Depilación integral con final Feliz

Reconozco que he aprovechado mi vida sexual hasta el momento al máximo, no quiero dejar nada en el tintero, deseo hacer realidad todas las fantasías posibles, probar cosas nuevas y si es de la mano del morbo… aún mejor.

Mi vida ha sido hasta el momento como una montaña rusa, comencé despacio en línea recta, comenzando a subir y a pasar curvas. Desde los trece hasta los diecinueve años, he aprendido mucho, me han enseñado y corrigiendo a medida que iba experimentando. Luego llega la calma, llega el momento del asosiego, los compromisos, las verdades a medias, no teniendo la necesidad de mis locuras. Una mujer como esposa no solo por amor o cariño, sino también como escaparate… una manera de callar bocas o posibles dudas y claro está, un amante fijo. Una amistad que se prolonga durante al menos tres años, calmando esa sed de sexo, amante que da la talla y con sobresaliente. Es esa persona que calma mi hambre, calma mi necesidad de hacer locuras, calma la curiosidad y con ella la brusquedad del morbo.

Lógicamente, la regularidad y la monotonía en mi vida cotidiana… me hacen decaer, me lleva nuevamente a buscar esa necesidad de aprender, me conduce por los caminos oscuros del morbo y claro está el sexo. Probando nuevas cosas, sintiendo nuevamente esa curiosidad, considerando el morbo desde otro punto de vista.

No me es muy difícil recordar, recuerdo con claridad siempre que me lo proponga aquellos momentos, muchas veces no hace falta ni ese signo que tengo para poder recordar. Pues más que considerarlo un don, creo que es más todo lo contrario.

Hace unos cuatro años, estando por el mes de julio de rodríguez en casa, pues mi mujer e hijos estaban en la playa. Me dio la picada de depilarme completamente, idea que me rondaba un tiempo por la cabeza. Antes de hacerlo, se lo comenté a mi mujer, idea que le extrañaba y que no era partidaria, pues como dice ella…

• “Me gustas como estas, eres mí osito”.

Yo acabe por convencerla al hacerle ver que se llevaba de moda, volviéndomelos a dejar una vez lo haya probado o comenzado el otoño. Mi mujer que no las tenía toda consigo, acabo por ceder más por ser una prueba. Esa misma tarde, busque un sitio donde pudieran hacerme una depilación integra, encontrando una a través del portal www.pasion.com. Mi búsqueda en este portal, fue por la vergüenza que iba a pasar, deseando más que fueran estos los que me la hiciera que las profesionales del sector. También es verdad que deseaba que tras el posible dolor de la depilación, hubiera algo de satisfacción y lo tuve… mmm.

El lugar estaba en Sevilla Este, tras entrar y hablar con la chica que me iba a realizar la depilación integral, esta me indicó que entrara en una habitación y me desvistiera completamente, dándome una toalla para salir. Una vez desnudo, me indico la habitación donde me la iba a realizar, indicándome que me tumbara en la camilla. En todo momento me estuvo explicando los pasos que iba a dar, pues comenzó realizándome la depilación con cera, pues aunque puede ser dolorosa como así fue, tenía muchas ventajas, como que quita el pelo de raíz.

Pero en las zonas más sensibles, la depilación será mediante láser o la cuchilla, tranquilizándome que son métodos mucho mejores, ya que son indoloros. Luego una vez finalizado, comenzó aplicándome una loción hidratante y aceites de aloe, calmándome esas zonas más irritadas. Lógicamente os digo, que cuando llego la hora de depilar las partes sensibles, miembro, testículos e incluso por el perineo, no pude evitar tener una erección. Calmándome la chica, diciéndome…

• “No te preocupes, es algo normal. Raro sería que no te pasara”.

• “No pasa nada, ya haremos algo con esto, tu tranquilo”,

Tras la depilación, comenzó a darme un masaje sobre todo con la crema hidratante y alguna más, sobre todo a mi miembro… mmm. Dándole un trato especial durante al menos tres minutos, llegándome a asombrar, cuando esta coloco mi miembro entre sus senos… ooohhh. Para continuar minutos más tarde por introducírselo dentro de su boca… uuummm, dándome una mamada y una comida de huevos como pocos… mmm. Deteniéndose y pedirme darme la vuelta, comenzando ahora con el masaje anal, magreos por mis glúteos y por la ingle, sintiendo placer como pocos. Llevándome la sorpresa, cuando separa mis glúteos y sentir sus labios posarse… ooohhh, lamiéndome y comiéndome el culo… aaahhh. Siendo yo mismo quien separa mis nalgas una vez que me lo pide, acabando por facilitarle la tarea del “masaje anal”, colocándome al final de la camilla… mmm.

