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Cine X. Mi primera vez (18 años) por curiosidad...

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Cine X. Mi primera vez (18 años) por curiosidad...

Acabo de leer como un nuevo cine X… acaba de desaparecer, como años de historias y experiencias desaparecen, leo que solo quedan tres cines de este tipo en toda España. Siento añoranza, pues si me paro a recordar cuando fue la primera vez que entre… uuuffff, me asusto del tiempo que ha pasado, tendría apenas dieciocho años, entre por curiosidad, pero creo que mejor será contar como y que ocurrido, no os parece.

Rondaba el año 1992. Un año difícil de olvidar, muchos acontecimientos, muchos cambios (incorporación en el 4º. Remplazo al servicio militar: mes de julio), muchos cambios (transformación en los últimos tres meses, acabando por ser toda una nena), muchas… muchísimas experiencias (claro esta… casi todas satisfactorias); prácticas (saber y desenvolverme en la calle) y nuevos oficios (entre otros el más antiguo).

También todo esto coincidió con la Exposición Universal de Sevilla, cuya inauguración como sabéis fue el 20 de abril de 1992 y como todos sabéis finalizo el 12 de octubre de ese mismo año. El mencionar este evento no es por nada particular, sino que significo que al a ver tanta gente, algunos lugares había más gente de lo normal. Debiendo de sumar que aun estábamos con la peseta, pues como bien sabéis hasta el año 2002 no entro el euro. Por lo que la mentalidad de antaño era más permisible para unas cosas que hoy en día, aunque digan a día de hoy que hay más libertad.

Bueno, vamos a ir comenzando… vale. Para poneros en antecedentes, mirad, comenzaré por ubicaros donde se encontraba el cine X de mi ciudad (Sevilla), cine X que se encontraba en la calle Amor de Dios, cerca de la Campana y la Alameda, dando la espalda a la calle Trajano. Dicho esto, comenzare a contaros como se originó mi primera experiencia dentro de un cine X, vale.

Recuerdo aquel día, no solo por lo que ocurrió, sino por una serie de acontecimientos que a lo largo del día se originaron. Fue un día normal, día laboral y con clases educativa a pesar de la Expo92, la afluencia por este evento se notaba por las tardes y claro está, los fines de semanas. Ese día era como cualquier otro, cuando salí de casa en dirección al centro, cogí mi autobús urbano (línea 33), dejándome en la Plaza Nueva, andando me encamine hacía CCOO con la intención de afiliarme, como así me aconsejo mi padre, edificio que se encontraba en la Plaza del Duque. Aunque también es verdad, que en vez de afiliarme a esta, podría haber ido a UGT, sede que se encuentra en la Avenida de Blas Infante, pero quizás fuera el destino que eligiera la primera. Y encima, todo fue a raíz de haber cumplido los dieciocho años, bueno apenas había pasado quince días desde mi cumpleaños (30/05/1974), pero mi padre decía…

  • “No pierdas el tiempo, ve al sindicato y te afilias, no te arrepentirás”.

Cosa que en verdad en parte tenía razón, pues a raíz de ese día algunos locales los he tenido en cuenta más que otros… mmm. Bueno, continúo…

Recuerdo que nada más afiliarme, salí del edificio dando a la calle Trajano, acercándome a la cafetería que hay enfrente a desayunar, como indeciso que soy, mire el reloj en más de una ocasión, marcando en una de ellas cerca de las once de la mañana. Pensé que ya que estaba en el centro, podría aprovechar e ir a ver cosas, pasándome por la cabeza una de ellas… el Sex shop, los servicios subterráneos e incluso el cine X. 

Atrayéndome precisamente esta última idea, pues llevaba con ese deseo cerca de seis meses, miento llevaba casi un año, todo a raíz de los comentarios de desconocidos, de bichear por internet o inclusos de los relatos que leía en las revistas eróticas… mmm.

