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A raíz de una exploración rectal

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A raíz de una exploración rectal

Mirad para no comenzar con mi habitual sinopsis de como soy o como me considero, comenzaré a raíz de esta experiencia. Pues ha sido a raíz de los numerosos emailes recibidos, email tanto a más experiencias como Alba, como esa visita al urólogo. Decantándome precisamente por el urólogo, experiencia que como todas las tengo plasmadas en un diario, pues no hay vez que no coja una y disfrutar con ellas. Bueno dicho esto comenzaré…

Tras mi increíble experiencia con esos 4 maduros, no hace falta que os diga que estaba exhausto, me encontraba agotado como si hubiera corrido un maratón, estaba dolorido en general y no me refiero solo a mi orificio anal. Orificio que estaba enrojecido, amorotonado e incluso me picaba. Estaba confuso con mi sexualidad tras esa experiencia, confuso porque había disfrutado enormemente y había hecho disfrutar, aunque al mismo tiempo salí súper excitado y caliente, donde el morbo fue llevado hasta el límite, siendo y después de haber sido transformada en un objeto sexual.

Llevaba ya al menos tres o cuatro días que no daba señales de vida, no puedo decir que no tuviera con que ponerme en contacto, pues me dieron un teléfono móvil uno de esos Nokia 2110. Durante esos días me dedique por entero a sacar el curso, pues mi intención era ahuyentar los malos pensamientos o recordar con todo detalle ese día… mmm. Aunque lo cierto es que había disfrutado como nunca, también es cierto que tenía miedo a repetirlo y que me gustará aun mas, miedo que por esta razón me llevo a no llamar.

Las molestias y los picores por la zona anal, me hicieron que me acercara al médico finalmente, medico que por vergüenza no fui a uno de la seguridad social... sino a uno privado. Recuerdo que de regresó hacia el hostal lo vi en la placa de un portal, portal que pertenecía a un viejo edificio cercano aunque por el nombre en la placa, me dio a entender que este médico debía de ser uno de toda la vida. En la placa se podía leer… “Medicina General. Urólogo y Proctólogo”, no pensándomelo dos veces y a pesar de la hora, acabe entrando en ese edificio en busca de dicha consulta. Subí y tras pulsar el timbre varias veces una chica me abrió la puerta, creo recordar que la chica quiso darme la cita para otro día dada la hora, pero el médico que salió en ese momento me hizo pasar.

Recuerdo que este hombre era mayor, como casi todos los médicos de la época, mayor no solo me refiero al color blanco de su barba o cabellos, sino por su aparente edad y su físico. Después de contarle una serie de patrañas, relatándole una serie de sucesos que había tenido, intentando relacionar cada uno de ellos con de el dolor, el picor e incluso el mismo enrojecimiento. No me pareció más oportuno en ese momento que decirle...

  • "Quizás me lo hice al caerme de espalda y caer de culo, dándome con la mala fortuna de darme el en hueso cuqui (o mejor llamado el coxi) con una palo u otro objeto".

El médico me miraba con extrañeza, pero entre otras explicaciones que estaba escuchando, claro está este de tonto era poco, comenzando a preguntarme algunas cosas al tiempo que le tuve firme un justificante de con fidelidad. Después, me sugirió realizarme algunas pruebas in situ, pruebas que comenzaba por una de sangre y otra de orina, pruebas que su ayudante las llevaría a un laboratorio privado que tienen. Realizando los resultados con urgencia de manera que la tenga lo antes posible, pues la idea era para tenerlas antes de que me hubiera marchado, tiempo que aprovechábamos para realizar otras pruebas.

Me explico los pasos que iba a seguir, me lo explico con suma delicadeza pues era algo embarazoso para mí. Comenzando por hacerme saber que antes de realizarme el tacto y la exploración anal, me debe inspeccionar los genitales, las nalgas y el ano para descartar tumoraciones, hemorroides u otras lesiones. Tras haber realizado la extracción de sangre y haber orinado en un frasco, pruebas que la enfermera se marcho para que los realizaran, quedándonos solos. Aprovechando este para indicarme y pedirme, indicación de donde estaba el aseo y la petición, era para pedirme que me desvistiera por completo y me pusiera un camisón que encontraría tras la puerta. Continuando por decirme…

  • “Le pido que se desvista por completo, por evitar que se manche. Pero si usted no desea desvestirse, también podría descubrirse de cintura hacia abajo”.

