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La Negra

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LA NEGRA

Sale rápidamente de su casa rumbo al colegio, mira la hora y se da cuenta que ya es tarde y si no se apura va a llegar atrasada una vez más. Sin embargo y pese la carrera que dio el bus se le va antes que lo alcance en la parada y Micaela se queda maldiciendo mientras trata de recuperar su aliento. “Vamos niña yo te llevo” le dice una mujer en un auto, Micaela la reconoce al instante y se sube.

“¿Atrasada?” le preguntan, “oh si es que anoche se me olvido poner el reloj despertador de nuevo, siempre me pasa lo mismo” responde Micaela. Ambas se van conversando hasta llegar al colegio donde ella le da las gracias por traerla, “listo, entonces nos vemos” dice la negra y entra rápidamente a su colegio.

A Micaela no por nada le dicen la negra, de hecho ella es negra, hija adoptada de una familia que la trajo de un orfanato desde un país caribeño cuando ella era solo una bebe, ahora Micaela es toda una adolescente que luce su exótica belleza y es bastante popular en el colegio por ello, sin embargo a diferencia de otras chicas que se les suben los humos a la cabeza Micaela es muy sencilla y se lleva bien con todos sus compañeros incluso con aquellos que normalmente son vistos como tipos raros.

Tras salir de clases Micaela regresa a su casa con un importante trabajo entre manos relacionado con matemáticas y con relativamente poco tiempo para hacerlo, pero la negra tiene una idea acerca de quien puede ayudarla con este predicamento.

“¡Ya voy, ya voy!” grita alguien que se acerca con dificultad a la puerta, “¡quien es el idiota que fastidia tanto!” y al abrir la puerta queda cara a cara con Micaela que lo observa algo asustada tras escucharlo regañar, “eh si es un mal momento me voy” le dice ella. Hay un instante de silencio entre los dos hasta que Javier reacciona finalmente, “disculpa es que estaba ocupado es todo” le dice él, “¿puedo pasar?”, “oh claro pasa, pasa”.

“¿Cómo has estado?” le pregunta Micaela que se sienta en un sofá cruzando sus espléndidas piernas, Javier la mira de forma disimulada, la presencia de la negra lo hace sentirse un poco incomodo, “Pues, podría decirse que bien” comenta él con bastante desgano y haciendo un gesto hacia la silla de ruedas en la que esta, Micaela capta su amargura y decide no hacerle más comentarios. “Necesito tu ayuda con esto” dice ella de improviso y se le acerca mostrándole su cuaderno con la información acerca del trabajo.

Javier revisa la materia pero le cuesta concentrarse con ella a su lado, el aroma a su perfume y con su rostro tan cerca Micaela lo pone algo nervioso, aun más considerando que su uniforme de colegiala la hace verse muy sexy. “Pues no es algo muy complicado” dice él, “claro para ti es fácil decirlo como estudias ingeniería en la universidad” reclama ella sonriendo, “estudiaba, ya no voy a estudiar” corrige, “¿por qué?” pregunta ella sorprendida y de nuevo Javier señala su silla de ruedas aunque esta vez Micaela no luce muy convencida, “no te ofendas pero esa cosa no es el problema, como sea pero ¿me puedes ayudar?” y lo mira fijamente con sus grandes ojos negros, “esta bien, vamos al estudio y ahí te explicare que hacer”.

El resto de la tarde se la pasaron trabajando, Micaela es buena estudiante pero siempre ha tenido problemas con los números y Javier la ayuda a hacer el trabajo y le explica con más detalle la materia. Ella habla bastante y Javier tiene problemas en seguir el hilo de la conversación ya que se distrae por las curvas de Micaela que se pasea en el estudio. “¿Puedes sacar ese libro por favor?” le pide él, y ella se trepa a una silla y se empina lo más que puede, “¿este?” le pregunta ella, pero Javier no le responde, esta mirando las piernas de la negra y como estas desaparecen bajo su falda donde se aprecia de forma tenue su ropa interior de color blanco. “¿Este libro?” repite ella con más fuerza y Javier reacciona avergonzado, “si ese” y mira apara otro lado, Micaela sonríe de forma picara, “pervertido te pille” le dice ella y él se sonroja bastante.

