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Robert el cazador (1)

en Grandes Series

Parte 1 (jodida noche sin sexo)

Aquella tarde mi casa olía a aguarrás más de lo que debía,  no es que sea adicta al olor, pero me gusta, ese aroma como a pino y otras cosas, me recordaba al taller de papá, abrí la ventana para que mis roomies no se quejaran y me detuve un poco a mirar la calle, ese pequeño tramo de la subterránea guanajuatense, si en México, pero más en Guanajuato, se vivía lento y rápido a la vez, siempre hay algo que hacer pero no necesitas hacerlo con mucha prisa. Más en mi carrera, Artes plásticas necesita dedicación, y sobre todo la convicción de vivir por menos de 16 mil pesos al año es casi la indigencia, pero aprendes tus trucos para obtener un extra siempre. En mi casi ese extra era ayudarle a mi amigo Tovar a vender sus muffins, claro, yo siempre le ayudaba a vender los fines de semana, y a adornar la tanda de la tarde, por eso me pagaba unos 300 pesos a la semana que me ayudaban muy bien para pagar la renta y salir algún famoso jueves social (relajante práctica estudiantil de salir los jueves en la noche a tomar algo y bailar en un antro o bar).

Aquel jueves fui temprano a buscar a mi amigo en las puertas de la escuela, no era que quisiera pedirle un adelanto como ocurría de vez en cuando, solo quería salir ese jueves, Tovar y yo tal vez iríamos como de costumbre al Bar Fly o Los Lobos, después terminaríamos en la Dama, caminé a donde vi su tina llena de muffins en pequeños paquetes abultados.

_ Tovar… ¿Cómo va la venta?

_ bien mujer, come – dijo dándome un Muffin con cara de panda – hoy Alex me invitó a salir.

_ ¿entonces no irás conmigo?

_ si quieres vamos…

_ nooo… gracias, no me gusta hacer mal tercio o salero, además, si me quedo en tu casa no podrán “convivir” a sus anchas…

Así el pequeño dialogo fue interrumpido por un cliente, me quedé pensando que era muy extraño que Tovar tuviera un cita, cuando se peleaba con su novio a mí me invitaba al cafetal, pues le sobraba lo que no gastaba en su escuálido amor, ese tipo, Alex me daba la impresión de tener problemas de definición sexual, pues a veces amaba a Tovar y otras lo dejaba de ver por salir con una mujer llamada Lucía.

En mi caso era todo más simple, si me gustaba alguien le ahorraba citas y cafés, si lo único que quería era una buena noche, para mí no había inconveniente. Tenía una forma extraña de atesorar a mis amantes, primero succionaba de ellos todo lo que me atraía de su persona y luego lo vaciaba en mis pinturas polémicas por ser extremadamente eróticas, lo cual contrastaba con la supuesta vida puritana de los Guanajuatenses, quienes son calificados por los otros estados como “mochos” Adjetivo usado coloquialmente para decirle moralista, fanático religioso a alguien. Esa ambivalencia de Guanajuato, era lo que me despertaba la curiosidad, por eso decidí estudiar en esa ciudad.

De algún tiempo para acá esa curiosidad había sido completamente aplastada por una persona, Edgardo, mi rommie de la parte de arriba, amigo, y amor secreto. Él se mudó conmigo y con Tovar, pero después Tovar fue echado por ser Gay, y yo me quedé sola con Edgardo, él era el único que demostraba simpatía después de que todos comenzaran repentinamente a tratarme mal en la escuela por un escándalo con la jefa de grupo, realmente ya tenía planes de salirme de esa casa, pero el contrato era de un año, para lo cual faltaban dos meses.

Después de saber que Tovar no iría de copas conmigo me fui a la casa a cambiar para salir al bar pero no al FlY o Los Lobos, me fui a un pequeño botanero cuesta arriba del centro, cerca del monumento del Pípila, todavía brillaba ese color lila neón, ese color que tanto me gustaba. Bien pensado para mi solitaria noche, me senté junto a la vista y las primeras horas las pasé contándole al aire sobre mi filosofía, la ciudad desde lo alto y yo nos entendíamos con miradas, para mí, esa noche de jueves social irónicamente no tenía nada de social o erótico, era octubre y temporada de huracanes, las lluvias no eran tan fuertes pero si nos llovía hasta noviembre y el primer tercio de diciembre, la lluvia me gusta, cuando tengo amante me gusta llegar a su casa toda empapada pidiendo una ducha para dos, pero ese octubre, iniciando el festival cervantino no tenía a donde llegar, pues de un tiempo para acá no había habido suerte, nada me convencía o simplemente la sombra de Edgardo no me dejaba tener un sexo satisfactorio, le perdí el gusto a buscar seducir a alguien, así que…

