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Tiempo de perros (con compañía)

en Sexo con maduros

Tiempo de perros (con compañía) 

 

Desde este medio os quiero hacer llegar mis experiencias, me gusta contárosla e intentare no enrollarme demasiado con los detalles, os lo contare de manera que no os sea muy difícil imaginar lo sucedido, deseando que vosotros mismos pudierais recrearlo en vuestras mentes.

El hecho que a continuación os voy a contar, me ocurrió el pasado mes de marzo, siendo más específico y para poneros en antecedentes, fue el fin de semana del cuatro y cinco de marzo del presente año. Fin de semana que hizo un tiempo de perros, mucho viento y sobre todo lluvias.

Bueno comenzare, ese fin de semana como es habitual, solemos dejarlos uno o dos al mes para los amigos, una manera de romper con la monotonía del matrimonio. Pero no es todo el fin de semana, sino que quedamos con ellos ya sea el sábado por la mañana como el domingo. Pero en mi caso, tuve que dejar mi quedada con mis amigos para el domingo, pues el sábado me surgió una tarea inesperada, no quedándome otra que quedarme para resolverla.

El sábado solvente mi tarea inesperada, tarea que solo yo podía realizar. El domingo amaneció el día como el día anterior, lloviendo y fuerte viento, mi mujer no dejaba de decirme que me quedara en casa, pues no podríamos irnos a jugar futbol, no dejándome de dar la paliza. Tras salir finalmente a eso de las doce del mediodía, baje en ascensor hasta el garaje donde pude coger mi coche, saliendo del garaje hasta la calle. Conduciendo no muy rápido por la avenida, no porque no pudiera correr sino porque intentaba mandar un WhatsApp a los compañeros.

En dicha avenida se encuentra un parque, parque que me llamo la atención, no precisamente porque hubiera gente, sino porque vi varios árboles caídos y otros arrancados, habían sido literalmente arrancados de raíz del suelo por el tremendo viento. Pero no me queda otra que pasar delante de este, dándome cuenta que en una de las entradas a este, había una persona sentada en uno de los bancos de acceso. No pudiendo precisar desde mi coche, si esta era chica o chico, pues estaba sentado con las piernas apoyadas sobre el banco, flexionadas y su cabeza apoyada entre sus rodillas, ocultando su rostro mediante su larga melena.

A esta persona le estaba cayendo literalmente el torrencial de agua, pensando que podría coger una pulmonía o algo peor, no pudiendo evitar girar en la siguiente rotonda. Hasta acercarme lo máximo posible, llame su atención mediante gritos, no deseaba asustarlo con el claxon, diciéndole...

  • “Oye perdona, vas a coger una pulmonía o algo peor”.

Esta persona ni se inmuto, volviendo a gritarle…

  • “Mira, sé que no nos conocemos, pero porque no te resguardas al menos del viento”.

Continuando sin contestar, volviendo a decirle…

  • “Sabes que es de mala educación no contestar, al menos mírame y di algo”.

Tras mis últimas palabras. Levanto la cabeza de entre sus rodillas, fijando su mirada en mí, pudiendo comprobar que esta persona era una chica. Chica que nada mirarme, me contesto...

  • “Vale ya te he mirado, ahora me podrías dejar de una puta vez tranquila”.

Lógicamente no me quede contento, volviendo a insistir, no asumiendo su contestación como para dejarla. Soltándole…

  • “Mira perdona, tienes razón, debería de irme y dejarte ahí mojándote”.
  • “Pero sabes que me pasa, no deseo que una chica se quede ahí mojándose”.

No hizo gesto ni movimiento alguno. Volviendo a insistir, soltándole…

  • “Mira comprendo que no quieras hablar con un extraño, no me conoces de nada, yo también soy de esos que se los digo a mis hijos”.
  • “No me gusta molestar, no soy de esos, pero me niego a irme y dejarte ahí mojándote, si quieres te dejo el móvil y llamas a tus padres o alguna amiga”.

Levanto la cabeza lo justo para ver sus ojos, sentí aquello como un comienzo. Pensé que mis últimas palabras habían hecho efecto, volviéndole a decir…

  • “Mira imagino que te habrán dicho que no hables con extraño, cosa que comprendo pues yo mismo se los digo a mis hijos, pero hay excepciones y esta es una de ellas”.
  • “No pienses mal, solo intento ayudarte”.
  • “Te ofrezco llevarte a tu casa o donde desees, aunque sea al portal de enfrente, pero por favor quítate de la lluvia”.

