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Estando con casanova (capítulo 3/ parte 2)

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Me zafé como pude y lo empujé corrí hacia la mesita de centro donde estaba la botella y nerviosa me serví una copa “¿Por qué lo hice?...” estuve a punto de subir a l cielo con el pero me negué… ¿por qué?...pensaba todo eso mientras bebía casi al hilo ese licor, ya no podía pensar, de pronto, suavemente sentí unas manos rodeando mi cintura, yo quise apartar sus manos, pero eran demasiado fuertes, una de ellas se coló dentro del bóxer y comenzó a acariciar mi clítoris suavemente… sus dedos que entraban y salían de mi agujerito me comenzaron a perder, no pude mas y fue cuando se desvanecieron mis manos, derramé la copa que cayó por todo mi pecho…

_ ¡tu camisa!- dije

_ no importa, hay que cambiarte, las niñas buenas no deben traer la ropa sucia…

_ por favor para!

_ dime que no te gusta, que mis dedos no te hacen sentir la gloria… se que deseas esto tanto como yo…

Diciendo esto me llevó no sé como a su cuarto no dejaba de acariciar mi cuerpo y besar mi cuello, yo lo sentía tan rico quería mas de eso, pero mi consiente decía que no…

_ espera por favor… ¿y la cena?...

_ Que se enfríe…

Llegamos al borde de su cama, yo no podía hablar, entre gemidos seguía negándome, pero eso más lo excitaba, y creo que a mí también tanto que seguía negando mi orgasmo incluso cuando mi cuerpo estaba tendido en su cama, desde mis rodillas comenzó a explorarme, despacio, despacio hasta que el bóxer le estorbó, entonces decidió deshacerse de él, lo vio y lentamente, después de acariciarme lo fue bajando siguió comenzó a besar mi entrepierna, luego llegó hasta mi vagina, con su lengua humedeció mi clítoris, lo acariciaba y chupaba de una manera exquisita yo ya no podía hablar, seguía pidiendo más, sostenía mis caderas mientras seguía haciéndome el amor con su lengua y me tocaba de una manera extraordinaria, parecía la gloria, siguió después con mi abdomen, caminó saboreándome hasta llegar a mis pechos los succionó como exactamente como me gustaba, pensé “definitivamente sabe como complacerme…” sin pensarlo pedía más, y yo no me contuve me levanté y también quise probar su cuerpo, ya no me importaba, todo lo que deseaba era empaparme de él esa noche, desabotoné su camisa y su pantalón, lo desnudé sin mesura, toqué cada parte de él, de su bóxer saqué su pene, era enorme, el ya estaba muy excitado, no pude evitarlo y lo quise morder, comencé a chuparle la cabeza y el comenzó a sostener mi cabeza yo estaba muy mojada y ya no soportaba mas, quería que me penetrara saqué de mi boca su dulce verga y lo miré fijamente, “atraviésame el alma…” fue todo lo que salió de mi boca el sin pensarlo dos veces, despacio como fiera a su presa primero metió la punta y bombeó unos minutos antes de penetrar todo comenzó a bombear despacio se sentía tan glorioso que solo pude decir entre gemidos “mas”, nuestras respiraciones se aceleraron, sentía que el corazón se me iba a salir le dije una vez mas “¡mas!”, bombeó más rápido yo estaba ya en trance solo podía gemir diciendo “así… así ”, era el Olimpo.

De pronto antes de llegar al clímax de mi orgasmo se detuvo aun que no estaba segura de por qué no parecía que hubiera terminado, y me dijo quiero probar una pose más rica… y le dije… tu guíame y él me sentó en sus piernas y volvió a penetrarme, eso me comenzó a excitar más y por supuesto comencé a moverme involuntariamente de maneras que ni siquiera yo sabía que podía, mientras el succionaba mis senos y me los lamía sin control, cero que era su parte favorita de mi, de pronto me dijo, prepárate, lo haremos toda la noche sin detenernos así que prepárate mi vida, así fue…

Al día siguiente casi se me hace tarde para el ensayo, me levanté rayando la hora en que debía salir, preocupada se me vino a la mente lo, que mi ropa se había mojado ayer, y que iba a llegar con la misma ropa al ensayo “¡qué pena!”… sin duda el escándalo sería tremendo, pensé muchas cosas, sin embargo caí en la cuenta que estaba desnuda en la cama de mi compañero de reparto, quien sabe a qué hora se había levantado,  miré por la ventana, las calles se habían inundado, la tierra estaba en las banquetas rastro de las aguas que las arrastraron, me enrollé en una sábana y caminé hacia el tocador me miré en el espejo y me dio risa, se me sonrojaron las mejillas, de pronto escuché tres toquidos en la puerta, era él…

_ tengo tu ropa, por si quieres cambiarte… ¿puedo pasar?...

¿Por qué preguntaba?, como si no fuera a ver nada que ayer no hubiera tocado como loco… yo respondí desconcertada con la voz entrecortada “si”…entró con una cara de disgusto que no podía entender por más que lo quise, casi me avienta la ropa y me dijo “viste te pronto, anda”…

_ ¿disculpa?- le dije en lugar de preguntar qué… con un tono de desagrado.

_ el teatro no abrirá hoy, se canceló el ensayo…

No le pregunté nada más, en frente de él me quité la sábana y me dispuse a cambiarme, el me interrumpió con un “por favor usa el baño”, de una manera tan seca me decía todo que cada vez comenzó a disgustarme más hasta que derramó la gota mi baso cuando me dijo asertivamente “¿ya te vas?”, fue cuando le dije furiosa

_ ¡¿Cuál es tu pinche problema?!...- estaba dando me la espalda y volteó con una penetrante mirada de disgusto Prada decirme:

_ no me dijiste que eras virgen…

_ ¿acaso era importante para ti?, ¿te he dicho que me violaste o algo?... haaa discúlpame no sabía que eran tan importantes tus sábanas…

_ ¡¿estás loca?!, ¡¿sabes el escándalo que será si se enteran en el teatro?!...

_ haa era eso… no te preocupes a mí tampoco me gustaría que todos se enteren que lo hice con un idiota…

_ si te enamoras de mí te va a doler cuando salga con otras chicas…- no lo soporté más, lo abofeteé con mi bolso y salí de su departamento, no caminé hasta mi casa, solo caminé unas cuadras para que me diera hambre y me detuve en un restaurante a comer, pedí un desayuno especial con fruta y café, unos wafles mas una crepa de plátano con chocolate de postre, hace mucho que no comía tanto… no bien terminé el desayuno cuando una lágrima rodó por mi mejilla y solté el llanto, ¿Quién diría que me importaría tanto?, los wafles terminé comiéndolos un poco salados por las lágrimas, me tranquilicé con el café y la crepa en lugar de limpiarme la boca me limpié las lágrimas con la servilleta, al estar en mis cinco sentidos noté que las otras mesas me miraban fijamente, entre ellos había parejas… volví a mi disgusto, “¿Qué les importa?” pensé mientras pedía tranquilamente la cuenta, dejé el dinero justo, decidí vengarme con el camarero esta vez y pasé de la propina.