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Historias de Chicas (14)

en Hetero: General

Historias de Chicas

"¡Te he dicho como cincuenta veces que eso no se hace así!" reclama Michel a Ángela que no le pone mucha atención, Macarena que también esta ahí solo mueve la cabeza, "realmente eres un caso perdido" le dice a Ángela, pero la pelirroja tampoco la pesca mucho.

Las tres se reunieron en la casa de Michel para estudiar y prepararse para el examen de matemáticas que se les viene, la profesora ya les advirtió a todos que va a ser muy pesado y complejo, "así que por favor estudien" recalco. Llevan casi tres horas estudiando y comienza a anochecer, normalmente Ángela estaría preparándose para salir de fiesta, típico plan de un viernes en la noche para la pelirroja pero ni Michel ni Macarena le siguen el juego pese a la insistencia de Ángela.

"¡Michel, teléfono!" grita la madrastra de la negra y sale corriendo a contestar. Macarena y Ángela siguen estudiando y discutiendo pues a la maca le molesta el hecho que su amiga no se esfuerce demasiado. "Tienes pésimas notas en ese ramo y ni siquiera te preocupas".

Al cabo de un instante regresa Michel, extrañamente silente y algo desanimada, más bien preocupada. "¿Qué te pasa?" le pregunta la maca al ver que la negra no tiene esa alegría habitual, "nada, nada" responde pero sin convencer a sus amigas. "No vengas con mentiras que se te nota en la cara, cuenta de una vez que te pasa, ¿alguna pena de amor?" insiste la pelirroja, "algo así" contesta Michel ante la sorpresa de sus amigas, "es mi papa, se va al extranjero por varios meses" agrega después.

El padrastro, o papa como le dice Michel es soldado. Un militar de profesión con el cual siempre ha tendido una relación muy cercana, sin embargo y pese a la reticencia de Michel a hablar Macarena intuye que su relación es mucho más, "o me equivoco". Michel termina por admitir que es así, "es un amor platónico para mi, desde muy niña me sentí atraída por él, en un comienzo era una niñería pero a medida que fue pasando el tiempo se convirtió en algo mucho más serio" relata la negra, al escucharla abrirse de esa forma Macarena y Ángela dejan las cosas de lado y le ponen atención a sus palabras.

Siempre lo vi como alguien tan poderoso, por su aspecto físico, sus ojos azules y su voz tan grave y profunda, aunque nunca tan intimidante como mi tío, cuenta la negra. Como mis hermanastros ya eran mayores yo me convertí en su favorita, siempre me cuidaba y me apoyaba en especial cuando otros niños se burlaban de mi por mi color de piel, él siempre estaba ahí a mi lado así que pronto comencé a "enamorarme" de él, siempre lo llame papa, nunca padrastro a pesar que siempre fui conciente que era adoptada.

Obviamente era una tontera de niña chica y con el tiempo deje de pensar así pero siempre lo he visto como un amor platónico y cosas por el estilo aunque ha medida que fui creciendo lo empecé a ver con otros ojos también, cuenta Michel. Esto ocurrió un día que fuimos a la playa, me quede con mis hermanastros bañándome y después cuando salí del agua fui a la cabaña que estábamos ocupando a buscar una ropa que se me quedo. Entonces lo vi ahí, a solas con Pilar, mi madrastra nunca he podido decirle mama, siempre la he llamado por su nombre, y ambos se lo estaban montando entre ellos de una manera tan apasionada. Me quede boquiabierta, nunca antes en mi vida me había excitado tanto y a escondidas detrás de la cabaña no pude más y me hice una paja, la primera que me hacia.

Después de eso comencé a masturbarme bien seguido, siempre teniendo fantasías con él que me follaba con fuerza y pasión, que me penetraba por todos mis agujeros, poniendo su miembro ante mi para que se pudiera chupar y lamer y luego que me hiciera sexo oral. Cuando me duchaba o en la noche cuando estaba en mi cama me hacia, y aun me hago, unas feroces pajas por él. Sus amigas la escuchan bastante asombradas.

A medida que fui creciendo me fui desarrollando y pronto empecé a llamar la atención en especial por que mis pechos se volvieron bien grandes, a veces lucia escotes solo para que él me mirara aunque en ese momento nunca expreso nada más hacia mi, ni miradas indiscretas ni nada, siempre actuó como un padre ejemplar. "¿Y cuando esto cambio, o cuando se volvieron más, cercanos?" pregunta Ángela.

Fue después que ellos se divorciaron, él se fue de la casa a un departamento algo más pequeño, para mi fue difícil no tenerlo cerca, pero de todos modos él me pasaba a buscar y me llevaba a comer igual que cuando era solo una niña hasta que un día eso cambio. Los ojos de Michel en ese instante adquirieron un extraño brillo.

Una tarde me fui a quedar con él a su departamento, había discutido con Pilar y lo llame para que me recibiera por una noche, no quería tenerla cerca y buscaba cambiar un poco de aire, estaba apestada en la casa. Hablo con ella y me dieron permiso así que junte mi mochila con unas pocas cosas y me fui.

