miprimita.com

Diario del sumiso cornudo yoli (sábado)

en Hetero: Infidelidad

Me alegro mucho por ti, yoli,- me dijiste-, porque cuanto más casto estás más puta eres y más cornudo quieres ser".

- Lo sé, mi Ama, porque la castidad me tiene todo el día excitado pensado en ti; pensando en cómo amarte más aún de lo que te amo; pensado en cómo ofrecerme y postrarme ante ti, en cómo humillarme más para que tú goces porque verte gozar es mi mayor placer: un gozo inenarrable que supera a cualquier experiencia mística.

- Lo sé, yoli, lo sé. Yo también te quiero, pero a mi manera.

Y te he vuelto a lamer el coño y el culo, pero sobre todo el coño porque has apretado los muslos contra mi cabeza para que no escape, y me has obligado a lamértelo hasta que te has corrido de nuevo y yo te he dicho que te amo, porque quererte a ti, mi Ama, y ser tu sumiso, es una experiencia mística que te lleva a admirarte como Señora, como Diosa, con un amor limpio y entregado.

La castidad me acerca más a ti y me pone los pezones erizados y muy sensibles, hasta el punto de que sólo rozarlos me provocan un gran placer y me ponen la polla dura dentro del cinturón de castidad. Los rozo y ya me siento excitado, sumiso, cornudo y entregado, porque sé que te lo debo a ti , que mi felicidad depende de ti, que mi placer depende de ti, que mi fututo depende de mi amor por ti porque sin ti no hay futuro. Yo no quiero tener un futuro en el que no pueda ser tu completo sumiso cornudo para amarte más y más cada día.

- Lo sé, yoli. Sé que me amas por encima de todo y por eso estoy pensando en ofrecerte a mi madre como esclavo lamecoños. Es viuda, está sola, es más joven que tú y me da morbo que lamas el lugar por el que me ha parido, que adores el coño por el que he venido al mundo, que lamas y te comas el coño de mi madre y de tu suegra. Me lo estoy pensando.

- Te obedeceré en todo y haré encantado lo que tú me digas, incluido ser el esclavo lamecoños de tu madre, de mi suegra.

Y luego te he llevado en brazos al cuarto de baño y te he confesado que la castidad por ti hace que tus cojones siguen almacenando cada día más tu leche en tu despensa. En tus cojones, porque son tuyos y puedes hacer con ellos lo que se te antoje. Mis cojones son tuyos, mi Ama.

Y me he puesto a cuatro patas para que veas como cuelgan entre mis muslos y te los he ofrecido para que los cojas, los aprietes y hagas con ellos lo que quieras.

- Mi ama, te ofrezco mis huevos llenos de tu leche para que los apretujes, los estrujes, los apriete y los hagas tuyos. Mis cojones ya son tuyos. Yo ya no tengo huevos, yo ya no tengo cojones, porque mis cojones te pertenecen y puedes hacer con ellos lo que quiera.

- Lo sé, yoli, porque además ya no eres hombre, no eres macho, sino una puta sumisa.

- Lo sé, mi Ama, pero pese a ello te los ofrezco porque yo no quiero tenerlos, no quiero tener huevos, y quiero que sean tuyos,d e tu exclusiva propiedad.

- No hace falta que me los ofrezcas. Siempre he sabido que son míos.

- Sí, mi Ama. Son suyos.

Y tú has salido de la ducha, te has acercado por detrás y me los has cogido para estrujarlos. Y luego los has apretado, has tirado de ellos y has seguido apretándolos y estrujándolos mientras yo jadeo de placer y de posesión pues me siento completamente poseído por ti, descojonado, con mis huevos en tu mano, apretados y sintiendo la posesión que tú haces de mis hombría, de lo más importante que un hombre tiene.

- ¿Me ofreces tus cojones aún sabiendo que es lo que un hombre más ama?

