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Licenciado Contestodo (8)

en Confesiones

Hoy tenemos una aclaración y dos casos de dudas del archivo del Licenciado Contestodo.

 

Voy a tomar unas líneas de esta columna para mí porque a raíz de un reportaje que me hicieron he recibido muchas cartas y no precisamente de felicitación.

En la nota hable de la mujer rotunda y, el periodísta fue el primero, muchos me llamaron discriminador, otros machista irremediable. La mayoría de las acusaciones vienen de parte de mujeres que, cosa que me alegra porque es muestra de amplitud mental, leyeron la nota que se publicó en una de las llamadas "revistas para hombres".

Aclaré el concepto "mujer rotunda" en el reportaje y trataré de aclararlo totalmente aquí.

Yo digo que me gusta la mujer rotunda pero no digo, ni pienso, que el resto o sea las que no me gustan, sean inconsistentes (cosa que sí sería denigratorio y hasta discriminativo) porque todas las mujeres son rotundas para algún hombre como todo hombre es rotundo para alguna mujer.

Dije y repito que todas las mujeres y los hombres rotundos apuntan directamente a los genitales o sea dicho en criollo, te recalientan a simple vista.

Para mí, y ojo al piojo, para mí, las mujeres rotundas tienen que ser grandotas con tetas inmensas y culo redondo y parado.

Aclaro para mí, PORQUE NO ESTOY NI DECRETANDO ALGO OBLIGATORIO, NI BAJANDO LINEA. Mi hermano, al que llevo exactamente diez meses porque el viejo siempre la embocaba de primera, con el que nos criamos y educamos casi como mellizos, ni en pedo se calienta con una mujer voluptuosa. Las mujeres rotundas para él son flacas, huesudas y con tetas que le quepan una en cada mano, mientras que yo necesito las dos manos y la boca para agarrar parte de una.

¿Cuantas veces escucharon decir "no se que le vió a ese/a"? Algo le vió sino no tendría el orgullo de pasearse mostrando a su enamorada/o con cara de estar pensando "giles/as miren en monumento que tengo a mi lado".

Para ir terminando. Puedo demostrar que no discrimino a nadie, salvo a la mala gente, exhibiendo fotos de algunas de las mujeres con las que pasé muy buenos momentos en la cama y fuera de ella. Muchas veces algún discriminador me dijo en tono sarcástico ¿de donde sacaste ese bicho?

No soy machista irremediable porque eso implicaría no reconocer que la mujer es la parte más bella de la creación y que los machos sin las hembras, como las hembras sin los machos, son inviables.

Y con esto doy por finiquitado este asunto y si hay alguien que no me interpretó, lo siento, otra vez será.

Gracias y a trabajar.

 

Sr. Licenciado

Somos cuatro amigos de la infancia que trabajamos en el taller mecánico de José, uno de ellos.

Hacé dos meses entró un pendejo como aprendiz. Usted sabe que en un taller uno de los temas principales son las minas y la mayor parte del tiempo nos la pasamos hablando de ellas.

Entre charla y joda el pibe se deschavó que nunca había garchado.

-No te preocupés pibe —le dijo José— la próxima vez que traigamos una mina te invitamos así la mojás.

El pibe, entusiasmado, todos los días nos preguntaba cuando ibamos a traer la mina.

Por lo general los viernes cae o llamamos alguna puta amiga y en el cuartito donde nos cambiamos nos echamos unos polvos.

Pero la idea de José no era hacerlo debutar sino gastarle una broma. El había planeado yo, que soy el más gordito y además soy lampiño, me iba a hacer pasar por la mujer. Con luz tenue y con los nervios y la calentura no se iba a dar cuenta hasta que después de acabar se lo dijeramos.

El miércoles anterior al día de la joda, José le dijo que el viernes iba a venir Josefa, una de nuestras habituales visitantes.

Yo dije que no iba a poder estar porque era el cumpleaños de una tía y que realmente lo lamentaba porque Josefa era muy buena en la cama.

El jueves Ricardo, el pibe, anduvo a medio metro del suelo y el viernes caminaba con las manos.

A las seis se cerró el taller y quedaron en volver a las ocho. Yo les deseé suerte y les dije que los envidiaba porque echarse un polvo con Josefa era cosa seria.

A las siete y media nos juntamos los cuatro para preparar todo, pusimos una lampara roja acomodamos el colchón que trajimos de lo de José, que tiene la casa al fondo, de manera que al entrar. lo primero que viera fuera el culo de la mina, o sea yo, que era la parte más iluminada.

Ricardo llegó a las ocho y cinco. En el cuartito estabamos con Adolfo, tomando mate, y de vez en cuando hacíamos algún ruido o gemiamos.