Como su petición tampoco me pareció tan rara, me marche hacia el aseo, donde tras desvestirme me coloque ese camisón, uno de esos que te dejan el culo al aire, apareciendo a los pocos minutos. Este me comento…

  • “Sé perfectamente que se siente avergonzado por la situación, pero si quiere llamo a la enfermera para que venga y se quede con nosotros”.

Contestando con rapidez…

  • “No… no hace falta, por favor no se preocupe, estoy bien”.

Lógicamente no deseaba que la chica estuviera viendo aquellas pruebas, no soy partidario de que algunas pruebas médicas sean realizadas por mujeres, no porque sea machista sino por evitar situaciones embarazosas. Aunque tengo amigos que prefieren que sea una chica por el morbo, eso me hace recordar y no hace mucho, cuando un amigo me comento en confidencia…

  • “Ayer estuve en el médico para una palpitación rectal”.

Respondiéndole…

  • “Dirás para una exploración anal… no”.
  • “Bueno y como te fue”.

Respondiéndome…

  • “Fue una sensación extraña, nadie me había mancillado el santuario… ni mí chica. Pero menos mal que fue una chica la que tuvo el honor de ser la primera”.

Yo reí y le quite importancia porque fuera una chica en vez de un chico, alegándole que quizás yo fuera más partidario de que fuera un hombre, justificándolo por no excitarme delante de ella, pues como está la cosa no es para meter cizalla. Bueno continúo, este profesional de la medicina, cuya especialidad era la que me llevo allí, me indico que me subiera a la camilla, colocándome sentado mirando hacía el, separando mis piernas e inclinarme hacia atrás hasta apoyar mi espalda en la camilla. Tras hacerlo vi como el médico se me acercaba al tiempo que se colocaba sus guantes de látex, comenzando este por coger mi miembro flácido y comenzar a palparlo. No pudiendo evitar en soltar minutos después…

  • “Mmmm!!”.

Este hombre me miro y sonrió, no dejando de tocármela, siendo más exhausto y poco a poco esas pruebas más me parecieron un magreo… mmm. Dejando mi miembro, siguió por mis genitales, el perineo, glúteos y orificio anal, no pudiendo evitar soltar otra exclamación de placer… uuummm!. Mientras me lo realizaba que para esos momentos estaba disfrutando, este no dejo de informarme las posibles causas, e incluso lo que podría tener. Durante la palpación, el médico exploraba mi orificio rectal y alrededor, palpando la mucosa rectal y el canal anal para descartar posibles infecciones. Me indico que mostraba en mi orificio anal muestra de fisuras anal, justificándome yo con mi posible caída y golpe con un objeto grande, alegándome el…

  • “También podría ser debido, pues a la introducción de cuerpos u objetos extraños”.

Su contestación me dejo perplejo, calle por vergüenza y claro está por pudor. Continuando este por decirme…

  • “Mire, tras la inspección realizada, ahora procederé a realizarle al tacto rectal o exploración. Esto no suele durar más de unos minutos, todo depende del tiempo que me deje usted realizarlo, y como vea yo como esta”.
  • “Le advierto que esto puede ser doloroso en caso de ulceraciones o fisuras anales, siendo molesto pero no doloroso en lo demás”.

Dicho esto, me pide que me coloque de rodillas sobre la camilla, inclinándome hacia delante hasta apoyarme sobre mis codos, prosiguiendo por separar ligeramente las rodillas y los muslos perpendiculares a la camilla. Pero debido a mí altura, me pidió si me podría colocar de pie e inclinado hacia delante, descansando mi pecho sobre la camilla y con las piernas separadas. Acabando por colocarme de esta manera, mientras él se coloca detrás de mí, colocándose un guante de látex en cada mano, siguiendo por echarse un poco de lubricante en su dedo. Avisándome que me va a introducir el dedo, recomendándome que cogiera aire a modo de relajarte, sintiendo ese dedo presionar con firmeza y calma mi orificio anal… mmm. Tome aire pero cuando lo expulse, solté un desacertado suspiro de placer… ooohhh!!.

Este, continuó moviendo su dedo de adentro hacia afuera, aquello comenzó a gustarme… no era para menos y claro está, paso lo inevitable… mi miembro comenzó a despertar... mmm. No pudiendo evitar soltar más suspiros e incluso gemidos. Este se detuvo y me soltó...

  • "Mira para continuar con la exploración debo de utilizar un especulo rectal”.
  • “Te lo voy a enseñar para que no te asuste por su tamaño, pues sus 19.5 cm por 24/80 mm, siendo este muy similar al vaginal que se usan para las mujeres”.
  • “Quizás lo sientas frio, pero es debido a que es de acero inoxidable".