Levanto la vista nuevamente, se levantó y se encamino hacia mi coche. Pudiendo verla con claridad, pudiendo ver como estaba empapada, caladita seguro hasta los huesos, pues esta solo llevaba un suéter blanco, unos leggins negro y zapatillas de deporte, suéter blanco que se le transparentaba una prenda a modo de sujetador y que era también blanco.

Como os he mentado, mientras esta caminaba hacia mi coche, pude apreciar por sus prendas, cómo se le transparentaba no solo debido a lo empapada que estaba, sino al color de sus prendas. Llamándome la atención sobre todo sus amoratado de sus pezones, muy pequeños pero aun así llamaba la atención.

Alcé mi brazo hasta la puerta del coche, tirando del resorte y abriéndole la puerta. Esta entro en mi coche, sentándose en el asiento del copiloto. Con lágrimas aun en los ojos, me dijo...

  • "No he aceptado, ni por tu caridad, ni por tus buenos modales. Sino porque estoy muerta de frio".
  • “Me podrías llevar lejos, deseo pensar”.
  • “No quiero ir aun a mí casa, ni llamar a sus padres, ni amigas, solo quiero pensar”.

Acabando por pedirme…

  • “Podría resguardarme de la lluvia dentro de tu coche. Por favor, solo sería un rato… por favor”

Favor que finalmente le tuve que conceder, más aun después de haberme ofrecido. Mientras conducía y sin saber dónde llevarla, llame a mis compañeros, advirtiéndoles que quizás tardaría un poco. Ocurriéndome en esos momentos, llevarla a unos aparcamientos que hay cerca del Mercadona que hay “Entre Núcleo”, cerca de Dos Hermanas (Sevilla).

Mientras nos encaminábamos a tal lugar, esta no decía palabra alguna, estaba acurrucada en el sillón, mirando hacia la ventanilla. Hasta que rompió su silencio, confesándome lo que le había pasado, diciéndome...

  • "Mi novio ha roto conmigo, porque no tengo pechos".

Confesión que me dejo perplejo, pues no me creo que un chico pueda dejar a una chica por ese motivo, haciéndoselo saber a la chica y que esta afirmo. Y esta una vez más, me dijo…

  • “Mi novio me ha dicho que mis tetas son muy pequeñas, no pudiendo cogérmelas y por los sensibles que son, no puede ni besarlas”.

Alegación que no me creía. Detuve mi coche en la explanada desértica de ese aparcamiento, no había ni un alma, no me extraña ante el mal tiempo que había. Me gire hacia la chica y le dije…

  • “Cuéntame mas de ti”.

Avergonzada, me dice…

  • “Perdona, tienes razón, no me he presentado”.
  • “Me llamo Alba, tengo 17 años y tengo un gran problema”

Llevándose ambas manos a sus senos, me soltó…

  • “Mis senos no son pequeños… son extremadamente muy pequeños. Pues veo como niñas de trece o catorce años, tienes más pechos que yo”.
  • “Quizás sea por mi baja estatura, pues mido un metro sesenta o por mi peso, ya que peso aproximadamente cuarenta y seis kilos”.

Acabando por llorar nuevamente. No sabía que decirle exactamente, no es mi terreno aun, pero esta necesitaba que le dieran un par de buenos consejos. Acabando por decirle…

  • “Mira, te voy a decir una cosa”.

Cortándome esta mi respuesta y decirme…

  • “No necesito buenas palabras, no consejos, sino una operación para engrandecer mis senos”.

Me calle, no ocurriéndome nada mejor que subir la calefacción a modo que entrara lo antes posible en calor, cosa que me entro a mí debido al bochorno. Acabando por sugerirle a esta…

  • “Sí quieres, podrías quitarte algunas de tus prendas mojadas, sustituyéndolas estas por mi cazadora deportiva y estas calzonas, solo hasta al menos hasta que estén algo más secas”.

Claro está, esta se negó en redondo, dejando yo de insistir y pasado unos minutos, fue ella misma quien acabo por pedírmelo y luego hacerlo. Pidiéndome…

  • “Por favor te podrías dar la vuelta, no quiero ver cómo me vez como me desnudo”.

