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Mi amigo... El Jerezano

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Mi amigo... El Jerezano

Antes de nada. Os debo de confesar que siempre me he esforzado en mejorar… sexualmente, como bien sabéis mis gustos son los hombres maduros, buscando en lo posible mis preferencias, no importándome nunca si comienzo con uno y acabo con varios. Busco hombres activos pero no hay día que no acabe con un versátil, me considero glotón y como curioso me gusta probar, además no hay maduros que no deseen una buena putita, encontrando en mí a esa glotona que de paso se deja preñar… mmm. Os debo dejar claro que no busco amistad, pues solo busco sexo, lo mío es solo relaciones esporádicas. Bueno dicho esto comenzare, vale.

Rondaba el mes de septiembre del pasado año, como de costumbre nada más salir de trabajar, me encamino al Charco de la Pava al cual accedo por la zona que antiguamente estaba abierta, aquella que para situaros… es aquella que cuando vienes de la calle Gregor J. Mendel. Bueno sigo, nada más acceder, continuo recto hasta la carretera de servicio que va paralela a la dársena del río.

Encontrándome varios vehículos, cruzándome de forma fortuita con uno en particular cuyo dueño conozco, no me detuve sino que continúe conduciendo, siento este el que tras girar me siguió, llamando mi atención mediante el claxon, no teniendo más remedio que detenerme en una rotonda (37°24'25.0"N , 06°00'40.9"W). Este vehículo es un BMW azul marino, vehículo que tras detenerme yo aún lado, este se detuvo paralelo al mío, cuyo  conductor era un hombre mayor (83 años), tras  situar su coche de manera que nuestras ventanillas estaban juntas, me soltó…

  •  “Nada más verte te he reconocido”.
  • “Tú también a mí, verdad… José”.

No iba a mentirle, no es que fuera mi amigo del alma, pero si es un semental de esos que no hay que dejar escapar… mmm, rápidamente le conteste…

  • “Verdad”.

Sonriente me soltó nuevamente…

  • “Vienes caliente, sí tienes tiempo podríamos echar un rato ahí abajo… mmm”.

Contestándole…

  • “Vale”.

Respondiéndome, él…

  • “Sígueme, aparcamos los coches aquí cerca y bajamos loma abajo”.

No hubo más palabra, tras girar este se introdujo en una media circunferencia a la izquierda, circunferencia que accedes a un embarcadero que hay en el rio (37°24'25.5"N , 06°00'43.3"W), cuyas dársenas a ambos lados es usada para reuniones… mmm, ya me entendéis. Bueno continuo, tras bajar de nuestros vehículos… nos saludamos, muy efusivamente por su parte, este al cual me referiré como “él Jerezano”, como es normal en el… busca mi boca al tiempo que su manos se hacen con mis nalgas… mmm. Soltando…

  • “Joder que culito tan bueno que tienes… oooh!”.

Rápidamente me hace saber señalándome un lugar donde íbamos, camine tras de él hasta que se introdujo entre la maleza, aunque según el nadie nos veía, cosa que en verdad nos veía perfectamente los de arriba. Tiro de mí para nuevamente rodearme con sus largos brazos, acariciándome y magreándome a su antojo por sus grandes manos. Pues el Jerezano se le reconoce perfectamente, porque es un hombre de unos dos metros al menos de altura… quizás algo más, complexión delgada, cabellos abundantes y de color blanco, gafas y posee grandes manos con grandes dedos… mmm (pollitas de 12 cm algunos). El Jerezano como se me presento en su día, lógicamente a día de hoy conozco su nombre y claro esta no os lo voy a mencionar, tiene ochenta y tres años de edad que para muchos no está para dar mucha guerra, pero quizás sea este una excepción para él Jerezano.