Continuando su explicación sobre su uso...

  • "Este objeto es un dispositivo que se inserta en el ano, manteniendo tu orificio anal abierto para la visión de diagnóstico del recto o para la cirugía anal".

Sugiriéndome acto seguido...

  • "Se puede quitar el camisón si tiene calor".

Dude un poco, pero finalmente opte por quitármelo, quedándome sin proponérmelo totalmente desnudo. Avergonzado volví a mi postura inicial. El médico se detuvo, marchándose hacia la puerta y echo el pestillo, justificándose con el hecho de sentirme yo más a gusto, comentario que dijo al tiempo que caminaba hacia donde estaba yo...

  • "Miré, no quiero que se sienta vulnerado o cortado, debe de saber que he cerrado la puerta con pestillo para asegurar su intimidad, pudiendo estar usted de manera más tranquilo y con la seguridad que nadie entrara, pudiendo yo hacer la exploración".
  • "Le digo más... sabe usted que si yo hubiera sido ginecólogo, para dicha exploración me obligan a tener una enfermera. Mientras que si es un hombre, solo se sugieren, dejando esta última decisión en manos del paciente".

Fue decir eso y ver como el médico se colocaba nuevamente detrás de mí, viendo como coge de la mesilla el bote de vaselina. Sintiendo como vierte ese liquido por entre mis glúteos, ayudándose a introducírmelo en mi orificio anal con uno de sus dedos… ooohhh!!. Recuerdo que me dio la sensación de notar ese dedo desnudo, pero no quise preguntar. Me advirtió ante mi posible extrañeza al introducirme un segundo dedo, justificándose con…

  • “Te voy a meter un segundo dedo, para cuando te introduzca el objeto, no tengas ningún reparo”.

Asenté con la cabeza… dándole mi conformidad. Sintiendo al momento como me introducía se segundo dedo… uuummm!!, soltando acto seguido un importunó grito que más a mi entender era un gemido…

  • “Aaahhh”.

Disculpándose este…

  • “Lo siento si le ha dolido, intentare ir más despacio… vale”.

Avergonzado calle… respondiéndole con un movimiento de cabeza, dejándolo que continuara y sentir con gran placer como tras el segundo… mmm, acabo por entrarme el tercero… uuuffff, tercero que en esta ocasión callo. Tras apartarlos, ahora dejo paso a ese objeto… ooohhh!!, el cual fue introduciéndome ese frio objeto por mi orificio anal. Sacándolo e introduciéndolo, comentándome…

  • “Se lo voy a introducir y sacar varias veces, deseo evitar molestias innecesarias o dolor”.

Mientras yo comencé a gemir, suspirar y gimotear…

  • “Aaahhh… uuummm”.
  • “Uuumm… ooohhh”.

Sintiendo con gran placer este objeto al tiempo que posaba su otra mano sobre mis nalgas… mmm, deslizándola por mis muslos y volviéndola a ascender… uuummm. Yo estaba absorto en esa “exploración”, exploración que según me informo que debía de durar unos minutos… mmm. No escuchando para esos momentos sus explicaciones o cualquier otra cosa que decía, ni estaba atento a ruidos externos. Menos aun cuando este puso música. Soltando...

  • "Te pongo música para que se relaje, pues le noto muy tenso, si quiere usted cambiamos de posición para que este mas cómodo".

Rehusando yo la propuesta, no deseaba colocarme sentado en el potro como me sugirió, pues no deseaba ver su cara mientras me realizaba esta prueba, pues bastante avergonzado estaba ya. Además tenía ya al menos la mitad de aquel objeto introducido… mmm, cayendo este en mi estado de excitación. Pues se dio cuenta del estado de mi miembro, ya que dejo de estar flácido y se encontraba erecto. Pero este no cayó por el tamaño, sino por estar este babeando de líquido preseminal debido a la excitación.

