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Cambios Radicales Gracias A Una Noche Loca 3 (Fin)

en Dominación

¡¡HEY!!

 

Este relato es FICTICIO, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia

 

 

Cambios Radicales Gracias A Una Noche Loca

Capitulo 3 (Final): Cambios radicales.

Mi madre continúo sorbiendo la mezcla de fluidos que yacían entre mis tetas. Todos filmaban divertidos la escena, mientras que mis hermanas Sonia y Luisa acariciaban las vergas de algunos de los presentes con sus manos y bocas, al tiempo que se acariciaban sus cucas. Sentía la lengua de mi madre recorrer mis pechos, limpiándolos de la mezcla de semen, babas y mi sudor que allí se encontraban, así como los chupetones que con sus labios juntos hacia para sorber más rápido toda su “cena”.

Vi como el señor Luis le daba instrucciones a mi hermana mayor, Luisa, al oído. Esta se dirigió al instante al segundo piso de la casa, donde se hallaban nuestras habitaciones. Al poco rato bajo con nuestras cuatro laptops (o computadoras portátiles, como le quieran llamar). Una de cada una de las que estábamos allí presentes.

            -Es una lástima que solo nosotros podamos disfrutar en vivo y directo de semejantes zorras viciosas…creo que deberíamos expandir esto a muchos hombres desamparados que desean tocarse…vayan todas a sus habitaciones, colóquense ropa intima sexy y vuelvan a bajar, y retóquense los maquillajes, pónganse como las putas verbeneras que son. Tienen 10 minutos. –nos dijo el señor Luis. Rápidamente nos pusimos de pie para correr a nuestras habitaciones y obedecer. No sabíamos que plan tenían, pero lo cierto era que estábamos cegadas por la lujuria y el morbo y ya poco nos interesaba lo que ocurriera. Simplemente no medíamos las consecuencias. Y lo que venía era algo comprometedor. Mientras pasábamos por al lado de ellos, algunos nos iban dando nalgadas mientras que nosotras seguíamos nuestro camino. No eran nalgadas fuertes ni nada, más bien eran nalgadas dadas en broma. Antes de subir las escaleras note que el señor Rodrigo tomaba su teléfono y hacia una llamada, aunque no le preste mucha atención al asunto.

Entre a mi habitación y rápidamente saque de mi closet la gaveta con mi ropa intima. Había de varios tipos, varios colores, y se me hizo un poco difícil elegir el tipo de prenda a ponerme. Por si alguno de ustedes lectores no se han dado cuenta soy una zorra y me encanta vestir para la ocasión, por lo que tenía una cantidad variopinta de conjuntos íntimos sexys. Opte por colocarme un hilo negro de encaje de color verde oscuro, semitransparente en el triangulo de adelante con motivos florales bastante bonito y sexy. Elegí sostenes a juego, y medias a medio muslo de color negro, con unas sandalias de color verde oscuro también. Rápidamente me dirigí al baño a buscar mi bolsito de maquillajes, sacando todo cuanto pude. Me vi en el espejo, y de verdad que mi apariencia era todo un poema. Estaba despeinada, parecía una loca, con el rímel corrido por el sudor y las lagrimas que brotaron de mi tras la fuerte cojida por el culo que me propinaron minutos antes.

Rápidamente tome las toallitas para quitar el maquillaje y la pase por todo mi rostro, hasta que quedo totalmente limpio. Como solo nos fue dado un plazo de diez minutos, no hice mas nada que arreglar mi rostro y mi cabello un poco, por lo que el resto de mi cuerpo sudado y lleno aun de restos de flujos y babas (mas que todo a nivel de mis tetas por la cena de mi madre) pues se quedo tal cual. Me coloque rímel y sombra en los ojos de color verde a juego con mi ropa intima, y me pinte los labios de rojo fuego cuidando que todo el maquillaje quedara bastante fuerte y remarcado. Peine rápidamente mi cabello sin mucha dificultad y quede como nueva, lista para la acción. Salí trastabillando con mis sandalias rápidamente de mi habitación y baje las escaleras. En la sala no había nadie, todos estaban en el patio trasero de la casa, bastante iluminado, por cierto. Mi madre y Sonia ya estaban allí, solo faltaba Luisa. También estaban los diez amos y un nuevo hombre, que se veía mayor también, de unos 50 años de cabello canoso, bien parecido y de complexión atlética, estaba maravillado con mi madre y mi hermana menor, y las manoseaba como si estuviera examinando un objeto en una tienda, inspeccionando sus tetas y culos detenidamente.