Al ver la hora Micaela se va, “volveré mañana para seguir con esto y oye” le dice mirándolo fijamente, “deja de encerrarte en este lugar, esa cosa no es impedimento”, pero Javier no luce muy convencido y mientras ella avanza la mira de arriba abajo poniendo atención a ese trasero que mueve de forma tan coqueta.

En la tarde del día siguiente Javier esta en el estudio con el trabajo de Micaela, hace un rato la vio pasar frente a su casa pero ella no ha llegado aun. Se ve nervioso y ansioso, de reojo mirando la hora con insistencia hasta que el sonido del timbre lo hace reaccionar. “Lamento la demora pero es que tenia algo más que hacer” le dice Micaela con una radiante sonrisa luciendo sus blancos dientes. Javier se queda atónito al verla con unos ajustados jeans blancos y un peto de color rojo que permiten apreciar las curvas de esta muchacha, le cuesta convencerse que una colegiala pueda tener semejantes curvas. “¿Puedo pasar?” le dice ella y ahí él despierta.

Ambos retoman las labores de ayer con Javier dándole la explicación y ella haciendo los ejercicios. “Mira tengo una duda aquí” le dice y se inclina ligeramente para enseñarle el cuaderno pero de paso le muestra su generosos escote y sus pechos de un tamaño que mujeres con el doble de su edad envidiarían. Javier tiene serios problemas en concentrarse y titubea continuamente algo que hace sonreír a Micaela que prefiere no decirle nada.

“Bueno estamos casi listos” le dice Javier a Micaela que usa una revista como abanico, “que calor” comenta ella y de paso se echa un poco de viento en su escote, “ni te imaginas lo incomodas que estas dos son a veces” dice ella en broma aludiendo a sus pechos. “¿Quieres un helado?” le ofrece él y en su silla de ruedas va y vuelve de la cocina. “Que rico frambuesa mi favorito” dice ella mientras lo saca de su envoltorio, “mi vieja siempre los compra” comenta Javier, “¿y donde esta ella?”, “fuera de la ciudad por trabajo” responde él.

Javier le habla de todo un poco, acerca de su accidente y los problemas que tuvo después, lo peor fue que su novia lo dejo aludiendo que él ya no podía ser un “hombre” para ella, “es una perra eso es todo, no veo problema en ello, al contrario debe ser divertido hacerlo en una silla de ruedas” le dice Micaela sonriendo. Pronto Javier se queda en silencio, Micaela saborea su helado y pasa su lengua por el de arriba abajo y lo chupa con sus carnosos labios, Javier ya se imagina su miembro en ese lugar. La forma en que lo saborea y lo degusta prácticamente lo deja tieso ahí mismo y solo sale de esta especie de trance cuando Micaela le habla.

“¿Qué esta faltando?” le dice ella dos veces, “pues aun te falta esta parte” le dice apuntándole al cuaderno, “si quieres te la puedo dejar lista esta noche mañana la revisas, compruebas los resultados y lo entregas pasado mañana así terminas con esto”, “perfecto, ahora me debo ir tengo que salir con los viejos y mañana de venir vendré más tarde ya que tengo clases de deportes, ¿no hay problema cierto?”, “no ninguno” le dice él y Micaela se despide dándole un beso en la frente.

Javier se queda trabajando hasta tarde y le busca la información que Micaela necesita, pero pese a sus esfuerzos por negarlo Micaela lo tiene simplemente loco, sus gestos, su belleza y su simpatía casi no lo dejan concentrarse y cada vez que la ve debe tratar de disimular las erecciones que ella le provoca, pero hoy, prácticamente lo hizo estallar. Sin duda ella derrocha sensualidad por donde quiera que va.

