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Mi culo por un boleto

en Gays

Eduardo es un exitoso diseñador de paginas Web y es socio junto con Jaime, un amigo de una prestigiosa compañía en soluciones Web y Multimedia, tiene 32 años y es un atractivo hombre soltero, maneja un lujoso carro deportivo europeo y posee un hermoso departamento en una exclusiva zona de Monterrey, cada 6 meses sale de viaje por Europa, habla 3 idiomas a la perfección, pues estuvo de interno en los mas prestigiosos colegios de Canadá y Francia, es hijo único lo que significa que es el único heredero de la fortuna familiar, a pesar de que no necesita del apoyo de la familia para vivir como le pega la gana, lleva una vida sexual muy agitada, pero siempre con las precauciones debidas, generalmente únicamente asiste a los antros de moda solo para divertirse, nunca de ligue ni buscando sexo rápido, no Eduardo tiene unos gusto mas…pintorescos,

Le gusta follarse jóvenes heterosexuales, romper culos es su pasatiempo favorito.

Cualquier hombre con el automóvil que Eduardo maneja, levantaría a las chicas que quisiera, pero Eduardo tiene otras inclinaciones, para ser mas exacto el prefiere levantar jóvenes deportistas en las canchas de fútbol y tiene sus puntos exactos de levante. Por ejemplo las canchas del río Santa Catarina, un amplio parque deportivo que cuenta con numerosas canchas de fútbol en donde Eduardo deleita su vista viendo a esos vigorosos jóvenes enfundados en esos sensuales uniformes deportivos e incluso algunos jóvenes corren sin camisa, vestidos únicamente con el short reglamentario, aquellas carnes en movimientos, llenos de ese sudor tan masculino y aquellos paquetes que van saltando conforme el dueño de ese conjunto varonil corre tras el balón, todo un poema a la belleza masculina.

Eduardo sabe de la pasión de estos jóvenes por el fútbol, pues como buenos machos-borregos, todos corren junto con la manada, en un país donde la virilidad se mide no por tus acciones sino por la habilidad para meter un gol.

Nos encontramos en México un país de machos por excelencia, la línea entre pasión y fanatismo no se distingue por lo que es común ver gente llorando porque su equipo perdió un encuentro, nada mas entupido e infantil, pero la borregada no sabe mas que ir detrás de un balón y hay gente que es capaz hasta de vender el culo por un boleto con tal de ver jugar al equipo de sus amores, esto lo sabe muy bien Eduardo así que estando a unos días para el clásico de Tigres y Monterrey los únicos dos mediocres equipos de la ciudad, para los cuales los boletos están carisimos pues los directivos de estos dos equipos les encanta verles la cara de pendejos a los seguidores y a pesar de que de los dos equipos no se hace uno, los fanáticos venden lo poquito que tienen, piden prestado o…se prostituyen por un boleto.

Eduardo es como un lobo que ya escogió a su débil presa, es un joven de unos 17 o 18 años, tiene toda la estampa de un semental, alto, moreno y con un cuerpo en el que no hay un asomo de grasa, pero sobre todo un magnifico trasero que insolente desafía la gravedad.

Espera a que el juego termine y justo después de que todos los integrantes del equipo se despiden, el joven elegido se va encaminando hacia un puente peatonal que va a desembocar en una colonia de clase baja y en el cual abundan las pandillas y la violencia, esto es pan comido, piensa Eduardo mientras piensa como entablar una platica con el joven deportista.

Antes de subir el puente Eduardo acelera el motor de su poderoso automóvil deportivo para llamar la atención del atractivo joven, su maniobra tiene el resultado que el esperaba pues el joven a detenido su marcha para admirar el hermoso carro deportivo difícil de conseguir en México.

Eduardo dedica una de sus mejores sonrisas que lo muestran como todo un metrosexual norteño y saluda al joven con un ademán como si lo conociera de años.

-"hola… ¿perdieron o ganaron"-

Cuando quieran entablar platica con un mexicano, no le hablen de cultura, de cine ni del estado del tiempo, pregúntenle a que equipo del balompié mexicano adoran y ya la hicieron, bórrenle del cerebro el fútbol y tendrán una masa de carne y huesos que únicamente come, defeca y se reproduce o sea todo lo elemental que hacen los animalitos en su medio ambiente, no comprenderán que se ven bien estúpidos cuando en el mundial, la "decepción" Mexicana no llega ni al tercer lugar, pero eso si, la empresa mas fuerte en telecomunicaciones del país (Televisa) y la compañía cervecera mas exitosa, en una combinación maquiavélica, se juntan para explotar a toda la bola de "obsesivos" futboleros por lo que un año antes ya calientan el ambiente para el mundial de Alemania y exprimirles el ya de por si raquítico bolsillo, por lo que asistir a un estadio es casi como ir a una monumental cantina…

Sin dejar de admirar su automóvil el joven esboza una media sonrisa y responde a Eduardo que perdieron el partido 3 a 1 favor del equipo contrario.