Recuerdo que tome la calle trajano en dirección a la Alameda, cortando hacia la calle Amor de Dios por la calle Esperanza Elena Caro. Iba súper nervioso, tanto que creía que me iba a dar una taticaría, entrándome enormes ganas de orinar y todo. Desea entrar, pero el miedo se había apoderado de mí, llegando a pensar que me encontraría dentro, o que me podrían hacer, muchas dudas. Entre en una papelería que había frente por frente, comprando una tontería al tiempo que observaba quien entraba, viendo como entraban hombres maduros, abuelitos e incluso ancianos… mmm. Estaba tan nervioso que tuve que entrar en un bar a orinar, antes de decidirme a entrar.

Cruce la carretera y entre en el cine, cuyo pasillo me encontraba a medio de este la taquilla. Intentaba sacar el dinero del monedero, pero era tal los nervios que apenas atinaba. Tenía tantos nervios que no recuerdo cuando fue la primera vez, quizás fue aquel día que entre en un sex shop a pesar de ser menor. Ya delante de la taquilla, una señora de unos cincuenta y tantos de cabellos largos rubios, me pregunto...

  • "¿Qué quieres niño?".

Pensé... "Como que niño". Acabando por contestarle, casi tartamudeando pero aun así, decidido...

  • "Quiero una entrada por favor".

Volviendo está a contestarme...

  • "Lo siento chico, este es un cine de adultos, debes de tener 18 años para poder entrar. Creo que te has equivocado de cine, mira camina en dirección a la Campana, encontrándote a medio camino con el Cine Cervantes".

Me sentí indignado, como si me tomara por tonto. Pero en aquellos tiempos, no aparentaba la edad que tenía, quizás fuera esa la razón de dejarme barba años más tarde. Bueno sigo, no me quedo más remedio que entregarle mi documento de identidad (D.N.I), diciéndole...

  • "Mire señora, lo ve usted… tengo 18 años y claro está, quiero una entrada”.
  • “No me he equivocado de cine".

Cogió mi DNI de mi mano y lo miro, volviéndome a mirar, con rostro de incrédula y volver su vista a ese documento acreditativo. Le daba la vuelta, mirando si este era falso o no. Tras entregármelo, me soltó...

  • "Perdona, no aparentas ni que tengas los 18 años. Pero aun así, no deberías de entrar, no aparentas del tipo de persona que entran, no te lo recomiendo".

Acabando por responderle…

  • “Vale señora, muchas gracias, pero quiero entrar solo por curiosidad, sino me gusta lo que me encuentro me marchare… se lo prometo”.

Recuerdo como esa señora rubia de cabellos largos, gruesa por no decir gorda, toma el talón de los ticket y arrancando uno de ellos, me suelta…

  • "Son 300 pesetas. Pero chico este cine es de adultos, tu no deberías de entrar en este tipo de sala, no se te ve del tipo de persona que entran aquí”.
  • “Mira corazón, si sientes curiosidad por este tipo de cines, yo te aconsejaría mucho mejor que alquiles una película erótica y la veas en casa, solo o con compañía".

Pero claro está, insistí una vez tras otra, pidiéndole mi entrada y repitiéndole que era ya adulto, agradeciendo su preocupación, tranquilizándola que lo que ocurra en el interior de la sala era bajo mi responsabilidad. Cosa que finalmente la buena mujer, acabo por dármela, no sin antes advertirme no solo de la pesada cortina, sino de la oscuridad total de la sala.

Camine por ese pasillo hasta la puerta de acceso a la sala, deteniéndome delante de esta, mire a mi derecha y vi una máquina expendedora de bebida, fijándome que también a mi derecha había un pasillo con puertas a un lado, suponiendo que eran servicios.

Mire nuevamente de frente al tiempo que con mi mano derecha tiraba del tirador de la puerta, encontrándome con una pesada cortina de color negro, supuestamente esta son de esas a las que llaman corta luz. Tras apartarla como pude, la oscuridad me cegó, no os miento y menos soy exagerado. No veía nada, tardando mis pupilas en adaptarse a la oscuridad algunos minutos, solo quedándome con el oído. Cuyo sonido seguro que provenía de la pantalla, no siendo estos más que gemidos, gritos y obscenidades (aunque la verdad es que estaba en inglés). Minutos después pude ver algo más, pude ver la sala dividida en dos tramos de butacas, pudiendo ver a no más de 6 u 8 personas, todas desperdigadas.