Girándome de manera que le daba la espalda, pero de todas formas pudiéndola ver por el reflejo del espejo al girar este hacia mí. Pudiendo ver como esta entre tiritones se quitó el suéter y finalmente ese sujetador, colocándose mi cazadora deportiva, luego continúo con quitarse los leggins y el tanga, colocándose mi calzonas de algodón. En esos pude apreciar su hermoso cuerpecito… mmm, comprobando el apetitoso cuerpo de esta chica que poseía a pesar de su delgadez… uuummm.

Mira te voy a decir una cosa, vale…

  • “Tengo dos amigas con un problema enorme, problema que dicen ellas que son sus senos”.

Continúe diciéndole…

  • “Ellas son de las que aconsejan a aquellas que tienen senos pequeños, sobre la suerte que tienen, diciéndole…”.
  • “Con el tamaño de tus senos… no te dan dolores de espalda, pues ni te imagina el dolor de espalda que causa los senos grandes”.
  • “Según ellas, no tendrías el típico problema al hablar con un hombre, porque nosotros no dejamos de mirar tus senos en vez de mirarte a la cara”.

Vi que llame su atención, mostraba en su rostro una mirada de estar atenta e intrigada por mis explicaciones. Continuando, diciéndole…

  • “Mis amigas te dirían… con el tamaño de tus senos. No tendrías molestias al hacer cualquier ejercicio, porque no te molestaran, ni te rebotaran, ya que según ellas eso es muy incómodo”.

Continuando por decirle yo, desde mi punto de vista…

  • “Creo que tienes suerte, sino dime tu porque las modelos, aparecen con senos pequeños… será por algo”.
  • “Además, creo que serás seguro más valorada en el mundo profesional, no siendo y tratándote como algo sexual”.
  • “Creo que dicen que tener implantes, puede ser perjudicial para la salud, creo que lo vi en un documental en la televisión, el cual decía algo como dicen que tienen mayor probabilidad de tener enfermedades como el cáncer”.
  • “Y lo más importante, pero no por eso en este orden, dicen que con senos pequeños sienten más placer en sus relaciones sexuales”.

Contestándome…

  • “En serio crees que con estos senos podría gustar a un tío”.
  • “A ti te gustan mis senos”.

Contestándole…

  • “Claro que me gustan… y a quién no”.

Respondiéndome…

  • “Gracias, no sabes bien lo que me anima todo lo que me has dicho, te lo digo de corazón”.

Incorporándose del asiento y acercándose a mí, me estampo un beso en la mejilla, quedándose un poco colorada. Esta me confeso…

  • “Sabes, le he dado todo lo que quiso… todo. Incluso con él, perdí la virginidad “.

Su rostro cambio, mirándome de forma distinta, mientras me escuchaba. Diciéndole…

  • “Encontraras a un chico que no le importe el tamaño de tus senos, un chico que se niegue a escuchar la palabra operación”.

Continúe explicándole, que debería de pensar que tiene suerte pues seguro que tiene unos pechos y sobre todo unos pezones muy sensibles, significado que es una mujer muy ardiente. Levanta la mirada, nuevamente me sonríe y sin decirle palabra alguna, comienza a bajarse la cremallera de mi cazadora deportiva, finalizando esta por quitársela. Me mira valiente, enseñándome su cuerpo desnudo, delgado y sin apenas senos, cuerpo que si no fuera porque ella me asegura su edad, podría confundirla con una chiquilla de menor edad.

Para esos momentos mi polla, apenas puedo mantenerla quieta dentro de mi corto pantalón, incluso se divisa mi glande salir por el pernil de este, pudiéndose verse la punta brillante… mmm. Moviéndome rápidamente con la intención de ocultarlo, movimiento que ignoro si ha dado tiempo, no deseando dar a entender algo que no deseo (miento, claro que lo deseo). Ella, semidesnuda me mira, sonriente y me suelta...

  • “Entonces me vez atractiva… no!!!, te gusto entonces".

Contestándole...

  • “Mira me siento halagado. Eres una chica muy hermosa, pero yo podría ser tu padre".

Contestándome...

  • “Si... podrías, pero tú eres bastante más joven que mi padre".
  • “Sabes, conozco a muchos que no les importaría estar conmigo, incluso se cómo se sienten otros atraídos por chicas de menos edad. Veo cómo se las comen con los ojos, viendo en sus ojos deseo".

Contestándole...

  • “Lo supongo, pero tú eres menor de edad y como sabes es delito".

Respondiéndome...

  • “Me gustas, me has ayudado mucho, ni te imaginas cuánto. Me has hecho abrir los ojos, me has dado que pensar".

