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Historias de Hermanas 3, La Sorpresa

en Amor filial

Historias de Hermanas

Las fogosas noches en la casa de Mónica continuaron y ahora más ardientes que antes. Aconsejada por su hermana, Alexandra tiene sexo con su hijo sin los remordimientos de antes, le enseña como hacerlo y ella misma se atreve a probar más cosas nuevas. Mónica por su parte tiene una relación más estable con el suyo, ellos ya llevan varios años teniendo relaciones de forma regular, pero a pesar de ello Mónica lo disfruta como si se tratara de la primera vez.

Cuando sus hijos no están, ellas se entretienen entre si. Mónica le demuestra a su hermana todo lo que sabe acerca del sexo lesbico, Alexandra se entrega y pasan ardientes momentos cuando están solas.

En la casa las hermanas conversan, se preguntan si Ricardo y Javier se cuentan de lo que hacen, Mónica no lo cree así, Ricardo ya le habría dicho, pero Alexandra sospecha lo contrario. "A veces están conversando y cuando nos ven se callan o cambian de tema", Alexandra también comenta que parecen hermanos a pesar que Ricardo es mayor, siempre se les ve juntos, se llevan muy bien y se ayudan a la hora de estudiar.

Alexandra decidió ponerse más activa y empieza a apurar los tramites de su divorcio, si bien esto le hizo ganarse la hostilidad de parte de la familia de su marido a ella no le importa y de hecho le dijo que no quería ni un solo centavo de su parte, solo quiere que se vaya y desaparezca de la vida de ambos, Javier la apoya continuamente y le dice a la abogada que después de lo sucedido no tiene interés en ver a su padre de nuevo.

El viernes en la mañana están todos en la cocina desayunando, Mónica los va a pasar a dejar al colegio y Alexandra va a unas entrevistas de trabajo. Mónica ha hecho unas gestiones en la empresa donde trabaja a ver si le consigue empleo ahí, para Alexandra es algo muy urgente ya que no quiere que su hermana asuma el costo de mantenerlos a todos y esta ansiosa por aportar con algo.

Tras dejar a los chicos en el colegio cada una se va a lo suyo y lo que parecía ser un día viernes normal se convirtió en un desastre para ambas. En la empresa Mónica se encontró con mil problemas hoy, órdenes mal ejecutadas, cheques impagos, llamados de clientes, un verdadero caos que le llevo todo el día solucionar al punto que ni siquiera fue a almorzar.

A Alexandra no le fue mucho mejor, fue a varias entrevistas de trabajo donde debió medirse contra chicas varios años menores, a pesar de todo fue seleccionada para una ronda final, pero en más de una ocasión se topo con la sorpresa que para ser seleccionada debía acceder a hacer unos "trabajos extras" en el horario de oficina. Solo en la mañana repartió al menos un par de fuertes bofetadas como respuesta.

Siguiendo los consejos de alguien más Alexandra decidió seguir adelante visitando varias agencias de trabajo, por desgracia poco había para ofrecer a alguien como ella dada su poca experiencia, sin embargo recibió al menos un par de respuestas prometedoras, todo se sabrá dentro de pocos días, le dijeron.

Cerca de las 8 de la tarde todos están en la casa. Ellos están haciendo tareas y comienzan a preparar algo de comer luego que de verlas llegar exhaustas. "Que horror fue el peor día en años, me parece que mañana sábado tendré que ir a la oficina al menos en la mañana para terminar de arreglar todo" se lamenta Mónica que bebe con ganas una cerveza.

Alexandra relata parte de lo sucedido, Mónica se ríe al escucharla quejarse que algunos se le insinuaron al momento de ofrecerle el empleo, "eso pasa bastante" comenta, "me siento apestosa, lo único que quiero ahora es darme un baño, si me disculpan voy a juntar mis cosas para ducharme", "y yo a cambiarme de ropa" agrega Mónica.

Siempre que Mónica tiene días difíciles ella se relaja en su jardín, le gusta la jardinería. Si bien su casa no es tan grande su patio trasero si lo es y ahí pasa su tiempo libre cuando no esta ocupada con las labores de la casa o con Ricardo en la cama. Tras ponerse sus jeans y polera ella decide ponerse manos a la obra por un rato con tal de relajarse y olvidarse de todo aunque sea por un momento.

"¿Necesita ayuda tía?", Mónica se vuelve y ve a Javier, "si claro, ¿y Ricardo?", "terminando de hacer una tarea en el living, dice que no quiere estar el fin de semana". Javier recoge unas cosas y le ayuda a su tía a regar el jardín y a limpiar un poco la tierra de la maleza que ha crecido, Mónica le admite a Javier que lo había descuidado bastante las ultimas semanas.