Recuerdo que primero camine con los brazos extendido hacia un pilar, pilar que divise en la oscuridad, palpe este a mi izquierda, llevándome la sorpresa de encontrarme a un hombre. El susto me hizo adentrarme por una de las filas sin mirar, tropezando con otra persona al cual no solo pise, sino que torpemente al caer puse mi mano sobre su muslo. Sonrojado, rápidamente me disculpe al tiempo que esta persona me ayudaba a levantar, calmándome con su voz gruesa al tiempo que noto como este, magrea mis nalgas.

No di importancia y continúe caminando por la fila, dándome cuenta de la película, cuya escena era una chica espatarrada con tres tíos dándole caña por todas partes… mmm. Era muy buena, tanto la película como la chica, me estaba poniendo muy cachondo, miraba a mí alrededor a modo de poder ver donde me iba a colocar, pude ver gente moverse de un lado hacia el otro. Claro está, yo estaba siendo observado también,  ya sea por maduros como por los abueletes, pude ver como algunos se movían como piezas de ajedrez… de casilla en casilla, en esa ocasión era de butaca en butaca.

La sala mostraba dos tramos de butacas, separadas por un pasillo central, al cual accedías a la pantalla o a los servicios, situados hacia el fondo. Sentándome yo en la fila de la izquierda, fila que daba al acceso a la sala, sentándome en medio de esta. Tras sentarme, mire a ambos lados, cerciorándome que no había nadie cerda, quedándome más tranquilo, comencé a masturbarme sobre el pantalón... mmm. Tras un tiempo que no sabría precisar viendo la película, decidí bajarme la cremallera del pantalón y sacármela fuera... mmm.

Hay estaba yo, más tranquilo… mmm, masturbándome con mi mano derecha al tiempo que la izquierda, me acariciaba tanto los genitales como el pecho... mmm. Olía mi propia excitación... aaahhh. Hasta que un ruido, proveniente de mi derecha, llamó mi atención.  Soltando mi polla, me la intente guardar dentro del pantalón… pero me fue imposible, tapándomela como pude y rezando que no se dieran cuenta. Esta persona para nada se detuvo, camino por la fila hasta detenerse a tres butaca de la mía.

Antes de que esta persona se sentara, pude ver por la claridad de la pantalla a este, viendo que era un hombre mayor de unos cincuenta y tantos, cabellos abundantes y canoso, cuya vestimenta era un pantalón de pinzas claro y una camisa de color. Mi miembro perdió la erección debido a la aparición de este, mis nervios a flor de piel… volvieron. No penséis que no deseara aquello o lo que pudiera ocurrir, pero cuando ignoro lo que va a pasar o estoy en un lugar que no conozco, los nervios me traicionan. Sigo…

Ambos mirando hacia la pantalla, yo disimulando mis nervios. Mirándolo de vez en cuando por el rabillo del ojo, descubriendo que para nada me miraba. Dándome esto la confianza, como para volver a masturbarme con disimulo y sigilosamente, no dando muestra de lo que hago... aaahhhh. Yo soy uno de esos que me guardo todo en los bolsillos delanteros del pantalón, no solo porque son más profundos… sino por seguridad, nunca me han robado y eso que hubo una ocasión que me despelotaron completamente… mmm. 

Hay estaba yo, tocándome mi polla… ooohhh, llevado por la excitación, me afloje el cinturón, desabotone el botón de mi pantalón y saque la camisa dejándomela suelta. En ese momento en la pantalla… la rubia iniciaba una mamada al pene de un tío de color, mordisqueando el glande… mmm (joder que envidia, pensaba yo). Por el sonido de chirriar de la madera, pude saber que alguien se acercaba, no siendo el hombre que estaba sentado a mi derecha. Pero minutos más tarde una nueva silueta, apareció en la fila de detrás, sentándose detrás de mí a escasas butacas, pudiendo observar que este era un chico joven de unos veinte tantos años (edad como bien sabéis, no es de mi agrado).

