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Recordando a raíz de un flash

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Recordando a raíz de un flash

Antes de nada… muchas gracias, gracias a todos aquellos que seguís mis experiencias, pues realmente son eso… experiencias, quedándose ahora como anécdotas muchas de ellas, aunque mantengo esta rutina o costumbre cada día que puedo.

No me es difícil recordar, pues como olvidar aquellos momentos, más cuando uno tiene algo parecido a la hipermnesia (resumiendo, lo que es, no es más que el poder recordar cosas o fragmentos vivimos). Comenzando por tener flases en mi mente, todo a raíz de alguna experiencia o relacionado, comenzando a recordar todo… mmm. Como aquella vez en que salí del trabajo, vez que era tarde noche y sabiendo mi horario laboral, puedo decir que salí a eso de las 19:30 horas o quizás 19:45 horas. Trabajo que debería de salir a las 19:00 horas, pero mis jefes nos “piden” echar un poco más de nuestro tiempo, alegando…

  • “¿Qué vais a hacer tanto tiempo en casa?”.

Mire la hora de salida, tome el móvil y llame a mi esposa, haciéndole saber que como siempre iba a echar un poco más de tiempo. Esta resignada acepta, pero no sin antes haber protestado un poco, maldiciendo a mí jefe entre otras lindezas. Busque mi coche, coche que lo tenía aparcado en una de las calle del Polígono Industrial el Manchón, tras montarme me encamine hacia la Avda. Carlos III hasta el acceso al Charco de la Pava, acceso que esta para situaros perpendicular a la Calle Gregor J. Mendel. En aquellos años, aquel lugar no estaba tan cuidado como esta hoy en día, pues más parecía que la maleza y las malas hierbas se habían apoderado de todo, tan solo deciros que había islotes de maleza, e incluso el acceso no era con rampa directa, sino que había dos, una en cada dirección.

Pero bueno, ese día creo recordar que continúe por la Avenida de Carlos III, hasta el Estadio Olímpico, continuando por la carretera de servicio que va paralela a la Ronda Supernorte. Dejando mi coche estacionado junto al paso que hay bajo la Supernorte, paso que accedes a los aparcamientos apeadero del Estadio de la Cartuja, saliendo a una gran explanada franqueada por hileras de árboles. Recuerdo que camine unos veinte metros hacia un lado y veinte metros hacia el otro, observando y mirando si había tema, lo poco que vi ese día no me animaba y cuando pensé en regresar. Me encontré a dos hombres detenido junto a un Seat Panda, hombres cuyas edades comprendían entre los cincuenta años uno de ellos y los sesenta el otro. Ambos me miraban con deseos, cuyas manos magreaban su entrepierna a modo de hacerme entender como estaban. Recuerdo que dude, pero finalmente me acerque a ellos.

Comenzamos a hablar del tiempo… continuas comentando de cómo está el lugar, sigues sobre la poco afluencia, alegando estos… “Eso es por la hora”. Entre charla el cincuentón, ya se ha sacado su miembro fuera de los pantalones, mientras el sesentón continua magreándosela sobre su pantalón… mmm. No pierdo el tiempo y colocándome entre ellos, alargo mi brazo hasta que mi mano se apodera de la polla del cincuentón… mmm, noto lo caliente y dura que esta, comenzando a mover mi mano por su tronco, mientras este rodeando mi cuello por una de sus manos tira de mi hacia él.

Antes de continuar, os debo comentar que no suelo presentarme, como muchos de ellos o mejor dicho en su mayoría, no suelen decir su nombre o al menos el verdadero, ya que vamos a lo que vamos y lo de las presentaciones por mucha educación que tengamos. Bueno dicho esto, continúo…

El sesentón animado por la escena, se pega detrás de mí, sintiendo como restriega primero su bulto contra mis nalgas, continuando minutos después por hacerlo con su polla… mmm. El sesentón que no pierde el tiempo, comienza a magrear mi cuerpo al tiempo que desabotona los botones de mi camisa de mangas cortas, tirando hacia atrás de esta y bajándomela por los brazos hasta las muñecas… mmm. El cincuentón besa mi cuello… aaahhh, descendiendo por mi pecho hasta mis pezones… mmm, chupa primera y continua por lamer cada uno de ellos, finalizando por mordérmelos… ooohhh. El sesentón sigue con lo suyo, sigue haciéndome notar lo dura que la tiene, continuando desvistiéndome, soltando la hebilla y el cinturón, siguiendo por desabotonar el botón y bajar la cremallera. Dejando caer el pantalón por su propio peso hasta los tobillos, siendo el quien me baja los calzoncillos al tiempo que se arrodilla… ooohhh.

