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Licenciado Contestodo (13)

en Confesiones

Seguimos hurgando los archivos del Licenciado. Hoy presentamos un pequeño editorial y los casos habituales.

 

Estimados lectores, a esta altura de mi vida hay algunas cosas que me tienen las pelotas llenas. Beneficiado por esta posibilidad de expresarlas en palabras escritas, aquí están por si a álguien les interesan.

En un rapto de originalidad titularé esta sección LAS PELOTAS LLENAS.

Algo que me las tiene llenas son los practicantes del sexo oral.

Ojo! No me refiero a los beneméritos chupaconchas o a las abnegadas mamapijas, sino a aquellos que hablan y hablan de hazañas sexuales y en realidad eso es lo único que hacen.

En mi barrio había un tipo que se vanagloriaba de su actividad sexual. Según el, y esto se lo contaba y recontaba a todo par de oidos que se le presentaba, se había garchado a media humanidad, mujeres, travestis y todo lo que tuviera un agujero, incluidos hombres, donde poner su poderoso aparato.

Veladas con 3 mujeres, inacabables y repetidos polvos y todo tipo de expansiones eróticas, eran cosas de todos los días.

El era el único que se había cojido a la inalcanzable diosa barrial que nos tenía relocos a todos. Y es más, la dejó tan satisfecha que anda desesperada buscandoló y el no sabe como hacer para sacársela de encima.

La verdad de este despachador de semen a destajo era que cojía sólo de palabra, en los hechos se echaba un polvito diminuto cada tanto cuando a la mujer no le dolìa algo, aunque ella cuando estaba realmente caliente prefería bajárselo al carnicero, que era más calladito pero con un pecheto bañado en leche entre las piernas.

El tipo sabía que nosotros sabiamos la verdad, pero seguía imperturbable en su postura.

Quizás éste pertenece a los casos de real enfermedad, que como la cleptomanía, no se puede controlar si no se trata terapeuticamente.

Están lo otros que, si bien es cierto que la mojan, emperifollan tanto la cosa que adquieren la categoría de supermachos mediante su imaginación.

Un polvo normal para cualquiera, ellos lo convierten en epopeya plagada de circunstancias sexuales no habituales, que lo convierten en el polvo del siglo.

La mujer expansiva que gusta de gozar profundamente una cojida, inmediatamente se convierte en una obsesa ninfómana. La chota promedio es un durmiente de ferrocarril. Y así interminablemente.

Lo más inquietante es que, esta actividad hasta ahora propiedad de los hombres, se está desparramando entre las mujeres.

Ellas, discretas y prudentes con relación a lo que hacían, también están empezando a vestir con ropa prestada sus intimidades.

El otro día asistí a un episodio que, aunque no me crean, a pesar de mi libertad de pensamiento, me sonrojó. Una chica muy suelta de lengua contaba publicamente de que manera se había cepillado a un macho hasta dejarlo pidiendo clemencia.

Es hora de que paremos esto, sino vamos a llegar, como en otras actividades humanas, a que lo realmente importante sea decir y no hacer.

Amigas, amigos, recuerden que en el sexo la lengua tiene que estar en el lugar que corresponde y no moviendosé solitaria en la cavidad bucal.

 

 

Sr Licenciado

 

Le escribo para comentarle el grave problema que me aqueja y al que deseo encontrarle una solución.

Soy una mujer vulgarmente considerada fea. Eso me trae como consecuencia no tener una relación normal con los hombres. Para mayor desgracia parece que la naturaleza compensa las cosas y pone más de algo cuando hay menos de otra cosa. Soy sexualmente voraz.

Le soy sincera, me cuesta mucho encontar un hombre que me coja, en una época me iba a la biblioteca para ciegos y allí conseguía algo, pero cuando las autoridades descubrieron mis intenciones, me prohibieron la entrada.

Un día, desesperada encaré a un tipo y le dije: Esto es un asalto, me das la plata o me echas un polvo. El pobre austado me sirvió en forma bastante correcta.

Envalentonada con el repentino éxito, adopté la táctica como método. Tuve relativos éxitos ya que muchos preferían darme la plata.

Hace un tiempo que estoy practicando este sistema y como balance tengo que de vez en cuando, no con la frecuencia que desearía, satisfago mis necesidades sexuales y una considerable cantidad de plata acumulada.

Esta situación me está cansando porque en realidad soy una delincuente que abusa de sus víctimas, y eso no me resulta agradable.

¿A usted se le ocurre alguna solución Licenciado? Se la agradecería inmensamente

Pistolera, de Capital

 

 

Estimada Pistolera

 

Tu situación es bastante complicada. No se bien, porque no te conozco, la magnitud de tu problema.

Por otro lado es muy peligroso que sigas asaltando gente porque corre riesgo tu libertad. Yo diria, si no lo hiciste, que intentaras con todos los métodos y sistemas que existen para mejorar el aspecto físico, hasta la cirugía es un camino válido.

Yo te aconsejaría que te pongas en manos de profesionales e intentar una solución. Lamento no poder darte una soluciòn contundente pero te deseo que logres aliviar tu situación.

 

Sr. Licenciado

 

Quiero agradecerle sus simples palabras que abrieron mi mente. Es verdad que preocupada por mi fealdad no veía las causas que la producían.

Con gimnasia y dietas acomodé mis carnes y armonicé mi cuerpo que ahora me doy cuenta no era basicamente desastroso, sino que estaba totalmente descuidado.

Con una cirugìa restauradora remodelé mi rostro y conseguí una apariencia normal que resalto con algo de maquillaje.

Estoy felíz porque anoche me eche el primer polvo de mi nueva vida, sin necesidad de amenazas.

Muchas gracias Licenciado.

 Ex pistolera, de Capital

 

 

Licenciado

 

¿Está mal que me coja a mi hermana?

Es un poco mayor y se la pasa provocandomé. La verdad que me calienta mucho porque está superbuena. Andamos a los manoseos pero nunca llegamos a concretar nada porque tengo muchas reservas sobre el tema.

Como consecuencia siempre termino solo en el baño tratando de calmar los trastornos que me provoca y que supongo son normales a los 18 años.

¿Que hago Licenciado? Estoy cansado de pajearme y ella no afloja en sus avances. Temo perder el control de mi mismo y hacer cualquier cosa. Ganas no me faltan.

Nacho, de Tucumán

 

Querido Nacho

 

El tuyo es un caso ríspido. Es una cosa muy íntima y la tenés que resolver con tu propio críterio. Yo, ni nadie, te puede decir si está bien o mal, si es correcto o no.

Personalmente te puedo decir que no me agrada el incesto, si bien hay grados distintos. No es lo mismo la situación en que un mayor, madre o padre, abusan de un menor sin posibilidades de autodefensa que la tuya donde se trata de dos personas grandes y con libertad de criterio.

Pensalo tranquilamente y actuá en concordancia con tu conciencia. Te deseo sinceramente que resuelvas lo mejor.

 

Licenciado

Me olvide de un detalle, ella es hija del marido de mi madre, ambos viudos que se casaron cuando nosotros eramos niños.

Nacho, de Tucumán

 

Nacho

Hubieramos empezado por ahí. No es tu hermana, asi que dale para adelante tranquilamente.