Sigo, poco duro mi camisa pues tras desabotonarla a cabo por quitármela… dejándola sobre una rama, dirigiendo su boca a mi pecho y pezones… mmm, chupados, lamiendo y finalmente mordiéndomelos hasta hacerme chillar de dolor… aaayyyh!, haciéndome estremecer de placer… aaah!, cosa que le pone muchísimo. Yo para esos momentos y desde que nos unimos en un abrazo, no he dejado de magrear sus diecinueve centímetros cuyo pollón no solo se aprecia por el tamaño sino por el grosor… oooh!.

Como es normal, dos coches juntos detenidos llaman la atención, desde abajo puedo observar, como un mirón a aparecido, mirón que comienza a mirar unos segundos, acabando por bajar loma abajo. Yo no quise decir nada a este y continúe con lo mío… uuummm. Minutos después, el crujir de las hojas secas le hace delatarse a este mirón, cuya polla en mano tiene y busca como todos… “Guerra”. Este mirón, puso muy nervioso a mi amigo, el cual me hizo ponerme mi camisa, siendo el mismo quien me la cruzo para evitar verse mi velludo pecho, claro está no me dio tiempo a abotonar.

Tras echarlo… volvimos a lo nuestro, pero ahora su polla se encontraba en mi mano en vez de dentro de su pantalón, pues aproveche nada más marcharse ese mirón al tiempo que el Jerezano le miraba, me dio por sacársela fuera… mmm. Comencé a pajearlo, note claro está que no estaba tan erecta como minutos previos (joder, le afecto el mirón). Comencé a deslizar mi mano por su tronco, sintiendo como temblaba ese estupendo miembro rugoso, pude notar como sus gruesas venas se hinchaban a medida que mi mano se deslizaba hasta sus genitales… mmm, llegando incluso a humedecerme la mano con su precúm que soltaba su glande… uuuffff. Mientras él, había comenzado a comerme la oreja… mmm (joder, como me come la oreja, pues introduce la lengua dentro… mmm), sigue y desciende su boca hasta mí cuello… mmm, transmitiéndome el deseo y esa sensación de saber que iba a disfrutar, además me embriaga el olor de su colonia… mmm.

Mientras sus manos han soltado la hebilla de mi cinturón, continuando por soltar el botón y bajar la cremallera, dejando caer el pantalón por su propio peso, colocando sus manos en mis nalgas… mmm. En eso, besa mi cuello e incluso intenta darme algún que otro muerdo, muerdo que le tengo que recordar que como casado que soy, no permito señales alguna, suelta una sonrisa pícara… viéndose descubierto, pues sé que iba con la intención de marcarme. Continúa descendiendo, desde mi cuello hasta mis hombros… mmm, dejándome en esta ocasión marcas… uuufff, sabiendo este perfectamente donde morderme y marcarme… y donde no… oooh!.

Disfrutando de los preliminares con el Jerezano, dejándome llevar por el placer, teniendo mis ojos turbados, no caímos que teníamos público… no siendo este otro que el mirón anterior, siendo yo el que lo descubrí, calle para que fuera el Jerezano quien lo descubriera y de paso este pudiera disfrutar… mmm. Seguramente al verme permisivo (o sea que permito), cogió y se colocó detrás de mí, pidiendo cortésmente y con educación…

  • “Me dejáis participar”.

Petición que hace al tiempo que me magrea mis nalgas con descaro… aaah!, cayo porque me gusta… mmm, mi amigo no deja de increparle al tiempo que este introduce uno de sus dedos en mi orificio… oooh!, moviéndolo de dentro hacia afuera, penetrándome… uuufff.

Por segunda vez mi amigo el Jerezano volvía a echar a este, pero en esta ocasión de forma más enérgicamente, viendo como este subía loma arriba nuevamente y más tranquilo volvimos a lo nuestro… mmm. Haciéndome esconderme tras un enorme árbol, árbol que se divide en dos a medio metro del suelo, silencioso me hizo girar… lógicamente quedar de espalda a él. Comenzando nuevamente, besándome el cuello e ir descendiendo hacia mis hombros… oooh!, tirando de mi camisa nuevamente hacia abajo hasta quitármela y echarla sobre el árbol… mmm.

