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Departamento 13

en Hetero: General

LA VECINDAD

Cuando José llego a la ciudad de Monterrey, procedente de su natal Sinaloa, nunca imagino la sorpresa que le daría la vida, a sus 25 años aun veía lejano el día para casarse y únicamente se dedicaba a sacarle jugo a la vida, José poseía el encanto de la gente de la costa con su cuerpo atlético de anchas espaldas y su piel bronceada le daban un aspecto muy sensual, su cabello negro y ondulado, los dientes blanquísimos y un carácter muy desinhibido le daban suerte con el sexo femenino, la escasez de trabajo en su pueblo lo llevo a buscar trabajo en una empresa foránea donde estaban contratando hombres solteros sin problemas para cambiar de residencia, después de entregar la solicitud correspondiente fue contratado por la empresa constructora y al poco tiempo estaba firmando el contrato obligatorio, el resto del día se dedico a buscar un lugar donde vivir, busco en la zona céntrica de la ciudad, pero los precios eran muy elevados.

Camino por varias horas sin desanimarse, hasta que vio un letrero en el llamado barrio antiguo de monterrey, era una vecindad muy grande de principios del siglo pasado con balcones a la calle, un patio central con plantas y una fuente al centro, se acerco a la puerta y empujo la pesada puerta de madera, la vecindad estaba muy silenciosa y únicamente se escuchaba el sonido de un radio el cual entonaba una antigua melodía romántica del trío Los Panchos.

-Buenas tardes- exclamo en voz alta para ver si alguien lo atendía.

Un total silencio fue su respuesta, sin desanimarse se introdujo en la vieja casona, sus pasos hacían eco en el amplio patio colonial.

"¿Qué busca joven?" –una voz de mujer salia de entre las sombras de un cuarto-

Cuando José giro su rostro para ver quien lo interrogaba, vio que era una madura mujer de aspecto amable.

-Vengo por el anuncio de afuera, estoy buscando una casa en renta o un cuarto compartido, no soy de aquí y mañana empiezo a trabajar-

"pues esta de suerte joven, tengo dos cuartos desocupados en la parte de arriba, son dos cuartos y una pequeña cocina equipada con estufa, horno de microondas y refrigerador, tiene una mesa con dos sillas y una cama matrimonial ¿viene con su esposa?"

-soy soltero, pero me interesa el departamento-

"Bueno, déjeme explicarle, los inquilinos de la parte de abajo cuentan con dos baños y dos regaderas para asearse, la parte de arriba cuenta también con dos baños, pero solo hay una regadera, deberá ponerse de acuerdo con sus vecinos para turnarse la ducha, aunque arriba son tres departamentos únicamente esta habitado el numero 12 y el de usted que será el numero 13…el 11 esta desabitado"

Después de dar el adelanto de dos meses y un pequeño deposito, José llevo sus pocas pertenencias al departamento el cual tenia el numero 13 pintado de un color azul intenso, aunque el numero 13 siempre ha sido asociado con la mala suerte, para José esas cosas no tenían importancia, acomodo su ropa en el pequeño closet y salio al pasillo de afuera, enfrente estaba el departamento numero 12 y al fondo estaba el numero 11, se encamino rumbo a los sanitarios los cuales estaban al lado del departamento numero 11, estaban muy bien aseados y bien iluminados, le llamo la atención que la puerta de la regadera no cerraba muy bien, regreso a su departamento y vio que en unos de los departamentos una nena lo observaba detenidamente, José le sonrió a manera de saludo pero la pequeña nena cerro la cortina, José se limito a encogerse de hombros.

Mientras José hacia labores de limpieza de reojo observo a la misma chiquilla que estaba asomándose por la puerta, con la natural curiosidad infantil.

-Hola- José saludo a la nena de nuevo, pero por toda respuesta la chiquilla emprendió la huida.

José sonrió divertido "quizás le gusto a la escuincla" pensó medio en broma, pues desde muy joven había tenido suerte con las mujeres, jóvenes y viejas.