Ya con esos breves diálogos el joven se siente "identificado" como si ante el tuviera a un fanático mas del fútbol y la simpatía le nace natural por el atractivo joven que maneja ese automóvil que solo en el cine puede admirar.

-"uff que calor ¿te gustaría tomarte una cerveza?-

-claro…-responde el joven dirigiéndose al auto, sin saber que al aceptar ha sellado su destino…

Eduardo no se dirige a ningún antro de la localidad, enfila su potente auto hacia la zona donde se ubica su departamento, en una de las torres mas lujosas de monterrey, rumbo a San Pedro.

Miguel no desconfía, el sabe que solo a los muy machos les gusta el fútbol, por lo que no espera que su nuevo amigo sea un maricón, de esos que ve pintarrajeados en las calles de su colonia y que le chupan la verga a los borrachos por una propina.

Eduardo admira las piernas duras y morenas que contrastan con la tela blanca del short deportivo y cada vez que cambia de velocidad trata de rozar esas piernas velludas, Miguel piensa que es por lo reducido del automóvil, por lo que no le da desconfianza.

En menos de media hora ya están en el elevador privado que los lleva al penthouse de la torre y desde donde se aprecia toda la hermosa ciudad de monterrey, apenas entran y Eduardo enciende la enorme pantalla de plasma por donde pasan un partido del Real Madrid, en el que por cierto están los jugadores mas bellos del planeta, Miguel no puede creer que esta en ese lujoso departamento donde todo esta decorado con gusto exquisito y en donde cada detalle es una obra de arte.

-"quieres darte un baño…para que te refresques"-

Miguel sabe que si su nuevo amigo fuera joto, el ya lo hubiera notado, pero Eduardo es tan masculino en sus modos, tan elegante, casi como un modelo de revista o un actor de cine, acepta y Eduardo lo conduce a su recamara donde esta una moderna tina de hidromasaje que ya lista con una mezcla de hierbas aromáticas que impregnan el ambiente de un rico aroma, y que sin saberlo le enerva los sentidos, sin pena se quita los tenis y las calcetas, dudando un poco se desprende de su playera deportiva y Eduardo no puede mas que admirar ese bello cuerpo varonil, con un escaso vello en el tórax y en donde sobresalen unos pezones morenos y pequeños, el abdomen esta sin un gramo de grasa, producto de las largas jornadas pegándole y corriendo por la cancha de fútbol, en un rápido movimiento Miguel se despoja del short junto con sus calzoncillos, de reojo Eduardo, quien finge observar para otra parte no puede dejar de mirar una polla morena y regordeta que cuelga flácida sobre unos gordos huevos muy morenos los cuales sobresalen sobre los muslos gordos y acariciables, de un salto Miguel se mete a la tina para disfrutar de la rica sensación de estar en una tina de hidromasajes, Eduardo ya esta destapando la primer cerveza del día y se la entrega a su invitado, no sin antes "accidentalmente" mojar las prendas de Miguel y pidiendo una disculpa las mete a la secadora automática para que estén listas "en una hora".

-"y ahora que me pongo"-pregunta Miguel divertido.

Eduardo le entrega una afelpada toalla blanca, misma que Miguel se enrolla en la cintura para salir del agua y dirigirse ambos a la sala donde el partido aun continúa.

Eduardo le entrega a Miguel la segunda cerveza del día.

Pasan a la sala y Eduardo toma asiento a un lado de Miguel para poder admirarlo mejor.

Apenas anota un gol el equipo del Real y los dos saltan como niños y se abrazan jubilosos como verdaderos fanáticos, uno del fútbol y el otro de la entrepierna del invitado, casi como al descuido Eduardo deja caer la pregunta decisiva para lo que sigue.

¿Vas a ir al clásico del sábado?-el día 24 de septiembre se jugara el clásico entre Tigres y Rayados y todo aquel que se considere súper fanático tiene que estar en el estadio, hay gente que hace fila una semana antes por un boleto.

-"no como crees, los boletos están bien caros"-

¿Pues no que eres bien fanático del fútbol?

-"soy tan fanático que vendería a mi madre por un boleto"-

Eduardo le entrega la tercera cerveza a Miguel y nota una ligera lentitud en la forma de hablar del joven, quizás poco acostumbrado a la cerveza importada.