- Sí, mi Ama. Son suyos, te pertenecen. Puedes cogerlos, apretarlos, atarlos, ponerles anillas, enjaularlos y ofrecerlos a tu macho por si quiere pisotearlos para anularme a mí como hombre y que sólo quede él como macho dominante, para que sea de verdad tu puta sumisa y tu cornudo más fiel.

- De acuerdo. Tus cojones son ahora míos y puedo pisotearlos si quiero.

Y yo me tendí sobre el suelo boca abajo, abrí las piernas y tú pusiste el pie sobre ellos y los pisoteaste a tu gusto y los volviste a pisotear mientras me decías que esos cojones llenos de leche, llenos de "tu leche", te pertenecían y podría pisotearlos y ofrecerlos a tus amantes para que los pisotearan.

- Sí, mi ama. Puedes hacer eso y más.

- Me parece justo, pero ahora prepáralo todo porque vienen de visita Ama Laura y su cornudo maricona.

Y me preparé para la visita de Ama laura y su marido cornudo y maricón micropito de 8 cm, que se llama noelia. Supuse que era probable que tú me permitirías por fin acabar con mi castidad sirviéndome de noelia para ello porque me dejaste claro desde un principio que la única mujer que me daría placer seria noelia. De hecho todavía no he follado contigo y sé que probablemente jamás lo haga. Así que quizás me obligaras a satisfacerme con ella.

Y cuando llegaron, Ama Laura se lo llevó a su cornudo noelia al cuarto de baño y lo trajo vestido de puta verbenera, con braguitas, medias, liguero y la cara maquillada. Yo llevaba también bragas y sujetador, es cierto, y un delantal de doncella francesa que siempre me pongo para cuando vienen las visitas o para hacer las labores domésticas, pero no sueles maquillarme, ni ponerme más prendas femeninas porque no me hace falta, según tú me dices.

- Eres los suficientemente puta que hasta desnuda lo pareces y no necesitas más –me sueles decir.

Pero siempre llevo las bragas que tú desechas tanto para estar por casa, como para salir a la calle debajo del pantalón. Y cuando noelia estuvo delante de nosotros, tú y Ama Laura os sentasteis en el sofá y luego me llamaste a mí para quitarme el cinturón de castidad porque querías que gozara con ella, con la puta micropito de noelia que además es mi sumisa porque tú me diste derechos sobre ella. Y cuando no estáis, yo soy su Ama y ella me llama Ama Yoli.

Querías que ella fuera la única mujer que me diera placer y eso hice, porque cogí su cara maquillada y la llevé a mi polla para que la chupara y lamiera; para que la besara y chupara, para que lamiera y besara mis huevos. Era la primera vez que sentía placer con una mujer, con el cornudo sumiso de Ama Laura, y para mí sí que era una mujer. Me lo parecía, estaba buena, era joven, la chupaba bien y tuve que hacer esfuerzos ímprobos para no correrme. Lo tenía prohibido por ti, porque querías que el espectáculo durara. Sabía que no podía correrme sin tu permiso. Y seguí recibiendo las chupadas y lamidas del maricón feminizado de noelia, hasta que no pude resistir más y me corrí sin tu permiso.

Sabía que lo que me esperaba y me arrodillé en el acto para recibir tu castigo, pero tú no me diste de leches como esperaba, sino que me dijiste que por haberla desobedecido, a partir de ahora perdía los derechos sobre noelia, ya no sería su Ama Yoli, sino una sumisa puta como ella. Y la próxima vez que falles, ella será tu Ama, Noelia, el maricón marido de Ama Laura, será también tu Ama y tendrá poder sobre ti. Y yo asentí con la cabeza aceptando y entonces nos dijisteis que nos hiciéramos un 69, es decir, que nos tendiéramos en el suelo y que yo le chupara el pito a noelia y ella a mí.

- Sois ya los dos iguales de puta sumisas, así que venga, a chuparos el pito.