Me levante, camine fila abajo hacia el extremo, intentando no molestar mucho, tras salir de la fila, volví a entrar dos filas por delante, caminando hasta situarme en medio de estas. Nuevamente, mire de un lado hacia el otro, cuando tuve la certeza que nadie se me acercaba, comencé a magrear mi miembro sobre el pantalón… mmm. Solté la hebilla de mi pantalón, desabotone el botón, baje la cremallera e introduje mi mano dentro de los calzoncillos, tomando mi tronco… aaahhh. El cual estaba otra vez muy duro… mmm, no deseaba magrearme mucho, pues notaba que estaba a mil… uuufffff, podría acabar pronto y no deseaba correrme aun, comencé a acariciarme con suavidad… mmm.

Pero nuevamente el crujir de la madera de la butaca, me hizo pensar que la silueta inicial se había movido, descubriendo en segundos a quien pertenecía la silueta, por la silueta pensé que era ese cincuentón de antes, quedándome más tranquilo. Esta persona, se detuvo en el inicio de mi fila, adentrándose hasta colocarse a dos butacas de la mía. Pudiendo ver su aspecto con claridad, gracias a la luz proveniente de la pantalla, descubriendo mi error pues no era el cincuentón de antes, sino otro hombre mayor, cuyas facciones eran de complexión delgada, cabellos oscuros y de edad similar o algo mayor.

Este no dejaba de mirarme, acabando por levantarse y sentarse a una butaca de la mía. Yo sudaba como un cosaco, no era por falta de aire acondicionado, sino por mis nervios, sentía los labios secos… teniendo la torpeza de humedecérmelo con la punta de la lengua… mmm, pasándome la lengua a lo largo de mis labios… mmm. Mientras sentía como esta persona no dejaba de mirarme, llegando a pensar que esto iba a ocurrir tan rápido, creía que algo saldría mal, pero pensaba para mis adentros… a lo hecho… pecho, y debía de llegar hasta el final.

Este hace como si fuera a levantarse, pero sin llegar a ponerse de pie, acaba colocándose en la butaca junto a la mía… uuuffff. Eran tal los latido de mi corazón… que creo que este se encuentra esperándome fuera del cine, claro está estoy asustado, aterrorizado… con la piel de gallina, pero no hago nada. Este en minutos, mueve su pierna izquierda hasta pegarla a la mí pierna derecha, apartándola como si se tratara de un resorte. Pero en minutos vuelvo a colocarla por inercia, volviendo este a colocar su pierna izquierda pegada a la mía, quedándome ahora quieto y dejarla.

Siento como este, mueve su pierna de arriba hacia abajo, refregándose contra la mía, dejándole hacer. Cosa que le da pie para colocar su mano izquierda sobre mi muslo derecho, sintiendo un fuerte dolor en mi pecho. Acabando por sujetarme con ambas manos, una en cada reposabrazos, mientras noto como este desliza su mano a largo de mi muslo… ooohhh, primero hacia mi rodilla para ascender hasta algo más de medio muslo, acercándose cada vez más a mí entrepierna… uuummm. Sintiendo como desliza sus dedos por mi miembro, aguantando por no gemir y acabar por correrme, pensando en mil cosas, mil situaciones. Momentos que este me saco de mis pensamientos, diciéndome…

  • “Es buena la película, verdad”.

Yo seguía a lo mío, pero el tocándome disimuladamente, volvió a dirigirse a mi diciéndome…

  • “Vaya chavala, está siendo clavada por todos lados”.

Yo lo mire, sorprendiéndome al ver que este la tenía fuera de su pantalón, sorprendido no solo por su polla, sino por la habilidad de habérsela sacado sin haberme dado cuenta. Pudiendo apreciar que esta era grande y gorda, me sentí un poco cohibido y al mismo tiempo asustado. Rápidamente gire la cabeza hacia adelante muy nervioso, me decía a mí mismo que con estos nervios, nunca iba a poder hacer nada. Mire hacia mi izquierda, pudiendo apreciar a pesar de la oscuridad y gracias a la luz de algunas escenas, como había dos hombres enrollándose, magreándose mutuamente, masturbándose el uno al otro, hasta que uno de ellos se agacho, introduciéndose dentro de su boca el miembro del otro, dando esté muestra de placer… mmm. Lógicamente me asuste, mirándole a la cara, fijándome en esos brillantes ojos que me miran, no atendiendo en esa sonrisa maliciosa que significa deseo y lujuria. Soltándome…

  • “Creo que por tu expresión, es la primera vez que entras en un cine X”.