Cuando mas tarde orinaba en el baño, mientras desahogaba la vejiga observando detenidamente la pared que separaba ambos baños, su mirada seguía una grieta en la pared por donde se filtraba la luz, en una abertura minúscula en la pared José se inclino con curiosidad para ver que tan profunda era, al momento de observar la grieta se dio cuenta de que era observado del otro lado por alguien….ese alguien era la misma chiquilla huidiza, José tomo aquello como una inocente travesura infantil, recordó como en su adolescencia sus primitas hacían lo imposible por ver debajo de su short, como le excitaba juguetear con las chiquillas curiosas, pero no pasaban de simples roces y apretones, en la costa las mujeres siempre viste con prendas pequeñas, las mujeres usan faldas cortas e igual que las niñas muchas veces prescinden de usar sostén, lo que el aprovechaba para acariciar a sus inocentes vecinitas y furtivamente tocarles su rajita, al igual que sus hermanos mayores hacían con las chicas mas grandes

El saberse observado, aunque se tratara de una pequeña, le provoco una leve erección, avergonzado salio rápidamente del baño pues ya no tenia 12 años, ya era un adulto y no se vería bien que se exhibiera frente a una chiquilla desconocida, aunque solo fuera por curiosidad de ella.

El resto de la tarde transcurrió sin mayores sorpresas para José, cerca de las seis de la tarde, se le antojo salir para conocer los alrededores de su nuevo barrio, bajo las escaleras y de nueva cuenta vio a la pequeña detrás de la ventana observándolo, José la volvió a saludar y esta vez la nena esbozo una leve sonrisa.

Cuando José regreso a su departamento eran cerca de las 10 de la noche y hacia un calor de los mil demonios, extraño su pueblo costero pues sin duda la brisa del mar refrescaba muy bien por las noches, abrió la puerta y las ventanas de su departamento para que entrara un poco de aire, se propuso comprar un abanico y se dispuso a dormirse pues al día siguiente entraría a su primer día de trabajo.

Dos horas después e incapaz de conciliar el sueño y empapado en sudor, José se dispuso a darse un regaderazo para mitigar el calor, como se encontraba solo en calzoncillos, busco un short para darse un baño, busco su toalla y jabón, únicamente se veía luz en los departamentos de abajo, pero el patio central estaba completamente a oscuras y le daba un aire misterioso, en el departamento 12 una leve luz salía de entre las cortinas, pero el departamento 11 estaba a oscuras, dos departamentos de la parte de abajo estaban con los focos apagados y las ventanas abiertas para mitigar el calor, a su oido llego el sonido de un clima, era el departamento 8, sin darle mayor importancia José se encamino al cuarto de baño, su atlético cuerpo era iluminado por la luz de la luna llena, era el mes de junio y el verano estaba en su apogeo, cuando José se disponía a entrar vio a la pequeña sentada en las escaleras, José se sorprendió de que una nena de su edad se encontrara a esas horas de la noche sola, la chiquilla lucia un vestido color celeste cielo y una coleta sujetaba su cabello oscuro, la nena se veía pensativa y su sombra era reflejada en la pared de la vecindad.

Cuando José salio del cuarto de baño, la niña aun estaba en las escaleras, sin poder aguantarse las ganas de hablarle José se acerco a la niña.

-hola, ¿a quien esperas?-

Cuando la niña lo miro, José pudo apreciar los rasgos bellos de la pequeña, unas cejas muy bien delineadas y unos enormes ojos de un color café claro, José noto que la pequeña no portaba calzado alguno.

Sin siquiera contestarle la niña, se puso de pie y salio corriendo a la parte de abajo

-…espera, no te haré daño…-

Pero la niña se perdió en la oscuridad de la noche.

José regreso a su cuarto y en su mente el bello rostro de la niña fue su último pensamiento antes de quedarse profundamente dormido.

Entre sueños le pareció ver a la misma niña parada a un lado de la cama, abrió los ojos para estar seguro de lo que veía pero se dio cuenta de que solo había sido producto de su imaginación, cuando mas tarde fue al baño por una necesidad fisiológica, se dio cuenta de que la puerta de su departamento estaba abierta.

Pasaron varios días sin ver a la hermosa niña, pero José casi había olvidado el incidente en las escaleras, era viernes y era día de pago, José se dispuso a disfrutar del fin de semana con sus nuevos amigos, visito varias cantinas de mala muerte, el y sus amigos enfilaron sus pasos a la zona de tolerancia a buscar algunas putas para desahogar las ganas contenidas, todas las casas de putas estaban a reventar y las pocas disponibles eran mujeres entradas en carnes y en años, no eran del gusto de José, acostumbrado a las mujeres de la costa, jóvenes, macizas y con esa sangre caliente de la región, sus amigos escogieron cada quien su pareja, pero José se despido para irse a su departamento, cuando llego eran las 3 de la mañana, la vecindad estaba completamente oscura y totalmente en silencio, el calor era insoportable, se dio un regaderazo y completamente desnudo se encamino a su departamento, divertido observaba su polla balancearse en el aire.

