CAPÍTULO 6º
SEXO EN LA OBRA
Claudia Miravete pasea por el centro de la ciudad después de haber visitado varias tiendas de ropa en las que renovar su extenso y exquisito vestuario.
Es mediodía y hace calor, y nuestra protagonista viste una blusa blanca y una falda de tubo negra, y calza unos caros zapatos de tacón alto, que resuenan en la acera.
Pasa junto a un edificio en construcción, cuando lo ve y su corazón se acelera en su pecho.
Allí, tumbado boca arriba, un fornido y sudoroso albañil, dormitando, totalmente ajeno a lo que está a punto de sucederle…
Despierta al notar algo sobre su nada despreciable paquete.
-¿¡Eh, qué coño…!? –Exclama al ver a nuestra protagonista sobando su entrepierna hasta provocarle una brutal erección-. ¿¡Quién cojones es usted, señora!? –Inquiere el honrado y ahora cachondo obrero de la construcción mirando fijamente a nuestra protagonista, que lo mira y sonríe mientras se relame con gesto lascivo.
-Sólo soy una señora en busca de una buena polla –responde Claudia sin dejar de sonreír y volviendo a poner su diestra sobre la bestial erección del hombre, para añadir seguidamente en un sensual susurro-: Y la tuya me parece perfecta…
-UFFF… JODER… -Jadea el albañil mientras Claudia le saca los veinte centímetros de verga, gordísima y ya dura y enhiesta, y comienza a pajearla y a lamerla como quien lame un rico caramelo.
-MMM… QUÉ POLLA TAN GORDA… -Ríe nuestra lasciva protagonista besando la punta del enorme capullo-. VOY A TENER QUE ABRIRME BIEN EL COÑITO PARA QUE ME QUEPA TODA, SOY UN PELÍN ESTRECHA.
-PERDONE, SEÑORA… -Gime el obrero mientras sus manazas estrujan las duras tetas de Claudia por encima de la blusa-. USTED LO QUE ES ES UNA GUARRA.
-UFFF, SÍ… SOY UNA GUARRA, TU GUARRA –Suspira Claudia Miravete mientras se baja la falda y el minúsculo tanga negro, mostrando al hombre su coñito depilado y jugoso-. Y POR ESO QUIERO QUE ME JODAS BIEN RICO, CON TU GORDA TRANCA… ¿LO HARÁS, MACHOTE? ¿ME VAS A METER TU POLLÓN EN MI ESTRECHA RAJITA Y ME VAS A DAR TODA TU RICA LECHE?
-¡JODER QUÉ SÍ! –Brama el albañil apuntando su verga al chorreante chumino de nuestra protagonista y clavándoselo de un sólo golpe al tiempo que exclama fuera de sí-: ¡JODER, QUÉ ESTRECHO Y MOJADO ESTÁ! ¡ME ENCANTA!
-¡UFFF, QUÉ POLLA TAN GORDA Y TAN DURAAA! Suspira Claudia Miravete mientras se contonea para sentir mejor el grosor del cipote del albañil en su estrecha gruta del placer-. ¡ME VAS A PARTIR EN DOS CON ELLA! ¡ME ENCANTAAA!
-¡ESO ES, PUTA! –Jadea el hombre, haciendo más fuerza en el chochito de nuestra protagonista con su pollón-. ¡MENEATE MÁS, SIENTE COMO TE CLAVO MI VERGA EN TU ESTRECHA RAJITA!
-¡UFFF, SÍÍÍ! –Jadea también la señora Miravete, sintiéndose como a ella tanto le gusta, es decir, guarra, sucia y caliente-. ¡ME CHIFLA NOTAR TU GORDO POLLÓN EN MI COÑITO ESTRECHO Y MOJADO! ¡CLAVÁMELA HASTA EL FONDO, SEMENTAL! ¡FÓLLAME BIEN FUERTE CON ELLAAA!
Y eso hace el feliz albañil, ¡vaya si lo hace! Agarrando a Claudia por los hombros para hacer aún más fuerza en su chochito caliente, arrancando gemidos y jadeos de puro placer a nuestra cachonda protagonista, que se deshace literalmente orgasmo tras orgasmo.
-¿TE GUSTA ASÍ, CACHO GUARRA? –Brama el obrero taladrando con su gordo cipote cada vez con más ímpetu el chumino de Claudia Miravete, que se muerde el labio para no gritar y montar un escándalo.
-¡QUIERO COMERTE LA POLLA Y QUE TE CORRAS EN MI BOCA! –Gime entonces Claudia arrodillándose ante la verga del albañil y metiéndosela en la boca hasta la garganta, iniciando una fabulosa mamada final.
La comida de polla se prolonga por espacio de diez minutos, durante los que no faltan las caricias a las gordas pelotas llenas de semen caliente.
Y por fin…
-¡ME CORRO, ME CORRO, ME CORROOO! –Brama el albañil, agarrándose la minga a la altura de los cojones y empezando a soltar lefa espesa y caliente, que nuestra protagonista traga casi con avaricia, hasta no dejar ni una gota.
-MMM… DELICIOSA –Ríe Claudia mientras se arregla la ropa y sale de la obra rumbo a su casa.