¿Qué serias capaz de hacer por un boleto? –pregunta Eduardo ya con un tono mas sensual al mismo tiempo que acaricia el muslo de Miguel, quien aturdido por la cerveza no alcanza a ver el peligro en el que esta, mientras la mano de Eduardo va subiendo lentamente hasta meterse debajo de la toalla y tocar con la punta de sus dedos la polla de miguel que quizás por el afrodisíaco baño y la excitación de lo prohibido siente que su verga empieza a reaccionar ante el suave y delicado tacto de la cuidada mano de Eduardo.

¿Quieres que te meta la verga?

Ese modo tan directo de hablar de los hombres, provoca que Eduardo entrecierre los ojos y se abandona al placer de saborear a la victima de la semana, pues no hay platillo mas rico que jóvenes heterosexuales ante su primera relación homosexual, pues según estadísticas todos los hombres han tenido por lo menos una relación homosexual en su vida y Eduardo esta cooperando para hacer realidad esa estadística, llevando jóvenes mancebos a su departamento y nunca repite platillo por muy rico que este.

Poniéndose de rodillas ante ese bello ejemplar desata la toalla para liberar esa hermosa verga juvenil que empieza a tomar altura, la acaricia de arriba hacia abajo, toma los gordos huevos e imagina su peso en la palma de su mano, se ven vigorosos y llenos de leche lista para ser descargada.

Acerca su boca a la de Miguel quien lo esquiva, aun queda un átomo de dignidad en el joven y no besara un hombre en la boca ni en ninguna parte, faltaba más el es ¡bien macho!

Eduardo no insiste y cae en picada con la boca abierta para atrapar la brillosa punta de la verga que late al ritmo de sus mamadas, usando solo sus labios empieza una desquiciante chupada usando su lengua para en movimientos circulares recorrer todo el rojizo glande que sensible a su caricia empieza a supurar abundante líquido pre-eyaculatorio, desprendiéndose de ese rico manjar Eduardo se dirige a las bolas que cuelgan pesadas metiéndoselas a la boca, llenándolas de baba y jugando con su lengua va llegando al moreno hoyo posterior de Miguel que al sentir la caricia se dobla preso de un escalofrió que recorre desde el nacimiento de sus nalgas hasta su nuca, Eduardo sigue insistiendo con su lengua y nota como Miguel levanta mas su cuerpo ofreciendo su hoyo a la atrevida lengua que recorre todo su entorno dedicándole húmedas caricias.

Un dedo empieza una suave caricia y con algo de saliva de Eduardo empieza a entrar sin encontrar resistencia mas que la natural de todo orificio virgen, el dedo a entrado hasta la mitad y un lento, suave mete y saca arranca un suave gemido del joven mientras es masturbado con la otra mano libre de Eduardo quien ya ha metido dos dedos en ese tibio culo masculino y lucha por meter un tercer dedo.

Lo erótico del momento, las cervezas, el baño o quien sabe que cosa pero sin darse cuenta Miguel ya estaba siendo penetrado por la gruesa verga de Eduardo, metiéndola hasta que sus huevos chocaron con las redondas nalgas de miguel quien en medio de fuertes gemidos expresaba el tremendo placer que invadía su cuerpo virgen de ese orificio, al ser invadido de sus entrañas por una verga que no dejaba de hacer su recorrido de ida y vuelta enviando olas de placer por todos su poros como si millones de hormigas caminaran bajo su piel mostrándole placeres antes desconocidos, no se comparaba con las rápidas cogidas que le daba a su novia, ni a las puñetas que se hacia por las mañanas en la soledad de su cuarto, no esto era otro mundo, abrió sus ojos y se encontró siendo penetrado al mismo tiempo que era velozmente masturbado por Eduardo en una desquiciante sincronía que lo tenia al borde del orgasmo.

En un feroz mete y saca, sintiendo la eyaculación que subía desde sus huevos y recorría todo el camino hacia la inevitable erupción de semen, Miguel bañaba su vientre de su propia corrida, nunca había sido tan abundante ni tan potente que ligeros chorros bañaron su pecho y en un gesto de total disfrute los embarro en todo su pecho, mientras bañado en sudor Eduardo regaba sus entrañas con potentes chorros de espesa leche que golpearon las paredes del recto de Miguel.

Después la calma…

Casi como sonámbulo Miguel se vistió y subió al taxi que Eduardo solicito por teléfono para que fueran a dejarlo a su humilde colonia, el culo le dolía y sentía el cuerpo molido pero todas sus molestias desaparecieron cuando descubrió que en sus calzoncillos había un boleto de palco para el gran evento del clásico regiomontano, no pudo evitar una misteriosa sonrisa…

¿Por el boleto o por la gran follada?

FIN

Dedicado a todos los nacos futboleros de la Ciudad de Monterrey, que son capaces de regalar el culo por un boleto.

Este relato esta basado en un hecho real