Comenzando con masajear mis testículos, chupándolos desde atrás… aaahhh. Deteniéndose y seguir ascendiendo por mi ingle hasta mi orificio anal… aaahhh, sintiendo esa lengua endiablada… ooohhh, ayudándose de sus dedos… uuuffff. Confesándole que en breve me iba a correr, pidiéndome ella…

• “Espera un poco. Aún falta el masaje prostático”.

Te extraña al no saber de qué se trata, pues siento sus dedos dentro de mi orificio anal, poniendo las oportunas quejas ante tal tratamiento, fingiendo molestarme aunque en el fondo me gusta… aaahhh. Acabando esta por soltarme…

• “Has visitado en algún momento al urólogo”.

Niego con la cabeza al tiempo que de mi boca sale un apagado…

• “Noooo… ooohhh”.

Volviéndome a comentar, mientras sus dedos trabajan mi próstata…

• “Sabias que los hombres cuando escucháis la palabra 'próstata', pensáis más en la visita al urólogo que en sexo”.

• “Sabias, que los masajes prostáticos son más una técnica sexual que relajante muscular”.

• “Muchos médicos, suelen mandarlo como ayuda para la disfunción eréctil, ya que reduce el dolor de la inflamación de la próstata, ayuda a limpiar las toxinas del sistema reproductivo, incluso ayuda a proteger el esperma, produciendo erecciones más duraderas”.

Mientras hablaba, no dejaba de frotar suavemente mi próstata… mmm, introduciendo hasta dos de sus dedos, dejándolos quietos unos minutos y volver a continuar… aaahhh. Pero cuando sus dedos desaparecen, siendo sustituidos por algo más grueso, siento como restriega este por entre mis glúteos, presionando mi orificio anal e introducirlo poco a poco… aaahhh. Me lleve una enorme sorpresa, no solo por estar siendo penetrado por esta chica, pensamiento que pensé en la utilización mediante un vibrador, incluso en la utilización de un “strampo”.

• “Uuummm… aaahhh… uuummm… ooohhh”.

Pero cuando entre embestida y embestida miras hacia atrás… aaahhh, descubriendo que esta chica para nada está utilizando un “strampo” u objeto parecido, sino que aquello que me está introduciendo es algo suyo… uuuffff. La satisfacción es aún mayor, pues ya no tengo que esconder nada, gozando ahora de verdad, no fingiendo ni simulando… ooohhh.

Dándose cuenta ella de mi disfrute, soltándose… quedándose más cómoda, me llevo para un mejor disfrute al sofá, donde pudo darme la vuelta y penetrarme mejor, pues boca arriba es mucho más placentero y menos doloroso, ya que también es más profunda… aaahhh. Cuando finalizamos, me dejo darme una ducha, disfrutando de la hermosura de esta bella mujer con polla, polla que no tendría menos de veintiún centímetros… aaahhh, siendo los 50€ mejor gastados.

Cuando llegue a casa, me desvestí completamente, echándome sobre la cama desnudo a descansar un poco, siendo despertado por la melodía de mi móvil, no siendo otra persona que mi mujer. Tras hablar al menos una hora, me di cuenta que estaba desnudo al verme reflejado en el espejo, me encanto como quede, pues era la primera vez que me pude fijar de verdad, excitándome al momento, deseando los oscuros deseos de mí juventud. En ese mismo momento me fui a ducharme nuevamente, pero en esta ocasión con agua fría, debía de calmarme pues no deseaba que ese momento acabara tan pronto.

Tras la ducha, desnudo me dirigí al dormitorio, revolví la mesita de noche y la cómoda de mi mujer, buscaba su ropa interior y aquellas prendas que suelo regalarle tan provocativas. Luego comencé a colocármelas frente al espejo, comenzando por las medias negras de ligas con encajes… mmm, la suavidad y el tacto con la prenda, me hicieron tener una tremenda erección, continúe con colocarme unas braguitas negras de seda con encajes, seguí con el sujetador a juego con las braguitas y finalice con un sexy camisón transparente… mmm.

Que queréis que os diga, no me hizo falta tocarme para correrme, pues era tal la excitación que acabe explotando, saliendo tal cantidad de semen que diluyeron entre el elástico de las braguitas y los muslos… mmm.

En otras ocasiones, el verme reflejada en el espejo con tales prendas femeninas tan sexy y provocadoras, comienzo a moverme, desfilando y recreando poses que el mismo roce de las prendas me hacen estremecerme… ooohhh, teniendo la necesidad de masturbarme. En ocasiones, comienzo acariciándome el cuello, descendiendo hasta los pezones... mmm, e ir descendiendo hasta los muslos e ir ascendiendo hasta la parte interior, sintiendo esa sed de sexo, sintiendo la necesidad de tener una polla en mi boca o en mi culo… ooohhh.

