Hoy al llegar a casa y besar a mi mujer he percibido claramente sobre su rostro un intenso olor a semen. No le he dicho nada, porque es posible que esté en un error. Jamás diría de mi esposa que fuera capaz de serme infiel, pero últimamente he de reconocer que ando flojo en el sexo y que a lo mejor ha buscado un sustituto. Sin embargo, un rato después creo haber entendido lo sucedido, porque al saludar a mi hijo, que se ha sentado a la mesa, lo encontrado con el abatimiento típico del joven semental que se acaba de correr en un orgasmo. La madre y el hijo evitan mirarse. Si el semen del chico ha caído sobre la cara de la madre es muy posible que ella le haya chupado la polla. No sé que hacer, si callar esta vergüenza o montar un escándalo para que los dos se enteren. Por otro lado una sensación morbosa ha anidado en mi interior. ¿Quién me puede explicar esto?