Rápidamente ambas manos las poso sobre mi vientre y lentamente fueron ascendiendo hasta mi pecho… uuummm, acariciándome cada centímetro de mi piel mientras disfrutaba entre jadeos… uuuffff… oooh!, sintiendo la dureza de su glande presionar mi culo… mmm. Sus labios fueron descendiendo hasta mi cintura... mmm; al tiempo que coloca sus manos una a cada lado en la cinturilla de mis calzoncillos… tirando de ellos hacia abajo… oooh!. Rápidamente y viendo sus intenciones, me descalce y este saco mis prendas por mis pies, dejándome como Dios me trajo al mundo, dejándome como tantas veces me dejara en una cama… aaah!.

El Jerezano comenzó a mordisquear mis nalgas... aaah!, lamio mis glúteos descendiendo hasta mis muslos... mmm, no quedándome otra que disfrutar del momento y dejarme hacer, flexionando levemente mi cuerpo hacia delante hasta apoyar las palmas de mis manos sobre el árbol… quedándome en cruz. Sentí como sus ásperas manos acariciaban mi piel… oooh!, como me hacía estremecer de gusto… mmm, llevándome por el placer… cerré los ojos nuevamente. Mientras sentía como el Jerezano arrodillado nuevamente detrás de mí, sintiendo su boca en mis nalgas y su lengua en mi orificio… uuuffff. El Jerezano comenzó a hacerme algo que nunca me había hecho, pues él no es hombre de los que le vaya comer culos... aunque tampoco era de los que le iban los tíos con vellos, pero quizás los tiempos cambien y con ellos... las necesidades... mmm. Sentir esa larga y áspera lengua como recorre todo mi cuerpo... te estremece… oooh!, pero sentirla como te come el culo… levantaría hasta un muerto… uuuffff.

Momentos en que entre abrí los ojos, no pudiendo apenas ver con claridad, menos aún precisar la silueta de un segundo hombre. Desconocido que estaba a unos cinco metros... quizás menos, este se estaba pajeando y como no deseaba estropear el momento… mmm, calle naturalmente (coño, de todas formas este se iba a dar cuenta en el momento que se levantara).

El Jerezano, hay arrodillado detrás de mí, continuaba dándome placer. Sentí sus manos una en cada glúteo y separármelos al tiempo que noto como esa lengua recorre toda mi ingle… oooh!, haciéndome gozar de verdad... aaah! al tiempo que siento su mano izquierda apoderarse de mi miembro y comienza a pajearme... uuuffff, tiempo que aprovecha para introducirme su lengua en mi orificio anal y extasiado culeo a modo de pedir otra cosa… oooh!. Cosa que me da… pero no lo que esperaba, pues tras apartar su lengua esta la sustituye no por un dedo sino por dos de sus dedos de su mano derecha… aaah!, introduciéndomelos en mi orificio anal... oooh!. Suplicándole…

  • “Fóllame… rómpeme el culo”.

Contestándome él…

  • “No… primero quiero que me comas la polla, luego te follare tu coñito pues como puta que eres no tienes culo”.

Le ayudo a levantarse, dándole la vuelta con rapidez y apoyarlo contra el árbol. Me arrodillo al tiempo que se le agarro su polla, comienzo a lamer su glande sin dejar de mirarle a los ojos… mmm, continuo chupando su glande… mmm, humedeciéndola a modo de poder introducírmela completamente… sin dejar de magrear sus enormes testículos. Me gusta separarme de él un poco a modo de mirarle a los ojos, mientras se la como… mmm, disfruto con su expresión de satisfacción y disfrute… oooh!, soltándome este…

  • “Métetela entera en la boca… putaaaa”.