Nuevamente el sonido del timbre en la tarde le ocasiona a Javier una especie de shock eléctrico. Rápidamente va a la puerta y de nuevo Micaela lo sorprende, “ hola, apenas terminamos las practicas me vine de inmediato” dice ella que se ve algo cansada y sudada por completo. Aun viste polera deportiva tan ajustada que sus pezones saltan a la vista y unos shorts de laycra bien ajustados a su cuerpo marcando su trasero y sus largas piernas.

Entre los dos se ponen manos a la obra y repasan la materia con dedicación ya que Micaela debe entregar su trabajo a más tardar mañana. Javier le explica paso a paso todo y ella le pone atención aprovechando de hacerle las consultas pertinentes. “Ah perfecto al fin pude salir de esto, ese profe es muy exigente” dice ella que se deja caer en un sillón, “vaya llego a apestar estoy completamente sudada con el apuro por venir no alcance siquiera a ducharme” se lamenta. “Si quieres te puedes duchar aquí” le dice él sorprendido de sus propias palabras, “en serio” dice Micaela que se pone de pie, “en serio, ven conmigo” y ella recoge su bolso.

“Este baño es más amplio” dice Javier que le deja corriendo el agua tibia y le deja un par de toallas, “gracias te pasaste” le dice Micaela pero él se queda ahí, “eh yo me voy a sacar la ropa ahora, quieres verme desnuda” le dice sonriendo y entonces Javier se retira avergonzado.

De vuelta en el estudio Javier se dedica a imprimir el trabajo y dejarlo listo para que Micaela lo lleve, sin embargo no esta tranquilo, “pero que estúpido” se lamenta. Cada vez que Micaela ha venido ella lo ha sorprendido mirándola de alguna forma inadecuada o bien actuando de manera ridícula y eso le molesta, mal que mal él ya es un tipo mayor y ella solo una chiquilla, muy guapa pero chiquilla al fin y al cabo. Mientras espera que todo se imprima piensa un momento, ella esta en su baño dándose una ducha. Una miradita piensa él y de inmediato trata de inventar una excusa creíble en caso de verse sorprendido y la ensaya varias veces, “que patético” se dice a si mismo, pero al final la calentura puede más.

En silencio avanza por el pasillo hasta llegar a la puerta del baño y trata de maniobrar con su silla de ruedas hasta acercarse lo más posible a la puerta. El sonido de la ducha se siente y después él trata de acomodarse un poco para mirar por ojo de la cerradura sin embargo el vapor de agua le impide ver con claridad, “rayos” dice en voz baja ya que no alcanza a ver prácticamente nada debido a las cortinas cerradas de la ducha, decepcionado comienza a alejarse pero de pronto escucha algo extraño y pega la oreja a la puerta, “oh si, que rico”, de inmediato trata de ver por la cerradura de nuevo y aprecia a Micaela recostada en la tina con su cabeza apoyada en un extremo, con sus ojos cerrados y de pronto la cortina se abre ligeramente y una de sus piernas cuelga por el costado y la otra se ve contra la pared del baño, la negra se esta masturbando.

Boquiabierto Javier la observa, se ve claramente como mueve sus manos haciendo que sus gemidos se vayan haciendo más fuertes a cada instante al tiempo que se toma sus pechos con la otra. Ella se contorsiona y retuerce en el lugar. Micaela se chupa sus dedos y los vuelve meter entre sus piernas para continuar dándose placer a si misma, Javier apenas da crédito a lo que ve en ese momento y Micaela no para de masturbarse. Con que ganas le gustaría estar ahí y poder verla en plena acción, y ya se imagina a si mismo dándole placer a esa negrita y hacerla delirar. Unos fuertes gemidos lo hacen volver a la realidad y Micaela se contorsiona con más fuerza hasta que de prontos e queda quieta en la tina respirando profundamente, ella se corrió y él discretamente comienza a alejarse, “si así goza sola como será con un hombre” piensa.