Suelto…

  • “Como vas a decir eso, sí no me conoces”.

Calla, me mira y vuelve a decirme...

  • “Si tengo 17 años, pero no por mucho. Dentro de dos días, cumpliré los 18 años, seré mayor de edad. Y ese día no estarás tú, quizás ese día no esté tan dispuesta como hoy".
  • “Si te digo esto, es porque deseo estar en estos momentos contigo. Deseó estar con alguien que sepa tratarme, deseó estar con un hombre de verdad y no con el niñato con el cual he estado".
  • “Deseo estar contigo, pues sin conocerme de nada, me has tratado como una mujer. Ni has tratado de propasarme, ni tan siquiera una caricia".
  • “No ese que no me ha sabido tratar, ese que me ha tratado como una basura. No sabiendo ni valorarme, no hablándome con respeto como lo haces tú".

Mientras me habla, no deja de acariciarme con su delicada mano derecha... mi muslo izquierdo. No me explico cómo me contengo, pues soy de esos que aprovecha cualquier oportunidad. Me contengo, pero no dejándole de mirar, no pudiendo dejar de admirar esos pechos, aun pequeños pero no por eso hermosos… mmm. Acabo contestándole...

  • “Mira, como te he dicho, me siento muy alagado, pero...".

Siendo silenciado por sus labios, estampándome un gran beso. Sintiendo su lengua dentro de mi boca, moviéndola en busca de la mía. Al mismo tiempo que siento su cuerpo pegado al mío, sintiendo el calor que emana de este, acto seguido noto una de sus manos rodear mi cuello, al tiempo que posa su otra mano sobre mi miembro... mmm.

No puedo aguantar más, comenzando a rodearla con mis brazos. Acariciando sus cabellos, cuello e ir descendiendo por su espalda con mi mano izquierda, al tiempo que con la derecha acaricio con ternura sus pequeños senos...mmm. Ella suspira...

  • “Aaahhh... ooohhh”.

Gime…

  • “Uuummm… uuummm”.

Volviendo a suspirar...

  • “Ooohhh… aaahhh”.

Dejo de besar sus labios, recorriendo su mejilla hasta su oreja, beso, lamo e incluso introduzco la yema de mi lengua en su lóbulo. Expresando ella la satisfacción de mi acto...

  • “Aaahhh... uuummm... aaahhh".

Continuó descendiendo hasta su cuello... mmm, al cual beso y mordisqueo con la sabiduría de saber que no le dejaré marcas. Ella por su parte no deja de gemir...

  • “Aaahhh... ooohhh… mmm”.

No se queja y menos aún expresa su deseo que no deje marcas... ooohhh. No dejando de suspirar...

  • “Ooohhh... si... si... uuummm, sigue... aaahhh".

Incluso hace minutos, su mano ha dejado de palpar mi miembro sobre la tela de mi corto pantalón deportivo, acabando por introducirla por el pernil de este, sintiendo como sus delicadas manos, acarician mi glande… ooohhh. Soltándole…

  • “No me seas mala, no hagas eso, te vas a arrepentir… uuuffff”.

Vuelvo a comerle la boca, sin dejar de acariciarla con ambas manos. Comenzando a acariciarle nuevamente, pero en este caso con ambas manos sus pechos, uno en cada uno de ellos. Comienzo a acariciarle con mis pulgares suavemente… mmm, ella suspira y gime…

  • “Ooohhh… uuummm”.

Los pongo totalmente duros, no dejando de gemir…

  • “Aaahhh… uuummm”.

Sus senos se muestran erectos y puntiagudos, alterna su agitada respiración con los gemidos…

  • “Uuuffff… aaahhh, uuummm… uuuffff”.

Por su respiración… mmm, sé que voy bien. Continuo tirando de ellos levemente, los estiro y eso veo como le excita… uuummm. No quise cortarle el momento con palabras alguna, menos hacerle saber que su punto más erógeno era sus senos, di por hecho que ya lo sabía y sino, lo averiguaría pronto.

Por su manera de gemir y suspirar, por su manera de respirar y el tono, estaba convencido de poder hacerle llegar a tener un orgasmo, cosa que no deje de acariciarle, besar y lamer sus pequeños senos… mmm. No deje de masajearlos, levanto sus pequeñas mamas, las estrujó con ternura y suavidad, no dejando de ver como disfruta. Ella gime y se convulsiona… uuufff, mis manos las cubren casi por completo… ooohhh.