Callo, no digo nada, los nervios me lo impide. Siento su rodilla presionar la mía. Volviéndome este a soltar…

  • “Por tu físico y aspecto, creo que debes de tener entre dieciséis a diecisiete años, verdad o me equivoco”.

Sigo callado, no digo nada, siento como este a través de su muslo me transmite el calor que emana de su cuerpo… mmm, siento las gotas de sudor recorrer mi cuerpo… uuuffff. Volviéndome a soltar…

  • “No entiendo, como coño te han dejado entrar, seguro que has tenido que gustar al viejo verde de la taquilla”.
  • “Que le has prometido… una mamada, o quizás te has dejado restregar por su pollita… mmm, menudo gustazo le has tenido que dar… eeehhh”.
  • “Sino, como coño te habría dejado este entrar”.

A pesar de mis nervios, no pude más y acabe por explotar, no alce la voz, sino muy seriamente le respondí…

  • “Mire… tengo 18 años”.
  • “Además en la taquilla, no había ningún hombre, sino una mujer rubia”.

Respondiéndome este…

  • “Mira, no quisiera faltarte al respeto, pero no me creo que tengas dieciocho años, no lo aparentas, no tienes cuerpo para ello”.

Mi respuesta no le pareció muy creíble, también os debo decir que quizás fuera por el tono, o quizás fuera debido por los nervios o que no me mostré enérgico. Este se giró un poco hacía a mí al tiempo que apartaba su mano izquierda y colocaba la mano derecha sobre mi rodilla, fueron minutos aunque a mí me parecieron segundos, no hice nada, no se lo impedí, me quede como petrificado. Viendo este que no puse impedimento alguno, fui sintiendo como su mano ascendía por mi muslo muy despacio, yo no apartaba mis manos de los apoyabrazos, quizás dándole a entender que pudiera continuar… mmm.

Sentí su mano en la parte superior de mis muslos, sentí como la deslizaba por mi ingle hacia mi miembro, sintiendo este como de dura la tengo. Yo no sabía que hacer estaba todo nervioso, el me agarro la mano que oponía su avance con su mano izquierda, me miro y me la hizo colocar sobre su miembro. Sentí ese duro trozo de carne caliente… mmm, sujetándomela fuertemente me hizo deslizarla por su tronco… uuuffff, agarrándomela con la otra mano para que no la soltara moviéndola de arriba hacia abajo… mmm. Mientras con su mano, continuaba magreando mi miembro sobre mi pantalón… uuummm, sintiendo como mi glande emanaba precum sobre mi muslo y este se deslizaba por mi ingle…mmm.

Aún recuerdo el susto y al mismo tiempo sorpresa, cuando este introduce su mano por dentro de mi pantalón por bragueta abierta, sorpresa digo… pues este debía de saber que estaba abierta. Sentí el tacto de su rugosa mano agarrar mi miembro… mmm, deslizándola por todo mi tronco hasta mi genitales… ooohhh. Avergonzado me sentía, no sabía dónde mirar, estaba muy nervioso y hasta confundido, escuche ruidos nuevamente detrás de nosotros, gire mi rostro y pude ver como ese cincuentón, dejo de estar a dos butacas de nosotros, colocándose ahora detrás de mí.

Estaba súper excitado al mismo tiempo… cagado de miedo, todas mis fantasías de cómo lo pasaría yo ahí dentro o lo que podría ocurrirme, estaban cumpliéndose. Yo, continuaba pajeándole con su ayuda, sentía como mi mano se impregnaba de líquido preseminal… mmm. Diciéndome…

  • “Menuda paja me estás dando… eeehhh. Vez o no, vaya paja de campeonato me estás dando… uuuffff”.

Iba notando su tronco venoso sobre la palma de mi mano, mano que se estaba impregnando de líquido caliente espeso y viscoso… mmm. Me daban ganas de mamársela, pero el miedo me tenía tan callada como una puta… ooohhh. Este cogió nuevamente mi miembro con su mano, comenzó a acelerar sus movimientos… uuummm, soltándomelo para cogerme los testículos… uuuffff. Llego un momento que me soltó mi mano, dejando que yo solo continuara masturbándolo, disfrutando del tacto de su polla en mi mano… mmm. Con una sonrisa depravada, me soltó…

  •  “Aprendes rápido, verdad”.