Noto sus manos arrugadas en mis nalgas, como acaricia mis glúteos, como besa, lame y muerde estos, acabando por separarlos y lamer entre mis glúteos, no pudiendo con el placer que estaba sintiendo. Siento como mis rodillas flaquean, más aun cuando no solo lame entre mis glúteos, sino se empeña en taladrar mi orificio anal con su lengua y sus dedos… uuuffff. Es el cincuentón quien me pide…

  • “Arrodíllate y cómemela”.

Cosa que hago con gusto, colocándome en cuclillas delante suya, mientras él se apoya en la puerta de su coche, cojo su polla por el tronco y me la llevo a la boca, elevo la vista y le miro a los ojos. Comienzo a lamer su tronco desde la mitad hasta su glande… mmm, tras repetir esto hasta tres veces… a la cuarta me introduzco su glande por completo, dando este un resoplido al tiempo que ambas manos se apoderan de mi nuca… mmm.

No dejando al sesentón de lado, acabe por cogérsela con mi mano izquierda, comenzando a masturbársela, llegando a tirar de ella hacia mí… mmm. Sacándome de mi boca la del cincuentón cuya dimensión rondaría los dieciocho centímetros, para introducirme los dieciséis centímetros del sesentón… mmm. Cuyos testículos eran del tamaño de unas pelotas de tenis, cuando me sacaba su polla de la boca, cogió estos y me los llevaba a la boca, chupándolos al tiempo que los magreaba… mmm. Dejando al sesentón y continuar la misma labor con el cincuentón, el cual entre gemidos y obscenidades hacia mi persona, acabo por rogarme…

  • “No sigas, sino vas a ser que me corra”.
  • “Quiero follarte”.
  • “¿Tienes preservativos?”.

Lógicamente conteste que no, cosa que este no le freno para follarme, me puse encorvado, comiéndole la polla al sesentón, dejando mi culito a su disposición, expuesto para cuando este me penetrara. Comenzó este a introducirme su dedo corazón en mi orificio anal, doliéndome como es natural… bueno miento, doler en verdad no me dolía, más bien diría que molestaba. El continúo por introducir un segundo e intento el tercero… aaahhh, yo continuaba con el sesentón, al cual se le ocurrió una idea para favorecer la penetración y mi descanso, no siendo esta otra que introducirme por la ventanilla. Quedando de manera que descansaba sobre esta, mientras me penetraba desde atrás el cincuentón con cierta facilidad, mientras al otro lado continuaba disfrutando de la polla del sesentón… ooohhh.

Tampoco era una postura muy cómoda… al menos para mí, pues me dolía mi vientre por la ventana, por no decir mi orificio anal, cuyas embestidas eran violentas por parte del cincuentón. Aquella escena fue una de muchas que se me quedaron grabadas en la mente, pues más parecía sacada de alguna película porno, pero no… aquello me ocurrió a mí. Los gritos y las bofetadas en mis caderas, me hicieron presagiar que este se correría en breve, cosa que hizo, sacándola de mi orificio con rapidez, sintiendo como lanzaba su esperma contra mis nalgas unas, cayendo otras sobre mi espalda, supuestamente lanzadas al aire y estas volvieron a caer… mmm.

Acabando en mi boca el sesentón, corrida que para nada me aviso, no pudiéndome separar al tenerme este sujeto con ambas manos, no teniendo más remedio que tragarme casi en su totalidad. Una vez acabado, me ayudaron a salir de la ventana, mareado por la postura inclinada, pude ver que habíamos sido observados hasta por tres hombres, hombres que jalaban la escena, pidiendo tomar las riendas de aquellos que habían acabado. Ellos se vistieron, mientras yo me vestía, subiéndome los calzoncillos y los pantalones… colocándomelos, continuando por la camisa, ellos hablaban sobre mí, conversaban por el fenomenal polvo que me habían dado, deseando volverlo a repetir, cosa que muy a mí pesar no ha ocurrido.

El recuerdo de aquella experiencia fue a raíz de haber visto un Seat Panda. Cuando se marcharon estos dos maduros en su vehículo, me quede solo… bueno solo no, me quede con esos tres mirones. Pero viendo la hora, no se me ocurrió mejor que hacer que marcharme de allí, tras encaminarme hacia mi coche, mire hasta dos veces hacia atrás, viendo como me seguía. Llegue a mi coche, abrí la puerta y tras poner el seguro, me puse el cinturón de seguridad, viendo como pasaba este sonriendo al tiempo que arrancaba yo, marchándome de allí

Disfrute finalmente, pero pensé en que aquellos tres tíos debían de haber entrado, pensé en que podríamos haber  acabado haciendo una orgía, mejor dicho un grupal. No hace muchos años, hice mi primer “Bukkake”, fue allí mismo, cerca de lo que hoy en día es la estación de tren de Cartuja. Allí como tantas veces, conocí a uno, el cual entre conversación y conversación, me indico un sitio de la explanada no muy lejos. Yo como siempre, iba vestido con vaqueros, camisa, calzoncillos y náuticos. Nada más estacionar los coches, nos bajamos y deje que me magreara… mmm, dejándole que me comiera el cuello, hombros, oreja e incluso pecho, abriéndome la camisa… mmm.

