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Seductores, Ligones y Cabrones

en Confesiones

Hace tiempo mis queridos lectores que había dejado de frecuentar estos lugares debido a ciertos proyectos personales que me retenían en el anonimato, sin embargo, creo que el día de hoy quiero festejar mi regreso al mundo de los relatos con estas confesiones.

En otras noticias déjenme decirles que estamos en vías de crear una página web, su servidora y unos amigos más deseamos brindarles muchas experiencias sensuales, espero que les guste nuestro próximo proyecto.

El tema de hoy creo que está más que dicho, resulta que el otro día salí de chaperona por casualidad y resultó ser una experiencia que después de la pena ajena me hiso reflexionar, sin temor a ofender a las menos recatadas de mi género, aún me gusta el respeto y también creo que la base de todo es la comunicación, digo, establecer términos con quien sea antes de entablar relaciones creo que es algo que ya todo quien se considera un adulto lo sabe.

Todo empezó con la visita a mi ciudad de una viejísima amiga, desde mis años de secundaria somos amigas, está por demás decir mi edad para que sepan cuantos años son ya, tengo 26 y la conozco desde que tenía 12. Ella decidió venir a mi ciudad para vacacionar, lo que yo no sabía es que quería ver también a un chico que conoció en su ciudad que tenía tiempo de trabajar cerca de mí… el tipo más que imprudente cayó redondo ante la seducción de mi amiga, y aunque a mí me tenían sin cuidado sus jugueteos, uno sabe cuándo empieza a estar de más… No me dejaron irme con el pretexto de que yo era quien hospedaba a mi amiga y así la noche terminó con el tipo intentando jugar a dos bandos con mi amiga y conmigo… lo triste del asunto es que mi amiga no es tonta y yo soy demasiado directa, el resto de la noche me la pasé haciendo mi acto de invisibilidad… si, lo desaparecí a él….

Esta incómoda situación no es la primera vez que me pasa, y bueno, en este mundo donde la sexualidad cada vez está más experimentada y se puede probar de todo, prefiero los tríos con alguien que juegue limpio y que no bese a mi mejor amiga cuando me voy al baño y me proponga vernos para coger cuando ella se va a polvear la nariz.

Desde que tuve consciencia de que soy una mujer, y desde que las relaciones se hicieron tan complicadas, me he dado cuenta de que muchas personas quieren seducir, seducir es un arte, casi imposible de aprender si no tienes la inteligencia de encontrar en las expresiones de tu objetivo lo que se necesita para llevarlo a la cama… Un seductor o seductora tiene un aire casi imperceptible, o mejor dicho llama la atención solo de quienes desean buen sexo. Podría comparar a un seductor con un Zorro, un León, un Tigre, incluso con un misterioso Vampiro u hombre Lobo (dejando de lado los gay de crepúsculo), vaya que he conocido buenos seductores, y otros tantos que venden placer a sabiendas de su habilidad. Los hay de muchos tipos y aun así cualquiera de ese tipo irá directamente hacia su objetivo, ya sea una persona, un trio o una orgía, los términos de la relación con ellos siempre serán evidentes y claros, si resultas pareja ocasional de uno de ellos jamás te llevarás un mal sabor de boca, porque ellos si se lavan la polla para un oral, jajajaaah!

Por otro lado están los ligones, quienes solo pueden tener una característica que pretenden explotar con esmero aunque la carencia de inteligencia solo les permite pescar resfriados. Son más fáciles de encontrar ya que seguramente se te pegan como las moscas y a veces hasta temes ser mierda de tanto que abundan, no se preocupen queridos lectores, no somos mierda, solo que la azúcar atrae muchas moscas también, seamos hombres o mujeres podemos toparnos con un ligón, y por desgracia todos hemos pasado por una etapa de ligones, pues se debe a la falta de experiencia y en muchos casos a nuestros cambios hormonales en la pubertad y la adolescencia, por fortuna unos superamos esa etapa, y otros tantos se quedan allí estancados… como quien te aborda en la barra del bar con aliento alcohólico y no deja de presumirte su único atributo que bien puede llamarse un cuerpo trabajado, un empleo bien pagado o hasta su coche. Está de más decir que esto hace correr a cualquiera, hasta el más urgido de polvo huye cuando te proponen pasar por un mal hotel, o escabullirse en cuclillas a su cuarto porque seguramente vive con amigos o con sus padres.

Hablando ahora del otro grupo denominado, Los Cabrones, debo decir que es un poco polémico en este caso ya que, casualmente en mi País y por desgracia del género femenino un terrible síntoma está aquejando a mi generación y se llama Síndrome de Jenny Rivera, cierta mujer femi-nazzi que se le ocurrió la fantástica idea de meter en todas sus canciones la típica frase de mujer ardida y mal cogida.

“todos los hombres son iguales”

Frase igual de sexista que “la que es mujer se sostiene y el que es hombre no más puja”… supongo que me molesta por que esto ha inmerso a toda una sociedad de mí tiempo a un estado de tensión en el que absolutamente todos están predispuestos al engaño, lo cual hace las relaciones un infierno, no soy la clase de persona que ve la infidelidad como “pecado”, pienso que a todo y a todos hay que dárseles el lugar que merecen, me refiero a eso de “establecer términos”, eso es todo lo que necesita un ser humano para darse a respetar cuando se vive una relación ya sea sexo libre o monogamia… entonces, ¿por qué tanta predisposición a la negatividad?

Todo está en que lo cabrones no son cabrones, solo se sienten, lo único que logran haciendo este tipo de práctica infantil de embabucar inocentes e incautos para sentirse “mujeres” o “machos”, es exhibir su inseguridad y su falta de educación… por lo general este tipo de personas siempre intentarán comprometerte con regalos, dinero o “favores”, tanto la mujer como el hombre no dejarán de repetirte que es una suerte del destino que se crucen por tu camino y la fortuna que tienes por tenerles, aunque lo cierto es que solo hace falta dejarles para sentirse uno más liberado y con menos preocupaciones.

Espero que con esta cruda crítica que acabo de hacer no haya tirado algunas piedras al público, cualquier parecido con la realidad no se llama coincidencia, solo experiencia… por ultimo me gustaría decir que tanto se agradece salir al bar sin un plan específico y pasar una buena noche con una conquista como vivir una relación de confianza con tu pareja, de cualquier forma el cuerpo no deja de ser apetitoso, nuca lo olviden queridos lectores, una persona que disfruta cada momento no reprocha, porque le saca jugo hasta la última gota de vida, siempre cuando se ponga todo en su lugar y uno se dé su lugar…