Cosa que hago poco a poco… despacio a modo de disfrutar ambos, pues como todo pasivo nos gusta comer y disfrutar de una buena polla… oooh!. Saco su polla de mí boca y tras sujetársela bien por el tronco, comienzo a lamerle todo su capullo… mmm, bajándole el prepucio y restregándole la lengua… haciéndole estremecer y de paso… sufrir. Tragándome casi en su totalidad de un solo golpe, sintiendo como no solo golpea mis amígdalas sino como atraviesa estas… aaah!, trago hasta sentir arcadas, siendo el, el que tras posar sus manos en mi nuca, me fuerza para tragármela en su totalidad… teniendo nauseas, mientras jugueteo con sus testículos… uuufff. Soltándome este…

  • “Llevas preservativo, quiero follarte ya”.

Tras sacarlo del interior del bolsillo de mi pantalón junto con un bote de vaselina… acabo dándoselo, volviéndome este a pedirme…

  • “Colócamelo tu… mmm, quiero verte colocándotelo… aaah!”.

Mientras le miro, veo su cara de pervertido y como le cae la baba por la barbilla, debido a la excitación. Mientras, rompo el envoltorio y saco el condón de este, tomo su tronco y comienzo a colocárselo con la mano, dejando una imagen de mi muy caliente, pues me encontraba desnudo y en cuclillas. Con el preservativo puesto ya, acerco su glande a mi boca, separo mis labios a modo de comenzar a introducírmela… mmm, aprovechando este para presionar mi nuca nuevamente y de paso volver a sentir su glande en el interior de mi garganta… oooh!.

Tras ponerme derecho... vuelvo a girarme, echándome levemente hacia delante al tiempo que apoyo las palmas de mis manos sobre el tronco del árbol. Dándome cuenta que el desconocido mirón ha desaparecido, cosa que no doy importancia y culeo hacia atrás… mmm. El Jerezano se apoya con su mano derecha sobre mi hombro al tiempo que con la izquierda introduce su glande entre mis glúteos... mmm, no ha entrado aun pero a pesar de ello aprieto mis dientes.

Este comienza a empujar y a pesar del dolor por el grosor de su glande... no entra del todo (veo estrella y no precisamente por el cielo), no desiste y comienza nuevamente a empujar... pero no me entra. Sabe perfectamente que no soy yo... sino sus nervios, soltándole...

  • "Espera... no sigas, voy a facilitártelo aún más".

Calla y me deja hacer, comenzando a untarme vaselina que he cogido del interior del bolsillo de mi pantalón... mmm, llegando a introducirme perfectamente hasta tres de mis dedos... oooh!, siendo él quien se ofrece y tras volver a mi postura inicial... siento sus dedos introducirse... mmm. No siendo uno... ni dos, sino tres e incluso cuatro... oooh!, intentando introducirme hasta su puño pero es tal el dolor que viéndome mareado... desiste… oooh!... aaah!... uuuffff!.

Ahora soy yo quien le ruega y suplica que lo vuelva a intentar, siendo incluso yo quien tomo su miembro y me lo dirijo a mi orificio... mmm. Restregándomelo primero y empujarlo después hasta sentir como su glande entra... aaah!, rápidamente suelto a modo de que sea él quien tome las riendas... mmm. Descubro a un desconocido mirando, acabando por acercarse un segundo, quizás mis gritos han alertado a estos... oooh!... mmm.

Precisamente a raíz de esto, es cuando mejor recuerdo como esta experiencia, pues el Jerezano dándose cuenta de que tenemos público... quiere parar, siendo yo quien le pide…

  • "Por Dios… oooh!, no pares ahora… aaah!”.

Empuja una vez tras otra y su erecto miembro, ya no esta tan erecto... mmm, notándose que la influencia de tener público le pasa factura, pues ya no está donde debería, sino pensando que está siendo observado por aquellos entrometidos. Su polla a pesar de sentirla dentro ya, no es la que tantas veces me ha roto el culo… mmm, ya no es aquella que la sacaba ensangrentada... aaah!.

Sacándola finalmente y ante disculpas por su parte, acaba por guardársela en el interior de su pantalón, mientras le digo...