Note su polla muy dura, no haciéndome falta que me pidiera nada, me arrodille al tiempo que se la sacaba, tome su tronco con mi mano y tras pajearlo un par de veces, acabe por llevármelo a la boca… mmm. Hay en cuclillas estaba yo, comiéndole la polla y disfrutando de sus gordos huevos, cuando un segundo se nos acercó. Tras llevarse ahí parado diez minutos… quizás menos, este me pregunto si le invitábamos, cosa que finalmente acepte. Una vez con nosotros, comencé a comerle la polla a este alternando con el primero, intentando incluso el introducirme ambas en la boca… mmm.

Mire hacia arriba y vi como estos se comían la boca al tiempo que se magreaban, acabando estos por ponerme de pie, colocado en medio de ambos, sintiendo sus pollas presionar mi culo al tiempo que me comían la boca… mmm. Viendo como éramos un reclamo para curiosos, curiosos que poco a poco se unían, siendo ya cuatro los que estaban conmigo liados. Yo en medio en cuclillas, comienzo y chupando sus pollas, mientras ellos alrededor de mí, dándome polla. Siendo el segundo quien me hizo inclinar, bajo mis pantalones y calzoncillos hasta los tobillos, tomo su polla y comenzó a presionar en mi orificio anal. Llamándolo estos…

  • “Mira que coñito tan estrecho que tiene”.

Hay estaba yo, comiéndoles las pollas a estos tres… mmm, chupando una e incluso dos, mientras masturbaba el resto… ooohhh. De la misma manera comienzan a penetrarme, primero fue con quien comencé, este tras jugar con sus dedos con mi orificio, dilatándomelo tanto como puede. Toma su glande y tras colocarlo, comienza a presionar hasta introducírmelo… ooohhh, colocando sus manos en mis caderas, comienza a darme embestidas, como si jugara a la máquina recreativa de bolas… ooohhh. En cada embiste… uuummm, siento su glande golpear lo más hondo de mi ser… aaahhh, no pudiendo quejarme mucho por todas esas pollas que me hacían silenciar… uuuffff.

No acabando dentro de mí, van turnándose por orden, van reventándome uno por uno a base de embestidas, mis piernas flaquean y comienzo a sentir dolor en mi orificio, agujero que no solo lo tendré ya muy abierto… sino hasta enrojecido, comienza a doler… uuummm. Recuerdo que mire hacia mi izquierda, descubriendo al primero con el cual comenzó todo, echado sobre mi coche, dejando que otro se la chupe, mientras descubro para mi sorpresa la cola que hay para penetrarme, cola que es igual de grande, para aquellos que desean follarme la boca… aaahhh.

Mi polla para nada estaba erecta, pues cuando estoy con tíos… con verdaderos machos activos, soy una puta y como tal… no debo tener polla. Pero bien recuerdo, como hubo un tío que puso todo su empeño en que se me empalmara, tanto que obtuvo su premio. Echando por mi parte tal cantidad de leche que llene su mano, leche que unto mi orificio, calmando mi dolor y le sirvió como vaselina para introducírmela, aunque en verdad no le hacía falta… aaahhh. Cuando comenzaron a acabar, unos lo echaron dentro de mí boca, otros en cambio se corrieron dentro de mí, mientras soltaban…

  • “Te vamos a preñar”.

Fui utilizado como objeto sexual para al menos ocho o nueve hombres, no todos fueron de mi agrado, pero cuando fui sodomizado al tiempo que me tenían insertado por la boca, llegando a pensar que era como esos pollos asados… mmm. Me marche a casa destrozado, llegando alrededor de las nueve de la noche, mi mujer con un cabreo de narices, echándome en cara que cuando le iba a decir a mi jefe…

  • “¿Qué tengo una familia y una vida?”.

Mientras mi mujer habla y se queda a gusto, yo me pego una ducha, limpiando todo resto de mis machos, enjugándome la boca incluso. Salgo y para calmarla, no se me ocurre otra cosa que follarla, pues para mí el sexo es eso… sexo, no importándome precisamente la condición… mmm.

Bueno aquí finaliza esta experiencia… espero que os haya gustado tanto como a mí. Espero vuestros comentarios, pero… por favor, no me seáis muy crueles. Sé de sobra que me gusta recibir como la zorra sumisa que soy, pero aun siendo sumiso me va probar cosas nuevas, moviéndome por el morbo y la curiosidad. Mi email es (lógicamente va todo junto):  Jhosua 1974 @ Gmail . com

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