Me llevo a comer y después volvimos al departamento, arrendamos varias películas y nos instalamos en el living a verlas. Como ya era de noche me fui a cambiar de ropa y me puse una polerita bien ligera con tirantes y unos pantalones cortos de genero holgados, mis pechos se veían enormes con esa ropa y esto que les cuento paso hace algunos años. Cuando me vio me miro de arriba debajo de una forma en que nunca lo había hecho antes, eso me estremeció de una manera tan intensa. Me acerque a él y me senté en sus piernas igual como lo hacia cuando era una niñita y lo tome de sus fornidos brazos para que me rodeara por la cintura. Cuando me acomode sobre él sentí su paquete justo debajo de mi culo, fue algo increíble, mis pezones comenzaron a ponerse duros ahí mismo, pero aun así me quede en calma sin hacer ni decir nada.

Fueron unos instantes que me parecieron eternos, lo tenia tan cerca, me rodeaba por completo, podía sentir su respiración y el olor de su cuerpo, yo estaba sumamente excitada y estoy segura que él se dio cuenta. Comenzó a mover sus manos y a tomarme de las caderas, luego descendía hasta mi vientre y las deslizo bajo mi polera sobre mi piel. Yo me empecé a moverme sobre su bulto, a pesar que usaba unos jeans podía sentir como se ponía más dura a cada instante. De pronto aparto mi cabello a un lado y sentí su respiración en mi cuello, fue en ese momento en que deje escapar un profundo suspiro delatando lo excitada que me encontraba, mi sexo se puso ardiente y mojado, mis pezones estaban sumamente duros, ya no podía más con mi calentura y él tampoco. Ángela y Macarena casi no pestañean mientras Michel relata lo sucedido.

Comenzó a besarme en el cuello lentamente al tiempo que sus manos comenzaron a subir por mi cuerpo hasta llegar a mis pechos, entonces comenzó a sobarmelos, los tomaba con suavidad y me los apretaba ligeramente. Seguía besándome y yo gimiendo y suspirando, me entregue totalmente a él. Entonces me voltee y nos besamos, no era mi primer beso, pero fue el más ardiente y apasionado que había dado hasta entonces. Con sus dedos delicadamente atrapo mis pezones y me los apretó ligeramente, con una débil voz le pedía que no se detuviera, que siguiera tocándome por donde quisiera.

Una mano comenzó a descender hasta que la metió entre piernas, como yo no usaba ropa interior acaricio mi sexo directamente y me lo empezó a frotar con fuerza. No era la primera vez que dejaba que me metieran mano, pero nunca antes con semejante intensidad y habilidad, recalca Michel que va reviviendo las memorias de su primera vez. Durante largos minutos me tuvo así, acaricio todo mi cuerpo, nos besamos con tanta pasión, frotaba mi entrepierna y mis pechos sin detenerse, recorría mi cuello con su boca me lo hacia de una manera tan increíble.

Poco a poco me desvistió hasta que quede desnuda sobre el sofá donde nos encontrábamos, se puso sobre mi y comenzó a besarme de arriba abajo, pasaba su lengua por todo mi cuerpo y con sus manos tomaba mis pechos, me los estrujaba un poco y los acercaba entre si para juguetear con mis pezones usando su portentosa lengua, vaya que sabe como usarla. Con el solo de hecho de lamer mis pechos de esa manera casi me hizo correrme, nunca había sentido tanto placer, ni siquiera en las más furiosas e intensas pajas que me había hecho hasta ese momento, pero él solo estaba empezando.

Cuando hundió su rostro entre mis piernas comencé a retorcerme sobre el sofá, gemía como loca me revolvía y me agitaba. Él me sujetaba con fuerza mientras su lengua se paseaba sobre mi sexo y pronto dentro de el. La movía con tantas ganas que yo cargaba su rostro contra mi coño. Le rogaba que no se detuviera, que siguiera, que me lo diera todo y él metía su lengua y sus dedos en sexo, incluso en mi culo algo que me excito aun más. Se tomo su tiempo en hacerme sexo oral, pero algo simplemente, mágico, único para mi. Macarena y Ángela están asombradas, y excitadas también, nunca había oído a Michel hablar de esa manera.

Él se quito la ropa y pude verlo bien, sus músculos y algunas cicatrices que tiene lo hacían verse tan sexy, la boca se me hizo agua cuando vi su miembro erecto con su roja y brillante cabeza frente a mis ojos. Hasta ese momento nunca había hecho una mamada pero cuando me masturbaba practicaba usando un pepino y lo mamaba como si fuese una verga de verdad. Él se acerco a mi y yo tome entre mis manos su miembro, lo sentía tan duro y tieso, lo sentía palpitar.

