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Elisa (01)

en Sexo con maduras

Elisa

Poco a poco va ordenando las cosas que había embalado para la mudanza. Elisa esta ansiosa ya que finalmente tiene el hogar que tanto quiso, en un lugar tranquilo, agradable y sobre todo sin la gente que a ella le hizo tanto daño en el pasado. El hecho de tener que vivir sola tampoco le molesta, al contrario se siente mucho mejor así.

En el colegio donde ella va a comenzar a trabajar se sorprendieron que una profesora con su experiencia y amplias referencias aceptara cambiar de forma tan radical su lugar de trabajo y más encima que lo haga por menos dinero del que antes le pagaban, pero Elisa en ningún momento muestra reparo alguno y pregunta por cada detalle del colegio y del internado donde se desempeñara como profesora de matemáticas. Con todo acordado ella se presentara el lunes por la mañana a dar clases, así que Elisa aprovecha el fin de semana para poner sus cosas en orden contenta por su nuevo comienzo.

En el ultimo tiempo Elisa lo ha pasado muy mal, se divorcio hace solo un año y en su anterior trabajo debió soportar los comentarios que hacían sus colegas acerca de ella. Con una fuerte depresión a cuestas Elisa decidió tomar los consejos que le dio su cuñada y cambiar de ambiente. Fue entonces cuando revisando un diario encontró la oferta de trabajo para desempeñarse como profesora de matemáticas en esta escuela rural. Sin pensarlo dos veces Elisa envía sus credenciales siendo finalmente aceptada. El cambio de ambiente le hace bien y ahora se siente con más ganas que nunca para trabajar.

Temprano por la mañana el lunes Elisa se da una ducha y luego se viste, pero encuentra que luce demasiado formal, dado que sus estudiantes serán chicos sencillos y de origen humilde en su mayoría ella considera que presentarse vestida tan elegante no seria lo adecuado, así que busca en su ropero algo más sencillo. Una simple polera con tirantes y un pantalón de genero azul algo ajustado le sienta mejor, se hace un peinado más sencillo y listo, al mirarse al espejo se dio cuenta que aun conserva sus curvas que tanto lucia cuando estaba en la universidad hace muchos años.

Con algo de nerviosismo ingreso al colegio sin saber como reaccionarían sus alumnos pensando que tal vez la mirarían con desconfianza por ser nueva ahí, pero ella esta muy errada. Lógicamente ellos la miraron, pero sin desconfianza alguna, todos se quedaron impresionados al ver ese monumento a la belleza entrar, y aunque la asignatura que ella les va a impartir es tediosa, la oportunidad de verla más de cerca bien valía el sacrificio.

A sus 35 años Elisa tiene una figura que mujeres más jóvenes envidiarían. Ella siempre se ha preocupado de mantenerse en forma aun cuando la depresión que sufrió la afecto bastante. Todas sus generosas curvas son naturales y eso es su mayor orgullo, 96-63-92 son los números que detallan la voluptuosa silueta de su cuerpo y son los números que tienen encandilados a los alumnos del colegio. Elisa es una mujer alta, de pelo castaño claro largo y liso que le llega hasta la mitad de su espalda. Posee unos hermosos ojos verdes que se notan tras los lentes que usa en su trabajo y un rostro de facciones marcadas pero que le dan un aire muy sexy aunque sea de manera involuntaria. Su figura provoca toda clase de comentarios en el colegio, ella nunca se vistió así pensando en exhibirse, pero la generosa silueta que marcan sus grandes y redondos pechos bajo la polera que posee un discreto escote, su angosta cintura y los pantalones que indican unas anchas caderas con un culo bien parado y respingon con nalgas moldeadas literalmente a mano y unas piernas largas y bien torneadas hacen suspirar a cualquiera.

En un principio si bien Elisa se dio cuenta de aquellas miradas no les dio mayor importancia, "son solo niños" piensa ella. En cada sala que entra la historia es casi la misma, todos se ponen de pie para recibirla y durante las siguientes dos horas tratan de ponerle atención a lo que habla pero están más atentos al vaivén de su cabello, al movimiento de sus pechos o a su culo mientras ella recorre la sala atendiendo consultas de sus alumnos, sus clases son relajadas y ella se muestra estricta pero a la vez les da libertad a sus estudiantes con los cuales se lleva bien desde un principio. Solo al final del día cuando una colega le hace una broma aludiendo a la forma en que consiguió la "atención" de sus alumnos Elisa se da cuenta, pero a pesar de la vergüenza que le dio al principio como nunca ella se sintió cómoda haciendo clases.