Y nos tendimos en el suelo, junto a vuestros pies que desde el suelo veíamos vestidos con zapatos de tacón de aguja, y le chupe el pito a noelia y ella a mí la polla mientras vosotras mirabais y gozabais con la escena: dos tíos, dos putas feminizadas y sumisas, chupándose la polla en un 69 delante de sus amas. Y así estuvimos hasta que de pronto llamaron a la puerta y tú, mi Ama, fuiste a abrir y te encontraste con tu amante fijo; un chico megro muy guapo y tío bueno que te vuelve loca en la cama y que está casado.

Tiene a su mujer con la que folla pero también folla con mi mujer, mientras yo consiento y no puedo follar contigo. El disfruta de dos hembras y yo de ninguna porque yo sólo soy una puta sumisa y él un macho dominante. "Es ley de vida, yoli", me dijiste un día para explicármelo. Y lo entendí porque lo razonas todo muy bien y además tiene su lógica: Si yo soy un cornudo sumiso, una puta zorra feminizada, es normal que él sea un macho y disfrute de las hembras: de la suya y de la mía. Y que me haga cornudo un negro tiene además más morbo, porque es más humillante que él sea el macho Alfa y yo la zorra sumisa cornuda. Y además tu amante negro venía acompañado de tu madre, mi suegra, que sabe que soy un sumiso cornudo.

Tú macho negro quería un polvo rápido, al que tú accediste en el acto porque aunque está casado, también está como un queso y no es para desperdiciarlo. Eso me dijiste. Y además te habías calentado al verme follar con noelia y tenías que satisfacerte. Así que lo cogiste de la mano y te lo llevaste a la habitación.

- Hoy no asistirás a la puesta de cuernos, yoli, porque sería una falta de educación con nuestra visita, con Ama Laura y con mi madre.

- Sí, Ama

Y me he quedado en el salón con Ama Laura, su puta noelia y mi suegra, pero al rato tú has salido desnuda y le has cuchicheado a Ama Laura algo que no he podido oír, pero que al poco me has aclarado.

- Quiere que mientras folla con su amante, te azote el culo para hacerte cornudo y apaleado.

- Si lo quiere ella, yo también lo quiero –le contesté.

Y me eché sobre el sofá, me bajé mis bragas y le ofrecí el culo para que lo azotara, pero mi suegra dijo que no, y me cogió de la mano, me llevó a la puerta del dormitorio y me puse junto a la puerta entreabierta para que viera como mi mujer follaba con su amante negro. Eso quería ella y eso quiero yo también porque he levantado los brazos, me he apoyado contra la pared y he sacado el culo para facilitar que lo azote, mientras veía por la rendija de la puerta a mi mujer follando con su Amarte.

Y mi suegra ha comenzado a darme azotes en el culo con mi correa, cornudo y apaleado, que me han puesto la polla dura, muy dura, porque además mi suegra me decía que era un cornudo sumiso que además de gozar con los cuernos, me excitaba con los azotes, al ser apaleado delante de la mujer que me hace cornudo.

- Yoli: ves a tu mujer follar con otro, otra te azota el culo y tienes la polla dura. Eres una delicia de sumiso. Y de yerno.

- Sí, señora.

- Eres recornudo, yoli.

- Sí, señora. Lo soy y no lo puedo evitar.

- Tu Ama te ha dado permiso para que te corras, así que puedes correrte con mis azotes y viendo a tu mujer follar con otro mientras te azota tu suegra.

- Gracias, señora.

- Quiere que tu placer sea siendo azotado y corneado.

- Lo sé, lo acepto, lo consiento y lo considero muy justo.

- Que seas cornudo y apaleado, pero cornudo feliz.

- Sí Ama, lo soy. Soy un cornudo feliz, muy feliz.

Eso le contestaba tras casa azote, hasta que de pronto sentí un orgasmos que me venía de dentro, explotaba en mis cojones y me corría salpicando la pared con una corrida bestial.

