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Sería tu esclavo (1)

en Gays

SERIA TU ESCLAVO

CAPITULO I ¡Eres un bello sueño…del cual nunca despierto!

Cuando llegamos a la nueva colonia donde viviríamos, después de quedar viuda mi madre, me gusto el hecho de que en el barrio había muchos jóvenes de mi edad, que al igual que yo estaban por terminar la educación secundaria, mi madre me inscribió a mi hermana Claudia y a mi en las escuelas correspondientes, los primeros días se nos fueron en acomodarnos y adaptarnos a nuestra nueva casa, con una amplia sala y comedor, además de una recamara para cada uno, no era igual a la casa que habitábamos en Guadalajara, pero mi madre, al morir mi padre, vendió la casa y demás propiedades que había heredado de mis abuelos, compro la casa y rento un local en un centro comercial para poner una papelería, ya que mi madre siempre fue muy activa y con un pensamiento amplio, mi padre nunca me hablaba de sexo, pero mi madre ya se imaginaba que por mis gustos y mi manera de ser, era homosexual y sin embargo nunca vi un asomo de reproche en sus bellísimos ojos tapatíos, los cuales por cierto yo los herede y eran mi mayor orgullo, mas nunca tan hermosos como los de ella…

A mi edad el sexo era tan lejano, sabia de el solo por platicas en la escuela y con mis amigos de Guadalajara, algún manoseo "accidental" con mis amigos de toda la vida.

Si alguna duda tenia acerca de mi orientación sexual, cualquier duda quedo despejada en cuanto conocí a Martín.

Martín vivía a cuatro casas de la mía y tenia dos hermanos, Sofía que era la mayor y Juan que era el menor, lo que distinguía a esa familia y no es por burlarme pero, todos tenían los dientes chuecos, pero para mi gusto a Martín le daban mas personalidad, aunque después me entere que en la secundaria le decían el "vampiro" por los colmillos tan grandes que tenia, no era guapo, es verdad, pero nunca podré olvidar el primer día que lo vi con su uniforme de secundaria, como volaba su corbata negra con el viento, su imagen tan masculina, la forma en que se reía, su cabello negrísimo y rebelde, la manera en que su trasero se movía al caminar, firme y redondo, Martín era de los mas altos del grupo con un cuerpo fuerte y robusto, un bello color de piel moreno intenso…pero lo que mas atraía de el eran sus piernas fuertes y hábiles para jugar fútbol.

¡En ese momento me di cuenta de lo mucho que me gustaba!

¡Que difícil es tener que disimular la atracción!

Que corto se me hizo el camino a casa, a pesar de que estaba lejos la escuela secundaria, me hubiera gustado que durara un año el retorno a casa.

Aunque con nosotros venían mas chicos del mismo barrio y tal vez por la novedad de ser el primer día de clases, todos me preguntaba cosas de mi escuela anterior, y se burlaban de los piropos que me decían las maestras por mis ojos tan pestañados y grandes, Martín no se burlaba de mi ni tampoco se reía de las burlas de los demás amigos, casi me desmayo cuando paso su brazo por mis hombros en un gesto de amistad, pero yo ni quería voltear a verlo pues tenia miedo de no poder contenerme y darle un beso en los labios…¡es verdad!

¡Pero que manera tan romántica de ser la mía, en verdad que daba risa…!

¡Que recuerdos tan lejanos, pero a la vez tan presentes!

Al transcurrir el tiempo nuestra amistad se fue haciendo más fuerte, pasaba por mi los domingos en la mañana para ir a jugar fútbol, claro que yo no jugaba, pero de todos modos lo acompañaba al campo de juego, era un rayo jugando y un verdadero goleador, peleaba como un perro el balón y yo lo miraba orgulloso desde mi lugar pensando:

Y que manera de pronunciar mi nombre, tan común, pero que en sus labios le daba un tono tan diferente: Jesús.

