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Mis pretendientes sexosos epílogo

en Amor filial

Desperté sintiendo la suavidad de sus sábanas sobre la tela del pijama, había estado soñando con su forma de hacer el amor, y por lo que sentí entre las cobijas él también, no había planeado quedarme a dormir con Heriberto, pero era sábado, y no tenía ganas de levantarme, me estiré como gato y decidí disfrutar de la suavidad de las telas, pero me ganó el frío y me acurruqué en su pecho, lo desperté, me miró adormilado todavía, quizá inconsciente de que se me estaba encimando, sin decir palabra alguna comenzó a desabotonar la camisola del pijama…

_ Buenos días a ti también – dije irónicamente.

_ Devuélveme mi pijama - ¿fue lo mejor que podía decir?

_ por lo visto desayunas temprano – de nuevo mi ironía…

_ dicen que temprano es más rico – mordió mi pezón y resoplé de placer...

Nada ni nadie nos molestaría, era glorioso sábado, todos los sábados los disfrutaba en cama hasta tarde, pero qué cama más deliciosa, después de humedecerme me levantó sobre su polla dura y me dejó que yo decidiera a qué ritmo caer, en verdad que temprano era más rico, como esas hubo muchas mañanas de sábado, también los domingos, los fines de semana la pasaba en su apartamento, cuando menos lo pensamos la mitad de su closet estaba invadido con mis cosas… a pesar de que nunca dijimos palabra alguna, él me presentaba con sus amigos como su novia, y decía estar ahorrando para el anillo, a pesar de que sus amigos decían que verían construir condominios en la luna antes de verlo casado, reconozco que a mí también me daba risa, seis meses después de que empezamos a salir Vargas fue sorprendido con una secretaria por el dueño de la constructora, fue despedido por un escándalo que se hiso en torno a eso, y yo me convertí en la Presidenta del departamento de Arquitectura, decidimos hacer pública nuestra relación después de dos meses aunque ya era un secreto a voces, otros dos meses estuve con la presión se los nervios por tener al dueño vigilando cada uno de mis pasos, supongo que también a Heriberto, pero a fin de cuentas terminó por dejarnos, afortunadamente cualquiera de los dos era insustituible para la empresa y nadie salió despedido.

En mi primer periodo vacacional después de 3 años visité a mi familia… lo primero que decía mamá después de abrazarme durante diez minutos era “¿ya comiste?”, siempre hacía albóndigas cuando sabía que iría, me servía un plato repleto, tal vez me veía desnutrida, igual siempre me las comía con gusto, aunque después no pudiera dormir de lo inflada que estaba, le di la noticia cuando la tenía frente a mí en la barra del desayunador…

_ Mah… ¿te acuerdas de Heriberto? – dije mientras partía mi sexta albóndiga.

_ haa si, el sobrino de la cuñada de mi hermana – por el trabalenguas sí, se acordaba - ¿Qué hay con Heri cariño? – dijo mientras cortaba verduras…

_ pues… es gracioso… verás, trabaja en la misma empresa que yo y llevamos más de 6 meses saliendo…

El cuchillo cayó al piso…

_ nunca me cuentas de tus parejas cariño – su cara se iluminó como si le estuviera hablando la misma virgen María – ¿será que van en serio?...

_ Bueno… él quiere venir a verte y presentarse debidamente… y… y eso – dije con carne en la boca…

_ ¡¿en serio?!...

_ Esta noche…

Mi madre nunca fue un manojo de nervios, pero ese día aventó las verduras que cortaba para la cena y corrió al supermercado, a pesar de que me insistía que no ayudase no pude evitar meterme a la cocina con ella, la cena fue espléndida, no tenía idea de que supiera hacer ese tipo de cenas, incluso en navidad compraba los pavos, pero debo admitir que el salmón ahumado estaba delicioso, yo por mi parte me enorgullecía de mi ensalada de frutas para el postre, mi papá, el que nunca hablaba, sacó una botella de vino vieja, que guardaba en no sé dónde, Heriberto tuvo que cargarlo hasta la habitación, no me di cuenta que él también estaba algo mareado hasta que salimos a la puerta para despedirle.

_ mejor te llevo – dije riendo.

_ si me llevas no te dejaré regresar – dijo sin rodeos con su pervertida risilla en eso interrumpió mi madre.

_ no te preocupes Heri, devuélvela cuando quieras, pero con nietos por favor.

Esos dos se llevaban tan bien, digo, no era que no fuera cierto que ya andábamos en vías de hacerle un nieto a mamá, pero, que ella lo dijera así… me hacía pensar que la urgida por mi boda era ella, a fin de cuentas conduje el Jeep Negro hasta su casa.

Al siguiente año fue la boda, mi papá brindó y mi mamá lloró de felicidad toda la ceremonia, no fue miel sobre hojuelas, aunque nos diagnosticaron que no podíamos tener hijos, tuvimos tino para darle gusto a mamá de un nieto… a mí me despidieron del trabajo tres años más tarde, sabía que no debía golpear al dueño de CONSTRES, ¿pero quién diría que terminaría por insinuarme ser su amante?... afortunadamente no levantó cargos a cambio de que yo no informara a mi marido y todo quedó en que había sido por un accidente desafortunado.