- Eres tan cornudo, yoli, que encima te corres a borbotones al ser corneado por tu mujer y apaleado por tu suegra delante del macho que te hace cornudo.

- Sí, señora. Lo soy. Me moriré siéndolo.

Y ella me obligó a permanecer de rodillas y a mirar como terminabas de follar con tu amante. Y cuando él se corrió, se vistió y se marchó con mi suegra. Y tú me llamaste para que entrara en el cuarto a lamerte el coño, a dejártelo bien limpio de su leche. Y luego te duché, te vestí y os fuisteis las dos chicas de copas por los pubs para divertiros, mientras noelia y yo nos quedábamos en casa esperando vuestra vuelta, de madrugada, cuando habéis vuelto algo bebidas y contentas y nos habéis azotado a los dos por pura diversión.

Aunque cuando Ama Laura y noelia se han ido, me has llamado para que te desvista, para que te lama tu coño excitado pues dices que has ligado con algunos tíos muy buenos, sólo hablar, y me has dicho que quieres que duerma a tu lado en la cama, abrazándote por detrás para que te diga lo cornudo sumiso que soy y lo mucho que te amo. Y yo me he abrazado a ti y te lo he dicho una vez más.

Mas de sumis

Tú lo has querido, cornudo

Me hizo cornudo ya de novios

Dije que sí y ahora soy un cornudo consentido y fe

Cuewrnos y follamigos

Universitaria joven cumple tu fantasía de ser cor

Cornudo en todos los sitios

Megan Jones me hace cornudo feliz

¿Tienes celos, cornudo?

Cornudo sorprendido

Masoca, cornudo y putita

Cornudo y doncella francesa

Cornudo, puta y travesti

La chica sumisa y el cornudo

Cornudo desde antes de la noche de bodas

Soy suya, cornudo. Y él lo sabe

Mi novia se ha ido de viaje con su macho

Dije sí, soy cornudo

Masoca, cornudo y putita

Soy cornudo. Consciente. Demasiado consciente

Sé que sabes que soy un cornudo sumiso

Sumiso, cornudo y feliz

Cuernos y follamigos

¿Aceptas ser un cornudo sumiso de por vida?

Cornudo y feminizado

Mis inicios como cornudo (sumiso)

Ruleta rusa para el cornudo

Jamás follaré contigo, aunque me harás muy cornudo

El médico, la enfermera y el cornudo

Ginebra y el sí del cornudo

Cornudo sin verlo, ni comerlo

El chulo de mi novia

Sandrita, la puta, y su esclavo cornudo

Te recibo y paladeo la excitación de otro macho

Diario del cornudo sumiso yoli (domingo y final)

Diario del sumiso cornudo yoli (viernes)

Diario del sumiso cornudo yoli (jueves)

Diario del sumiso cornudo yoli (miércoles)

Diario del cornudo sumiso yoli (martes)

Diario del cornuso sumiso yoli

Esclavo de dos lesbianas

Escuela de cornudos

Cornudo y castrado (3)

Cornudo y castrado (2)

Cuernos inmigrantes

Cornudo en el -pasillo francés-

El diario (II)

El diario (I)

Hogar, dulce hogar (VI - Final)

Hogar, dulce hogar (V)

Hogar, dulce hogar (IV)

Hogar, dulce hogar (III)

Hogar, dulce hogar (II)

Hogar, dulce hogar (I)

Carolina y yo: su cornudo sumiso (VI: Contrato)

Carolina y yo: su cornudo sumiso (V)

Carolina y yo: su cornudo sumiso (IV)

La puta y su cornudo (II)

Carolina y yo: su cornudo sumiso (III)

Carolina y yo: su cornudo sumiso (II)

La puta y su cornudo

Carolina y yo: su cornudo sumiso

La divorciada negra y sus cornudos

Carolina y su cornudo favorito

Tú cornudo, yo placer

Yo, el cornudo

El club del derecho de pernada