miprimita.com

Recuerdos infantiles (3)

en Amor filial

CAPITULO TRES

Noé nunca me había hablado con malas palabras, por lo que me dieron ganas de llorar pues estaba asustada, mi tío se dio cuenta de mis ojos nublados e inmediatamente se disculpo, se acomodo su pantalón y salio del cuarto dejándome con un montón de dudas en mi cabeza… ¿Por qué con Mónica si….y conmigo no? ¿Estaré feita? En eso estaban mis pensamientos cuando la puerta se abrió y entro mi tío Israel, el mayor.

Israel era muy moreno como mi abuelo, era muy serio conmigo y a veces pensaba que yo le desagradaba pues nunca me hacia algún cariñito, no me hablaba mal pero era muy seco conmigo, el tenia novia en ese entonces y se llamaba Martha, era una muchacha de 14 años que no había terminado la primaria, las mujeres apenas terminaban la primaria y ya se creían mayores pues usaban medias y se maquillaban así que parecía que tenia 18 o 19 años cuando en realidad era una jovencita, cualquier chica a esa edad apenas esta en la adolescencia, pero Martha ya tenia relaciones sexuales con Israel ¿Qué como lo sabia? Muy fácil…mi abuela Rosaura conocía a su madre y ella le comentaba todo lo que hacían Israel y Martha, una vez Israel golpeo a Martha en la calle pues era muy celoso y violento con su novia, ella lejos de enojarse, más lo buscaba…

Todo lo que sabia de Israel le daba un aire como a señor ya casado, había días en que se salía de la casa el viernes por la tarde y llegaba hasta las 10 o las 11 de la mañana del día siguiente cayéndose de borracho, se encerraba en un cuarto a dormirse…y cuidado de que alguien hiciera ruido, pues si alguna de mis tíos o tías entraba por error a ese cuarto y hacia ruido mi tío se levantaba y así en calzoncillos perseguía al atrevido o atrevido que le había roto el sueño, una vez Gabriel que era uno de mis tíos mas traviesos me había arrebatado una de mis muñecas, se fue corriendo al cuarto donde estaba Israel y aventó mi muñeca a un lado de donde estaba el dormido, conociendo el carácter de mi tío entre lo mas despacio posible y ahí estaba Israel vestido únicamente con una trusa color gris y rayas negras, su cuerpo abierto formando una cruz estaba sobre las sabanas blanquísimas resaltando su cuerpo moreno, sus gruesos brazos aun en reposo se notaban duros, su perfil era hermoso y la tela de sus calzoncillos parecía que reventaría de lo ajustado que le quedaban…no se cuanto tiempo estuve contemplando su entrepierna, pero me fui caminado de espaldas hacia la puerta sin apartar mis ojos de esa prenda masculina…

Y esta era la segunda vez que estaba a solas con el en una habitación pero esta vez el no estaba dormido.

-¡y estos calzones de vieja! ¿De quien son?-

No me acordaba que me los había quitado y andaba con mis partecitas sin nada que las cubriera, solo la tela de la falda ocultaba mi desnudez, Israel los tomo y se los llevo a la nariz, ante mi asombro…

-¡huelen a panochita de niña!-

Se me quedo viendo con esos ojos morbosos idénticos a los de mi abuelo.

-¿son tuyos?-

Su fuerte mirada era tan penetrante que casi sentía que podía leerme el pensamiento y sin esperar respuesta se acerco a donde estaba parada, se puso de rodillas frente a mí y levanto mi falda, de inmediato mis mejillas se pusieron rojas como un tomate…

-¡a que escuincla tan tonta, mira que andar sin calzones por la casa, en donde hay tanto macho!-

"es que me estaba cambiando tío" fue lo primero se me ocurrió contestarle…

-¡una niña tan bonita no puede andar por la casa sin calzones….!-

No lo podía creer, mi tío Israel, el que nunca me hacia algún cariñito me había dicho que era bonita…mi corazón empezó a latir muy rápido pues estaba muy contenta de que mi tío el malhumorado, el que tenia novia, el mayor…me estaba haciendo un cariñito, en ese instante me dieron ganas de darle un beso en la mejilla.

"¿tu crees que soy bonita, tío?"

-eres la niña más bonita de la casa-

No sabia de que manera demostrarle mi alegría…y la única manera de hacer feliz a un hombre era la que me había enseñado Noé…

"¿quieres que te de un beso en la pilinga?"

-¿Quién te pido que le besaras la pilinga?... ¿mi papa?-me pregunto muy sorprendido de que una niña de ocho años le pidiera algo semejante-

"no…fue mi tío Noé"

-¡mira que cabrón tan calenturiento!... ¿que más te ha hecho?-

"me pidió que le chupara su pilinga muchas veces, hasta que me dio su atolito"

Me di cuenta del cambio en la mirada de mi tío Israel, como se le dilataron las fosas nasales y los ojos le brillaban más, aun estaba de rodillas frente a mí, acaricio mis brazos con sus manos duras llenas de callos, producto del trabajo duro, estaba excitado, imaginando quizás a su hermano con su polla en mi boca dándole placer.

-¿Cuántas veces te ha dado su "atolito"?-

"dos veces"

-¡mira que aprovechado el…cabrón!... ¿cuando?-

"el otro día cuando se estaba bañando, me dijo que me bañara con el, esa vez me hecho su atole en mi cara y hace rato me lo puso en mi boca"

-¿Qué más te ha hecho?-

"solo eso"

-¿no te ha metido su pilinga aquí…en tu panochita?-

"no, dijo que aun estaba muy chiquita para eso… ¿si es cierto tío?"

-si…aun no estas lista para eso…-

"¿y…cuando voy a poder…?"

-¿Qué?-

"¡tener una pilinga adentro!"

-pues cuando estés mas grande…en unos cinco o seis años…-

-"¿Por qué?"- le pregunte a mi tío Israel mientras sentía como acariciaba mi rajita con un dedo, lo pasaba despacio a todo lo largo de mi panochita, que apenas era una diminuta rajita muy coloradita que resaltaba por lo blanco de mi piel-

-porque estas muy niña y te dolería mucho si alguien mete su pilinga en tu cosita-

"¡pues cuando Noé metió su pilinga en mi boca no me dolió!"

-pero no es lo mismo…tu panochita esta cerradita y esta muy tiernita…por la boca no duele porque esa parte no esta cerradita…mira-

Acto seguido Israel metió su dedote en mi boca, así como hace un rato Noé había metido su pene en mi boca, lo metía y lo sacaba despacio de mi boca, yo lo chupaba como si fuera un caramelo, claro que su dedo no estaba tan grueso como la verga de Noé…y no sabia a nada, tome su mano con mi pequeña manita y cerrando los ojos me puse a chupar su dedo