Ambos conversan por un buen rato, Mónica se da cuenta que nunca había tenido una conversación así con su sobrino, le pregunta como se siente con todo lo que ha pasado pero Javier le dice que esta bien, que el divorcio es lo mejor después de todo lo que su mama paso, "veo que la quieres mucho" le dice Mónica, "ni se imagina" responde Javier sonriendo, aunque Mónica si se imagina de lo que habla.

Cuando el sol comienza a ocultarse y el frió a hacerse sentir Mónica le dice a Javier que es hora de guardar todo, ellos recogen los implementos y los guardan en una pequeña bodega que hay en el patio. "Espera yo las dejo arriba en la repisa", Mónica se sube a una escalera y Javier le entrega las cosas, "bien estamos lis…", Mónica siente alguien metiéndose entre sus nalgas, al mirar hacia bajo ve a Javier hundiendo su rostro en su culo y buscando llegar a su entrepierna. Siente como presiona su lengua sobre su sexo, le soba su culo y le aprieta sus nalgas. "¡Que haces, detente, por favor!", pero Javier no se detiene, le da un par de fuertes palmadas en su redondo trasero y carga sus dedos sobre su coño.

"¡Uy tía no sabe cuantas ganas tenia de hacerle esto!" le dice Javier que vuelve a la carga, Mónica no puede hacer nada, si se suelta se cae y eso deja a Javier en libertad de acción que pasa sus manos por todo el cuerpo de su tía. "¡Pero que culo tienes!" le dice después y Mónica siente como carga sus dedos justo encima de su coño y restriega su rostro contra sus nalgas. Sube sus manos y le toma los pechos, la polera es bien holgada y Mónica no usa sostén, sus senos están libres para que Javier se los masajee sin obstáculos pese a las protestas de Mónica que fue tomada por sorpresa.

Javier le abre los jeans a Mónica y a tirones se los baja, ella esta totalmente expuesta y no se atreve a soltarse de la escalera, ni siquiera puede bajarse y Javier le hace lo que quiere. Con sus jeans a medio bajar Mónica siente las manos de Javier metiéndose entre sus muslos y bajo su ropa interior, le aparta el calzón y le empieza a lamer su coño, mueve con vigor su lengua y le mete sus dedos en el, "¡espera, espera un poco!" le ruega Mónica pero Javier no se detiene, Mónica se va poniendo más caliente a cada instante y al sentir como Javier le mete un dedo en el culo libera un ardiente gemido.

Como puede Javier le empieza a meter su lengua entre las nalgas, se las separa y deja a la vista su estrecho ano, le introduce un dedo y luego dos, pasa la punta de su lengua sobre el mismo y sigue follandola en el coño con su otra mano, Mónica no para de gemir, ya no tiene voz para pedirle a su sobrino que se detenga, solo la sigue lamiendo y masturbándola por ambos agujeros.

"Ven acá", le ordena, la sujeta de las caderas y la hace bajar, para Mónica es difícil con sus pantalones a la altura de sus rodillas. Sobre una vieja banca la recuesta y él se pone encima, la besa metiendo su lengua a la fuerza y le estruja sus pechos, "tus tetas son igual de grandes que las de mi mama" le dice antes de lanzarse a lamerle los pezones y envolverlos con su lengua.

Javier saca su verga y se monta sobre su tía, la pone entre sus pechos y los usa para hacerse una paja con ellos. "Mi verga se siente tan bien entre tus tetas", Mónica lo siente moverse y con sus dedos él presiona sus pezones, la punta de su verga se asoma entre sus pechos apuntando directamente a su rostro, a Mónica le gusta, pero aun así esta desconcertada, nunca pensó que Javier pudiera actuar así.

"Sabes, quiero que me hagas una mamada", antes que Mónica haga algo Javier le hace un 69 poniéndose sobre ella y metiendo su miembro en su boca de improviso, él empieza a moverse y la folla en la boca mientras le hace sexo oral. Mónica se ve atragantada por el miembro de su sobrino, que se lo mete en la boca sin contemplaciones mientras pasa su lengua por su sexo y con sus dedos delicadamente le roza el clítoris.

De golpe Javier saca su miembro y Mónica recupera el aliento con dificultad. Javier le toma las piernas aun con los jeans y las apoya en sus hombros, Mónica en ese instante siente como la penetra, la verga de su sobrino se abre paso en su coño. "¡Tía estas toda mojada, tu sexo esta que arde!", Javier le empieza a dar con más fuerza, Mónica se agita ante cada cometida de su sobrino que la tiene tomada con firmeza, lo siente moverse dentro y Javier frota su verga contra las paredes de la vagina de Mónica para excitarla aun más.