Mi madre llevaba puesto un muy lindo baby doll bastante corto (llegaba poco más arriba del final de sus nalgas), de color blanco semitransparente sin motivos, que se abría por la mitad delante de ella y solamente se cerraba siendo atado en medio de sus senos, los cuales iban descubiertos debajo de la tela. La abertura por la mitad del baby doll dejaba al descubierto su abdomen y ombligo. Cubriendo sus genitales inferiores (o mejor dicho, haciendo el intento de cubrirlos) estaba un hilo de color negro cuyo principal llamativo consistía en ser un delgado hilo negro desde adelante hasta atrás. Nada de triángulos cubriendo parte de la vulva o del pubis, nada de eso. El hilo se metía por sus labios vaginales haciéndolos sobresalir de una manera bastante vulgar y descarada. De más esta decir que también se perdía entre las hermosas nalgas hasta llegar de nuevo a la liga que rodeaba sus caderas. En cuanto al maquillaje, sin duda era bastante escandaloso, sombras negras, en sus ojos, terminando en puntas mas allá del final de sus ojos, y labios de color rojo fugo también.

Sonia por su parte, llevaba puesto un corset rojo con trenzas negras. El corset apenas tapaba la mitad de sus tetas, inclusive la areola del pezón se le notaba claramente salir por encima. La pieza inferior de la ropa íntima era una braguita sencilla de color rojo a juego con el corset. El maquillaje al igual que el mío y el de mi madre, era bastante escandaloso, de puta callejera sin escrúpulos, con sombras azules oscuras y labios rojos como los míos y de mi madre. Tanto ella como mi madre iban con sandalias negras stiletto sin medias en sus piernas, a diferencia de mí.

            -Aquí está la otra putita…-dijo el señor Rodrigo al verme llegar, haciendo que el hombre desconocido desviara su atención hacia mí, mientras yo me les acercaba contoneando las caderas como una zorra buscando güebo (ok, ok, es lo que soy..). -¿ves? Aquí hay muy buen material para disipar tensiones laborales, amigo Julio…-le continuo diciendo Rodrigo al desconocido. El señor “Julio” se acerco a mí, posando su mano en una de mis tetas. –Mi nombre es Skarlet, un placer conocerlo señor Julio –le dije, pero recibí una cachetada de su parte. –nunca hables sin el permiso de tus amos furcia. Arrodíllate y abre la boca –me ordeno. Yo accedí, y me coloque de rodillas ante él con mi boca abierta. El se inclino ligeramente y escupió en mi boca. –así es como las putas deben recibirme a mí, y así es como yo las saludo. Ponte de pie y colócate al lado de tu puta madre. –me ordeno. Sin más, obedecí de nuevo, excitada por su trato y sus palabras.

Al colocarme al lado de mi madre, vi que Luisa entraba a la estancia, vestida con un micro traje de baño de una sola pieza. Un diminuto trozo de tela cubría su vulva a duras penas, y de ese trozo salían dos tirantes que llegaban hasta sus hombros y bajaban por su espalda hasta meterse entre sus nalgas para volver a unirse a la tela. Todo de color amarillo. No llevaba sostenes, sus tetas iban al aire y sus piernas y pies desnudos, sin calzados ni medias. El maquillaje, igual al del resto de nosotras, bastante escandaloso. Se coloco delante del señor Julio, quien la vio primero a la tetas y después  los ojos, momento en que Luisa se puso de rodillas ante él con su boca abierta. –vaya vaya, una puta que si sabe comportarse. –dijo el señor Julio, para luego escupir en su boca. –ve con las demás. –le ordeno el señor Julio, orden que Luisa obedeció, por supuesto. Era más que obvio que había visto como me trataban desde adentro de la casa ya que al parecer ella venía detrás de mí, así que fue la única de las cuatro sin ser corregida.

Una vez todas estuvimos formadas una al lado de la otra, pude notar que en un lado del patio habían puesto la mesa de comedor con las cuatro laptops sobre ella, que estaban encendidas. Los señores Luis y Miguel estaban sentados ante dos de estas maquinas que apuntaban hacia nosotras. –pónganse de frente a las laptops…-ordeno el señor Miguel, orden que todas obedecimos sin cambiar la formación. Todos y cada uno de ellos luego se colocaron unos antifaces en sus rostros, para no ser reconocidos. Al fijarme bien en las laptops, logre ver que cada una estaba con una página abierta de chat con cámaras web pornográficas amateurs tales como amateur TV y cam4. –Bueno putas –comenzó a decir el señor Luis. –ya varios usuarios nos han preguntado quienes son, aprovechen y contesten esas pregunta, pueden oírnos por micro.