Alguien interrumpió mi auto psicoanálisis, un ebrio armando jaleo, un extranjero, bastante feliz, un momento ¿mi profesor de Inglés?... y parecía no estar muy bien, a parte e ebrio estaba rodeado de unos tipos que le estaban sacando la cartera, lo estaban desfalcando y el imbécil ni en cuenta,  mi buena voluntad se asomó y me levanté.

_ ¡hey!... devuelvan esa billetera

_ ¡no te metas idiota! – me dijo uno de ellos.

_ ¡llamaré a la policía! – el mesero se percató y me apoyó junto con sus compañeros, los tipejos no tuvieron más que devolver la cartera y salir vetados.

Este acto no solo me regaló una cerveza la próxima vez que fuera, también me confundió con la pareja de mi maestro de inglés, lo cual me tuvo unas horas más tarde muy cerca de la famosa Presa de la Olla, buscando el callejón de “Perros Muertos” (si, todos los callejones tienen nombres raros en Guanajuato).

_ hey Robert!... Where do you live?... Robert!...

A duras penas me lo dijo, ¿tendría congestión alcohólica?... no parecía estar muy mal, aunque si un poco incoherente. Cuando por fin pude encontrar su casa le hurgué en los bolsillos para sacar la llave, y lo tumbé en el sofá, pensé en irme pero aún era temprano, no tuve inconveniente en hacerlo tomar café y litros de agua para que se sintiera mejor, después de dejarlo dormido, caminé a mi casa ya casi a las 2 am, prácticamente atravesé la ciudad para entrar a mi casa y ver que todos estaban durmiendo fuera, al fin mi soledad deseada… o al menos eso pensé hasta que atravesando la sala empecé a oír los gemidos de una chica…me escondí tras la pared que separaba el recibidor de la sala de estar y me asomé para verificar, si, era Edgardo con su Novia… demonios, eso se veía bien, para mi desgracia Edgardo era un novio semental y jarioso, nunca se me insinuó y para mi intentarlo era demasiado, también incómodo, mejor me salí, y regresé hacia los rumbos donde había dejado a mi profesor minutos antes para unas cuadras antes entrar hacia la colonia Pastita hacia la calle de mi amigo Tovar… también tenía llave, entré, y él también tenía fiesta… que demonios, estaba decidida a dormir en el sofá, después de todo ellos dos estaban en su cuarto, me tumbé pero era sugestivo, el colchón rechinando, sus respiraciones, su ahogados gemidos… maldición!... por qué no tengo un polvo yo también!!??...

A fin de cuentas terminé saliendo también de la casa de Tovar… y caminé sin rumbo, para ver que aún tenía la llave del departamento de mi profesor Robert… ¿era broma cierto?... bueno, después de todo yo le había rescatado, no podía agradecerme con menos que dormir tranquilamente en su sofá. Me percaté de que siempre sí se fue a la cama y cuidadosamente sintiéndome como una ladrona me acosté en el sofá del profesor, quedé como muerta, de hecho estaba más que fatigada, y además tenía ampollas en los pies, no me había esperado caminar tanto esa noche…

Parte 2 (seducción aparente)

Robert me encontró en el sofá… supo que me metí furtivamente porque vio sus llaves en su mesa de centro, no me despertó él, me despertó el olor a waffles y café… mi estómago rugía de hambre… no creo que él dudara en sacarme de su casa si no fuera porque mis pies tenían ampollas y él tenía un vago recuerdo de haber recibido mi ayuda, también creo que quería tener la oportunidad de amenazarme para que no contara lo de su borrachera en la escuela de idiomas.

¿Debía abrir los ojos?... quizá antes de abrirlos debía pensar qué decir, tenía que dar una razón para estar allí en su sofá… se me ocurrió hacerme la tonta, y decir algo como…

_ Yo… you don’t worry, i don’t talk about this…

Fue lo único que me permitió decir mi escaso vocabulario en su lengua nativa.

