miprimita.com

El striper (4)

en Hetero: General

—¿Que dice? —preguntó curiosa Chela.

—Norma Arreaga Funes, Representante.

—¡¡¡Una representante de artístas!!!!

—Ya me parecía que no era una de las locas que van ahí, además me extrañó que al final no estuviera.

—Tenés que llamarla, quizás te ofrezca un lugar mejor, más sueldo, el éxito. ¡¡¡Te vas para arriba!!! ¿Me vas a seguir dando bola cuando seas famoso? ¿Me vas a echar un polvito de vez en cuando, aunque sea por lástima?

—No seas loca, no digas boludeces o no sabés lo que significas para mi.

—¿Que significo para vos, Rubén?

—Sos mi mejor amiga, sos mi hembra, ¿te parece poco?

—No Rubén, yo se que eso es mucho —le dijo emocionada y le dió un tierno beso.

A la tarde fué a lo de Alberto, el amigo que le había conseguido la changa que estaba haciendo, y le contó todo diciendolé que iba a dejar de ir al gimnasio.

—Esta bien, Rubén es lógico que te vayas a donde te pagan más, sobre todo en tu situación, pero tené cuidado, vos sabés que ese ambiente no es el que me gustaría para mis hijos.

—Como en todos lados, hay buenos y malos, pero quedate tranquilo que yo se cuidarme bien, vos me conocés.

Sólo a Alberto y Estaban, que consideraba sus mejores amigos, le contó todo a los demás, compañeros circunstanciales de alguna joda o de tomar un café en el bar de la esquina, les dijo que había conseguido algo mejor con un pariente lejano.

Cuando la madre lo vió entrar le dijo:

—¿Dondé te metiste? Estaba preocupada.

—Anoche salí con Chela y me quedé a dormir en su casa.

—¿Que vas ha hacer con esa chica?¿No te parece que le estás haciendo perder el tiempo? Me podrías haber avisado ¿no? ¿o te olvidaste el número de teléfono?

—Disculpame vieja, se me paso.

—Claro estuviste entretenido ¿no? —le dijo la madre con una picarona sonrisa cómplice.

El la abrazó y le dió un beso

—¿Que decis vieja?

—¿Que te crees, que me chupo el dedo? Por eso te digo, Chela es una buena chica, no le hagas perder el tiempo si no pensas llegar a nada.

—Esta bien, vieja, quedate tranquila.

Le llevó cien pesos a Don Javier, para achicar la deuda que tenía con él y después se fue a lo de Chela.

Al otro día, cuando ella se fué a trabajar le dijo:

—Acordate de llamar a la de la tarjeta.

—Dentro de un rato la llamó, todavía es muy temprano.

Chela se fué y el se volvió a dormir. A las diez se despertó, tomó un café y llamó al número de la tarjeta.

—Hola, por favor me puede comunicar con la señorita Norma Arreaga Funes.

—¿Quien le habla?

—Rubén, digalé que me dió el telefono el sábado.

—Un momentito —en el telefono se empezó a escuchar una música, enseguida se interrumpió y la voz de antes dijo— En este momento no lo puede atender, está en una reunión, pero me dijo si usted puede estar a las dos de la tarde en la oficina, que con gusto lo va a recibir.

—Bueno, esta bien, no tengo problema.

—Ok, entonces queda confirmado, hoy a las dos de la tarde, ¿tiene la dirección?

—Si, está en la tarjeta.

Le quedaba poco tiempo, se fue a su casa, se baño y se puso la mejor ropa que tenía, que por cierto no estaba en impecables condiciones pero era más presentable que los vaqueros que usaba casi siempre.

Llego a las dos menos cinco, la oficina era decididamente lujosa pero no estridente, con seguridad esta mina representa a muchos famosos, pensó Rubén.

Esperó cinco minutos y a las dos en punto la secretaria lo acompañó hasta la oficina de Norma Arreaga Funes.

—Hola Rubén, noto que sos puntual, eso es muy bueno en este negocio. ¿Tomás algo, una gaseosa, un café?

—Un café

Se sentó frente a ella y la secretaría volvió en un minuto con el café.