Desgraciadamente la habilidad que el tenia como deportista, era todo lo contrario para el estudio, su madre siempre me buscaba para que hiciera la tarea con su hijo por lo tanto ella decía que me tenia mucho cariño, su padre no se diga, el me comentaba que yo era un joven muy maduro y responsable, y así mientras ella preparaba la cena, Martín y yo nos encerrábamos en su cuarto para que nada lo distrajera, que cantidad de pensamientos morbosos pasaban por mi mente, pero siempre fui muy respetuoso en su casa, aunque por dentro estaba hirviendo de deseo, tenerlo tan cerca de mi…

Pero yo solo era su amigo.

Ese verano fue de ir al cine con todos mis nuevos amigos, ir de excursión al campo, a las albercas del deportivo y yo siempre como perrito faldero dando brincos alrededor de Martín, deseando siempre estar a su lado.

Que noches tan largas son las del verano, sentados en la calle platicando de todo y a la vez de nada, de repente bostezando de sueño pero nadie de los amigos se quería ir, todos deseábamos seguir en la calle, a pesar de que el reloj marcaban las 11 de la noche, todos los vecinos en sus mecedoras afueras de sus casas por el calor tan intenso…uno a uno los amigos se iban retirando a sus casas…muchas veces solo quedábamos Martín y yo, en ese momento era feliz, pues tenia toda su atención para mi solo, aunque el solo me hablara de chicas y fútbol, de los grandes senos de su compañera de pupitre…del enorme trasero de una vecina…de lo buena que estaba la hermana de un amigo…y yo en silencio escuchando…

CAPITULO 2 ¡Si tan solo pudiera detener el tiempo!

Conforme íbamos creciendo, nuestros cuerpos cambiaban y nos pedían otras cosas diferentes, Martín en su heterosexualidad siempre se la pasaba diciéndole cosas a las chicas guapas que nos encontrábamos y yo tenía que sonreír, aunque por dentro la rabia de los celos me lastimaba el corazón, recuerdo ese día que llego a mi casa para decirme que una chica que vivía cerca del barrio celebraría con una fiesta su cumpleaños y que todos estábamos invitados, la fiesta seria un sábado por la noche y todos los amigos nos pusimos de acuerdo para ir todos juntos, pasaron por mi dos amigos que la verdad no eran muy de mi agrado: Fernando, que era un perro para las peleas y Pepe que siempre estaba callado pero que era bien traicionero y yo sentía que me odiaba pero nunca me lo dijo, cuando llegamos por Martín su mama nos dijo que aun se estaba bañando que pasáramos a la casa por el "porque se arregla mas que una señorita" –pero a los 15 años todos somos vanidosos ¿verdad?-

Casi me da hipo cuando entramos a su cuarto ¡estaba vestido con una trusa que tenia un estampado de leopardo! Nunca lo había visto con tan poca ropa, a pesar de que ya lo había visto sin camisa o con short, mas nunca en ropa interior, la cara me ardió de los nervios de no saber donde poner los ojos y el miedo de que alguien se diera cuenta de mi turbación, disimuladamente me puse a ver una revista de comics que había en su cuarto, pero de reojo observaba el gordo paquete que mi amigo lucia, entallado en esa prenda tan sensual, cuando se puso espaldas a mi, para buscar la camisa en su closet, vi detenidamente su trasero firme, sus piernas tan duras y ya con un vello de adulto, una hilera de vellos salía del elástico de su prenda y formaba un remolino en su espalda baja, no se como, pero de pronto mis ojos se clavaron en sus ojos y con la mirada le dije lo mucho que me gustaba, que lo amaba, que me era muy difícil verlo todos los días como un amigo, todo eso le dije con la mirada y el corazón a mil por hora, en cámara lenta vi como se vestía ante mi, porque para mi los demás no existían.

