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La espera

en Amor filial

Sombras, a la luz de la Luna.

Mientras afuera una tenue llovizna cae incesante, observas sin emoción como las gotas golpean suavemente tu ventana, no has podido cerrar los ojos y ya hace un buen rato que estas en tu cama, recién bañada y oliendo a tu shampoo favorito, ese de la botella graciosa que has encargado de ese catalogo infantil, vistes únicamente una delgada blusa de algodón que te llega a las rodillas, te mueves intranquila dando vueltas y vueltas respirando muy agitada.

El reloj luminoso que esta en tu buró te informa que ya pasa de la medianoche y tienes la certeza de que esta noche no vendrá, el recuerdo de noches pasadas te golpea la mente como un flash que relampaguea casi al mismo tiempo que ese rayo eléctrico que potente, rasga la noche fría, muerdes tu labio al recordar momentos vividos en esa misma habitación que ha sido testigo de tu transformación de niña a mujer, tus manos se deslizan traviesas por toda tu anatomía provocando unas sensaciones ardientes que te obligan a dejar escapar un ronco gemido de gatita caliente, para cuando te das cuenta ya tienes un dedito en tu seca almejita que no tarda en responder a esa suave fricción y empieza a soltar tus jugos mas íntimos…el sueño te toma desprevenida y en tu rostro hay un gesto de satisfacción.

El día ha pasado como una tonta película, que tu estas obligada a vivir una y otra vez hasta el infinito.

Repites el mismo rosario de obligaciones del día de ayer y el de anteayer y el de….agradeces a las sombras nocturnas que envuelven tu universo y agitada te metes a tu cama, no han pasado ni dos horas, cuando el sonido ya conocido de tu puerta te hace cerrar los ojos y abrir tus piernas, esperas.

El tibio contacto de unas manos varoniles muy decididas te van despojando de la sabana que cubre tu cuerpo y se te hace eterno el tiempo que tarda en caer la hoja seca, sin aviso tus pezones de ninfa son adorados por una exigente boca que los mete por completo y los somete a una deliciosa tortura provocando que arquees la espalda mientras una mano cubre tu intimidad por completo y la acaricia como preámbulo a lo que sigue.

No abres tus ojos, no es necesario, y te abandonas a las exigencias del macho que ha venido a reclamar sus territorios y dejar su huella.

Sientes como tu cuerpo es levantado en vilo y te acomoda de tal manera que frente a ti ha quedado un suave y tibio apéndice de carne, el penetrante aroma que despide te llega al cerebro y dilata tu orificios nasales, lo tomas ávida en tu boca y le prodigas tiernos besos en la punta semidura, otro apéndice mas húmedo se ha introducido en tu flor sexual y venciendo barreras llega mas allá de lo que puedes soportar, tu clítoris es atrapado y paga el precio, mientras un dedo penetra hasta lo mas profundo de tu ser y como un furioso pistón entra y sale con una velocidad endemoniada provocándote el primer orgasmo de la noche, aprietas mas los ojos y un prolongado suspiro te convulsiona de pies a cabeza llevándote a otra dimensión, el pequeño apéndice con el que jugueteabas se ha transformado en una potente arma incapaz de entra en tu pequeña boca y la aprietas con ambas manos hasta sacarle una gruesa gota espesa que brilla con la luz de la luna y esperas impaciente el segundo acto.

Unas manos te arrastran al borde de tu cama y con tus piernas abiertas en compás sientes la tremenda punta de esa lanza de carne que distiende al máximo tus labios vaginales, con tus manos separas tus pétalos de carne y esperas el ataque, tu lubricada almeja ayuda a que entre hasta el tope de tu vulva y la envuelves con tus paredes internas apresándola como un delicado guante de piel, unas redondas esferas de piel que topan con tu trasero te avisa que has sido penetrada por completo y empiezas un movimiento rotatorio de cadera disfrutando esa larga y gruesa verga adulta.

Un enorme cuerpo velludo cae sobre ti, te ahoga su peso pero no protestas, te excita el sentirte dominada, una lengua de lava se adentra en tu diminuta garganta, la atrapas y la succionas con frenesí, estas siendo doblemente penetrada y solo de pensarlo una cadena de orgasmos te pone al borde del colapso, levantas tus piernas y con dificultad abrazas el musculoso cuerpo que te traspasa, mientras el cilindro de carne que taladra tus entrañas paga el precio de tanto placer y deja su tributo en forma de un aluvión de semen espeso que sale a borbotones bañando tu estrecha almejita y acompañas sus pulsaciones con otro orgasmo, ya vencida se desliza abriendo la compuerta a los torrentes de tus jugos intimos que se han mezclado con el semen formando una gran mancha en tu sabana blanquísima…

Poco a poco tu pulso se normaliza, te estiras en tu cama con la gracia de un felino y fatigada te entregas al sueño, un suave beso en tu frente marca el fin del encuentro y una ronca voz te envuelve seductora:

Hasta mañana hija.

Entreabres por fin tus bellos ojos y ves como la enorme sombra sale de tu cuarto, cierra la puerta y un instante después escuchas el abrir y cerrar de otra puerta.

La de la alcoba matrimonial.

Y agradeces el tener un papi tan potente y tan guapo.

 

Fin