Levanto la mirada, ella no deja de gemir y suspirar, notándose sus mejillas sonrojadas. Comienza a elevar el tono de sus gemidos, apartando sus manos de mi miembro y cuello, colocándola ambas sobre mis muslos, una en cada uno, siento como presiona sus dedos sobre mi piel. Su respiración se agita y se acelera, al mismo tiempo que su cuerpo tiembla, lógicamente doy por hecho que estas convulsiones, son el fruto de un orgasmo… ooohhh. No aparto mis manos de sus senos, ella abre los ojos… sonríe, soltándome…

  • “Has hecho que me venga y sin siquiera tocarme abajo, ni penetración… Dios, como lo has hecho… mmm, ha sido maravilloso… uuuffff”.

Sonrió y le digo…

  • “Solo es encontrar a la persona adecuada y ponerse”.
  • ”Tienes la suerte de tener unos senos hermosos y altamente excitante, no te imaginas cuanto vas a poder disfrutar con ellos”.

Sonríe y me vuelve a besar, ahora es ella la que no pierde el tiempo, comenzando por tirar de mi camiseta hacia arriba hasta quitármela por la cabeza. Aparta sus labios de los míos… mmm, comenzando a imitarme, descendiendo hasta mi cuello… mmm, hombros e ir por mí pecho hasta mis pezones… mmm. Besa estos y alrededor, lame la laureola y muerde con ansias. Todo esto al tiempo que introduce su mano derecha dentro de mi calzón deportivo, mano que busca mi polla y que encuentra sin dificultad, dejando escapar un sonido de satisfacción… uuummm. Tira de mi tronco hacia afuera hasta sacar mi miembro de mi prenda, prenda que finalmente tira hacia abajo hasta mis tobillos, prenda que soy yo quien acaba por quitármela… aaahhh. Apartándose, me mira y me dice muy seria…

  • “Eres el primer hombre con el que estoy, aparte de mi ex”.
  • “No soy de esas que hacen esto, pero hoy lo necesito, no sabría explicártelo”.

La hice callar con un beso, la hice callar como momentos antes me hizo callar ella a mí. No deseaba que me explicara nada, ni quería excusas, eso lo dejamos para otros momentos, ahora la deseaba y por nada del mundo deseaba que me dejara de esa manera… mmm.

Deja de besarme e inclina su cabeza hasta mi ingle, al tiempo que toma mi miembro con su mano izquierda, veo maravillado como dirige su boca hasta mi glande… ooohhh. Suspiro al sentir sus labios coronar mi glande, sintiendo como poco a poco comienza a introducírselo dentro de su boca, no la fuerzo… ni lo pretendo, dejo que sea ella quien lo haga. Comienza a bajar y subir su cabeza, no dejando de masturbar mi tronco… ooohhh, yo por mi parte comienzo a acariciar su seno izquierdo con mi mano derecha, acariciándoselo suavemente, acabando por posar mi mano izquierda sobre su nuca… uuummm.

Me quedo maravillado con la chica, aquella que ingenua alega ignorancia e inocencia, aquella que alega tener poca experiencia, pero viendo como me come la polla quien lo diría, disfrutando cada centímetro… aaahhh. Sacándosela unos segundos, respira y sonríe… pero no me mira, bajando su cabeza para continuar… ooohhh, intentando tragarse al menos la mitad de mi tronco… uuuffff.

Tras no más de cinco minutos vuelve a sacársela, sonriente me mira y me besa, saboreo de sus labios el sabor de mi polla, ella sonriente vuelve a descender. Toma mi miembro y lo inclina sobre mi vientre, descendiendo aún más su rostro hasta mis genitales, besa cada uno de mis testículos, lame primero y luego mordisquea con delicadeza… ooohhh. Acabando por soltarle…

  • “¿Qué pretendes que me corra?”.

Contestándome…

  • “Noooooo, quiero mucho más… mmm”.

Continua con mis genitales, mordisqueándomelos e introduciéndoselos en la boca, primero uno y más tarde el otro… ooohhh. Lamiendo desde la base, ascendiendo hasta mi glande… uuuffff, introduciéndose finalmente dentro de su ardiente boca… aaahhh, comenzando a tragarse mi glande… mmm, follándose literalmente la boca… uuummm… aaahhh… mmm.