Minutos más tarde Micaela aparece radiante en el estudio, “realmente necesitaba esa ducha” dice sonriendo y con una toalla secándose bien su cabello, “siempre me ducho con mis amigas tras la practica de voleibol nos relajamos bastante en esas ocasiones” y la mente de Javier se echa a volar imaginándose lo que sucede en esas duchas. Ella ahora usa un vestido bien ceñido a su cuerpo, “puedes cerrarme el vestido por favor” le pide a Javier y ella se sienta en sus piernas tomándolo por sorpresa. Las manos le tiemblan bastante y le cuesta cerrarlo, además se percata que ella no usa sostén pero aun así su busto se ve tan firme como siempre. “Vaya que cómodo es aquí” le dice y se recuesta sobre él y Javier siente el culo de la negra aplastando su verga que se pone como acero en un santiamén.

“No seas tímido” le dice ella y le toma las manos haciendo que él la abrase por la cintura. “¿Y bien vas a empezar a ir a clases de nuevo?” le pregunta ella, pero Javier tiene dudas aun, “lamentándote así no vas a conseguir nada”, Micaela tiene razón pero él es un poco terco para aceptarlo. De pronto ella se incorpora y se pone de pie de forma tan rápida que su vestido se le sube más de la cuenta y él ve claramente su ropa interior. “Perfecto ya esta impreso” dice y lo guarda en su mochila, “me encargare de encuadernarlo y vendré el viernes a contarte como me fue” dice Micaela que al despedirse le da un pequeño beso en la boca, “nos vemos chao” y se va dejando a Javier con una gigantesca erección y una calentura que solo puede calmar haciéndose una feroz paja donde la negra es la protagonista.

Como nunca Javier espera con ansias el día viernes. En las mañanas despierta temprano solo para verla pasar frente a su casa y en las tardes la historia se repite cuando regresa del colegio a veces acompañada de algunas amigas, incluso ella le hace señas desde la distancia al notar su presencia, algo que lo avergüenza un poco, “como puedo perder la cabeza por una chiquilla” se repite una y otra vez.

El viernes llego y Javier esta tan nervioso que no sabe que hacer para pasar el rato. Ordena un poco, sale al patio, vuelve a entrar, intenta comer algo pero se le pasa el apetito, al final por poco se cae por la escalera que hay en el jardín. A cada instante revisa su reloj y prácticamente termina contando los segundos hasta que el familiar sonido del timbre lo hace reaccionar, rápidamente va abrir la puerta pero en lugar de Micaela aparecen unos amigos de la universidad que lo viene a visitar y traen unas cervezas también, como nunca Javier los detesta por llegar a este momento y pese a sus esfuerzos no consigue echarlos de la casa. “Tengo algo que hacer” repite una y otra vez hasta que el timbre suena y uno de ellos va a abrir pese a que Javier le dice él lo hará, Micaela aparece enfundada en su uniforme de colegiala dejándolos a todos boquiabiertos.

“Bueno veo que estas ocupado, solo venia a darte las gracias por tu ayuda, me saque un siete en el trabajo así que te dejo para que te diviertas con tus amigos” dice ella al ver a los compañeros de Javier que de inmediato la invitan a quedarse, él la observa mientras sus amigos la cortejan pero Micaela se mantiene coqueta y a la vez firme, “gracias pero no estoy de animo para este tipo de diversiones” responde luego que uno de ellos le susurró algo al oído y a la distancia Micaela observa fijamente a Javier y luego se va, “así que algo que hacer, seguramente pasarlo bien con esa belleza” le dicen y por el resto de la tarde hasta bien entrada la noche debe aguantar sus burlas.

El sábado en la tarde Javier esta de pésimo humor en su casa, su madre llega mañana y el domingo se va a mudar a una nueva casa lejos de ahí, una casa que estará más acorde a sus necesidades y él se la pasa en el patio descansando y aun masticando la rabia tras lo sucedido ayer, “pero que impertinentes” piensa y lo dice no solo por que llegaron en un pésimo momento, también por que le insinuaron a Micaela que se quedara para una celebración privada.