Cuando llegamos a la fiesta había mas amigos del mismo barrio y una chica se acerco a nosotros para decirle a Martín que su amiga quería bailar con el, pero el se negó diciendo que no sabia bailar, la chica se fue y regreso mas tarde para decirle que su amiga quería hablar con el, experimente un odio tan grande hacia esa mujer que mis ojos se nublaron de lagrimas y me retire al patio a esconderme, cuando mas tarde regrese Martín no estaba, pregunte a Luís, otro amigo y me contesto que Martín se estaba fajando a una chica, en la otra calle que daba a un monte y que era muy frecuentada por parejas de novios dada la penumbra que había en ese lugar, me dieron ganas de irme a mi casa pero mis otros amigos no me dejaron, ese día probé la primer cerveza de mi vida y el primer cigarro, me di cuenta de que el amor tan intenso que sentía por Martín al mismo tiempo que me hacia feliz….me hacia daño, las platicas de mis amigos las escuchaba tan lejanas y la mandíbula me dolía de lo fuerte que la apretaba…estaba celoso.

Después de 15 minutos apareció Martín y vi un gesto de tristeza en su rostro, se acerco a mi y me pidió que nos fuéramos de ese lugar, intrigado lo acompañe a nuestras casas y ninguno de los dos hablábamos.

Unas calles antes de llegar por fin hablo.

¿Conoces a Edith?

"si"

Edith, era hermana de un amigo nuestro y era una de las mas guapas de la colonia, alta, delgada y un cabello largo y ondulado, de rostro muy bonito y Martín, además de varios amigos andaba atrás de ella.

¿Te gusta? Me pregunto así, de pronto.

"…pues…no se…no me he fijado bien en esa chica"

Pues ella quería hablar conmigo, pero para decirme que tú le gustas y que quiere que te le declares…quiere ser tu novia.

Me quede mudo, mire a mi amigo y casi podía jurar que tenia los ojos a punto de llorar.

"después nos vemos, hasta mañana" –se despidió antes de llegar a nuestras casas y vi como su figura se perdía en la noche, me quede helado y sin poder asimilar lo que estaba sucediendo, tuve el impulso de seguirlo pero me detuve.

Mas tarde en mi casa, cerca de las once de la noche, mi madre me despertó para decirme que Martín me buscaba.

Salí a ver que sucedía y lo vi, estaba alcoholizado, se había regresado la fiesta y había tomado cerveza y por nuestra falta de costumbre, andaba ebrio y estaba con signos de haber llorado.

"Martín ¿Qué te sucede?" –lo vi como un niño desamparado y sentí ganas de abrazarlo y protegerlo-

Apenas me acerque a el y un golpe en mi rostro me tumbo al piso, nunca pensé que Martín, el hombre del que estaba enamorado, me golpearía.

¡Maldito ojos de marica!

¡Esa chica me gustaba!

¡Ponte de pie, porque te voy a partir el hocico! –me hablaba hecho una furia-

Me puse de pie y me coloque enfrente de el para que me golpeara de nuevo y me le quede viendo a los ojos, aun con la mejilla doliéndome por el golpe.

Contrario a lo que esperaba se me quedo viendo y me abrazo sollozando pidiéndome perdón, el me abrazaba muy fuerte como para no caerse y me vi obligado a recargarme en la pared ya que estaba mas grande y pesado que yo.

¡Perdóname, amigo…perdóname…yo…sentí celos de ti! –Me decía en mi oído-

Como pude me solté de su abrazo y lo abrase como hacia tanto tiempo que lo deseaba, en la oscuridad de la noche y sin que nadie nos viera le di un beso en la mejilla, fue el primer beso que le di a un hombre que no fuera mi padre o mi abuelo.

Me arme de valor y de golpe le dije todo lo que tanto tiempo había callado.

¡Martín…perdóname tu a mi, perdóname por estar enamorado de ti!

"…estoy enamorado de ti desde el primer día que te vi, yo se que tu nunca me harías caso, pues estas enamorado de Edith…y yo de ti…"

Aun en medio de su borrachera Martín se dio cuenta de mis palabras y me soltó una palabra que me sorprendió…

¿Eres marica?

No le conteste, pero me quede callado y me di cuenta del error que había cometido, me imagine al día siguiente todos mis amigos diciéndome joto, maricón, volteado, etc.

Se me quedo viendo pensando que había bromeado con el y empezó a reírse en mi rostro.