No dejando de acariciar su espalda, descendiendo cada vez hacia sus nalgas, llegando a acariciar sus nalgas primero sobre su calzón deportivo, continuando por introducirle la mano entre la cinturilla de este y su cintura… mmm. Sintiendo su piel erizada, notando sus nalgas duras, nalgas que son de esas que tanto nos gustan, nalgas buenas para follar… mmm.

Comienzo acariciando sus nalgas, siendo ella misma con una de sus manos a tirar de su prenda hacia abajo, prenda que soy yo mismo quien se la quita finalmente… mmm. Acaricio ahora no solo sus nalgas desnudas… mmm, sino sus muslos… uuuffff, descendiendo mis manos hasta sus rodillas e ir ascendiendo por la parte interna de sus muslos… mmm, hasta su ingle… ooohhh. Esta empapada… uuuffff, chorreando de fluidos… aaahhh, lista para ser penetrada… ooohhh.

Es ella misma quien nuevamente toma la iniciativa, tras soltar mi polla… reluciente, coge y mientras me mira a los ojos… mmm, aún recuerdo esa mirada perversa de niña mala, consentida y al mismo tiempo picarona. Coge y ella misma se coloca sobre mí, colocándose ahorcajadas sobre mis muslos, una pierna a cada lado, me sonríe y me pregunta...

  • “Tienes preservativo”.

La miro y contesto, sonriente…

  • “No, no tengo”.
  • ”Yo, no los utilizo”.

Me mira y titubea, se nota que duda, seguramente se le pasa por la cabeza la posibilidad del embarazo. Le miro a los ojos, mientras rodeo su espalda con mis brazos, explicándole…

  • “No los uso, no… porque lo haga solo con mi mujer”.
  • “Si no, porque estoy operado, sabiendo perfectamente que no la dejare embarazada, a ella y a ninguna”.

Su rostro cambia, notándolo, no solo la alegría en su rostro con una visible sonrisa, sino en su decisión de ser ella misma, quien toma la iniciativa… mmm. Tomando mi miembro, tirando de mi tronco hasta restregar mi glande por sus labios vaginales… uuuffff, presionándolo una vez tras otra contra su orificio vaginal… ooohhh. Introduciéndoselo poco a poco... aaahhh, soltando pequeños quejidos de dolor, sacándolo y tras unos segundos lo vuelve a intentar, repitiendo esta operación hasta por tres veces, aquello para mí era un suplicio… uuummm. No deja de quejarse, como si en verdad fuera su primera vez. Ella se excusa, soltándome…

  • “Mmm… uuuffff, perdona. Pero tú la tienes mucho más gruesa que la de mi ex, incluso es mucho más grande… ooohhh”.

No deja de quejarse, pero ahora sus quejidos son más seguidos de gemidos…

  • “Aaahhh… mmm, uuummm… aaahhh”.

Me mira y con rastro de cansancio en sus ojos, me besa… sonríe y comienza a moverse. Es ella quien marca la penetración… mmm, es ella quien comienza a cabalgar, movimientos lentos, apoyándose con ambas manos a mis hombros. No deseando ella introducírsela de golpe, sino poco a poco... aaahhh, queriendo ir despacio, pues aún falta mucho que gozar… ooohhh. Yo en cambió me dediqué a acariciar sus senos... mmm, no dejándole de decirle…

  • “Estoy enamorado de tus pechos, me tienes hipnotizados… son muy hermosos, nunca había visto unos senos tan divinos”.

Sabiendo bien de sobra que eso le encanta oír, ella se entusiasma y comienza a acelerar en sus movimientos, sintiendo la presión de sus dedos presionar mis hombros. Sentir, como en cada uno de sus movimientos… aaahhh, mi polla le entra al menos un centímetro más… uuuffff, centímetro que es no solo placer… sino también dolor, dolor más agudo (penetrante)… ooohhh.

Llegándose a poner la piel de gallina, erizándose aún más los vellos y por no decir sus pequeños y erectos pezones… uuuffff. No dejando de pasarle la lengua por sus senos, no dejando milímetro de sus pezones por lamer... ooohhh. Comenzó a entrecortándole la respiración, sintiendo ella el preludio de un nuevo orgasmo, no solo debido a la penetración sino por la dedicación que le mostraba a sus senos… ooohhh.