_ hablo español, y te entiendo, tú no te esfuerces…

Me acercó un plato con waffles y una taza de café, realmente era bueno, comí hasta saciarme…

_ ¿no irás a tu escuela? – interrumpió el incómodo silencio…

_ Los viernes no class profe – dije en spanglish… Se rió, como si supiera que ese spanglish se parecía a lo que de pronto surgía en clases incluso de él.

_ Fuera de la escuela no soy Profe… soy Robert… por favor, dime Robert.

_ Ok Robert.

Después de que terminar mi desayuno me despedí, sabía que Tovar y su “chango” estarían corriendo desnudos por su departamento así que mejor fui directo a la parada del bus, allí el celular me dijo la hora, las 11:00 am, bien, tal vez la novia de Edgardo no se había ido aun de la casa pero al menos no estaría corriendo desnuda por la sala… era una fortuna que el bus me dejara en la puerta de la casa, por eso estaba pagando 1000 pesos de renta, un cuarto individual en una casa a pie de calle, algo bastante lujoso para un estudiante en la ciudad de los callejones, Guanajuato tenía esa peculiaridad de no dar abasto a la demanda de transporte hacia la central camionera los viernes, y quedar todo quieto alrededor de las 8 pm, empezaba desde ese momento el turno de los Guanajuatenses, de ellos era el fin de semana, de ellos y de los turistas, descansé ese día, tenía algo de tarea pero no era muy laboriosa, podría terminarla en una hora, así que me quedé viendo TV, o al menos eso me proponía, después de que tomara el control, mi celular sonó.

_bueno – dije aun cuando la bocina no llegaba todavía a mi oído.

_ Sholina… aparece, estamos en el Olé – sí, solo Tovar podía llamarme Sholina, apodo que me dio cuando el cervantino pasado me salí a leer la fortuna con las cartas para recaudar fondos y comprarme una nueva PC.

Me medioarrglé, no tenía muchas ganas de karaoke esa noche, pero quería platicar con Tovar sobre lo que pasó ante noche, aunque probablemente no era muy buena idea, al final de cuentas no hice gran cosa, ni le conté lo que quería ya que él y Alex estuvieron como si tuvieran pegamento en la lengua. De verdad esto de “gustarme Edgardo” comenzaba a ser un estorbo más que algo lindo, a mitad de la noche mandé al diablo a mi amor no correspondido y me levanté a bailar y cantar, eso fue el comienzo  de todo, el ambiente se puso muy bien, al grado que Tovar y Alex se fueron a follar y yo me quedé, más tarde en la mejor parte de mi espectáculo sentí una daga en mi cabeza, como cuando alguien te quiere matar con la mirada, era la novia de Edgardo, y el mismo Edgardo mirándome desde la mesa del fondo cerca de la puerta.

Esas miradas tan contrastantes me hicieron perder el equilibrio y bajé del escenario del karaoke algo forzada, después de mí, otras chicas intentaron subirse a hacer ambiente pero ninguna logró hacer lo que yo, al parecer a Edgardo le había gustado mi actuación. Porque el resto de la noche su novia me miraba como una medusa queriendo convertirme en piedra y Edgardo no dejaba de platicar conmigo ¿qué demonios?... ¿no habían hecho el amor justo antenoche?

Decidí no meterme a menos que Edgardo me insinuara algo más claro que sus miradas de galán de telenovela mal pagado.

Esa sorpresiva noche terminó conmigo yendo directamente a la cama de cansancio y relajada, pero las sorpresas no pararon ese fin de semana, Edgardo se peleó con su novia, una celosa mujer termina arruinando su relación tarde o temprano y bueno, no diré más, aunque Edgardo me guste quise ser imparcial, y no termina allí… El lunes lo primero que escuché de mi maestro en el patio fue una insinuación aún más confusa:

_ Así que bailas y cantas como una cabaretera eeh? – ¿a qué hora me vio? No podía dejar que me perturbara, pero, ¿qué quería exactamente?... ¿qué debía hacer?... ¿seguirle la corriente?... evadirle?... miré su rostro, se veía interesado, pero seguro, típico de un hombre mayor…

_ Dijo que un poco spanglish profe… no sabía que conocía palabras tan fuertes…

_ Que sexy te viste el viernes…

Seguramente escuché mal, mi profe de inglés no podía estarme diciendo algo así como un cumplido…

_ ¿así regaña a sus alumnos profe?