¿Eres un pinché maricón?

¡Ya me imaginaba yo que eras "raro" y porque nunca le decías cosas a las mujeres!

¡Quiero que me des una mamada, maricón! –Me dijo al mismo tiempo que se bajaba el cierre de su pantalón y se sacaba su verga-

¡Claro que no lo hice! A pesar de que era lo que mas deseaba en el mundo, no quise hacerlo de esa manera, nunca baje la vista, lo mire a los ojos y me fui a mi casa con los ojos llenos de lagrimas sin voltear a verlo, si hay algo de lo siempre he estado seguro es de que nadie te puede humillar, así sea el amor de tu vida.

Al día siguiente no quise salir a ningún lado, lo bueno era que estábamos en vacaciones de invierno y el año escolar estaba por terminar, recuerdo que en toda la semana no salí para nada de mi casa, me la pase viendo MTV y rentando películas, que cantidad de pajas me hice en su nombre, fantaseando con su imagen, deseando estar con el.

Acompañaba a mi madre al negocio en ratos para olvidarme de Martín, mi madre que de todo se daba cuenta me pregunto que me pasaba, pero yo no quise hablar de nada.

¿Estas enojado con Martín, verdad? –me pregunto tiernamente, mientras hacia unas cuentas en la calculadora.

¡Hay hijito, no te enamores de un imposible! El es diferente a ti, ya sabes a que me refiero…tu vales mucho, para sufrir por alguien que no te toma en cuenta…

¡Hijito…tú eres diferente!

Que razón tenía mi madre, éramos tan diferentes mentalmente y en nuestra forma de ser, pero polos opuestos se atraen y la atracción que yo sentía por Martín era muy fuerte.

 

CAPITULO 3.- ¡Lo mío es tuyo!

La amistad entre Martín y yo desapareció por completo, cuando lo llegaba a ver por accidente, el hacia como que no me conocía, no me hablaba, contrario a lo que me imagine, no divulgo mi homosexualidad con nadie, pero ya no me apetecía juntarme con los amigos de antes, si los saludaba por educación, pero ya en la preparatoria todos tomamos caminos diferentes, algunos ya tenían novia y se la pasaban de paseo y en los cariñitos, yo conocí a otro tipo de gente, específicamente jóvenes que eran gays de clóset, como yo.

El tiempo siguió pasando y nuestros cuerpos llegaron a la juventud de los 18 años, si bien yo era alto pues media 1,75 Mts. y delgado, Martín se puso como un verdadero oso, con 1,90 Mts. de estatura, con una tupida barba que lo obligaba a rasurarse todos los días y un cuerpo fuerte y macizo que le daba un atractivo sexual muy fuerte, al menos para mis ojos porque el nunca fue muy hábil para conquistar chicas, las novias que le conocí eran las típicas chicas "facilotas" que todos los chicos se rolaban, yo entre a la facultad de medicina y el únicamente curso una carrera técnica de electrónica, como el vivía a cuatro casas de la mía, nos veíamos a diario y de repente se me figuraba que el se me quedaba viendo como si quisiera hablarme, una tarde de verano que estaba sentado en la camioneta de mi madre escuchando un CD en el estereo de la misma, seleccione una canción de la estupenda cantante española: Roció Dúrcal y que se llama "El mas querido" que compuso Juan Gabriel y que dice mas o menos la letra…

"así es la vida todo tiene un principio y un fin

Más yo quería, que a mi lado fueras más feliz,

Pero me conformo mi amor, con saber que fuiste

Mío y que eres en mi vida…todavía…

El mas querido…"

Cuando vi que el salio de su casa y se sentó en la banqueta que estaba enfrente de su casa, volví a poner la misma canción para que el la escuchara, el se dio cuenta de mi acción y se me quedo viendo fijamente a los ojos, teníamos como dos o tres años de no hablarnos y el corazón se me detuvo cuando me dirigió una sonrisa con sus dientes chuecos que le daba un aire tan masculino, me salí de la camioneta y me recargue en el cofre para ver que reacción tenia, vi que se puso de pie y vino caminando hacia mi, un extraño temblor invadió mi cuerpo y las manos me sudaban de los nervios, era verano y el vestía un short de fútbol color negro y una camisa deportiva sin mangas.

