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Memorias (VI)

en Hetero: Primera vez

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Seis meses después se casaron.

Mi madre se quedó tranquila cuando supó que Eulogia iba a seguir trabajando. Vivirían en la casa donde estaba la verdulería y que Giovani había reformado a nuevo.

Por expreso pedído de Eulogia, yo iba a ser el padríno de la boda y el encargado de organizar la despedida de soltera, que como se imaginarán no iba a ser una reunión de señoritas.

A esta tarea me aboqué con la colaboración de Alejo.

Decidimos hacerla en casa, mis padres habían viajado. Elejimos el viernes, cosa que si se prolongaba teniamos el sábado por delante.

Eulogia había salido y quedamos de acuerdo en que llegara alrededor de las nueve de la noche. Fue puntual, nosotros la estabamos esperando en bolas, le dijimos que teníamos preparado un pequeño agasajo y que este era de rigurosa desnudez. Divertida e intrigada se sacó la ropa y fuimos al comedor donde sentados a la gran mesa había, también totalmente desnudos, diez compañeros de facultad de Alejo y mios, que obviamente no la conocían, y a los que habíamos atraído diciendoles que teníamos una puta y planeabamos una fiesta sexual. Logicamente les cobramos por los servicios aclarandoles que no tenían que hacer ninguna mención de ello porque le gustaba fingir que era puta vocacional.

Con lo que juntamos, y mintiendole que eran ahorros nuestros, le hicimos un regalo que Eulogia recibió emocionada, ropa interior finisima para que usara la noche de bodas.

-Bueno Eulogia, a disfrutar de tu despedida -le dije al oido.

Como primer paso ideamos una recorrida de ella por debajo de la mesa chupandole la pija a todos los invitados. Gustosamente puso manos, mejor dicho boca, a la obra mientras nosotros gozamos viendolés las caras de placer que ponían los muchachos al acabar. Habíamos puesto un balde para que escupiera las vaciadas. Supusimos que por más que le gustara tragarsela, diez eran demasiadas. Cuando lo sacamos nos asombró la cantidad de leche que había, evidentemente los chicos estaban bastante cargados.

Despues de esa introducción, fué piedra libre. Algunos quisieron coger en privado e iban a mi cuarto, pero la mayoría prefirió lo colectivo y se dieron momentos sensacionales. Eulogia estaba con una pija en la concha, otra en el culo, chupandosé una tercera a la vez que tenía una poronga agarrada con cada mano y tuvieron una acabada en cadena que la dejó exhausta.

La fiesta estuvo barbara. No hubo inconvenientes de ningún tipo, comunes en esas reuniones. Los muchachos quedaron satisfechos y Eulogia, que no paraba de besarme y agradecerme, estaba euforica razón por lo que accedió al pedido de Alejo que se le ocurrió comer milanesas a las tres de la mañana.

Despúes de cenar, nos fuimos a dormir. Me despertó Eulogia el sábado al mediodía con una profunda mamada que yo retribuí chupandolé la cajeta como a ella le gusta, hasta volverse loca.

Después de acabar, descansando le dije:

-Esta también es mi despedida.

-¿Despedida? ¿de qué?

-Bueno, me imagino que ahora que te casas, no vamos a seguir cogiendo.

-¿Como no vamos a cojer más? ¿qué, ya no te gusto porque me voy a casar?

-No. Vos nunca vas a dejar de gustarme, pero me imagino que no vas a engañar a Giovani, garchando conmigo.

-Son dos cosas distintas. Lo de él es amor, cariño entre marido y mujer, a vos te quiero mucho pero no te amo. Me encanta coger con vos y de eso se trata, de garcharnos, sacarnos el gusto y nada más. Sin ningún tipo de compromiso como el que existe con Giovani..

 

(continuará)

 

PD. Escucho críticas y halagos. Escribanme.