“Tenias fiesta ayer, eso es bueno” le dice una voz familiar y Javier se impresiona al ver a Micaela de nuevo y aun más extraño es verla en su uniforme en un día así. “Se que te gusta verme con el por eso lo estoy usando” y una picara sonrisa se dibuja en su rostro. “Venia a darte las gracias por tu ayuda, no podría haberle echo sin ti” dice y Javier se sonroja y se excusa diciendo que no es nada. “Bien, estoy esperando” dice Micaela, “¿esperado que?”, “pues de que forma puedo pagarte tu ayuda” replica ella. “Con una mamada” piensa Javier pero de inmediato trata de pensar en otra cosa.

“No te preocupes no me debes nada”, “vamos no seas así, solo dime lo que quieres y te lo daré, lo que quieras” le dice con un tono cargado de erotismo y Micaela se sienta a su lado en la silla de playa donde a él le gusta instalarse a leer. “Pues no se” responde Javier, “yo creo que tu sabes lo quieres de mi, solo debes decirlo” y ella apoya una mano sobre el paquete de Javier que reacciona de inmediato. “Oye, oye no deberías hacer esto”, “¿y por que no?” pregunta Micaela que no le saca la vista de encima, “pues, por que eres solo una chiquilla” y ella se ríe a carcajadas, “¡ya veo, ahora quieres hacer el papel del chico maduro y yo soy la jovencita calentona que no sabe nada!” le responde.

“Yo tengo más años que tu”, “y eso que, no quita el hecho que yo te excito, no soy ingenua, me doy cuenta de la forma en que me miras, se que me deseas y te mueres de ganas de cogerme” insiste ella acorralando a Javier. “Eso no es cierto” le contesta sin ningún convencimiento de si mismo. “Hipócrita, ayer vi tu cara cuando estaban tus amigos cuando yo llegue, si hubieras podido los hubiera echado con una escopeta, ¿cierto?”. “Y que quieres que haga si estoy en una silla de ruedas, por eso me abandono mi novia lo recuerdas”, pero Micaela no le cree nada, “no salgas con esa basura, el problema no es la silla de ruedas ni tu ex novia, eres tu que te echaste a morir por lo que te paso, lamentable cierto pero no es el fin del mundo, ahora se hombre de una buena vez y admítelo, admite que te excito, que te caliento y que te mueres de ganas por follarme aquí mismo”. Javier luce sorprendido al escucharla, “¿soy tan evidente?” piensa él.

Ambos se miran fijamente a los ojos, entonces Javier toma a Micaela y la jala hacia él dándole un apasionado y ardiente beso en la boca al tiempo que la aprieta con sus brazos pegándola a su cuerpo. Al principio Micaela es tomada por sorpresa, pero poco a poco ella empieza a recuperarse y le devuelve el beso también haciendo que sus lenguas se crucen entre ambos, “ves que no era tan difícil” dice ella. Y Javier le agarra el culo por debajo de falda escolar mientras la besa en la boca y luego desciende por su cuello.

La negra se acomoda sobre él sentándose con sus piernas separadas, los besos entre los dos se hacen más ardientes a cada instante y Javier presiona sus dedos en las nalgas de Micaela y los va deslizando entre las mismas. La besa en el cuello y va metiendo su rostro en el escote que forma su blusa besando la parte superior de sus pechos. “Espera” le dice y se abre su blusa dejando al descubierto sus senos contenidos en un coqueto sostén de encajes que Javier le aparta de inmediato para apreciar sus magníficos y grandes pechos que él tanto ansiaba poder lamer y chupar. Micaela lo deja actuar siente como el devora sus senos y chupa con fuerza sus pezones mientras un dedo travieso se va metiendo en su culo haciéndola gemir a medida que se mueve dentro de el.

“Eso es sigue así, chupa mis pechos y no dejes de mover ese dedo” le suplica ella y Javier no tiene intención de detenerse. Los gemidos de Micaela se van haciendo más fuertes mientras Javier hace sus caricias más intensas, él enloquece con los pechos de Micaela que chupa y lame sin parar y ella se los restriega en la cara al tiempo que se mueve sobre Javier al sentir no solo su dedo bien metido en su culo, también su paquete bien duro debajo de ella.