Yo, callado seguía a lo mío, seguía mirándolo asustadizo e ingenuo, pecando de inocente, no cayendo en ningún momento la falta de mis prendas inferiores, no cayendo que mis pantalones y calzoncillos continuaban en mis tobillos, no sintiendo ni el cosquilleo de la tapicería en mis nalgas desnudas… mmm. Nuevamente sonriente me miraba, no adivinando sus intenciones, menos aun cuando vi a este inclinarse, introduciéndose mi miembro en su boca sin ayuda de su mano… ooohhh, sobresaltado solté un grito… lógicamente de satisfacción… aaahhh. Sentí mi glande muy dentro de su boca… mmm, sacándoselo muy despacio para volverme a dar otro sobresalto… uuummm. Mientras ahora sí, ayudándose por su mano derecha, magreaba mis testículos… mmm, llegando a sentir como sus dedos frotaba cerca de mi orificio anal… aaahhh. Recuerdo con claridad, cuando se sacó mi polla de su boca, mirándome a los ojos sin dejar de masturbarme, me dijo al oído…

  • “Dime, te la han chupado alguna vez”.

Apenas pude contestar, no me lo esperaba. Cuando fui a contestar, este volvió a inclinarse, volviendo a introducir mi miembro en la boca, sintiendo como me la chupa, sintiendo como lame mi glande, mientras magrea mis testículos. Mientras se escucha los gemidos provenientes de la pantalla… mmm. Sentía un escalofrío por todo mi cuerpo, más aun cuando sacándose mi miembro de su boca, va besando mi cuerpo… ascendiendo hasta mi pecho… aaahhh, sintiendo como los mordisquea… aaahhh. Acabando por suplicarle…

  • “Para por favor, no sigas que me voy a correr”.

Este me mira incrédulo, soltándome…

  • “Yaa, pues miras que vienes caliente”.

Me mira nuevamente, sonríe y me suelta…

  • “No pasa nada, me alegra que hayas gozado. Seguro que se te levanta de nuevo y podemos continuar… mmm”.

Volviendo a descender, volviendo por mi pecho hasta mi pubis, tomando mi miembro e introducírselo dentro de su boca, sintiendo su mano ya no solo magrear mis testículos, sino como juguetea con mi perineo… aaahhh. Acabando por explotar dentro de su boca, descargando hasta el último chorro de mi leche caliente… aaahhh. Tragando este, exprimiendo mis huevos hasta dejármelos secos, limpiando mi polla… mmm, sintiendo como va levantándose nuevamente… uuuffff. Sintiendo aturdido… mareado, empapado de sudor, mientras este me suelta…

  • “Seguro, que nadie te ja ha chupado como yo”.

Esto último le tuvo que gustar, porque incorporando su cabeza, mientras se escuchaban los gemidos que venían de las escenas de la película, empezó a besar mi oreja al tiempo que me acariciaba el pecho… mmm. Sentía un escalofrío por todo mi cuerpo, fue bajando por mi pecho hasta mi glande, comenzando otra vez a lamerlo… mmm. Me miraba, sonreía y me soltaba…

  • “Vez como no pasaba nada. Me alegro que hayas gozado”.

Nunca pensé que mi primera vez en un cine X, fuera tan espectacular como me fue a pesar de no estar yo a la altura. Mire hacia mi izquierda y pude descubrir dos siluetas, siluetas que nos estaban mirando, no perdiendo detalle. Acabando por decirle…

  • “Déjalo por favor. Estábamos llamando la atención, mira esos dos”.

Miro hacia un lado, volviendo a mirarme y decirme…

  • “Aquí… no creo, menos esos”.
  • “Deja que miren, esos miran porque desean lo mismo que yo, desean estar con un nene como tú”.
  • “Aquí dentro, pocas veces veras un chico de tu edad o entorno a ella, serían devorados, tranquilo es una broma. Aquí nadie te hará nada, si tú no quieres”.
  • “Pero tu tranquilo, deja que miren, no pasa nada, seguro que quizás tengas la oportunidad de aprender de ellos”.