Pasan los días y Elisa es sin duda la profesora más popular del colegio, sus alumnos la esperan con ansias cada día para ver como se ha vestido, faldas algo cortas, blusas, petos, poleras, jeans con cualquier cosa que ella se vista se ve sencillamente espectacular. Fue en esos días cuando Elisa comienza a escuchar comentarios acerca de ella entre sus alumnos, todos hablando sobre lo buena que esta, o sobre lo bien que se ve con sus jeans. Elisa se siente halagada, hace tiempo que un hombre no hablaba así de ella, definitivamente el cambio de ambiente le hizo muy bien. Incluso sus colegas se muestran amigables hacia ella y es común que después de clases se quede charlando con ellos algo que en su antiguo trabajo jamás hacia.

El viernes por la tarde el director la llama un momento, le dice que uno de los inspectores faltó por problemas de salud y necesita que alguien más se quede en la noche haciendo guardia en el internado. Elisa no esta muy convencida pero acepta cuando le dicen que el lunes podrá tomárselo libre. Con una inspectora recorre el internado y le muestra la ubicación de los dormitorios y le da algunos consejos para hacer más liviana la tarea y no aburrirse tanto, además le indica que en ocasiones los chicos se escapan de los dormitorios así que debe tener cuidado.

Eran casi la una de la mañana, Elisa con bastante sueño sale a hacer un recorrido por los pasillos del internado. "Vaya que luce tenebroso este lugar" piensa ella mientras camina por un pasillo, como nunca se siente una noche pesada con bastante calor en el ambiente, ella se desabrocha un poco su blusa para estar más cómoda. Cuando va pasando cerca de un dormitorio de hombres escucha unos débiles murmullos, creyendo que pueden estar haciendo algo indebido a esa hora Elisa se acerca a la puerta con cuidado, escucha las voces de unos chicos hablando pero no entiende nada, "¿Qué estarán haciendo a esta hora?" se pregunta ella, intrigada abre ligeramente la puerta.

Ve a cuatro chicos, de no más de 16 años hincados en el piso. Entonces Elisa observa impactada como se están haciendo una paja ahí, sin embargo cuando escucha que ella es el motivo se queda helada. Elisa los escucha como relatan las fantasías sexuales que tienen con ella, como la follarian en la sala de clases, en un baño o en cualquier otro lugar, como le darían entre todos por todos sus agujeros. Ella observa casi hipnotizada sus miembros duros y erectos mientras un gran ardor recorre su cuerpo, Elisa se siente cada vez más caliente, desde su divorcio no ha vuelto a tener relaciones con alguien y ahora siente su coño ardiendo mientras los sigue escuchando y sigue viéndolos pajearse por ella. Prácticamente por instinto Elisa acaricia sus grandes pechos mientras continua observando aquellos jóvenes miembros. Al verlos acabar ella reacciona y se aleja de inmediato aun muy perturbada por lo que ocurrió.

En un baño Elisa intenta controlarse y sacarse esas ideas de la cabeza, "son solo niños como pude excitarme con ellos" piensa ella. Sin embargo Elisa aun se siente muy caliente, como nunca siente que su cuerpo arde ni siquiera con su marido pude sentirse así, el hecho que la consideren como una mujer deseable y piensen en ella de esa manera la excita de una forma increíble. Lentamente se abre su blusa, hasta sentir el calor de sus pechos con sus manos, se va apartando su sostén y con delicadeza se acaricia sus pezones que están erectos. Al mismo tiempo se va subiendo su falda y deslizando una mano entre sus tersos muslos, al tocarse su entre pierna ella libera un intenso gemido. Con la punta de sus dedos se acaricia su coño metiéndolos lentamente en su vagina que esta muy húmeda. Ahora es Elisa la que se masturba pensando en follarse a uno de sus alumnos, ella da rienda suelta a su imaginación y se ve a si misma mamando un miembro joven, la idea de iniciar a uno de ellos en el sexo la calienta más aun y con más ganas que nunca se mete los dedos bien adentro de su coño. Elisa no se detiene sigue dándose placer a si misma masturbándose como no lo había hecho nunca antes.

