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SUMISION ZOOFILICAS Parte 2

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SUMISION  ZOOFILICAS Parte 2

Continuare con la segunda parte de mi relato.

Si bien no había tenido sexo con la mascota de Vanesa, no era algo que me atraía de sobremanera, no sé si por temor, por tabú o por otro motivo en especial. Nuestros encuentros eran algo esporádicos y a veces con un lapso bastante prolongado, evidentemente la  llegada de sus padres imposibilito por bastante tiempo nuestra serie de encuentros, por consiguiente buscamos otras posibilidades o lugares. En mi casa era prácticamente imposible, en lo de alguna amiga podría descubrir nuestra relación, cosa que no deseábamos. Así que hubo  algo de moderación. Una tarde me llama para salir, presta a encontrarla me vestí rápidamente para ir a su encuentro. Después de una tardanza como de veinte minutos llegó,

Decidimos tomarnos un bus, para ir a un shopping, iba bastante repleto, así que estábamos paradas muy apretadas y muy juntas,  serian unos veinte minutos de viaje, aprovechando la situación bajo su mano y la aplico en mi sexo, la mire sorprendida, y a su vez algo avergonzada, pues podrían vernos. Haciendo caso omiso a lo que pudiese suceder,  para desabrochar los últimos  ojales y meter su mano en mí, me pegue junto a ella para evitar que pudiesen vernos,  mientras sus dedos jugueteaban a través de mi braga perturbando mi clítoris , me abrí algo de piernas, para permitirle un  mejor acceso, estaba muy alterada. Cuando estaba a punto de venirme tuvimos que bajarnos del bus.

Llegamos al mall, comenzamos a mirar algunos locales de ropa, tomamos un helado y continuamos nuestra recorrida. Me propuso ir a un cine, encontramos uno que estaba por empezar y entramos.

Una vez en la sala, al apagar las luces, aprovechando que había poquísima gente, decidimos instalarnos en la  última fila, lugar en estábamos bastante solas.  Apenas comenzó la película, nos besamos, así lo hicimos durante cortos intervalos, por supuesto que eso nos empezó a excitar sumado a lo ocurrido en el bus, retozamos con nuestro sexo, a través de la ropa, como Vanesa estaba en jeans, y yo en pollera, su mano podía meterlas entre mis piernas, hasta llegar a mi sexo. Vanesa se había bajado el cierre de su pantalón, lo que me hacia algo incomodo tocar su vagina. Por supuesto que ese manoseo me llevo a comenzar a segregar mis jugos, desplazó mi bragas, para descubrir mi vagina, inconscientemente, eleve mi culo, situación en la que aprovechó  para   deslizarlas, hasta quitarlas, sus dedillos comenzaron a internarse en mi vagina, cada vez mas húmeda por mis fluidos, qué impregnados me los hacia chupar.

Todo se fue intensificando, me recosté sobe la butaca, abriendo mis piernas sintiendo  sus dedos desplazarlos por mi clítoris, mientras lentamente  comenzó a desabrochar mi vestido,  trate de interrumpirla por un momento, pero me estaba llevando a un estado de excitación, que me relaje para disfrutarlo.. Estaba algo nerviosa por si  alguien pudiésemos vernos, pero esa adrenalina que desprendía, parecía aumentar mi excitación. Botón por botón, fue destrabando de mi vestido, hasta quedar todos fuera del ojal, como carecía de sostén, abrió mi vestido  hasta quedar mis  tetas y mi monte de Venus totalmente l descubierto. Iniciando una serie de besos sobre ellas, mordiendo mis erectas tetillas, sin sacar su mano de mi  sexo.

Prácticamente estaba desnuda,  con todo mi cuerpo a su disposición, abrió mis piernas para poder enterrar mejor sus dedos, acelerando mis pulsaciones. Contenía mis gemidos, dado al estado de estimulación que me estaba llevando, era un frenético acoso, que se transportó a una serie de espasmos, mantenía mi boca cerrada, para evitar fuertes gemidos. Después de venirme, le quite la chomba y corrí su sostén para chuparles sus tetas.

Estábamos en lo mejor cuando  se encendieron las luces, como un rayo cerré y abotone mi vestido, mis bragas se habían caído y no podía encontrarlas, y Vanesa acomodando su sostén y colocándose su chomba. Así que salimos de la sala, Vanesa riéndose de mi inconveniente y yo solamente con mi vestido cubriendo mi cuerpo. Nos encantaba ese tipo de diablura, jugándonos a que nos pudiesen descubrir, cosa que nos hacia crecer el deseo.

Prácticamente había olvidado, el contacto con Atila, a lo que mi interés en tener relaciones sexuales con el perro, se me habían apagado. Realmente quería estar con ella, y dormir juntas un fin de semana.

Paso bastante tiempo hasta que sus padres se fueron de viaje por asuntos laborales, apenas partieron, teníamos tres días para nosotras. Llegue a su casa en cuando pude, apenas nos vimos, nos besamos apasionadamente en la entrada, sin importarnos si alguien nos veía. Vanesa me volcó sobre la mesa del comedor, levanto mi falda que llevábamos al colegio, me descalzo y quito mis medias, mis bragas volaron, abrió mis piernas para besar mi coño, mordisqueaba mis labios vaginales, e introducía su lengua en mi abertura, mientras sus dedos se introducían en mi ano. Así me mantuvo bastante tiempo hasta hacerme venir un par de veces de manera bastante intensa. Con su cara rociada por mis flujos y su saliva nos besamos sin descanso. Sin darme demasiado tiempo a reponerme me llevo a un sofá, para terminar de quitarme el resto de mi ropa. Ahí se desnudo y nos entregamos a un loco e intenso juego sexual. Quedamos tendidas y abrazadas sobre el sofá, hasta llegar a dormitarnos. Nos despertamos con algo de frio, así que Vanesa, encendió el hogar, nos tapamos con unas mantas, y fuimos a la cocina a tomar algo cálido.