Se sentó en mi mesa, justo cuando trataba de esconder mi rubor tras el libro de historia del arte, él se acercó y me dijo de un modo bastante picarón y también discreto para que no hubiera sospechas…

_ Debería castigarte por ser una muchacha tan interesante… niña mala.

Estoy acostumbrada a toda clase de cumplidos, desde “¡dios que hermosas tetas!” hasta el típico “que linda putita!”… quizá por eso me pareció un intento fallido de seducción, no sabía por qué ese tipo sentía que podía decirle a toda chica cualquier cosa y ella caería a sus pies, solo por su cara bella, realmente para ser tan guapo y de buen paquete aun que era mi maestro… y que yo estuviera notando esas cosas de repente… me hacía sentir nerviosa, no soy la clase de persona que guste de destacar, incluso mis notas de inglés están en el promedio, era rarísimo que de tan buenas estudiantes y otras tantas que abiertamente le habían tirado la onda, se viniera a fijar en mí… quizá era una burla por ser la peor de su clase…

No necesito decir que durante su clase me preguntaba demasiado, pasé al pizarrón más veces de lo que había hecho en tres niveles de inglés… después de eso el resto del semestre me la pase lanzando indirectas con él durante los recesos y llevando una relación muy cercana, tanto que terminó por tener mi teléfono celular y salir a beber juntos un par de veces, para llevarlo a su casa tarde…

_ Estúpido Robert… deberías beber solo cerveza si ya sabes que el tequila te pone así…

_ no estoy tan mal… déjame subir solo…

Estábamos al pie del callejón, por un momento no me preocupé pues es regla de oro en Guanajuato “es más fácil subir pedo que bajar pedo”, lo dejé y solo lo acompañé para “cuidarlo” según yo, a medio camino hasta su puerta unos hombres nos cerraron el paso con el típico…

_ ¿qué hora tienes amiga?

_ No tenemos relog amigo…

Intentamos seguir el camino pero insistieron…

_ ¿no tienes un cigarro?

_ no wey – dije con un tono de hastío sin detenerme empujando a Robert para que siguiera subiendo…

_ Amiga… ¿te digo una cosa y no te enojas?...

Venía directo hacia mí ese hombre y otros dos se dirigieron a Robert

_ Estás bien chula amiga…

_ ¡Robert corre! – dije cuando supe que lo golpearían…

No soy muy buena peleando, y sé cuándo un hombre sobre pasa mis fuerzas, por eso mismo aprovecho todo lo que está a mi alcance, alcancé a tomar por el cuello al tipo que intentó someterme y desequilibrarlo para lanzarlo cuesta abajo… no supe que le pasó, pero pude quitármelo de encima, pensé que Robert estaría corriendo cuesta arriba más adelante pero para mi sorpresa me quitó de encima a un segundo asaltante que venía al ver que me había librado de su compañero… lo tomó por el cuello, le hizo una llave o algo así, lo estaba asfixiando… para ser honesta su expresión me dio un poco de miedo…

_ ¡Robert! – grité esperando que reaccionara, y lo hiso… soltó al tipo vuelto un hilacho y me tomó fuertemente del brazo… y corrimos hasta su departamento… escuché pisadas detrás de nosotros…

_ Nos están siguiendo… corre con todas tus fuerzas – dijo con una expresión fría y calculadora, pareciera que no le afectaba, o más bien tenía la mirada de quien no tiene inconveniente en matar a alguien para sobrevivir…o sería la impresión de mi primer asalto que me quedé completamente nerviosa… al cerrar la puerta de su departamento por fin a salvo yo seguía respirando agitada y temblorosa, mi ropa estaba sucia y mi mano seguía aferrándose a Robert hasta que me percaté que estaba lleno de sangre…

_ ¡te hicieron algo!... ¿estás bien?

_no es mía… le partí la boca a uno – me quedé atónita, allí en el suelo – creo que mejor te quedas a dormir, es peligroso que salgamos…

_ ¿qué clase de maestro de Inglés eres?