No se me ocurrió nada mejor en esos momentos que abrir mi boca, succionando todo el pezón… aaahhh, succione suavemente primero uno y luego el otro, mientras ella literalmente temblaba entre mis brazos… aaahhh. Sintiendo su segundo orgasmo, no dejando ella de gemir en mi oreja, no dejaba de gozar e incluso comenzó a soltar alguna obscenidad… aaahhh. Pero a pesar del orgasmo, no se detuvo… sino que continúo moviéndose… mmm, soltándome…

  • “¿Cuándo te vas a venir?”.
  • “No te gusta… uuummm”.
  • ”No lo hago bien… aaahhh”.

No soy una máquina, tampoco me considero un semental, solo soy un hombre en manos de una ardiente mujer. Hombre que ha descubierto y como más tarde le hice saber, que no es solo muy sensible sino también es multiorgásmica... aaahhh. Sonriente le contesto…

  • “Claro que me gustas, sino, no lo estuviéramos haciendo”.
  • “Y lo haces muy bien, lo que pasa es que en esta posición, aguanto mucho más. Tardándome un poco más en venirme”.

Sin detenerse me pregunta…

  • “¿Qué haces para venirte?, ¿Qué hace tu mujer para que te corras?. Alguna postura diferente, dime… aaahhh… uuummm… aaahhh”.

Le explique que todos no nos venimos de la misma forma, haciéndole saber que disfruto de todas las posturas, gozando más con unas que con otras, mientras ella me mira con rostro de satisfacción al mismo tiempo que incrédula. Acabando por proponerle…

  • “Vamos a cambiar de posición. Te vas a poner de rodillas sobre el asiento, no te preocupes sigue lloviendo y nadie nos vera, te pones a cuadro patas y te la introduciré desde atrás”.

Soltando ella rápidamente sorprendida…

  • “Por el culo… “.
  • “Por ahí nunca lo he hecho, además duele mucho”.

Ignoraba si me estaba tomando el pelo o no, pero aun así, le dije…

  • “No te lo voy a meter por detrás, no es sexo anal”.

Ahora era yo quien la sujetaba mis manos en sus caderas, no dejándole escapar, no dejando de besar su boca, cuello y senos… mmm. Haciéndole saber…

  • “Mira, esta postura es mucho más placentera en el sexo que otras, pues puedes hacerlo tanto vaginal como anal”.

Acabando por explicarle que el sexo anal no es del todo doloroso, haciéndole saber que es como hacerlo la primera vez, pero con algo más de tacto y cuidado. Le explique qué haciéndolo con la persona adecuada, no tendría problemas, debiendo estar lo suficiente dilata para hacerlo, acabando por comentarle…

“Luego es, como hacerlo vaginalmente”.

Ella algo más convencida pero no toda consigo, se levanta y se arrodilla sobre el asiento del conductor, colocándose a cuatro patas como le indique, apoyando sus manos sobre el marco de la ventanilla… mmm.

Me coloque detrás y con mi mano derecha tome mi tronco… mmm, dirigiéndolo hacia su orificio vaginal al tiempo que posaba mi mano izquierda en su cadera. Comencé a introducírsela lentamente… uuummm, moviéndome poco a poco… uuuffff, mientras ella comenzaba a jadear…

  • “Aaahhh… aaahhh… aaayyy… uuummm”.

En esos momentos solo se escuchaba mezclado con el sonido de la lluvia, el chapoteo de sus fluidos con el sonido de sus nalgas golpear mi ingle… ooohhh.

Mi mano  derecha había abandonado mi miembro… uuummm, diriegiendola hacia su pequeño seno… aaahhh, mientras la mano izquierda alternaba su cadera con su seno, su cuello u hombro… uuuffff.  Mientras ella no dejaba de gemir…

  • “Aaahhh… uuummm… aaahhh… uuuffff… aaahhh”.

Comencé a acelerar mis embestidas, siendo más profundas y más seguidas, penetrándola con fuerza a pesar de sus gritos de dolor. Ella mezclaba estos con jadeos, obscenidades y demás lindezas…

  • “Aaahhh… uuummm”.
  • “Uuummm… aaahhh… uuuffff… aaahhh”.
  • “Aaahhh… uuummm… aaahhh”.

No deje de embestirla con violencia, sabiendo que por su forma de gemir y por las convulsiones de su cuerpo, esta había obtenido un nuevo orgasmo… mmm. Sacándosela con violencia y sin esperarlo ella, volteándola sobre el mismo asiento, tratándola como una muñeca, pues para nada costo y menos puso ella impedimento. Separe sus piernas y colocándome entre ellas, dirigí una vez más mi polla, penetrándola… uuummm, follándola de la misma manera que a mi propia esposa, flexionando su pierna contra su cuerpo y el mío, sintiendo esa cueva ardiente y verdaderamente estrenada por mi… ooohhh. Acabando por decirle…

  • “Siii… aaahhh, siiii… ooohhh”.

