PEQUEÑOS TERRORES
EXTRAÑA RELACIÓN: El mundo no entiende lo nuestro, no quiere entender nuestro amor. Un amor puro y verdadero. La gente murmura a nuestras espaldas, cuando nos besamos sentados en el parque; dicen que estoy loco porque te acaricio las manos, blancas y suaves, y las aprieto entre las mías, o cepillo tus cabellos mientras miramos por la ventana de tu dormitorio antes de ir a dormir. No pueden entenderlo por la única razón de que tú estás muerta... ¿Te parece lógico, cariño?
FIN
LA ÚLTIMA DISCUSIÓN CONYUGAL: El señor J.P., con el ceño fruncido y cara de pocos amigos, sale del calabozo donde ha pasado toda la noche tras la denuncia de uno de sus vecinos, que dio parte a la Policía de que él y su "mujercita" estaban teniendo otra de sus discusiones conyugales.
Ha prometido al Juez de Guardia no más escándalos, no más discusiones, después ha sonreído a su Señoría.
Silbando, sale del Juzgado y camina hasta su casa, silbando introduce la llave en la cerradura, abre la puerta y entra en su hogar.
-No más discusiones Ja, Ja, Ja -el señor J.P. se sienta en el cómodo sofá de su sala de estar, enciende la televisión, y mira de reojo el cadáver degollado de su querida "mujercita"-, no más discusiones conyugales.
FIN
TENER CONTENTO A PAPÁ: Me gusta tener contento a papá, porque me compra juguetes, helados y caramelos, y yo siempre le obedezco. Como aquella vez que le ayudé a dormir al perrito que ladraba tanto, o cuando ayudo a la abuelita a bajar las maletas del coche cada vez que viene a visitarnos, o le doy un beso a mamá y rezo mis oraciones antes de irme a dormir.
Por eso, la próxima vez que mi hermanito llore y despierte a papá a media noche, dormiré al niño como dormimos al perrito que ladraba, porque así, papá estará contento y me comprará más regalos.
FIN
JUGAR EN EL JARDÍN: Siempre le gustó jugar en el jardín de la parte trasera de su vieja casa y arreglar, con su buena madre, los macizos de flores, desde las rosas a las margaritas, y desde los gladiolos a los alhelíes.
Le encantó jugar al escondite con sus amigos entre los rosales, y subirse a los árboles, para columpiarse de las ramas más altas mientras, su padre lo miraba desde abajo, sonriendo.
Si, el jardín era su lugar predilecto, por eso, cuando cometió su primer asesinato, no le fue difícil excavar una fosa en él y plantar sobre la misma otro hermoso macizo de
rosas; así lo hizo también cuando cometió todos los demás asesinatos, los veinte asesinatos.
Y su querido jardín siempre estuvo bien cuidado, limpio y arreglado con sumo esmero, hasta el día en que fue condenado a morir en la horca.
Por fortuna, el Juez fue benevolente, y le permitió un último deseo: Ser colgado de la rama más alta de su árbol preferido de su amado jardín, y enterrado bajo el hermoso macizo de rosas donde jugaba al escondite cuando era niño.
FIN
LA BUFANDA: Te dispones a salir para la calle y coges tu bufanda nueva. al notar el frío que reina en la calle; rodeas con ella tu cuello, y caminas hacia la puerta.
De repente, una sensación de ahogo, te obliga a detenerte y empiezas a notar como te oprime la garganta, notas la falta de aire, jadeas intentando respirar, tu piel comienza a adquirir un feo tono azulado, tus ojos amenazan con salirse de sus órbitas, y tu lengua cuelga fuera de tu boca, hinchada y amoratada mientras tus manos, antes de morir, aferran la prenda de lana y caes al suelo, al tiempo que recuerdas el llamativo slogan que te hizo comprar la bufanda: "¡¡¡Compre nuestra bufanda, con ella jamás volverá a pasar frío!!!", y comprendes que es cierto porque: ...Los muertos no tienen frío.
FIN
LA SEMILLA: Acababan de ofrecértela a muy buen precio en una vieja y sucia floristería del centro del pueblo. Era una extrañas semilla, muy pequeña, con forma de pipa de girasol, de un precioso color azulado.
La plantaste en una maceta en cuanto llegaste a tu casa, y la regaste con agua limpia, y la alimentaste con abonos de la mejor calidad.
Aquella misma noche, de madrugada, escuchaste un ruido en tu habitación e intentaste incorporarte en tu cama, sin conseguirlo. Gruesas enredaderas rodeaban tu cuerpo, sujetándote a tu lecho mientras, tallos más finos y afilados se clavaban en tu carne, y se metían por tus oídos, tus orificios nasales, tu boca y tus ojos y desgarraban y destrozaban tu cuerpo, por dentro y por fuera.
A la mañana siguiente, cuando alguien entró en tu habitación, lo único que encontró, fue tu cama destrozada, y una maceta volcada junto a la misma.
FIN
UNA CHICA NORMAL: Ella, a primera vista, no parece nada especial, y así lo cree también ella, hasta el día fatídico en que, aquellos dos gamberros intentan hacerle daño.
