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Poemas de fuego: Sonetos del dormitorio

en Poesía Erótica

Poemas de fuego: Sonetos del dormitorio

 

I

Soneto de tu ropa sobre la silla

 

 

Sobre la silla está, llegó a buen puerto

la ropa que hace poco te cubría.

Sobre la silla sigue y nos espía

teniendo en cada ojal un ojo abierto.

Tu ropa está celosa y es bien cierto

que crecen más sus celos cada día.

No te puede abrazar como solía

en tanto nuestro amor siga despierto.

Tu ropa, de puntillas, se te asoma

diciendo ¡estoy aquí! desde lo hondo

y añorando la gloria de tu aroma.

Y a la ropa que sufre, le respondo

que es más ropa mi amor que se te aploma

y te viste de besos en redondo.

 

II

Soneto de tu abandono

 

 

En mi pecho reclinas la cabeza,

y, al sentirte tranquila y reposada,

quisiera todo yo volverme almohada

y así darte el sostén de mi tibieza.

Quisiera ser la cuna que te meza

y en que te sientas dulce y aniñada,

y el sueño que te vele la mirada

y el mar en que te bañe la pereza.

Quiero ser tu paz íntima, el sedante

en que se desmorone todo empeño

y en que pierda vigencia todo entono.

Quiero ser el guardián recio y gigante

que vele sobre el agua de tu sueño

y cuide del cristal de tu abandono.

 

III

Soneto del rayo de sol

 

 

El uno junto al otro, distendidos

en la redonda calma vespertina.

El uno junto al otro, y la cortina

medio echada. Silencio. No hay ruidos.

En nuestros pechos duermen los sentidos.

El aire pesa. La noche se avecina.

Enciendes un cigarro. Se reclina

tu cabeza en mi hombro, sostenidos

mutuamente los dos, cuando de pronto

me da un rayo de sol entre las manos

con un fulgor blanquísimo y caliente.

Está muriendo el sol, y yo lo afronto

sabiendo que en nosotros los veranos

tendrán un sol eterno sin poniente.

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