Soltándome ella arrepentida…

  • “Espera… espera, dentro no, espera… mmm”.

Los tres o cuatro primeros trallazos fueron dentro, no dándome tiempo a sacarla, echando el resto sobre su pubis y senos… mmm. Ella sonreía e incluso se disculpaba, intentando explicarme que no quería dentro. Mientras su respiración agitada apenas le dejaba hablar, sonreía y me miraba, no dejándome de agradecer todo.

Observaba como mi glande seguía saliendo semen, semen que recogió con un dedo y se lo llevo a la boca, mirándome mientras chupaba y relamía ese dedo impregnado… mmm. Separando sus labios y enseñándome las gotas de semen en su lengua… mmm, tragándoselo mientras sonreía, no quedándome otra que darle una lección… mmm.

Agachándome, inclinándome hasta introducir mi rostro entre sus muslos, posando mi boca sobre sus labios vaginales, comencé a chupárselos, deleitándome con ellos, ayudándome con mis dedos, mientras esta gemía nuevamente… mmm. Suspiraba fuertemente mientras me tiraba de mis escasos cabellos, no dejaba de gemir y suspirar, saboree la mezcla de sus fluidos con los míos… mmm. Percibí como esta en breve volvería a correrse, note como le temblaba la pelvis, notando sus vellos erizarse, como su respiración se agitaba… como la de una parturienta (ja ja ja). Volviéndose a venirse al tiempo que entre gemidos no dejaba de decir…

  • “No… mmm, otra vez no”.

Separándome de ella, quedándome sentado o mejor dicho… recostado sobre el sillón del conductor y la puerta… mmm, costándome respirar como a ella, mirándole sonriente. Sonriente por haber hecho que se venga nuevamente, creo que llego a tener cinco o seis orgasmo, orgasmos que ella negaba haber tenido, pero sabiendo en el fondo que eran muy posible. Cuando acabe, fue ella misma la que tomo represalias, dirigiéndose hacia mi polla, haciéndome una mamada como pocas, acabando esta por tragarse por completa toda mi corrida… mmm. Sonriente nuevamente, me mira pícaramente y suelta…

  • “Me ha gustado, tiene un sabor extraño, entre agrio y dulzón… mmm”.

Quedándonos inmóvil durante un rato, no sabría decir cuánto, pero eso sí… ya había dejado de llover. En mi móvil, aparecían llamadas perdidas y un número considerable de WhatsApp, cuyos contactos eran de mis compañeros, echándome la bulla entre otras cosas. Nos vestimos, no dejando ella de besarme, sonriente, como si aquella vez hubiera sido su primera vez, aunque en verdad decía que lo era y no la vez con su ex. No dejándome de decir…

  • “Ha sido increíble, nunca hubiera pensado que haría esto. Sabes, no lo olvidare, pero tranquilo que no te abordare por la calle, pero ha sido maravilloso, siempre lo recordare”.

Una vez preparado, la deje cerca de su casa, acabando por intercambiarnos el móvil a pesar de mi negativa. Más tarde me reuní con mis compañeros, confesándoles a esto mi increíble aventura, callándome precisamente la edad de la chica. Increpándome algunos su número, lógicamente para repetirlo con ellos. Esa noche me folle a mi mujer, pensando que en vez de mi esposa era esa chica, claro está los senos de mi esposas son el doble de los de ella, por no mentar su cuerpo.

Días más tarde tuve un error por mi parte, error que fue el mandarle una felicitación de cumpleaños por sus dieciocho años, comenzando a recibir por parte de esta WhatsApp. En los cuales me contaba su día a día, contándome sus cosas e incluso pidiéndome consejo, ya sea con lo que llevaba puesto o referente a chicos. Acabando por vernos en dos ocasiones más, ocasiones donde ha podido comprobar que el sexo anal no es tan malo, pero bueno estos encuentros os lo hare saber siempre que queráis.

Bueno espero que os haya gustado, os dejo con la esperanza de que me hagáis saber que os aparecido y espero que no seáis muy crueles conmigo, me despido no sin antes poneros mi email, os recuerdo que va todo junto… Jhosua 1974 @ gmail .com

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