_ Toma una ducha mientras llamo a la policía…

Me lanzó una toalla y un pijama que tomó de su cajón… obviamente me quedaría grande, pero también podría verse sexy… ¿qué estaba pensando? No tardé mucho en bañarme, me estaba poniendo algo impertinente en realidad necesitaba salir de ese departamento si no quería terminar haciendo una escena desastrosa ante mi Maestro de Inglés, al parecer su muestra de hombría como de macho alfa me había sobre excitado.

_ Estúpida… ¿no tienes noción del peligro? – balbuceé para mí mientras me ponía la pijama… mala idea, ahora su olor y el calorcito de su prenda, olía a él…era tan sensual… esto no estaba bien.

Para mi sorpresa al salir de la ducha me encontré a Robert sin camisa, que pasó como si nada a mi lado para entrar a la ducha… dejando un olor a macho que sin temor a sonar vulgar, de plano me encendió el interruptor, entonces pensé, ¿Qué hago?... tomé un cojín del sofá y lo acomodé en el sillón y me tumbé… cerré los ojos, me pareció una eternidad, tenía frío y por más que lo negaba, seguía pensando en él… desde su heroico rescate, hasta sus músculos bien formados cuando pasó despreocupadamente junto a mí…

_ no te quedes allí… te enfermarás – me despertó su gruesa voz…

Quise negarme…

_ no te preocupes aquí estoy bien…

_ No es cierto…

Si más me tomó del brazo de nuevo… y me llevó hasta la cama…

_ ¿tú estás bien? – Me preguntó - ¿te hicieron daño?

Negué con la cabeza, no pude contener mi vergüenza cuando sin querer vi a su paquete y vi que estaba erecto… en el fondo me sentí un poco aliviada, no era la única loca que se sentía horni después de esto…

_Yo… yo debo ser patética… comportándome como una niña tonta…

_ Todos se sustan…

_ ASUSTAN

No sé cómo es que ahora Robert estaba casi encima de mí…

_ i need sex after figth…

No pude detenerle… menos cuando ya me estaba magreando los senos… solo bastaba su tacto para que toda la piel se me erizara, nunca le había preguntado su edad pero parecía de unos 30 y tantos, yo apenas tenía 19…pero se sentía tan bien su cuerpo, así como estaba de agresivo y efusivo, aun conteniéndose para excitarme lo suficiente, me gustó como resbaló sus manos para sacarme la blusa, podía bastante bien con mi peso, me hacía como quería, me levantaba por el tronco para saciarse de mis senos, o escabullía sus dedos debajo del pans del pijama para tocarme, y me desvistió a su antojo, yo estaba en mi límite, aunque no decía nada, yo ya estaba a punto de correrme, bastó con que sin desnudarse por completo se bajara los pantalones y me dejara caer en su verga para que me contrajera de placer, mi primer orgasmo…

_ ¡mmmm… te veniste solo con esto?

Me recostó en la cama y comenzó a moverse, nuestras respiraciones en instantes se hicieron una, era enérgico y me enloquecía, estaba caliente y húmedo, palpitaba dentro de mí, dolía de lo grande que la tenía, pero contraer mis labios vaginales daba tanto placer que no me importó desgarrarme después de esto… yo sentía su saliva en mi cuello, en mis senos, en mi boca, su jugoso néctar cada vez que me besaba y metía su lengua, yo no podía hablar, pero mis expresiones no dejaban de suplicar por más, mi propia saliva desbordaba de placer, todas mis súplicas fueron cumplidas, me besaba y me tocaba a su antojo pero justo en el momento en que yo me venía… no sé cuantos orgasmos tuve esa noche… pero el final ya casi fatigada sentí como su ritmo repentinamente se aceleró y encendió momentáneamente mi vientre, entonces mi silencio se volvió un gemido en el que casi se me escapaba la vida, se me nubló la vista y lo sentí como el mejor momento de toda mi vida… sin fuerzas y agotada fui arrastrada hasta mi lugar en la cama y me cubrió con las cobijas. Solo escuché una palabra de él:

_ Increíble  – dijo entre  un suspiro… como un león que acaba de comer, se subió el pantalón y me dejó en la cama sin fuerzas, antes de perderme en el sueño, pude ver su silueta en la ventana mientras encendía un cigarro, esa sería un buena pintura… La mejor que había hecho en el semestre… una sensual pintura.