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Poemas de fuego: Sonetos encendidos

en Poesía Erótica

Poemas de fuego: Sonetos encendidos

 

I

Soneto de tu sexo

 

Me canta su verdad tu sexo oscuro.

Tu sexo me trasciende y magnetiza,

me llama, me espolea, me esclaviza,

se me ofrece portal hondo y maduro.

Nada más en tu sexo estoy seguro,

porque solo en tu sexo se armoniza

deseo con amor, y se desliza

mi presente gozoso hacia el futuro.

Solo tu sexo oscuro hace que encuentre

la fuerza que me llena y me gobierna.

Y si tu sexo pide que te entre,

todo yo me disparo hacia la tierna

calidez claroscuro de tu vientre,

hacia el arco voraz de tu entrepierna.

 

II

Soneto de la hogaza de pan

 

Busco amasar tu piel como el hornero

que tomando en sus manos sal y harina,

con agua y levadura, se encamina

hacia el prodigio de su pan primero.

Quiero amasarte así, que busco y quiero

trocarte, harina, en pan y en tu piel fina

que viaje mi mano peregrina

con maneras y afán de viajero.

Quiero trocarte en miel, quiero cambiarte

la carne en sol y en luna la mirada

con el sabio instrumento de mis manos.

Y querría amasarte parte a parte

para encender tu piel tersa y nevada

con un milagro dulce de veranos.

 

III

Soneto de después del orgasmo

 

El vientre aun palpitando en retirada

y el resorte en descanso, distendido,

aun el labio quemante y encendido

por tu beso que es pura llamarada.

Los dos desmadejados, ya pasada

la fiebre que hace poco puso nido

en aquel nuestro abrazo enfebrecido

que ahora es solo recuerdo de nidada.

Las manos aplomadas, frente a frente,

y un resbalar constante desde el centro

en resaca lentísima y presente.

Un volver a nosotros desde dentro

y el sabor de la paz breve y caliente

que hizo nacer el sol en nuestro encuentro.

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