  • “Podíamos haber aprovechado el preservativo, pues era el único que me quedaba. Ya no tengo más, la próxima vez, te lo vas a tener que traer tú".

El Jerezano que no es hombre de comprar esas cosas al menos eso me hizo saber una vez, le miró al tiempo que poso mi mano sobre su miembro y le suelto...

  • “Quieres que lo volvemos a intentar".

Este me mira y tras darme unos pikitos (besos), dirige su mano a la cartera... la abre y saca de su interior 50€. Tras dármelo me suelta...

  • “Compra todos los preservativos que te hagan falta y compra también vaselina”.
  • “De paso, cómprate también sí quieres algo para metértelo en el coñito y tenerlo siempre abierto para mí".

Diciéndome esto se da la vuelta y antes de marcharme, me suelta…

  • “Lo siento muchísimo, no creas que no me excitas… sabes que no es así. Creo que han sido las interrupciones, me han traicionado los nervios”.
  • “No quiero que esto pueda afectarnos para la próxima vez”.
  • “No quiero dejarte así de caliente, voy a dejar que otros te demuestren lo hombres que son, voy a permitir por una vez que otros hagan de ti lo que yo no he podido”.

Hay se marcha mi amigo el Jerezano, dejándome mientras me coloco mis calzoncillos, medio desnudo a pocos metros de mirones y salidos con deseos de vaciarse. Se marchar, dejándome allí con 50€ en mano, mientras le veo caminar hacia el camino que da al embarcadero, gira hacia la izquierda loma arriba hasta llegar a su coche. Dejándome allí entre hienas, pienso que estos no me harán nada… mientras me coloco los pantalones y la camisa, camisa que dejo sin abotonar para poderme arrodillar y poder atarme los cordones de los náuticos.

Subo mí cabeza alarmado por el ruido de pisadas y me encuentro a estos dos desconocidos, hombres que solicitan el mismo protagonismo que el Jerezano, hombres que tienen sus pollas erectas a pocos centímetros de mi rostro… mmm. Calló e intento levantarme, pero la presión de la mano de uno de ellos sobre mis hombros, presión al tiempo que acerca su glande a mis labios... mmm, me hace desistir. Soltándole…

  • “Espera. ¿Qué vais a hacerme?”.

Soltándome estos…

  • “Tranquilo, no te haremos daño. Solo queremos lo mismo que ese viejo, pero sin la necesidad de pagarte”.

Acabando finalmente entre estos dos hombres, acabando más por mis deseos que otra cosa, virtud que tienen sobre todo su edad y más aún su virilidad, follan entre ambos mi boca y luego por turno mi culo… mmm. Alternándose, follándome a pelo… oooh!, acabando tanto dentro de mi boca como sobre mis nalgas… uuuffff. Mientras otros miran, masturbándose a nuestra salud, llegando a comérsela a un tercero, mientras otros esperan su turno… mmm. Teniendo fuerza de voluntad y negarme a seguir, cuando estos se contaban por los dedos de dos manos, mis piernas temblaban, mi boca me dolía por no decir mi orificio. Me marche hacia mi coche, dolorido y con la sensación de ser una puta, no por ser el objeto de placer de todos estos, sino por los 50€ que llevaba en el bolsillo… mmm.

Antes de marcharme he caído en la cuenta que del Jerezano no sabéis nada, nada de cómo le conocí y como comenzamos, viendo cómo se me ha alargado mi experiencia y eso que la he recortado. Os prometo que os la hare saber, pues este es un hombre que cuando tiene su día es muy bueno… mmm. Bueno aquí os dejo hasta una nueva experiencia… vale. ¡OJO!... digo experiencia y no cuento o relato, sino rutina… ya que es algo que he vivido y experimentado. Espero que os haya gustado tanto como a mí recordarla, espero vuestros comentarios. Mi email de contacto es, lógicamente va todo junto… Jhosua 1974 @ Gmail . com

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