Mi mano seguía en su polla, sorprendido del aguante que tenía, sorprendido de no haber tenido ni un api de dar la sensación de que se corra. Pensando… que la verdad es que este maduro tenía mucho aguante, el no dejaba de besar mi cuerpo, ya se los pezones, como el cuello o la oreja. Pero con los pezones comenzó a darme pequeños mordisquitos, produciéndome dolor… pero al mismo tiempo placer, empezaba a estremecerme a dar pequeños gemidos… uuummm. Deteniéndose y decirme…

  • “Ahora te toca a ti”.

Me tomo de la cabeza la fue dirigiendo hacia su miembro, tenía un olor raro (creo que antes se lo habría limpiado), me decía…

  • “Métetela entera dentro de tu boca, ten cuidado con los dientes”.
  • “Cógelo con tu mano… ayúdate, imagínate que es un helado… mmm”.
  • “Seguro que has probado muchos como estos… mmm”.

Inclinado sobre sus piernas, ladeado mi cuerpo, incomodo por la postura, acabando por introducirme su polla. Cogiéndola con mi mano derecha, me lo lleve a la boca, saque mi lengua para lamer su glande, limpiado y recogiendo el líquido preseminal desde su glande hasta los testículos… mmm. Tragándomelos… mmm, continuando por recorrer con la lengua desde la base hasta la punta de su glande, tragándomela toda hasta sus testículos, no esperándoselo… mmm. Dando una muestra de sorpresa, pues dio un grito de satisfacción… aaahhh, soltándome…

  • “Para… para chaval, tranquilo hombre… uuuffff”.

Ir continuando, lamiendo y besando su enorme polla, pasé mi boca por todo lo largo de su miembro hasta llegar a sus testículos… mmm, luego me lo introduje en mi boca. Introduciéndomela, poco a poco… ooohhh, despacio… muy despacio al tiempo que con la yema de la lengua, fui lamiendo su tronco dentro de mi boca, dándome arcadas de vez en cuando… mmm, más aun cuando este con ambas manos oprimía mi nuca… aaahhh. Introduciéndomela aún más dentro de mi boca, teniendo la sensación de ahogarme, poco a poco empecé a notar que en sus maniobras podrían llegar a su fin… uuummm. Acabo diciéndome…

  • “Eres todo un profesional, lo haces muy bien… ooohhh”.

Continúe chupándosela, su miembro no salía de mi boca ni un centímetro, no dejaba de lamer su tronco dentro de mi boca, recorriendo sus venas con mi lengua… mmm. En un momento quise sacármela de la boca, cosa que este me lo impidió, soltándome…

  • “Aaahhh, espera… espera… aaahhh, ahora no… mmm”.

Llegue a dar un respingo, debido al dolor producido al intentar este introducirme uno de sus dedos dentro de mi orificio anal. Volviéndolo a intentar segundos después, notando nuevamente ese dolor… aaahhh, no siendo otro que el intento de introducirme su dedo corazón dentro de mi orificio anal… uuummm (Dios, como dolía). Siento como su dedo entra… aaahhh, sacándolo en escasos minutos y volviéndolo a introducir, notando como entra hasta la segunda falange… ooohhh, volviéndolo a introducir y repitiendo durante un par de veces más. Acabando por quedarme quieto, dando muestra de gustarme. Soltándome…

  • “Veo, que todo en ti no está explorado… eeehhhhh”.

La verdad hay que decirlo esa sensación me gustaba chupando y devorando ese pedazo de carne, llenándome la boca de ese líquido preseminal que me savia a néctar, un líquido que me encanta en la boca y que es como una droga, por no decir la sensación agradable aunque inicialmente dolorosa de ese dedo taladrando mi orificio anal. Sacándolo muy despacio… mmm, volviéndolo a introducirlo rápido… ooohhh, cambiando de ritmo… uuuffff, volviéndome loco… aaahhh. No dijo nada, ni aviso, cuando sin haberlo podido proveer, descargo dentro de mi boca, descargando directamente a mi garganta…

  • “Aaahhh…”.

El sabor agrio del semen, chorros de leche caliente, fuertes trallazos directamente hacia mi estómago…

  • “Uuummm…”.

