suya, así completamente desnudo, estaba lejos de ser el tierno niño y ante mi estaba un hombre en toda la extensión de la palabra…y el me estaba tratando como una hembra, no como su madre.

El no era sangre de mi sangre, ignoro si el estaba enterado de que era adoptado…

Esto no puede ser pecado, ¿verdad?

FIN