Ella fue tomada tan desprevenida que no opone resistencia, deja que su sobrino se lo haga como quiere, la penetra incansablemente, le besa sus pechos y la obliga a hacerle una mamada otra vez, Mónica saborea su miembro cubierto con los jugos de propio coño. "Tía date vuelta", Javier pone a Mónica de estomago sobre la banca, le soba sus nalgas y ella se estremece cuando pasa su lengua por su culo, se lo devora ansiosamente, a Mónica le encanta que se lo hagan así.

Con ambas manos Javier le separa las nalgas hasta exponer el ano de su tía, Mónica esta expectante hasta que siente su miembro hundiéndose en su culo, "¡espera, no tan fuerte!" le suplica ella pero Javier no la toma en cuenta, "¡tu culo se siente tan bien, es más estrecho que el de mi mama!", Javier se lo hunde todo, hasta que su miembro desaparece por completo, hasta que sus testículos se apoyan en el culo de Mónica. Javier se le encima y se apoya con todo su peso sobre ella, "te gusta que te tengan así no es cierto" le dice al oído.

Lentamente Javier se mueve, se la saca casi toda y después arremete de nuevo, más rápido y más fuerte a cada instante. Mónica esta ardiendo, Javier se la folla por el culo bien follada, sin darle tregua alguna, la bombea con ganas y su tía lo esta gozando como loca. Javier la voltea de nuevo, de un tirón le saca los jeans y los deja a un lado, nuevamente se lo hace por el culo pero ahora y de sorpresa saca un consolador que él trajo escondido en su poleron. De una vez se lo pone en la boca y hace que ella le mame y lo chupe como si se tratara de una verga de verdad, después lo saca y le introduce en su sexo ante los gemidos de Mónica, "esto para que ningún agujero se quede sin recibir lo suyo".

Los gemidos de Mónica son tremendos, la forma en que Javier se lo hace la tiene totalmente abrumada por el placer, el sentir ambos agujeros siendo follados le produce una excitación tremenda. Cuando Javier redobla sus esfuerzos ella lo siente que esta pronto a correrse hasta que una descarga calida en su culo se lo indica, Javier saca su miembro y se lo acerca a la cara, se pajea sobre ella y se corre en su rostro y después en sus pechos, Mónica saborea todo lo que puede. Javier coge el consolador y se lo pasa en la boca para después dejárselo enterrado en el culo, "tía estuviste fenomenal, nos vemos luego". Con toda calma él se arregla sus pantalones y vuelve a la casa dejando a Mónica ahí, tirada sobre la banca, desarreglada, con su cuerpo cubierto de semen y con un juguete metido en su culo.

Alexandra saca su ropa de su habitación y se dirige al baño, a lo lejos ve a Mónica en el jardín con Javier y a Ricardo en el living haciendo una tarea. Lo único que quiere por ahora es darse una ducha, eso es lo que más relaja después de un día pesado.

El agua tibia cae por las curvas de sus pechos, ella se enjabona todo su cuerpo y al pasarse las manos no puede evitar el excitarse un poco. "Una paja aquí y después a la cama con Javier" piensa ella, será una excelente forma de bajar la tensión. Alexandra se esta frotando su entrepierna cuando dos manos delicadamente le toman sus pechos y se los empiezan a masajear, al mismo tiempo un beso en su cuello la hace derretirse, "¡Javier, debiste esperarme en la cama!", "es que preferí venir a cogerte aquí" le responden.

Alexandra abre los ojos, esa voz no es la de su hijo, al voltearse se encuentra cara a cara con Ricardo que esta desnudo en la ducha manoseándola. Antes que ella le alcance a decir una palabra Ricardo se le va encima poniéndola contra la pared y sellándole los labios con un tremendo e intenso beso. Alexandra no atina a reaccionar y al mismo tiempo Ricardo la inmoviliza con su cuerpo. Ella trata de separarse pero él no se lo permite, rápidamente usa sus manos para frotarle el sexo y el culo a su tía que siente sus dedos presionar sobre sus partes más intimas.

"¡Oye, no!" le dice pero Ricardo no la escucha, las suplicas de Alexandra pronto se convierten en suspiros y gemidos al sentir los dedos de su sobrino hundiéndose en su cuerpo. "Te mueves mucho" se queja él y aprovechando su fuerza le toma las manos a su tía y las pone sobre su cabeza, con una sola mano la inmoviliza por completo dejando la otra para meterle furiosamente sus dedos en el sexo y besarle los pechos.

Con mucha fuerza voltea a su tía y la hace mostrarle el culo, la mantiene pegada contra la pared y Ricardo se las arregla para hundir su pulgar en el culo y sus otros dedos en su coño, los desesperados gemidos de Alexandra delatan lo excitada que esta mientras él le sigue dando sin contemplaciones y sin tomar en cuenta sus suplicas, "no te quejes ya se lo que quieres" le responde él. Alexandra va sintiendo su miembro enterrándose en su coño, es más grande y grueso que el de su hijo. Ricardo la suelta del pelo pero la toma de las caderas y antes que ella diga la algo se lo empieza a dar.