Tras sacármela del interior de mí boca, me cuesta incorporarme, me siento aturdido… mareado, quizás fuera por la postura, tanto tiempo inclinado con la cabeza hacia abajo, incluso siento nauseas… mmm. Poco a poco voy reaccionando, me incorporo y nada fijar mi vista en él, veo que ya sea arreglado. Soltándome…

“Has estado bastante bien, pero ahora debo de irme ya a casa, mi familia ignora donde me he metido todo este tiempo”.

No comprendo nada, aún sigo un poco fuera de órbita, vuelvo a mirarle y este me suelta…

  • “Te recomiendo que te limpies la boca”.
  • “La tienes toda llena de mi leche… mmm. Estas para comerte la boca, pudiendo saborear mi leche de las comisuras de tus labios… mmm”.

Cosa que no se me ocurrió mejor manera de limpiarme, que pasarme la punta de mi lengua a modo de rebañármelo… mmm. Cuando este se levantó, se despidió y se marchó, dejándome allí, recuerdo que había varios tíos masturbándose a modo de ser los siguientes, cosa que no deseaba.

Recuerdo que cuando me levante de mi butaca, me dirigí hacia los baños para poder echarme agua en la cara, pero ni me atreví a entrar, pues desde la puerta pude ver como hasta tres tíos estaban liados con otro de menor edad… mmm. Finalmente me marche hacia la puerta de salida del cine, mire hacia los lados para salir sin que los transeúnte que hubiera me vieran salir, marchándome andando hacia la Plaza Nueva con la intención de coger mi autobús. Deseando llegar a mi casa, donde nada más llegar me di un pedazo de ducha, masturbándome mientras recordaba todo lo sucedido, maldiciéndome de no haber podido haber hecho más por culpa de mis nervios.

Esa noche, me quede dormido con esa fantasía hecha realidad, no solo me quede dormido por haber estado planeando mi segunda visita a ese cine X, sino por las tremendas pajas que me hice… mmm. Primero recreando esos momentos, y luego continuando con lo que pudo ser, si yo no hubiera estado tan nervioso y más entregado… mmm. Pero dejare mis aventuras plasmada en nuevas confesiones, dejando mí segunda visita a este tan deseado cine X en.… Cine X. Mi segundad vez (21 años) fue por hormigueo...

Bueno aquí finaliza mí última experiencia. Espero que os haya gustado tanto como a mí recordarla, espero vuestros comentarios, pero  no me seáis muy crueles. Mi email de contacto es, lógicamente va todo junto… Jhosua 1974 @ Gmail . com

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Aquella limpiadora de los servicios públicos

Esos largos paseos por la playa (II)

No siempre es lo que cuentan de un negro

Largos paseos por la playa

Aprovechando el fin de semana, no solo para pintar

Mi amigo... El Jerezano

Saciando a la zorra que hay en mí

Venir de Vacaciones y besar el Santo

Besar el Santo

No siempre es el último antes de las vacaciones

Muchos tiburones en tan poca pecera

Día caluroso, coches detenidos y picado x la mosca

Cine X. La segundad vez (21 años) por hormigueo...

Callas no por vergüenza sino por placer y el morbo

Callas no por satisfacción, sino por vergüenza

Tiempo de perros (con compañía)

Sorprendido por mi vecino con el amante perfecto

Un sorprendentemente trió

Depilación integral con final Feliz

Mi amigo y semental amigo 83 años

Recordando a raíz de un flash

No hay día que no desee, tener una polla en mí

Tarde de paseo

La escapada

Martes Santos. Martes de Pasión

Condición: Curioso. Faceta: su Nena

Algo imprevisto en Ikea

No fui forzado, ni sometido, ni violado

Condición: Curioso. Faceta: Moldeable

Condición: Curioso. Faceta: Sumiso

Condición sexual: Curioso

El inicio de mi Condición sexual

Los servicios de Estación de Santa Justa

Por una mirada indiscreta II

El biberón

Por una mirada indiscreta

El mañanero

Aquel aseo del Centro Comercial

El probador

Infiel por culpa de un cabreo

Mi última vez a la sauna Nordik

Un sorprendentemente trió

Ultimando las compras de reyes

Haciendo tiempo

Cuando vas de sorpresa en sorpresa