Afuera la consigna de José y Pedro era darle máquina al pibe. Le dijeron que despúes de Adolfo, entraba Pedro, después el y por último José porque era el que arreglaba el asunto de la guita. También le recomendaron que no hablara mucho ni la molestará porque Joséfa era muy seria y además casada, por lo que era poco amiga de andar mostrandosé.

Entró Pedro, tomamos dos mates, gemimos un poquito y se fué ajustandosé el cinturón y con cara de "que polvazo me eché".

Ricardo entró y sentí la respiración agitada cuando vió un culo apuntandolé, se sacó el pantalón y el calzoncillo y se tiró al lado mío. Sentí que ya tenía la pija dura. Le dí un forro para que se lo ponga y murmuré algo con mi voz más finita.

La idea era que me cojiera desde atrás, entonces yo le apretaba la pija entre las piernas y por adelante se la atajaba con los dedos.

El pibe no me dió tiempo para acomodarme. La apuntó con tanta mala suerte para mí que me la ensartó en el ojete. Al reponerme de la sorpresa iba a reaccionar pero no se porque me quede en el molde mientras el pibe que estaba con toda la máquina encendida, empujaba y empujaba hasta que sintió que estaba toda metida.

Por suerte tenía tal calentura que en dos mete y saca acabo como un desaforado. Me la sacó y el culo me quedó ardiendo. El guacho está bien armado. Salió eufórico, en pelotas como estaba con el forro lleno de leche puesto y el calzoncillo y el pantalón en la mano. Yo escuchaba como les contaba a los otros las alternativas de lo vivido.

Entró José y me dijo -¡Hijo de puta! Sos un actorazo, el pendejo está como si hubiera cojido en serio.

El próximo paso era nuestra salida de cuartito para empezar a gastarlo, y cagarnos de risa a costa de lo pelotudo que había sido.

-José, no seamos hijos de puta, no le digamos nada. Pobre pibe no lo jodamos, dejemosló con la ilusión de que se echó su primer polvo —dije en un intento de salvarme porque el pibe sabía que la había metido enserio y si en lugar de Josefa aparecía yo, no le era muy difícil darse cuenta que me había echo el orto.

-Gordo, sos un pedazo de pan, tenés razón, no le arruinemos el debut. ¡El pendejo está tan contento!, hicimos la buena obra del día —me dijo José y llamó a los otros dos para decirles el cambio de plan. No les gustó mucho la idea y aceptaron a regañadientes.

Lo fletaron al pibe y nos quedamos los cuatro discutiendo sobre si había o no que haber seguido con el plan inicial.

El lunes lo primero que hizo Ricardo al llegar fué contarme lo bueno que había estado la cogida y que lamentaba mucho que me la hubiera perdido.

Yo me pasé el fin de semana pensando en porque me la dejé meter. ¿Será que en el fondo soy trolo y no lo quise admitir nunca en mis 28 años? La duda y la desazón no me dan paz. ¿Usted que opina Licenciado?

 

Antonio, de Almagro

 

Querido Antonio

No des más vueltas, te la comiste y comida está. En la vida hay que probar de todo. Muchos alguna vez tuvimos, por necesidad, por curiosidad o por accidente, un encuentro con alguien del mismo sexo. Eso no nos obliga, si no lo queremos o no lo necesitamos, a variar nuestras preferencias sexuales.

No te tortures, tomalo como lo que fué, un accidente y pensá que por tu temor a ser descubierto, el pibe no sufrió el trauma de haber sido burlado en una instancia fundamental de la vida de una persona. Eso es lo importante.

Lo otro es como una comida, vos la probaste si te gustó la volvés a comer y si no, listo el pollo. Pero si necesitas por gusto comerla de nuevo y eso te hace feliz, disfrutalo sin cargos de conciencia, porque en la vida lo importante es ser lo más feliz posible y no dejar de serlo por no contrariar una convención establecida.

 

 

Licenciado

Tengo una gatita que precozmente, recién tiene seis meses, entró en celo. Mi idea es castrarla pero mientras tanto ella sufre la falta de un gato.

Como soy soltera y se lo que es tener necesidad y no tener un hombre cerca. Comencé a mimarla y al rato la estaba masturbando.

Ella se calmó pero yo quede profundamente impresionada por lo que había hecho.

¿Licenciado tendré inclinaciones perversas adormecidas dentro mío?

Sofía, de Paraná

 

Sofía

Sólo hiciste lo que te dictó el corazón por cariño a tu mascota.

El ayudarla a parir no te convertiría en partera y calmarle la ansiedad acariciandolé la conchita no te convierte en lesbiana zoofílica.

Quedate tranquila no creo que seas pervertida mientras no pretendas que la gata retribuya tu ayuda pasandoté su lengua rasposa por el clítoris. En ese caso, consulta a un psicologo.