            -Mi nombre es Rebeca, y ellas son mis hijas Sonia, Skarlet y Luisa. Somos las putas de estos señores y hacemos todo lo que ellos quieran. –dijo mi madre acercándose un poco a las laptops. –bien dicho, comiencen por un baile erótico, vamos, contoneen esas nalgas delante de su público, que ya es bastante numeroso, primero tu Rebeca –ordeno el señor Julio. Pusieron música suave en una de las laptops, a la cual tenían enchufadas unas cornetas, y las cuatro nos pusimos a movernos al ritmo de la música, aunque más que todo mi madre, que estaba delante de nosotras haciendo un rico baile erótico para el público de la red.

Mi madre se contoneaba divinamente al ritmo de la música, bajando y subiendo ese hermoso culo a medida que lo movía en círculos para deleite de los presentes. Duro un par de minutos, cuando el señor Julio le ordeno a Sonia pasar ella al frente, cosa que ella hizo sin rechistar, comenzando a moverse más agitadamente de lo que lo hacía en el fondo. Luego de un par de minutos de ella, se me ordeno pasar a mí al frente, repitiendo una buna dosis de baile erótico y luego paso Luisa.

            -Demuéstrense el amor que tienen por su familia niñas, vamos, pongamos picante la cosa –nos ordeno el señor Simón, orden que todos alabaron y que nosotras por supuesto obedecimos, sin dejar de bailar suave, yo tome a Sonia y mi madre tomo a Luisa y comenzamos a besarnos mientras seguíamos contoneándonos al ritmo de la música. Y estuvimos así durante un par de minutos más cuando comenzamos a sentir gotas de agua fría cayendo en nuestros cuerpos, se trataba nada más y nada menos que el señor Juan que había tomado la manguera que teníamos en el patio y comenzaba a rociarnos con agua a las cuatro zorras incestuosas.

En ese momento comencé a meterle mano a Sonia en las tetas y en el culo, mientras la seguía besando apasionadamente, haciendo ella lo mismo conmigo, magreándome las tetas y el culo a medida que nos besábamos. Para hacerlo mas cómodo la una dejo las tetas al aire de la otra quitando la respectiva prenda que nos las mantenían ocultas, y al poco rato nuestros tangas corrieron con la misma suerte.

Voltee a ver a Luisa y a mi madre, y para mi sorpresa esta ultima estaba acostada del todo sobre la grama del piso, con el baby doll abierto de par en par y sus tetas al desnudo, recibiendo un fuerte chorro de agua por parte del señor Juan, mientras que mantenía sus piernas flexionadas y abiertas para Luisa quien se hallaba sin el micro traje de baño y tenía su cabeza en la entrepierna de mi madre, a cuatro patas con el culo bien levantadito

Sonia al ver esto, se coloco de rodillas ante mi posando dos dedos sobre mis labios vaginales, momento en que abrí ligeramente las piernas para que ella luego con sus dos dedos separara los labios e introdujera su lengua en mi cuquita húmeda, haciendo que fuertes olas de placer recorrieran mi cuerpo haciéndome estremecer. El señor Martin se coloco delante de mí y alzo un pie para colocarlo sobre el hombro derecho de mi hermana menor que aun seguía bebiendo mis jugos vaginales directamente de la fuente. Se quito el cinturón del pantalón y le azoto el culo una vez. –te azotare hasta que tu hermana se corra –le dijo para seguir propinándole otros fuertes azotes seguidos mientras con su mano libre magreaba mis tetas.

            -ooohhh sii sigue Sonia sigue que rico, que rico…quee….aahhhh uuuhhh sigueee asiii ahhh -comencé a gemir, ya que Sonia, ahora espoleada por los azotes, paso a hacer su mamada mas frenética y exquisita. De repente sentí que alguien se colocaba detrás de mí y pasaba a tener el control total de mis tetas con sus manos, voltee a ver y era el señor Marco, que me recostó el güebo que sobresalía de su pantalón contra mi culo. – ¿te gusta perra, te encanta lo que te hace tu hermana con su sucio hocico? –me pregunto al oído aunque con voz normal.

            -ssiiiiii me fascina me gustaaaahh aaahh ahhh ahhhhhhh –conteste entre gemidos y mi respiración agitada, casi gritando.

            -¿te quieres correr guarra? ¿Quieres tener un rico orgasmo? –me volvió a preguntar el señor Marco

            -Siiiihhh aahh siiii me quieeeeeeeehhh…..uuuhh…me quiero correr amooohh permitamelooohh por….fa…..aahh…favor..