Muchas son las veces que me siento delante del espejo, acariciando mi miembro, pero no de forma masculina… sino femenina (es difícil de entender sino se ve). Normalmente no soy de esos que necesita calentarme para excitarme, pero con tan solo comenzar a deslizar mi mano por la entrepierna hasta el perineo a la vez que me pellizco los pezones… mmm. Luego, continúo por presionar de forma suave mi glande con tres dedos, estimulando sobre todo el capullo, intercalando movimientos rotatorios, e incluso frotando alrededor del perineo, sintiendo el preludió del orgasmo y acabando de una forma brutal.

Pero últimamente y a raíz de los comentarios hacia mi orificio anal, comentándome lo estrecho que lo tengo. Soltándome cosas como…

• “Tú has follado poco”.

O…

• “Haces mucho tiempo que no te follan”.

En vez de masturbarme, juego con vibradores, objetos caseros e incluso con verduras (ejemplo: el pepino), claro está utilizando lubricantes. Haciéndolo normalmente delante del espejo para poder disfrutar aún más, imaginando que me están penetrando, cuando este objeto es por ejemplo el “desatascador”, objeto que por el chupón se encuentra pegado a la pared e imagino que es un negro el que me está partiendo en dos… aaahhh. Llegando incluso a grabarme, a modo de poder disfrutar más tarde y de forma reiterada… ooohhh. No hace mucho me preguntaron…

• “¿Duele la penetración Anal?”.

Contestando…

• “Puede doler tanto como la masturbación”.

Sonreí, le mire y le dije…

• “Mira todo depende de nosotros, debemos de ir concienciados”.

• “No debemos mostrar ni tensión, ni mucho menos nerviosismo, pues esto hace que nuestra esfínter se contrae, siendo difícil la penetración”.

• “Te aconsejo que practiques en casa, introduciéndote un objeto de dimensiones parecidas. Debes de utilizar lubricante, no solo para facilitar la penetración, sino como parte de higiene, podría aconsejarte que utilizaran preservativos. Aunque no hay nada como la penetración a pelo, pues la sensación es diferente, siendo más placentera para mi gusto”.

• “No fuerces nada, pues solemos salir lastimados nosotros. No es fácil ser un pasivo, pero es totalmente gratificante… mmm. Recuerda que a veces nuestro cuerpo, no hace saber que no estamos aún preparados, debiendo de ser paciente y esperar el momento”.

Esta conversación me hace recordar a un viejo amigo, amigo que fue quien me transformo de verdad, sacando de mí la mujer que llevo dentro. Lógicamente no me descubrió, pero si como he dicho previamente, saco la zorra que hay en mí.

Aquel hombre que me recordó que ante todo debo de ser la putita de algún macho activo, siendo mi obligación darle placer hasta la extenuación. Comerle la polla de la mejor manera, demostrarle que nadie la sabe comer como la putita que soy, no habiendo más mujer hembra que yo. Tragar si llegara el momento hasta la última gota, sino ser su objeto de placer, dejándole montar, penetrándome hasta quedarse seco. Siendo la putita suya y de los amigos que quiera, satisfaciendo al trio, cuarteto o al grupo.

Pero la verdad, debo de decir aunque duela… que me gustan las mujeres y me siento atraído por ellas. No me gustan los hombres (al menos un sector), no me siento atraídos por ellos (a no ser que sea maduro y tenga su polla en mano), no soy gay, ni homosexual, ni maricón (aunque este insulto duela y no me guste), no soy afeminado y ni tengo pluma. Sí, me gusta vestir como mujer, pero no siempre y más me gusta llevar sus prendas íntimas, sexy y provocadoras, pues pienso que algunas me sienta mejor a ellas.

Cuando estoy con un macho maduro y activo (o versátil), me gusta hacerle disfrutar, dejarlo satisfecho, dejándome hacer lo que desee. Desnudarme si es el caso, dejarme besar, magrear, acariciar, morder, lamer, etc., para arrodillarme y bajar al pilón, comerme su miembro… mmm, tragármelo hasta sentir arcadas. Disfrutar de su polla, comerme sus genitales y si es preciso, comerle su culo, dejándome luego penetrar… mmm (¡ojo!, yo no penetro), me gusta sentir la polla dentro de mí y si gustáis a pelo, no pongo impedimento menos si queréis preñarme. Pero eso sí, prefiero en lugares tipo “Charco de la Pava”, donde el morbo nos excita, tanto como invitar a otros a nuestro juego… mmm.

Bueno aquí finaliza esta experiencia, siendo más una anécdota más de mí vida, espero que os haya gustado tanto como a mí recordarla, espero vuestros comentarios, pero, por favor, no me seáis muy crueles. Mi email (lógicamente va todo junto) es: Jhosua 1974 @ Gmail . com