Alexandra se estremece entera, sus pechos se agitan violentamente y parece que Ricardo la va a partir en dos, Alexandra se sujeta de donde puede y él se lo sigue dando bien duro, de una forma que la enloquece. Ricardo se pega a ella y la aprisiona contra la pared hundiendo su verga hasta el fondo y estrujándole los pechos con sus manos, "te gusta así verdad, con fuerza, tus ojos te delatan" le susurra al oído al ver lo caliente que ella esta.

Ricardo saca su verga y hace que Alexandra se hinque en la ducha para que se la chupe, ella accede y se la empieza a mamar, Ricardo se la mete en la boca una y otra vez, su tía se la envuelve con sus labios, se siente extraña al mamar otra verga que no sea la de su hijo, pero le agrada.

Su sobrino casi no le da respiro, Ricardo la hace ponerse de pie ya la recuesta de espaldas sobre una toalla, Alexandra no atina a hacer nada y él le levanta las piernas dejándole las rodillas casi en la cara. "¡Oye, detente, así no!" le dice, pero su sobrino no la escucha. Las suplicas de Alexandra se ven ahogadas cuando Ricardo se lo empieza a lamer, siente su vigorosa lengua paseándose por su coño, hundiéndose en el y recorriendo su clítoris.

Sin soltar a su tía Ricardo se pone de pie y coge su verga la cual apunta cual daga hacia el sexo de Alexandra que lo observa expectante, "no te lo daré por el coño esta vez" le dice con una sonrisa y Alexandra pronto lo siente metiéndose en su culo, un fuerte quejido es su respuesta, imposibilitada de moverse por la posición en la que esta. Ricardo se la mete toda de una vez, a Alexandra jamás se la habían follado así. Ricardo se sujeta de sus piernas y se deja caer sobre su trasero, ella lo siente bien metida en su cuerpo y su sobrino va arremetiendo con más fuerza y rapidez a cada instante.

Alexandra se dedica a gozar, su sujeta como puede mientras su sobrino encima de ella se la folla bien follada. La posición le resulta incomoda pero el placer es enorme, sus gemidos y los espasmos de su cuerpo delatan lo caliente que esta, ella cierra sus ojos y se deja llevar por su excitación. Alexandra abre los ojos de golpe al sentir algo más, algo duro ahora en su coño, ella se percata como Ricardo con un consolador, se la folla por el coño también, nunca había probado algo así, de hecho nunca se la habían follado por su culo y su sexo antes.

Con una mano Ricardo lo sujeta, sigue moviéndose sobre ella y le mete el consolador con mucha fuerza, Alexandra los siente a ambos moverse dentro de su cuerpo, sus gemidos y jadeos son incansables, ella ya no da más y esta por correrse algo de lo que Ricardo se percata y al sentir los espasmos de su tía saca su verga y se corre directamente en su rostro cubriéndola con su espeso semen, "¡tía, estuviste realmente increíble!" le dice él que calmadamente recoge sus cosas y se va dejándola ahí.

Casi media hora más tarde Alexandra termina de ducharse y sale del baño envuelta en una toalla y más cansada que antes, en sus manos lleva el juguete que Ricardo uso. En el pasillo se topa con Mónica que se ve muy desarreglada, su ropa algo sucia y también lleva un juguete, ambas se miran las caras y sin decirse ni una palabra comprenden de inmediato que sucedió.

"A pesar que lo hacen desde hace poco tu hijo aprende bastante rápido" dice Mónica, "y se ve que el tuyo ya sabe bastante bien como hacerlo, es bien agresivo cuando se lo propone" responde Alexandra. Ambas esbozan una sonrisa, riéndose de la situación. "Al menos esto aclara el punto de si ambos comentan lo que hacen con nosotras" agrega Mónica.

Mónica se va a duchar y Alexandra la espera en la cocina, beben algo y después se van a dormir. "Bien nos vemos mañana" dice Alexandra que entra a un dormitorio, Mónica la observa sorprendida, "oye, ese es mi dormitorio" le dice, "ya lo se" le responde Alexandra que le hace un guiño, "solo que ahora lo haremos en mis términos" agrega después, Mónica se ríe y entra al dormitorio donde Javier duerme profundamente, ella se desnuda entera y le brinca encima, Javier despierta asustado con su tía sobre él, "¡muy bien jovencito, ahora será a mi manera!" le dice ella antes de comenzar a besarlo mientras que en la otra habitación ya se escuchan los ardientes gemidos de Alexandra que cabalga salvajemente sobre su sobrino.