Cuando quedaron solos Norma empezó a decir:

—Rubén Gorostiaga, argentino, 26 años, estudios secundarios, título de Técnico Mecánico, trabajaste en un importante taller hasta hace un año, te dejaron cesante por racionalización pero te dieron cartas de presentación inmejorables. No conseguiste nada en lo tuyo y comenzaste a hacer changas, la última fué en un gimnasio, donde te reclutó Ernesto hace dos semanas. No tenés antecedentes policiales, vivis con tus padres, tenés una noviecita, Chela, nunca tuviste problemas ni de alcohol ni de drogas, ni siquiera fumas, te entrenaste varios años y desarrollaste un físico armónico. Lo que calzas en la entrepierna lo vi personalmente, creo que no queda nada.

—¿Pero como sabés todo eso de mí? Si me conociste el sábado.

—Personalmente, pero se que existis desde el momento que pisaste el boliche de Ernesto.

—¿Pero que sos, policía?

—Para nada. Pero en mi trabajo tengo que tener la mayor de las certezas sino, pierdo y pierdo mucho, muchísimo. Si el informe que me entregaron recién, por eso te cite para las dos, no hubiera sido lo que te leí, simplemente te hacía llenar una ficha, y te decía que si se presentaba algo te llamaba y archivaba la ficha para siempre.

—Y como tengo buenos antecedentes ¿que me vas a decir?

—La representación artística es un 30% de este negocio. El otro 70 es más privado y delicado. Tenemos una importante cartera de clientes hombres y mujeres, todos de muy buen nivel económico a los que proveemos de sexo seguro y discreto de acuerdo a sus necesidades.

—Son cafishos de alto nivel. —dijo Rubén sonriendo.

—Si lo querés llamar así, bueno, personalmente no me ofendé el titulejo.

—¿Me estás ofreciendo trabajo de prostituto?

—Asistente sexual, yo diría. Ahora estás haciendo de prostituto. Te mostras en bolas para que una serie de reprimidas calmen sus calenturas pajeandose pensando en vos, te enganchas a cualquiera y no sabés en que podés terminar, porque no creas que todas son como las locas del viernes, que sólo querían echarse unos buenos polvos. Hay cada loca suelta que ni te imaginas. Además es un ambiente asqueroso, en algún momento largas o terminás en la droga o con un sida galopante. Pero yendo a lo importante, ¿cuanto podés hacer por mes? Matandoté y con todos los riesgos 2000 pesos por mes. Yo te estoy hablando de servicios de 1000 pesos cada uno y te aseguro uno por día y si podés y querés, más.

—¿Y vos cuanto vas en esto?

—El 30%, de cada mil, 300 son para nosotros, pero te damos todas las garantías. Personas sanas, educadas, discretas y económicamente solventes, te damos cobertura médica y si necesitas, también sicologica. Posibilidades de viajar. Te asistimos en tu vestuario, tus modales, en tu imágen. ¿te parece poco?

—Si es verdad, suena bien. Pero seguro que son todas viejas chotas y feas.

—No te creas, hay algunas pero hay de todo, menos menores, por supuesto. Para tu tranquilidad te muestro una lista de todos nuestros asistentes, elegís tres al voleo y te contacto con ellos para que te cuenten sus experiencias. Pensalo y me contestas. Si te decidís y la cosa funciona, también te damos un empleo pantalla que te permita justificar parte de tus ingresos.

—Esta bien, lo pienso y te llamo.

—Listo, espero que decidas lo mejor para vos, pensá que las oportunidades sólo se dan una vez y si la dejas pasar, perdiste.

Cuando salió de la oficina le dolía la cabeza. Fue a una plaza cercana y se sentó a tomar fresco y a pensar.

Perdió la noción del tiempo, cuando reaccionó eran casi las seis, estaba cerca de la oficina donde trabajaba Chela y decidió pasar a buscarla.

—¡Que sorpresa! ¿cuanto hace que no me venías a buscar? —dijo contenta Chela.

—Te estoy controlando, a ver si te agarro infraganti.

—Tengo la conciencia tranquila, sos mi único macho.

—Vamos a tomar un café y te cuento todo lo que hablé con la Arreaga Funes.

 

Continuará