Algo temerosa lo acerque a mi boca y comencé a pasar mi lengua sobre, tal como lo había practicado y lo había visto en algunas películas porno. Su sabor era algo tan extraño, tan nuevo, pero igual seguía adelante y fui tomando confianza a cada momento. De pronto me dijo que me moviera y ambos hicimos un 69 sobre el sofá, yo le hacia una mamada y él se deleitaba con mi coño. Se la mamaba lo mejor que podía, claro no tenia la experiencia de ahora pero ganas no me faltaban, se la chupe hasta que casi lo hice correrse en mi boca, me la pase entre mis pechos ya que siempre había soñado con hacerle una paja con mis senos, pero lo mejor estaba por venir.

Sobre el sofá separe mis piernas y expuse completamente mi coño, tomo su verga y la dirigió sobre su sexo, él sabia perfectamente que era mi primera vez. En un comienzo se divirtió restregando su roja cabeza contra los labios de mi vagina y mi clítoris, eso me excito terriblemente hasta que por fin comenzó a presionar con más fuerza y su miembro empezó a desaparecer en mi coño. Yo estaba extasiada, lo sentía abrirse paso y lo veía desaparecer dentro de mi, él seguía presionando a pesar de mis quejidos y pronto sentí que se deslizo con más fuerza aun, al cabo de un rato ya lo tenia todo bien metido en mi sexo.

Usando sus poderosos brazos me tomo de las caderas y comenzó a bombearme cada vez más fuerte. Su miembro me recorría por dentro, era una sensación tan intensa, finalmente sabia lo que era el sexo. A pesar de todo me trataba con cariño, me penetraba lentamente haciendo sentir su miembro contra las paredes de mi vagina. A medida que me lo hacia empezó a dármelo más rápido, mis pechos se movían al ritmo de cada acometida y yo solo gemía totalmente abrumada por semejante placer, mi fantasía hecha realidad, mi papa me estaba cogiendo.

Al cabo de un rato me levanto con toda su fuerza y me sujeto en el aire. Me hacia subir y bajar por su miembro y nos besábamos con todo, era increíble que me sujetara de esa manera y me follara así, me tenia enloquecida yo solo le rogaba que no se detuviera y que me penetrara con todas sus ganas.

Conmigo aun empalada en su verga se sentó en el sofá otra vez, ahí comencé a cabalgarle encima, le puse mis pechos en la cara para que me los chupara y lamiera a su gusto. Yo me cargaba sobre él con todo, no me cansaba de sentir su miembro dentro de mi recorriéndome, pero yo ya estaba al limite de mis fuerzas. El orgasmo fue tan maravilloso que me abrumo por completo, sentí el calor de su semen en mi coño, luego me desplome hacia un lado y él tomo su verga y se corrió en mi cuerpo y en mis pechos, ahí lo pude saborear, con lo ultimo que de fuerza que me restaba cogí su verga y la lleve a mi boca, la primera que probaba el semen de un hombre, después simplemente me desmaye, ya no daba más de exhausta.

Cuando Michel termino de hablar hubo un silencio que lleno la habitación, nadie decía nada y era claro que Ángela y Macarena habían quedado bastante excitadas con el relato de su amiga. "Vaya eso fue, impresionante" fue lo único que la maca atino a decir. "¿Y que paso después?" pregunta Ángela algo incrédula, Michel prosigue. Pues cuando desperté a la mañana siguiente me sentía rara, estaba acostada en la cama bien abrigada, él estaba a mi lado y que miro fijamente, me acerque a él y lo bese, me dijo que había sido una experiencia única, recuerdo que sonreí como una tonta y le dije que era mi primera vez con un hombre, ya lo sé, me respondió. Fue ahí que me confeso algo que me dejo impactada, que él sabia que yo me masturbaba y tenia fantasías sexuales con él.

Cuando me dijo que de helada, ahí me contó que una noche se levanto para ir al baño y me escucho hablar, abrió un poco la puerta y me vio mientras me masturbaba y se dio cuenta que era él quien me motivaba en semejantes pajas que me hacia. Cuando termino de hablar me arrojé en sus brazos y nos besamos de nuevo. Nos levantamos tarde y cuando él se fue a duchar yo fui tras él y en el baño lo hicimos de nuevo, desde entonces ha sido así. Me pasa a buscar al colegio o cuando salgo sola voy a su departamento. En una ocasión durante la fiesta de año lo hicimos a escondidas, en el auto me gusta más. Dos meses después de la primera que lo hicimos tuve el valor de pedirle que me lo hiciera por el culo, casi me partió en dos mi trasero, pero fue tan excitante.

"¿No te vas a ir a despedir de él?" pregunta la maca, "eso quisiera, pero ya esta en la base, de ahí me llamo y su avión sale de madrugada, no pude pero igual converse por teléfono con él" responde una apesadumbrada Michel, "en todo me dijo que seguiremos en contacto".

Tras terminar de estudiar sus amigas se van, Michel va a darse una ducha y después se encierra en su habitación a solas y escucha música un rato. Cuando todo esta en calma la negra se quita su ropa y se tira sobre su cama y comienza a masturbarse, recordando cada uno de los ardientes momentos que ha tenido con su padre.