Micaela mete una mano debajo de su cuerpo y aprieta suavemente el miembro de Javier, él reacciona y ella lo hace con más fuerza y se lo soba ahí mismo mientras él sigue deleitándose con sus pechos y con su gran trasero. “Quiero lamer tu coño” le dice Javier y Micaela se siente obligada a cumplir. Ella se pone de pie y se voltea poniendo su trasero en la cara de Javier que le sube su falda de colegio y le aparta su calzón dejando al descubierto sus partes intimas. Micaela siente como sus piernas tiemblan cuando la lengua de Javier se hunde en su entrepierna presionando directamente su coño y su clítoris, con toda su boca le envuelve el coño y Micaela cierra sus ojos mientras le hacen sexo oral de forma increíble y con sus manos Javier le separa sus nalgas y pasa su lengua de arriba abajo por todo el sexo y su trasero.

Con algo de trabajo Micaela le abre los pantalones y saca el miembro completamente erecto, de forma delicada con sus manos comienza a frotarlo envolviendo su roja cabeza y acariciándola suavemente, ella siente la reacción en Javier que hace sus lamidas mucho mas intensas presionando su lengua sobre el ano de la negra que se estremece por completo. Micaela lubrica el miembro se Javier con sus saliva y lo frota continuamente y con más fuerza cada instante mientras él le mete los dedos en su coño y en su sexo al mismo tiempo, ella mueve sus caderas arremetiendo sobre él para que se los pueda meter bien adentro.

Encima de Javier Micaela se acomoda y con sus carnosos labios envuelve por completo su miembro y lo recibe entero en su boca. Al tiempo que ella se la empieza a mamar Javier le hace sexo oral con más ganas y sobre aquella silla de playa los dos hacen un furioso 69 entre si, lamiéndose y chupando sus partes intimas. Micaela recorre su verga de arriba abajo y juguetea con su roja cabeza, la frota con sus manos y se la pasa entre sus pechos mientras Javier no deja de meterle su lengua y los dedos ya sea en coño, en su trasero o como a ella más le gusta, en ambos a la vez.

“La quiero dentro” le dice Micaela que aun dándole la espalda a Javier, se acomoda bien y ve dejando caer sobre su miembro lentamente. Él lo sujeta en posición mientras el coño de Micaela lo atrapa y lo envuelve por completo, “esto es fantástico” le dice y mueve sus caderas vigorosamente mientras Javier la tiene bien tomada de sus anchas caderas. Poco a poco Micaela comienza a cabalgarle con más fuerza, Javier la guía y la carga hacia abajo para su miembro se entierre bien adentro de ese delicioso coño que Micaela tiene. “¡Es tan grande me recorre entera por dentro!” exclama en medio de sus gemidos y Javier la hace cabalgarle con más fuerza aun.

Luego de un rato Micaela cambia de lugar y se voltea quedando ambos cara a cara intercambiando de nuevo unos ardientes y apasionados besos entre si. Micaela se empala de nuevo en aquella verga y le cabalga encima con más ganas que nunca pasándole sus pechos en la cara a Javier que simplemente no deja de chuparselos y se los masajea mientras se mueven al ritmo del cabalgar de la negra que le da con todo a su miembro. Javier la abraza y vuelve a meterle los dedos en el culo mientras la folla, a Micaela le encanta esto y no deja de hacérselo saber con sus ardientes gemidos y suspiros, “¡que rico sigue, damelo en el culo mete tus dedos con fuerza!” le exige ella y Javier le obedece en el acto.

Ambos continúan dándose con todo, Javier hacia tiempo que no disfrutaba con una mujer y dadas las ganas que le tenia a Micaela se la coge con todo lo que tiene, quiere hacerla delirar, quiere satisfacerla por completo y ella esta más que ansiosa por complacerlo. Los besos no se detienen y Micaela se pone de pie un instante y se dedica a hacerle otra mamada saboreando su erecto miembro cubierto con sus jugos y luego le hace una paja con sus pechos con los cuales envuelve el miembro de Javier y lo frota con fuerza casi exprimiéndolo. Su blanca verga contrasta con el oscuro color de piel de Micaela que se degusta con el miembro bien duro de Javier que no deja de sorprenderse de lo ardiente que es esta negrita.