De repente, sus bellos ojos azules empiezan a brillar como ascuas encendidas, sus manos se curvan y deforman, hasta adquirir la forma de terribles garras de alguna bestia sanguinaria, armadas con largas uñas, afiladas como cuchillos de carnicero mientras, de su boca asoman cuatro caninos de aspecto amenazador.
Chorros de sangre salpicando su destrozada blusa, mientras desgarra, destroza y despedaza los frágiles cuerpos de los dos muchachos, y bebe su sangre, y come su carne.
Un placer inmenso recorre todo su cuerpo, al ver la sangre de sus víctimas manchando sus bonitas ropas de niña normal e inocente.
Ella ha dejado de ser una chica normal.
FIN
S.O.S.: Me llamo XXX, y estoy en grave peligro; esas cosas me rodean por doquier. Son horribles, asquerosas. Sus ojos rojos se clavan en mí fijamente, siguiéndome a todas partes.
Esta mañana, muy temprano, han comenzado a atacarme; mientras dormía han clavado sus afilados dientes en mis pantorrillas y en mis muslos, mientras subían hasta mi garganta.
Ya es tarde, si alguien llegase a leer esto, que no se preocupe en venir a ayudarme. Ellos ya habrán dado buena cuenta de mi cuerpo.
FIN
SE DESLIZA: Lo sientes cerca de ti, acariciando tu cuerpo, rodeándote, cubriéndote. Notas su tacto húmedo y gelatinoso, frío. Se desliza, lentamente, por encima de tu carne, asfixiándote, quemando tu piel, absorbiendo tu carne, hasta llegar a tus huesos para machacarlos y reducirlos a polvo.
Después, se desliza, lentamente, buscando otra víctima.
FIN
LA CURIOSIDAD MATÓ AL...: Eres curioso por naturaleza, sabes que no tendrás una oportunidad tan buena como esta para entrar en el jardín de la vieja casona abandonada y explorarlo.
El enorme cartel metálico de la entrada te advierte: "NO PASAR", pero no haces el menor caso.
Con ágil salto, cruzas por encima de la valla.
Tus pies, una vez tocan el suelo, comienzan a hundirse. Arenas movedizas.
En poco tiempo, sólo tu cabeza asoma fuera del charco.
En un último y desesperado intento por pedir ayuda, abres la boca para gritar, pero lo único que sale de tu garganta es un débil maullido.
FIN
TIC-TAC: Sientes tu cabeza a punto de estallar por culpa del maldito reloj de pared que te bombardea, sin tregua, con su incesante tic-tac. Día tras día, noche tras noche, sin descanso.
Finalmente, un día se detiene, pero..., ¿ha sido el reloj o has sido tú?
FIN
EL ANUNCIO: Tardé bastante en contestar a aquel anuncio del periódico. "Se precisa niñera/o, interesados llamar al teléfono: xxxxxxx.
No me resultó difícil encontrar la casa. Grande y de aspecto oscuro y siniestro.
Los dueños resultaron se una joven y agradable pareja, que se ofrecieron, muy amablemente, a mostrarme toda la vivienda, y a presentarme a su hijo, un niño encantador muy simpático, antes de marchar, sonrientes y felices, cogidos del brazo.
Medianoche, en su cuarto, el niño comenzó a llorar, y yo me levanté del sillón donde había empezado a quedarme dormido.
La casa estaba totalmente a oscuras, y me fue imposible encontrar el interruptor de la luz.
A ciegas, tanteando, como mejor pude, llegué hasta el dormitorio del pequeño, y abrí la puerta.
Aquello se abalanzó sobre mí y me desgarró la camisa, haciéndome trastabillar hacia atrás.
Como pude, salí de la alcoba del niño, y cerré la puerta tras de mí, mientras aquello arañaba la madera.
Corriendo, abandoné la casa, y no paré, ni miré hacia atrás, hasta llegar a mi hogar.
Nunca volví a ver a la pareja, ni supe lo qué ocurrió en aquella casa, aquella maldita noche, pero, ahora, me preocupo bien en informarme antes de contestar un anuncio del periódico.
FIN
UNA BUENA PIEZA: El viejo pescador ha tenido un buen día y mira, orgulloso, su pieza.
Grande, rubio, jugoso y tierno.
Se llamaba Carlos y, adoraba la natación, hasta ese día.
FIN
SIN PROBLEMAS: Acabas de asesinar a tu mujer y a su amante. Sin problemas.
Llevas en tu mano el cuchillo que has utilizado para degollarlos, en tu mano, goteando sangre todavía fresca. Sin problemas.
La Policía te persigue, y tú corres. Sin problemas.
Llegas a un puente bajo el que corre un río profundo y caudaloso. Saltas, aunque no sabes nadar. Sin problemas.
La fuerte corriente te arrastra, tus pulmones se llenan de agua, y tú mueres. Sin problemas.
FIN
DISCULPEN LAS MOLESTIAS: Llamas a la puerta de un posible nuevo cliente, y te dispones a mostrarle tus artículos de venta a domicilio.
Cinco minutos más tarde, sales de la casa, feliz de haber hecho una venta tan magnífica.
Por desgracia, fuiste asesino antes de ser vendedor a domicilio y, las terribles heridas de cuchillo, acaban con las vidas de todos los habitantes de la vivienda.
Tras la matanza, y tal y como te han enseñado en la empresa, te despides con un alegre y cordial: "Disculpen las molestias".
FIN