Y así, empezó el verano de mis 21 años. Siendo una chica compleja y con miedos, pidiendo en cada hoja de mi diario durante días amor ven a mí y llegó, completamente diferente a lo que yo me pensaba y de un modo tan inesperado que rompió toda lógica, pero llegó.
Lo mejor de las discusiones y los malos momentos... el polvo de reconciliación.
'...pienso hacerte el amor hasta que te quedes dormida del cansancio terminó susurrando en su oído, mientras empezaba a quitar su camiseta.'
Ella volvió, con una mirada cálida en los ojos y me dijo, es para ti. Cuando fui hacia el recibidor, ella cerró la puerta del comedor y yo me giré preguntando, ¿por qué cerraba? Cuando llegué a la puerta
Pasaron dos semanas, 14 aburridas noches sin que Esteban se conectara. Ni un mensaje, ni un minuto, nada de nada. Me sentí fatal, aunque en parte lo comprendía, pero eso no significaba que doliera menos. No sabía qué hacer, ¿olvidarle? Difícil, demasiado difícil.
"¡Y NO NO QUIERO QUE ME FOLLES! ¡MALDITO SEAS, QUIERO QUE ME QUIERAS, QUIERO QUE ME QUIERAS Y QUIERAS HACERME EL AMOR NOCHE TRAS NOCHE! ¿ENTIENDES? Sólo sólo quiero que me quieras, aunque sé que no puedes, por eso soy una jodida egoísta masoquista."
La primera vez que hablé con Esteban fue en un chat. Yo estaba aburrida y me conecté por la noche, a ver qué encontraba. No era un chat de conocer parejas ni novios, ni principitos, era un chat de ciber sexo y no iba buscando precisamente un polvo romántico y dulce.
"Si aquella mañana me hubieran dicho que estaría sentada en mi bañara con mi hermano delante de mí usando mi boca y utilizando la palabra putita para referirse a mí no lo hubiera creído."
"- Quiero hacer una cosa, pero necesito que me dejes hacerlo a mí manera." Azahara avanza un paso más en su relación con su querido entrenador... y hará algo que él no se esperaba.
Ella sonrió y volvieron a besarse, pero ahora fue ella la que empezó a acariciar su cuerpo, poco a poco, y bajó por su cuello con besos, subió de nuevo, y lamió su oreja, y la mordió como tantas veces había visto en las películas. Quería más... llegar hasta el final.
Hugo rompe con Silvia y se atreve a lanzarse a la piscina para conocer realmente a la inquietante periodista que lo tiene loco. ¿Conseguirá Azahara enamorarle?
Unas prácticas universitarias acaban desembocando en una tortuosa y pasional relación. Él es el entrenador del equipo, y ella la estudiante de periodismo que hace las crónicas... ¿Cómo le irá a Hugo y Azahara?
Hugo se embarca en una relación seria con Silvia, aún sabiendo lo que siente Azahara. ¿Y ahora qué? ¿Surgirá una amistad unida al fútbol, se romperá la relación o acabará pasando lo inevitable?
Subí a la habitación, a coger mi bolsa ya que tenía una pequeña sorpresa para mi querido novio. Me había costado una barbaridad decidirme, pero al final con la ayuda de dos amigas había optado por un camisón negro de satén con un culotte a juego.
Déjame hacerte el amor. Esas palabras resonaron en mi cabeza mientras las iba asimilando. ¿Hacer el amor? ¿Conmigo? En esos momentos empecé a pensar sinceramente si no era un sueño lo que estaba teniendo y el dolor del pellizco me hizo dar un respingo, cosa que alertó a Adam.
Fui a abrir la puerta, he de decir que ni siquiera me fijé en la otra persona, sólo me hice a un lado y le indiqué dónde estaba la cocina. Me paré al ver que la persona no entraba, así que volví la cabeza para mirarle y un rubio de calendario de bomberos me devolvió la mirada con una sonrisa.
El más alto era un chico bastante guapo, con unos 10 años más estaría perfecto, bastante moreno, pelo negro, ojos marrones, labios carnosos parecía un buen partido. Sonreí y entré en su juego.
El silencio fue desgarrador. Mi madre puso una cara de sorpresa, miedo, rabia y incoherencia, todo en uno, y también por partes. Yo no sabía cómo mirarla a los ojos y Fran estaba nervioso, podía oír los latidos de su corazón, tan acelerados como cuando estábamos juntos.
Para estar con alguien como Alma, hay que adaptarse a sus necesidades... además, ¿Quién te ha dicho que no te va a gustar esta nueva vida?
¿Desde cuándo era la peque tan atrevida?
Ahora estábamos en su cuarto, después de pelearnos, de que me gritara, de que se enfadara como un condenado, después de odiarnos, de querernos, desearnos y volvernos a odiar. Ahora estaba de pie en esa habitación, mirando sus ojos, intentando calmarme mientras me temblaba todo el cuerpo.
Las cosas con mi hermano cada vez estaban peor. Después de aquella maldita noche en que nos dejamos llevar y confesamos ese deseo que nos corroía por dentro, algo así como un odio atroz había surgido en Fran y no soportaba que me mirase de esa manera.
Quizá estaba empezando a volverme una ninfómana y deberían llevarme a una clínica o algo así. - Me estás poniendo enferma Adam dije yo con voz melódica-.Volví a acariciar su cuerpo, pasé mi mano por todo su abdomen y quise ser mala, muy mala.
Mi hermano ya no se masturbaba y apagaba la luz mucho antes y yo me desesperaba, soñando con esas manos demasiadas noches. Los besos con Víctor aplacaban esa vena romántica y feliz que tenía, pero no provocaban el fuego que conseguía prender Fran con una simple mirada.
Lo vi sentarse en la cama mientras se relajaba, no podía imaginar lo que iba a suceder, hasta que fue demasiado tarde. Fran bajó su mano al pantalón del pijama y empezó a moverla con un ritmo medio, haciendo que aquello que escondía empezara a sobresalir descomunalmente.