Relato no erótico sobre relaciones humanas. (Y dicho así suena aburrido, pero creo que tiene su interés.)
¿Hasta dónde puede llevar a un hombre la obsesión por una mujer?
He aqui mi ilusión y mi deseo: tú.
Sexo, remordimientos, deseo, voyerismo, pedofilia, no sé qué más, en un relato que va más allá del simple erotismo.
Dónde Adán confiesa, en relato no erótico, por qué comieron Eva y él la manzana.
Relato- no erótico- sobre la Universidad de 2100.
Un documento nacional de identidad nunca es erótico. He aquí un ejemplo.
Evocación, no erótica, de los años difíciles.
Todavía no me acepto como soy. Disfruto y sufro a la vez cuando mi mujer se acuesta con otro. He aquí mi historia.
En que se recomienda disfrutar sin enamorarse.
Llega el momento en que un hombre, si es hombre de veras, ha de tomar la iniciativa.
Escena típica -y por tanto no erótica- en un matrimonio convencional.
Es el momento de la mutua posesión y entrega.
Una noche que comenzó como cualquier otra y terminó como ninguna.
Erotismo en un Viernes Santo inolvidable en el que todo era posible.
Once poemas que narran, desde sus balbuceos a su plenitud, una historia de amor y de fuego.
Un orgasmo virtual ocasionado por un relato erótico hecho a la medida de las fantasías de una mujer.
Tu sexo, mujer, nuestra pasión, nuestro descanso.
Tu cabeza reclinada en mi hombro, tu ropa sobre la silla, el último rayo de sol...
Besos que nunca se darán, besos en crecida de amor, besos que quisieran ser eternos...
La admiración, el deseo y su culminación a lo largo de tres distintas noches.
Tres sonetos con un mismo tema: el amor todavía no correspondido, o sea, el deseo.
Cuando el amor es mar.
Una versión complementaria del relato de Estado Virgen "La mirada perdida del ángel"