Elisa esta en lo mejor gozando del momento, descargando toda su lujuria y su calentura. De pronto Elisa ve a alguien más, es un chico muy joven de unos 12 años que la observa impactado, ella esta con sus senos al descubierto al igual que su coño. Ella no sabe que decirle, aun se siente muy caliente. Aquel muchacho desconcertado se iba a retirar pero Elisa lo toma de la mano y lo jala hacia ella dándole un ardiente beso metiendo su lengua en la boca de él. Al principio él se resiste pero Elisa no deja de besarlo y le toma sus manos llevándolas hacia sus grandes pechos. "Solo déjame enseñarte" le dice ella. Elisa descaradamente le pone sus tetas en la cara que él rápidamente comienza a besar a instancias de ella, Elisa lo tienen sentado sobre la taza y ella montada sobre él, "así es no te detengas" le dice mientras la boca de él se posa en sus senos. Ella mueve sus caderas frotando su coño contra el incipiente bulto que se nota bajo el pijama que usa.

Ardiente como nunca Elisa le baja el pijama hasta ver su miembro, delgado pero bien erecto y duro, hábilmente ella lo acaricia con sus manos, ansiosa ella lo acaricia con sus carnosos labios, Elisa disfruta del sabor de una polla después de mucho tiempo, Elisa le hace una gran mamada a ese chico que disfruta de un momento que jamás había soñado. Elisa se la mama con tanta intensidad que lo hace acabar en su boca la cual se llena de semen que ella traga de inmediato. "Lo siento" le dice él, "no te preocupes, es tu primera vez" le dice ella. Elisa se pone de pie y se sube bien su falda acercándole su coño a la cara de él, "ahora come mi sexo", con timidez al principio él va pasando su lengua en el coño de Elisa, pero ella lo insta hacerlo con más ganas y al poco rato él hunde su lengua en la concha de ella. "Usa tus dedos, meteme tus dedos" le dice ella en medio de sus gemidos. Elisa disfruta como loca, es lejos la mejor cogida que se ha dado en su vida y el hecho que lo esta haciendo con un chico que podría ser su hijo por la edad la calienta todavía más.

Elisa le vuelve a hacer una mamada y la polla de él se vuelve a poner dura de nuevo, "ahora probaras lo mejor", Elisa se le monta encima y guía su verga hacia su coño ardiendo. Ella la aloja por completo recibiéndola toda en su coño, él sigue lamiéndole los pechos, "abrázame con fuerza y hazme cabalgar sobre tu polla". Elisa le cabalga con todo, ella no para de gemir y gozar dándole con todo a aquel chico que se pierde bajo su voluptuosa figura, "si, sigue así, dame con todo" le dice ella en medio de sus quejidos. Sus pechos se agitan vigorosamente frente al rostro de él que sigue dándole lo mejor que puede, Elisa no se detiene y sigue follándolo hasta dejarlo sin aliento. Elisa siente como él acaba en su coño, ella le da un ardiente beso y luego se la vuelve a mamar sacándole hasta la última gota de semen.

Rápidamente ambos se arreglan, "nada mal para ser tu primera vez, sigue y serás muy popular entre las chicas", "gracias, y más adelante lo volveremos a hacer", Elisa le acaricia el pelo, "claro que sí, pero este será nuestro secreto, y dime como te llamas", "Daniel". Él regresa a su habitación y Elisa a la oficina donde se topa con la inspectora, "¿y donde estabas?", "terminando mi recorrido nada más" le responde Elisa con normalidad.

Cuando regresa a su casa ella piensa en lo que hizo y lo mucho que lo disfruto, ella siempre ha sido muy conservadora pero ahora no hay nada que la detenga, sin duda ella ha cambiado mucho. Después Elisa se desnuda completamente y se un baño de tina, donde usando el mango de su cepillo para el pelo vuelve a masturbarse recordando a su joven amante que la hizo sentirse mujer otra vez.