Retornamos al estar donde el ambiente estaba bastante más caluroso, se quito su manta y posteriormente la mía, repitiendo una nueva sesión de sexo lésbico. Esta vez quedamos tendidas sobre la alfombra recibiendo en calor del hogar en nuestros desnudos cuerpos. De una manera silenciosa surgió Atila, Vanesa me dijo que nos mantuviésemos quietas. Al encontrarnos en ese estado,  comenzó a olernos, y a pasarnos su lengua por la cara y el cuerpo, como tratando de despertarnos.  Pasado varios minutos el animal continuaba tratando de “revivirnos”, Vanesa se levanto lo tomo de la cabeza y lo atrajo hacia mi sexo, para sentir sus rápidas y ásperas lamidas. Mis tetillas se habían puesto rígidas, a lo que Vanesa no perdió oportunidad de succionarlas y morder las puntas, me estaba llevando a un punto de éxtasis, me giro colocando en cuatro, el perro recorría mis aberturas intimas de uno a otro extremo. Hasta montarme, le dije a mi amiga que no estaba dispuesta, que tenia temor.

Note que el miembro de Atila estaba asomando su punta roja, mi amiga lo agarro para iniciar una serie de juegos, que en determinado momento estaba lleno de erotismo y sensualidad. Atila tratando de volcar a mi amiga, obviamente para poder penetrarla. Ella le seguía el juego, como excitándolo cosa que lo estaba logrando, miraba la escena de una manera extasiada, permanecía arrodillada sin perder detalle.

Después de ese prolongado juego, Vanesa tocaba su bulto, el perro estaba muy alzado su intención no se disipaba, hasta que su ama se coloco en cuatro, y el perro obtuvo su intención, no tardó en montarla, la mano de Vanesa ayudo a ubicar su verga en su raja. En un momento dado se la introduzco y un arrebatado bombeo se inicio, Vanesa empezó a gemir, y su perro la apresaba con sus patas delanteras, era una escena patética, con una morbosidad  total. Mirar a mí amiga siendo poseída  por su perro, me provocaba enormemente, ver con la ferocidad que introducía su verga, y su bombeo  ansioso, el jadeo de ambos, hasta que en determinado momento se aquieto, alcé la cola del perro para ver como su vagina estaba insertada, los gritos de Vanesa se intensificaron, cuando vi salir de su  cavidad algo de líquidos, saber que había  eyaculado en su seno, intensifico mis hormonas.

Cuando se la quito, vi la verga del animal, realmente me impresiono por su tamaño, esa gran bola en su extremo y el rojo purpura de sus venas. Sin ningún tipo de rechazo comenzó a lamérsela, para introducirla en su boca y chuparla  con total desesperación e intensidad. Estaba tan absorbida con el acontecimiento, que no noté  que su hermano entraba en el recinto, en los momentos que estaba masturbándome.

Trate de cubrirme e intente levantarme, sin decir palabra me tomo  de los hombros para mantenerme arrodillada y empotrarme su  importante verga en mi boca, algo desesperada mire a Vanesa, que con una suave inclinación de cabeza asintió, con total obediencia lo dejé  en mi boca, pasándole mi lengua, chupándola sin censuras. Recordé cuando un día al entrar al baño estaba desnudo con su verga colgando, imagen que no borre de mi mente y era el estimulo que a veces utilizaba para masturbarme.

Ahora la tenia frente a mí, podía concretar mis locas fantasías, Así que la tome con mis temblorosas manos para masturbarlo, la continúe lamiendo, hasta que poco a poco fui besando su glande. Era la primera vez que hacia sexo oral, continúe chupando y succionándola, mientras mi mano agitaba al unísono, intensificando mi labor, sin dejar de mirar a Vanesa haciéndole sexo oral a su macho. En un momento de distracción Darío tomó mi rostro con sus manos para acelerar la agitación, e introducir su miembro hasta lo más profundo de mi boca. Mientras sucedía todo eso lleve mi mano a mi clítoris para continuar mi masturbación, estaba por venirme, cuando un intenso flujo se descargo en mi boca, manteniendo mi rostro contra su pelvis, para tragar gran parte de su esperma, limpiando hasta la última gota, reaccionando algo perpleja por lo que había hecho, después de haberme venido, con un suave beso en mis labios se  marchó.

Al regreso a mi casa recordaba las experiencias tenidas, mi cabeza era un torbellino de cosas, no con Vanesa porque lo considera  como algo corriente, pero con su hermano fue distinto, no puedo decir que no me gusto, pero me sentí algo sometida, al arrodillarme frente a él, para mamar su miembro.

Cada vez  que nos juntábamos, Vanesa  me llevaba a estados de excitación total, a pesar de su insistencia, no aceptaba ser apareada con Atila, a pesar de sus lamidas, con esa lengua áspera que parecía introducirse en mi vagina, el temor a ser penetrada hacia que me comportase de ese modo.