Sintiendo en esos momentos su mano tomar mi miembro... mmm, sentí la calidez de su piel, cuya palma de la mano como dedos no tenían cayos o rugosidad alguna... mmm. Comenzó este a masturbarme, bajando el pellejo que oculta mi prepucio, deslizando la yema de su dedo por mi glande... uuuhhh. Disfrutando doblemente por culpa de ese objeto, no llegando a notar ya ni el frio inicial… uuuffff!!. Llegando un momento que lo saco por completo, no viendo extrañeza, pues lo volvió a introducir, llegando a sentir en una de esas veces algo diferente... aaahhh. No siendo otra cosa que el material de este, llegando a pensar en la posible sustitución de dicho objeto... uuuffff!!, pues aquel buen médico y maduro de sabiduría, sustituyo ese objeto frio por otro de mayor calidez... aaahhh. Objeto que no siendo tan grande pero si de mayor grosor, comenzó a mover de delante hacia atrás, tomándome de mi cintura y penetrándome con placer… aaahhh. Alternándose por mi cuerpo. Apartando sus manos de mis caderas, para comenzar a masturbarme al tiempo que la otra me acariciaba mi cuerpo, pecho e incluso pellizcaba mis pezones...

  • “Aaahhh… uuummm”.

Me fue penetrando despacio… mmm, llegando a posar su barbilla repleta de pelos blancos sobre mi hombro, sintiendo las cosquillas por sus labios… mmm. Llego a buscar mi boca… cosa que rehuse, continuando este por besar, lamer y chupar mi oreja… ooohhh. Comenzando el mismo a despojarse de algunas prendas, sintiendo su pecho velludo contra mi espalda desnuda sin vello alguno... mmm. Notaba sus babas caer en mi espalda e incluso en mis nalgas, comenzando a acelerar sus embestidas… ooohhh, cada vez más enérgicas… uuuffff. Mezclándose la música con los gemidos, suspiros e incluso gritos por mi parte, mezclándose con los golpes de su pelvis contra mis nalgas...

  • “Ploff… ploff… ploff”.

Volviéndome a comer la oreja, me soltó…

  • “Uuuffff, me voy a correr ya… aaahhh”.
  • “Pena que no te voy a poder preñar… mmm, como la maricona que eres… aaahhh”.

Fue entonces cuando caí que este buen médico, me estaba follando con un condón. Acabando este como un acto reflejo por sacarla de mi orificio, sacándose el preservativo y cuando fue a correrse, yo como un acto espontáneo por mi parte, cogí y me arrodille con rapidez al tiempo que cogí su polla y me la lleve a la boca… mmm. Sintiendo como este descargaba al tiempo que apretaba mi nuca contra su ingle, llenando mi boca de su leche caliente y agria, no dejándome apartarla y teniéndomela que tragar en su totalidad. Llegándome a soltar…

  • “Sabía lo que eras, no me has engañado”.

Luego me ofreció ducharme más por evitar que sospecharan, mientras le vi cogiendo el móvil y hacer una llamada, tras colgar me hizo saber…

  • “La chica tardara un poco aún, sabes que se me olvido pedirte semen para haberte hecho una prueba, pero de eso no te preocupes, ahora te ayudo”.
  • “Pero antes debes de contarme, como te has hecho la fisura anal. Tan gorda la tenia quien te follo”.

Este acabo por meterse en la ducha conmigo, mientras le contaba mi experiencia, note como este volvía a excitarse, sintiendo como su miembro dejaba de estar morcillona… mmm. Sintiendo como esos restregones iba buscando otra cosa… aaahhh, no importándole ahora penetrarme sin protección alguna. Penetración que me daba al tiempo que me pedía…

  • “Aaahhh!!, quiero participar la próxima vez. No te cobrare en cada una de las visitas que me hagas… mmm, quiero verte aquí una o dos veces a la semana… ooohhh!!”.
  • “Quiero follarte vestida de puta, quiero preñarte y ver como los demás lo hacen… uuummm!!”.

Volviendo este a correrse, no sin antes haberla sacado de mi dolorido orificio y echarla sobre mi espalda… mmm. Más tarde me ayudo con la prueba del semen… mmm, prueba que dejamos sobre la mesa para la enfermera. Bueno para resumir, estuve asistiendo a su consulta durante al menos dos meses. Consulta que las pruebas eran exhausta… mmm, como la vez que participo en una quedada con Alba, viendo este como mis otros tres acompañantes me penetraban por turnos a pelo, mientras él me follaba con condón… ooohhh!!. Viendo con sorpresa como cada vez que ni veía, mi orificio estaba tan cerrado como la primera vez, detalle que gusta a todos, pues parezco que aun soy virgen… mmm. 

  • “Seré lo que tú quieras que sea, hare todo aquello que quieras, seré tu juguete y hare realidad tus fantasías”.

Espero que os haya gustado tanto como a mí, espero vuestros comentarios. Mi email (lógicamente todo junto) es… Jhosua 1974 @ Gmail . com

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