Nuevamente Micaela toma el lugar que le corresponde sobre el miembro de Javier y sigue cabalgándole encima con sus pechos agitándose y con Javier sujetándola con firmeza como si la estuviera domando, la imagen de Micaela firmemente empalada en su verga con sus pechos al descubierto y luciendo aun su uniforme de colegiala es capaz de hacer acabar a cualquier hombre.

Micaela le cabalga encima y de pronto se sorprende cuando Javier la hace levantarse y guía su miembro entre las nalgas de la negra. Ella se voltea y lo mira a los ojos y le sigue la corriente. Con delicadeza Javier la va guiando y siente las nalgas de Micaela apretar su miembro pero aun así sigue adelante, ella gime un poco y su culo se va abriéndose mientras la roja cabeza de la verga de Javier se va hundiendo en su apretado ano, la negra cierra los ojos y se va dejando lentamente hasta que la recibe por completo ahí.

“Tu culo es fantástico” le dice al oído y la recuesta de espaldas sobre él. Lentamente ambos comienzan a moverse y los quejidos de Micaela se ven ahogados por los besos que Javier le da. La negra se mueve más y mas mientras su trasero es penetrado con más fuerza a cada momento. Javier sigue cogiéndola por el culo y pronto le mete sus dedos en el coño para follarla en todos sus agujeros. Micaela se mueve más rápido que antes y goza una barbaridad que se la follen así, algo que se lo hace saber presionando la mano de Javier contra su sexo y con unos gemidos fuertes y ardientes a cada instante.

Javier se folla con todo a Micaela, su culo literalmente se lo destroza ahí mismo y la negra lo disfruta, ella mueve sus anchas caderas y siente aquel miembro recorrer su culo por completo, Micaela esta fuera de si y se mueve de forma incontrolable estando apunto de acabar. De pronto Javier la sujeta con fuerza y aprieta contra su cuerpo, Micaela respira profundamente y siente una sensación de liviandad invadiendo su cuerpo sumado a una calidez en su trasero, su orgasmo es muy intenso al igual que el de Javier que le deja lleno de semen su culo. “Vez que puedes coger de lo mejor a una chica” le dice ella que le da un enorme beso también.

Tras recuperar el aliento ambos entran a la casa, Micaela le pide baño para ducharse y esta vez Javier la observa totalmente desnuda bajo el agua y ella se masturba frente a él y le hace sexo oral de nuevo esta vez haciéndolo correrse en su cara y sus pechos.

Es casi de noche cuando Micaela se va, “cuidado con estarse amargando de nuevo” le dice ella, “¿te volveré a ver?” le pregunta él, “claro que si, de pronto podríamos encontrarnos de nuevo y pasarlo bien”. Con un último beso ella se despide y regresa a su casa.

El lunes en la mañana Micaela esta esperando el bus para ir al colegio, sin embargo cuando este pasa ella se hace un lado y lo deja pasar. Minutos después un auto se detiene y ella sube de inmediato. La mujer es la misma que llevo a Micaela la semana pasada, “aquí tienes” le dice y le entrega un sobre con dinero, “¿cómo esta Javier?”, “pues alegre y motivado, sin la depresión de antes y hoy fue a la universidad de nuevo, te debo un gran favor, tenia miedo que siguiera así y cuando supe lo de su novia pues pensé que tu podías ayudarlo ya que lo notaba que siempre te miraba con interés al verte pasar” dice la mujer, “no fue nada”, “pero si lo es, como madre debo preocuparme por mi hijo y pedirte que hicieras lo que hiciste es algo muy serio” agrega la señora, “bien ya llegamos y muchas gracias por todo”. Micaela se baja del auto e ingresa al colegio sonriendo como siempre.