Esclavo de dos lesbianas

Mi novia siempre ha sido muy dominante pues tiene un fuerte carácter que a mí me ha ido sumiendo, casi sin darme cuenta, en una docilidad hacia ella cada día más fuerte pues es ella la que toma toda las decisiones y no me consulta a mí nada. Ella ha ido tomando el mando de nuestra relación y yo he ido aceptando la situación casi sin darme cuenta porque la verdad es que me gusta que se tan dominante y ella se dio cuenta en seguida de que yo era bastante sumiso y que me gustaba que ella me dominara. Y en la cama siempre ha sido ella la que ha llevado la iniciativa, la que me folla, me exprime y me deja exhausto, porque he de estar siempre dispuesto para satisfacerla y hasta que ella no goza no tengo permiso para hacerlo yo.

Y así ha sido siempre; ella piensa y decide y yo lo acepto. He leído que este tipo de relación se le llama D/s, pero no sé si nosotros nos incluimos en ella pues mi chica nunca ha tenido látigo, cueros, cadenas y todas esas cosas. Ella no las necesita. A ella le basta decir "ven" para que yo vaya a sentarme a su lado o a póstrame entre sus piernas pues me gusta verla desde abajo porque así puedo verla las braguitas y sus hermosos muslazos.

Un día me dijo que había conocido a una amiga lesbiana que le había regalado una camiseta negra con la palabra "Imprevisible" escrita en el frontal y que esa chica le gustaba mucho, por lo que había decidido probar la experiencia de hacerlo con una chica. Yo no dije nada, claro, porque nunca digo nada cuando ella decide cualquier cosa pues soy sumiso y ella dominante, y así están establecidas las cosas. También me dijo que como ella era muy celosa no quería que yo participara, sólo me permitiría mirar mientras ella follaba con su amante. Y acepté, claro, porque la verdad es que me excitaba verla con otra chica.

Y así fue como conoció a su actual amante con la que suele follar en nuestra cama siempre que quieren mientras yo permanezco sentado o echado en una chaiselongue de terciopelo rojo frente a su cama mirando como se aman delante de mí, porque además su chica ha comprado el piso de al lado y han abierto una puerta por lo que sus habitaciones están permanentemente comunicadas, sin necesidad de que nadie del edifico sepa nada. Mi chica me ha colocado además un cinturón de castidad porque dice que no le gusta verme masturbándome mientras ellas follan, que les molesta la imagen, que hace muy feo y que parezco un mono, por lo que sólo podré mirar pero sin tocarme.

Un día me llamó y me dijo que había descubierto que era lesbiana, que se habían enamorado de su amiga y que querían vivir juntas. Yo me hinque de rodillas y le dije que la amaba, que no me abandonara, por favor, te lo suplico, le dije, porque no podía vivir sin ella y que aceptaría todo lo que ellas quisieran. ¿Todo? Sí, todo, le respondí sin dudar. Y ella me dijo que lo tendría que consultarlo con su amante a ver qué decía. Y se fue. Al rato vino y me dijo que después de consultarlo con su amante habían decidido que si quería seguir a su lado tendría que casarme con ella, claro, pero su hombre sería su amante que follaría con ella en todo momento, incluida la noche de bodas que yo pasaría mirando.

Que como no quería que su familia que era muy tradicional, supiera de sus relaciones lésbicas, yo seguiría siendo a todos los efectos el marido buenazo y fiel que la acompañaría a cenas, comidas, nochebuenas y demás actos sociales comportándome siempre como un marido enamorado y feliz que la mimaba y cuidaba en público siempre atento a abrirle la puerta, apartarle la silla en los restaurantes y abrirle la puerta de los taxis.

Que como a su amante le gustaba poco tener una polla delante, me pondrían un piercing en el glande para que no pudiera empalmar, ni penetrar, ni nada, porque así no sería una amenaza para ellas. Que a partir de ese momento ella tiraría toda mi ropa interior y sólo llevaría braguitas con el fin de que no se notara la presencia de un macho en su entorno. Que yo sería el encargado de toda las faenas domésticas y que para tal fin me había comprado un delantal de doncella francesa que debería llevar por encima de la braguita cuando hiciera las tareas de asistenta. Que por supuesto jamás follaría con ella y que tendría que contentarme con una "masturbación prostática" una vez al mes para descargarme las pelotas, pero sin tener orgasmo con el fin de que estuviera siempre en celo, excitado, sumiso y pendiente de ellas. Que siempre que follara con su amante en "nuestra" cama de matrimonio yo tendría que permanecer junto a ellas vestido con las braguitas tanga y el delantalito de doncella francesa por si se les terciaba pedirme algo.

Y yo acepté encantado. Y ahora esa es mi vida y soy feliz. Muy feliz.

Dedicado a Goddess Loulu