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Mis pretendientes sexosos (1)

en Amor filial

Recuerdo que en la Preparatoria Heriberto era uno de los guapos, aunque en físico no ganaba tenía una personalidad increíblemente detestable para mí, el puño de hierro, sí, yo era la encargada de vigilancia, verán, resulta que en la Preparatoria los mismos estudiantes éramos quienes manejábamos comisiones encargadas de mantener la escuela en funcionamiento, había comisiones para el comedor, para el periódico escolar, para los eventos culturales, y para la disciplina, esa era yo, en una escuela de bajos recursos y dedicada a los muchachos con problemas de conducta uno tiene que darse a respetar, así que por mi carácter explosivo y algo duro me llamaron el puño de hierro, sobre todo porque una vez golpee a un tipo por nalguearme durante el receso, desde ese día solo tenía que mirarles fijamente y todos me obedecían, excepto Heriberto, por lo general no causaba problemas en la escuela, el problema fue cuando me encontré que era hijo de un primo lejano de mis padres, así que yo, Heriberto y mi primo hermano Joel, siempre salíamos de clase para tomar el mismo Bus, ese era el problema, Joel, con quien me había criado en la misma calle, siempre estaba Celso de Heriberto que a leguas se notaba que tenía cierto placer en molestarme.

Una ocasión durante el receso estábamos sentados charlando, mi grupo de amistades estaba formado por Nacho, Marcos, mi primo Joel, Diana, y Heriberto, aunque el resto de la clase pensaba que yo era una mal encarada todo el tiempo mis amigos sabían que también podía bromear abiertamente cuando no estaba de ronda, por eso la escena se miraba bastante natural, una de nuestras compañeritas de clase hiso público su gusto por Heriberto, estaba citado para recibir una confesión a la salida, y ese era el tema de nuestra risa, Heriberto se mostraba igual de jovial y burlón, parecía no importarle, así que todos seguimos hablando tranquilamente.

_ Anda… Mago es muy mona… a que hacen buena pareja, sobre todo en el polvo – decía Marcos que ya conocía la reputación de la susodicha.

_ Si, seguramente el que quiere tirarse a mago es otro – Dijo Diana riendo…

Debemos aclarar que ciertamente Heriberto era asiduo de los Fajes en los baños, tenía amiguitas en todos los grados y salones, no era necesario formalizarse con Mago para que le hiciera una mamada, y eso todos en el círculo lo sabíamos, pero en ese momento yo fui la única que exteriorizó la opinión, de forma inconsciente debo aclarar.

_ Chicos, por favor, todos sabemos que Heriberto no necesita ser novio de una chava para tirársela, ¿qué tal ponerle como reto que tenga una novia sin habérsela tirado primero?...

Mi comentario llamó la atención de todos, dándome la razón hicieron todos comentarios…

_ jaah!! Cierto, creo que las únicas que no han pasado leche de Heriberto en esta escuela son tu y Diana – me dijo Nacho.

_ Para mí, eso es una suerte para ellas Nacho… tener una reputación intachable como ellas es difícil con Heriberto en el salón – Dijo mi primo…

_ ¿a qué vienen esos comentarios? – Dijo Heriberto protestando sin perder su sonrisa habitual – yo también tengo mi corazoncito… puedo ser serio si me lo propongo…

Todos volteamos a verlo atónitos, ¿acaso ya tenía planeada su respuesta?... diana se nos adelantó en curiosidad.

_ Joder!!... no me digas que vas a rechazar a Mago después del calentón que se dieron la semana pasada atrás de los baños???

_ Claro!! – Dijo Heriberto que estaba más enterado que nosotros – Mago solo quiere tener un novio formal para tener a quien cargarle el niño que espera… o eso he escuchado.

La noticia fue la bomba, era raro estar completamente solos en un salón, por eso ese tipo de chismes abiertamente eran un poco raros, hasta yo me sorprendí, aunque pensándolo bien, estando en último año de prepa, era común que comenzaran a hacerse las parejas de por vida, solo que eso era práctica de los melosos que buscaban su media naranja… En cierto modo Diana y yo conservábamos la amistad con el círculo de Chavos porque mi primo no me haría algo, y los otros tres me tenían miedo, para lo que Joel y Diana se escudaban conmigo, yo siempre fui el intermediario de ese grupo, llegué e escuchar una vez que chicas de otro grupo decían que yo parecía un “hombre con falda”, en ese momento me molesté tanto que me fui temprano a casa, pero desde que escuché la noticia de Mago agradecí ser que me temieran, después de todo quería ir a la universidad.