Extendió la mano para saludarme y yo correspondí a su saludo.

¿Te gusta Roció Dúrcal? –me pregunto-

"si, me gusta mucho como canta… ¿y a ti?" –le pregunte sonriendo-

-Pues si, a mi también me gusta y mas cuando canta con mariachi-

¡Creo que tenemos los mismos gustos!-agregue con un tono de doble sentido-

El se dio cuenta de mi comentario y se limito a sonreír, ¡dios! Martín, el hombre de mi vida estaba hablando de nuevo conmigo, lo tenia enfrente de mi en vivo y a todo color, vi su cabello rebelde que lo traía corto casi como un militar, el cuello fuerte como un toro, el rostro firme y varonil, el pecho amplio y velludo, los brazos fuertes, las piernas, que piernas tan bien formadas y tan velludas, para estarse toda la vida adorándolo como lo que era para mi… ¡un dios!

Me contó de su novia, que se llamaba Sandra y que tenían medio año de novios, y que estaba estudiando electrónica (todo eso ya lo sabia) yo le conté de mis estudios y de mis amigos, del antro al que asistía los fines de semana, antros gay, por supuesto, el me pregunto con curiosidad lo que pasaba en esos antros, pues nunca había ido a uno y había oído rumores del lo que ocurría en esos lugares.

¡No como crees! Va todo tipo de gente, van jóvenes con su novia, grupos de chicas solas, jóvenes solos o en grupo, de todo tipo de gente y no creas todo lo que escuches.

Tan intrigado estaba que me dijo que si lo invitaba un día a un antro gay.

Claro que acepte y quedamos de vernos el siguiente fin de semana.

De más esta decir que espere como loco que la semana pasara y llegara el viernes para ir con Martín al antro que por cierto se llama "arco iris"

Ese viernes en la tarde mi madre me comento que Martín me había ido a buscar y me dejo un recado con ella, "que pasara por el a las 10 de la noche"

Apenas eran las siete de la noche y que lento se me hicieron las horas en el reloj, no sabia ni que ponerme de ropa, no me quería ver demasiado obvio, pero a la vez quería verme especial para el, le pedí a mi madre la camioneta y pase por Martín a su casa, casi me da un infarto cuando lo vi salir de su casa, lucia un pantalón negro de tela suave y una camisa gris de manga larga, estaba recién bañado y su cuerpo despedía una fuerte loción tan masculina que inundo toda la camioneta, llegamos al antro y por ser quincena estaba a reventar de gente, pagamos el cover y entramos, de inmediato causo sensación con mis amigos que se acercaban a saludarme y lo miraban con ojos devoradores, que orgulloso estaba de que el me acompañara lo tome del brazo y lo fui guiando por todo el antro para que conociera bien el ambiente, la música estaba en su apogeo y las parejas bailaban música electrónica que amenazaba tumbar el antro por lo estridente del sonido, pedimos dos cervezas y nos salimos a la terraza, había dos o tres parejas de homosexuales en plena batalla de caricias, vi que se sorprendió por las acciones de los hombres que se besaban ardientemente, volteo a verme y me hizo una pregunta personal.

¿Tienes…novio?

"no, no tengo novio"

¿Cómo?...si eres el chico más guapo del barrio…bueno el más galán, recuerdo que todas las chicas andaban atrás de ti…

Le di un trago a la cerveza.

"ya sabes que no me gustan las mujeres" –le respondí mirándolo a los ojos-

Vaya, no te gustan las mujeres, pero no tienes novio.-exclamo sorprendido-

Martín, toda la vida he estado enamorado de ti…ya lo sabes, no me preguntes mas, para que hablar de tu vida o mi vida…aquí estamos solo tu y yo…

El se quedo en silencio y de un golpe se acabo la cerveza, nervioso jugueteaba con el envase y un silencio pesado se sentía en el ambiente, levante el rostro y el cielo estaba de un azul profundo… tan intenso.