-si me ve una vecina, ni modo…quien la manda andar de fisgona a estas horas-

Pero no fue una vecina la que salio a su paso, recargada en el balcón la hermosa nena lo observaba detenidamente, el alcohol ingerido, el calor y la abstinencia se mezclaron en el cuerpo de José…

Envalentonado por el licor José fue avanzando hacia la pequeña, imaginando que ella saldría corriendo al estar a solas con un hombre desnudo, pero contrario a sus pensamientos la pequeña seguía sin inmutarse ante su presencia.

-Hola, bonita… ¿no tienes miedo estar aquí sola?-

La niña únicamente se limito a mover la cabeza de un lado a otro a modo de negativa.

-¿En cual departamento vives?-

La nena señalo un departamento de la parte de abajo.

-¿ya habías visto a un hombre desnudo?-

De nuevo el mismo movimiento pero esta ves afirmando.

-¿a tu hermanito…o a tu papá?-

La niña no hablaba y observaba el pene semi erecto que estaba frente a sus ojos a escasos centímetros, un aire a perversión flotaba en el ambiente, pues el que una nena pequeña estuviese a esas horas de la noche frente a un desconocido desnudo era poco común…

Sin esperarlo, la niña tomo de la mano a José y lo jalaba a su departamento, el contacto de la suave y tersa piel infantil endureció anormalmente el pene de José e imagino que había retrocedido en el tiempo cuando a sus 14 años desfloro a su vecinita de a lado, aquella nena morenita de pechos sabor a fruta, la manera en que entro hasta las entrañas de la nena, las siguientes veces que la chiquilla deseosa de sexo lo visitaba en aquel lejano verano de su adolescencia.

Para cuando José se dio cuenta ya estaba en la cama acariciando ese frágil cuerpo femenino, sus manos recorrían ansiosas las piernas suaves y frías, una frialdad que José atribuyo al miedo de la pequeña.

Los ojos de ambos se quedaron viendo fijamente, el pecho de la niña se agitaba con miedo y ansiedad, José acerco su boca al frágil cuellito y empezó a besarlo de una manera muy ardiente.

La desnudo rápidamente y ante el quedaron los pezones pequeños y suaves, lamió y beso esos botones hasta endurecerlos mientras con su dedo recorría los pliegues de los labios vaginales externos, toco y acaricio hasta hartarse, se dio cuenta de que la nena estaba húmeda, al borde da la calentura José bebió ese jugo intimo lamiendo como un cachorro la diminuta concha, su verga le dolía de lo dura que la tenia y sin mas preámbulo la coloco a la entrada de la estrecha cueva, coloco su mano en la boca de la pequeña para callar cualquier grito y empujo su glande con fuerza y determinación, observo los ojos de la pequeña que lo seguían mirando fijamente sin expresión alguna que delatara algún dolor interno ante la fuerte penetración masculina.

Otro empujón y entro hasta donde la vagina de la nena le permitía, no hubo grito ni pataleo…

-¡con que esas tenemos pequeña bribona, ya habías cogido antes!-

José apoyo su pesado cuerpo tapando con su anatomía el frágil cuerpo de la nena y empezó a sacar y meter su verga disfrutando de la "inocencia" que se le entregaba sin temor, en cada empujón José metía un centímetro mas de verga hasta que únicamente sus pesados huevos chocaban con los dilatados labios exteriores, la enorme verga estaba completamente adentro, colocando las manos en el extremo del colchón para apoyarse, empezó a follarse a la bella chiquilla que había colocado sus manos en sus brazos y con el rostro hacia la pared, aceptaba ser sometida por el desconocido, José perdió la cuenta de las veces que entro y salio extasiado de la estrecha funda que lo apresaba de una manera enloquecedora hasta que sin poder aguantar más inundo de semen el estrecho canal hasta caer desfallecido sobre el cuerpo de la pequeña.

Cuando el sol del mediodía dibujaba caprichosas sombras en la pared, José despertó desnudo y con una resaca atroz, estaba boca arriba y en su verga había rastros de semen seco, recordó los hechos de la noche anterior como un sueño, pero no había sido un sueño, los rastros de semen en su verga evidenciaban que había tenido sexo…y con una chiquilla.