_ Bueno, eso está pesado – dije yo recargándome en pupitre - ¿le dirás a Mago que estás enterado?... ¿estás seguro que el niño?...

_ jahh jajajajajaja!!! – Heriberto soltó la carcajada como si quisiera que viniese media escuela a escuchar - ¿te preocupa que el chaval sea mío?... no hombre, sabía que te preocupabas por tus amigos pero… - se me acercó - ¿estás celosa?...

Me acarició un cachete y yo me eché para atrás instintivamente con tanta fuerza que tiré la banca, si, su rose me dio escalofríos, ese tipo tocaba indistintamente a las mujeres como si todas fueran su juguete sexual, lo bueno es que mi primo intervino y la tensión se cambió a ellos dos.

Esa tarde al salir de la escuela mi primo estaba tan molesto que no esperamos a Heriberto, así que todo transcurrió sin problema hasta la mañana siguiente, cuando me tocó la ronda después del receso, tocaba historia, y la maestra no pasaba lista, por eso era difícil que los de mi salón entraran a clase, tuve que amenazar a los pocos que se atrevieron a evadir la campana, y los pasillos cerca del baño parecían estar solos, de un momento a otro todo estuvo en calma, así me gustaba, tranquilo, que mis pasos hicieran eco en el ambiente, así era bonito leer, saqué mi libro y comencé buscar el capítulo siete, cuando al pasar en frente de los baños escuché voces tenues y agitadas…

_ Anda Heri, déjame verla… me muero de ganas…

_ Shhh… ya te dije que no, además tú no me gustas…

En eso la voz melosa y putera se volvió grito de tortillera por la tarde…

_ ¿qué te pasa Heri?… ¡ya quisieras a una como yoo!

Distinguí la voz, era Mago desde el Baño de Hombres… inmediatamente entré con mi rostro de policía malo agitando la tablilla de reportes…

_ ¡¿qué demonios hacen aquí?!... ¡si no entras a clase en este instante juro que les daré algo más que un reporte!...

Cuál fue mi sorpresa cuando Mago salió con los ojos llorosos abrochándose la blusa y Heriberto salió detrás, sin inmutarse con las manos en los bolsillos y silbando despreocupadamente…

_ ¡puñitos!... qué bueno que llegaste… si no esta mujer me viola…

_ ¿en serio?... tu pareciste ser el violador… - le dije con mirada fría e incrédula – no te metas en broncas, mejor aléjate de la Mago – todavía se asomó mi buena voluntad.

_ si… - sacó las manos se sus bolcillos y usó sus brazos para apresarme contra la pared y su cuerpo, me descontroló por un momento hasta que continuó – si tuviera una novia que me pegara no se me acercarían esas lagartonas… ¿qué opinas puñitos?... ¿quieres ser mi novia?...

Ese era el colmo de sus bromas… tomé la tablilla de reportes con las dos manos y la usé para empujarlo, el casi se cae, pero logró ponerse reponer el equilibrio, seguía sosteniendo la risilla burlona que lo caracterizaba, la misma que me fastidiaba el rato, ¿qué no se tomaba las cosas en serio?... me fui al puesto de vigilancia, faltaban 20 minutos para que terminara la hora así que los terminaría en un lugar lejos de él, no me despedí de el con un sonrisa, más bien cuando ya había avanzado algo volteé y noté que él seguía mirando, seguí sonriendo, eso me careó, el enseñé el dedo para decirle:

_ ¡qué te den por el culo cabrón!...

“La Puñitos” como se habrán dado cuenta así me apodó Heriberto, solo él podía decirme así, le tenía sin cuidado mi mal humor al contrario de los demás, quienes me llamaban Era (abreviación de Erandi, nombre purépecha). Para mi primo Joel era igual que Heriberto e llamara Puñitos, Era o Erandi, para él, “ese Heriberto se toma demasiadas libertades conmigo”, no era para menos, nos criamos juntos, vivíamos en la misma calle, jugábamos justos todos los días de pequeños, incluso nuestros juguetes estaban siempre revueltos, no había diferencia que estuvieran en casa de uno u otro, siempre andábamos juntos, Preescolar, primaria, secundaria, y ahora Preparatoria, nuestras madres siendo las únicas mujeres de 8 hermanos se llevaron muy bien a tal grado que bautizaron a sus hijos el mismo día en la misma capilla y con los mismos padrinos, madres tan excéntricas merecían analizarse mejor con un psiquiatra según mi percepción, en mi opinión el complejo de prima hermana de Joel no era culpa de él, sino de ellas.