"Jesús, fuiste mi mejor amigo, hasta ese día que me dijiste que eras…lo que eres"

-ya lo se, Martín y te agradezco que no lo divulgaste con los amigos, aunque no te hubiera guardado rencor, sabes que no puedo odiarte.

¿Quieres otra cerveza? –me pregunto nervioso-

"bueno, pero yo invito…"

Fuimos por más cerveza y nos quedamos un rato en el interior del antro que estaba a reventar, además cerca de la una de la mañana empezaría un show de stripers y la gente rodeaba la pista ansiosa de que empezara el espectáculo de los bailarines.

Note que de dos tragos el vaciaba la botella y seguía tomando y tomando, sin darme cuenta lo tenia rodeado de la cintura pues era tanta la gente que el se tambaleaba de un lado a otro, en una de esas ocasiones quedamos frente a frente y separados por milímetros de distancia, me hundí en el abismo del sentimiento, el sentimiento de saber que estaba con el amor de mi vida, de querer grabarme ese momento para siempre, y con la seguridad de que si mañana muriera…moriría feliz, feliz de haber estado con el, aunque rodeados de gente, nadie importaba…lo abrase y me pegue a su cuerpo varonil, que pasara lo que tenia que pasar, intente besarlo pero el esquivo mis labios, la delgada tela de su pantalón me dejaba sentir su virilidad, su paquete pegado a mi cuerpo, baje mi mano y lo acaricie no de una manera vulgar, lo acaricie con toda la intensidad del sentimiento que el me despertaba.

"por favor Jesús…no me hagas esto"

-Martín…si te molesto…perdóname…es mas fuerte que yo-

"soy hombre"

-ya lo se…por eso me gustas, me has gustado desde que estábamos en la secundaria-

Note en sus ojos cierta molestia y ya no insistí.

"quiero irme de aquí, no me siento bien"

Eran cerca de las dos de la mañana cuando llegamos al barrio, el vecindario estaba en total silencio, a lo lejos se escuchaba una sirena y el ladrido de un perro solitario, me estacione frente a su casa y apague el motor de la camioneta, nadie hablaba.

"¿quieres chuparme la verga?"

¿Quieres?-le pregunte-

"¡tengo días sin cogerme una vieja! –me respondió con una sonrisa que me derritió por completo-

"Martín…si yo fuera mujer, me gustaría perder la virginidad contigo"

Por segunda vez en la vida, Martín me ofrecía su sexo, y por segunda vez….me negué, increíble pero cierto.

-"No Martín, el día que yo tenga sexo contigo, será porque estas conciente de que lo deseas, quizás nunca llegue ese día, pero ten la seguridad de una cosa…mi boca y mi culo te pertenecen"-

Se me quedo viendo asombrado y note cierto orgullo en su mirada, de que el chico más guapo del vecindario le perteneciera, aunque fuera solo en teoría.

Ya no insistió, con mi corazón hecho polvo lo vi bajar de la camioneta y entro a su casa, un sentimiento de abandono me invadió pero me mantuve firme, que tristeza experimente cuando lo vi alejarse en la oscuridad de la noche, ni siquiera quedamos en vernos otro día…como llore esa noche, odie mi cuerpo, odie mi sexualidad torcida, odiaba a todo el mundo, quería morirme en ese mismo momento, me pregunte porque si era hombre…había nacido con un corazón de mujer.

Nuestros encuentros se fueron haciendo más lejanos, sabía que Martín se juntaba con puros parranderos y llegaba al tope de borracho, lo que provoco que su antes marcada cintura se fuera ensanchando y le daba un aire de señor casado, a pesar de ser tan joven.

A veces me buscaba cuando andaba tomado, hablábamos de cosas sin importancia, me daba la impresión que me buscaba porque se sentía solo, nuestras hermanas mayores ya se habían casado y casi todos nuestros amigos hacían vida de novios formales, solo quedábamos el y yo en la cuadra que no teníamos novia formal.

CONTINUARA