Atormentado por su conducta se baño rápidamente y salio de la vecindad con un remolino de reproches, mientras atravesaba el patio deseo no encontrarse con nadie pues su rostro lo delataría, pero en parte sentía que la culpa no era totalmente suya, la pequeña se le había entregado fácilmente…demasiado fácil.

Mientras paseaba por el centro de la ciudad entro a una tienda departamental y sin proponérselo estaba en el área de juguetes, tomo una hermosa muñeca rubia como el sol y con ella se dirigió a pagarla, se sintió un poco extraño de que lo vieran con un juguete de niña, pero haciendo un esfuerzo saco su billetera y la pago.

Fue a comer algo ligero y anduvo vagando sin rumbo fijo, tenia miedo de regresar a su departamento.

Cuando por fin se decidió a regresar, se dirigió al departamento que le había señalado la nena la noche anterior, toco repetidamente la puerta pero nadie le habría, desesperado busco a la encargada de la vecindad y le pregunto por los habitantes de ese departamento.

"no joven ahí no vive nadie"

-¿Cómo dice usted?... ¿esta segura?-

"claro joven hace años que ese departamento no se habita… a decir verdad, nadie dura una semana"

-¿pero y la chiquilla que vive ahí…?-

Al escuchar las últimas palabras un gesto de espanto se dibujo en el rostro de la señora y busco una silla para sentarse…

-¿Qué le pasa?-

"usted vio a la nena"

-si, una chiquilla muy bonita-

"venga, acompáñeme"

Los dos se dirigieron a un patio al fondo donde una frondosa higuera se alzaba altiva, a sus pies se encontraba una pequeña cruz de madera con una tabla clavada al centro, las mejillas de José se crisparon al sentir un aire frío en su espalda, cuando vio lo que estaba inscrito en la madera.

"a la memoria de nuestra adorada Rosita"

"Nunca te olvidaremos"

-¿pero, de que se trata esto?-la voz de José era de espanto y hacia un esfuerzo por no tartamudear-

"esa niña fue abandonada a las puertas de esta casa, mi madre la acogió en su hogar, pues antes no era vecindad, la niña era una criatura muy necesitada de cariño, era dulce y obediente, conforme fue creciendo la niña se iba poniendo cada día mas bonita, tan bonita que un hermano de mi madre la acosaba de una fea manera, la niña que no tenia rastro de maldad, accedía a todo lo que mi tío le pedía, hasta que un día la esposa de mi tío los sorprendió a los dos haciendo cosas, pero era mi tío el que engañaba a la niña para disfrutarla a su manera, ella no sabia que eso era malo, la esposa de mi tío la golpeo y le grito que era una puta de la calle, todos ignorábamos que mi tío había abusado de ella desde que tenia 7 años, que se encerraba con ella en los cuartos de la segunda planta para hacerle cosas a la pequeña, mi madre se enojo con la niña creyendo que ella era la mala, ella no soporto ese rechazo y enfermo de puro sentimiento, ningún doctor la pudo curar, enfermo a tal grado que murió al poco tiempo"

José recordaba los hechos de la noche anterior y el remordimiento lo invadió.

"desde entonces su alma esta en esta vieja casona, usted no es el primero que la ha visto, e imagino lo que paso entre usted y ella… no tenga miedo de lo que ha pasado, solo se lo dejo a su conciencia, ella no tiene maldad…solo busca un poco de cariño, un cariño que los hombres ven de otra manera…"

Avergonzado José bajo la mirada.

"Esta en su derecho de irse o quedarse…si decide quedarse solo le pido que sea amable con ella…pues ella murió sin saber que lo que hacia era malo y ella lo seguirá buscando"

Estas últimas palabras retumbaron en el cerebro de José.

Días después mientras José se dirigía a su pueblo natal en su mente aun estaba el recuerdo de la pequeña, un sentimiento mezclado de morbo y terror no lo dejaba conciliar el sueño en paz, tendrían que pasar años para que el recuerdo de lo vivido se borrara de su mente.

 

Esa tarde Esteban acomodaba sus libros en la vieja cómoda de su departamento, acababa de matricularse en la Facultad de medicina de Monterrey, había encontrado esa vieja vecindad de casualidad y ocupaba el departamento número 13, cuando observo que una hermosa niña seguía sus movimientos, le sonrió a manera de saludo pero la niña escapo corriendo….

Fin.