            -te correrás solo después de que yo me corra…no creo que desees ser castigada ¿verdad? –me dijo el señor Marco de nuevo al tiempo que me metía el güebo en el culo y apretujaba con mucha más fuerza mis tetas.

            -No amooohh…oohhh…asiiii…iiiiihhhh aaahhhhhhh deme duro amo, deme durrooooo….aaaahhh.-era todo lo que yo decía. El señor Marco paso a penetrarme con mucha fuerza el culo, mientras Sonia seguía mamando mi cuca con suma fruición y recibiendo los azotes del señor Martin, quien a veces se inclinaba un poco hacia mis tetas para morder mis pezones con fuerza, ofrecidos por el señor Marco. Esto me acercaba al orgasmo de manera peligrosa, mi cuerpo temblaba como gelatina, eran fuertes las oleadas de placer, los corrientazos que recorrían mi cuerpo.

Mientras era poseída por ellos tres, y además de mis gemidos de placer y dolor y los gemidos de mis poseedores, pude oír también los gemidos de Luisa y de mi madre. En una oportunidad que tuve para ver que hacían, las vi a ambas recostadas de medio lado, con una pierna en el aire, siendo enculadas Luisa por el señor Gabriel y mi madre por el señor Carlos, mientras que el señor Nicolás las tenía a ambas haciéndole una mamada.

Al ver esto y bajo semejante trato fuerte al que era sometida, las ganas de correrme apenas eran controlables. Las lágrimas se me salieron de nuevo, deseaba acabar con suma urgencia y a la vez obedecer al señor Marco y evitar ser castigada. Pero poco tuve que aguantar, ya que en un determinado momento sentí un delicioso líquido caliente llenando mis entrañas, el señor Marco se corría dentro de mi culo. A los dos segundos mi orgasmo reventó en mi interior, entre fuertes gritos de placer y fuertes temblores. Incluso sentí como las piernas me fallaron y fui cayendo, pero el señor Martin me sujeto a tiempo para evitarlo. Nunca antes sentí nada igual. Sentí que perdí el control total de mi cuerpo ante los espasmos del placer y la lujuria. No pude controlar nada, inclusive, me orine, recibiendo mi hermana toda la lluvia dorada, provocando las burlas y carcajadas de los demás.

El señor Martin me arrojo sobre mi hermana, cayendo ambas sobre la grama, aunque yo sobre ella. La notaba empapada de mi orina. Ella me veía con una amplia sonrisa en su rostro, y tomo mi cabello para plasmarme un delicioso beso en la boca, un beso con sabor a orina y flujo vaginal, un beso exquisito.

            -mira que eres malagradecida zorra –me dijo el señor Julio, quien luego de acercase a nosotras, me empujo con su pie por mi costado izquierdo. –límpiala, queremos nuestros juguetes limpios, hazlo con la lengua cerda meona. –me ordeno. –Si amo, enseguida –le dije, para luego darle un beso en el zapato con el que me empujo, y pasar a lamer sensualmente a Sonia por todo su rostro limpiando la mezcla de sudor y de orina que formaban una fina película sobre su piel, abrillantándola.

Mientras yo lamia el cuerpo de mi hermana menor, pude ver que mi hermana mayor y mi madre ahora se hallaban a cuatro patas, con los señores Gabriel y Rodrigo penetrando el culo y la cuca de Luisa respectivamente, y con los señores Nicolás y Carlos repitiendo la dosis de Luisa en mi madre. El señor Julio aprovecho la pose de ambas para tomarnos a mí y a Sonia por el pelo, sin dejarme terminar con mi lengua en su cuerpo, y llevarnos hacia donde estaban los demás, colocándome a mí a cuatro patas delante de Luisa y a Sonia con las piernas abiertas apoyada sobre sus pies y manos boca arriba delante de nuestra madre.

Ambas adivinaron lo deseos del señor Julio, y Luisa paso a mamarme el culo y la cuca, recogiendo los restos de orina que quedaban sobre esta última, y sorbiendo la leche de mi culo que había depositado allí el señor Marco, mientras mi madre castigaba el clítoris de Sonia con su lengua, el clítoris que se encontraba mojado con los flujos vaginales y el sudor de Sonia y con mi orina. Mientras tanto, el señor julio se quito sus pantalones del todo, y comenzó a masturbarse con las tetas de Sonia al tiempo que tomaba su cabeza y la metía entre sus nalgas, para que le hiciera un beso negro. A mí, en cambio, el señor Martín me tomaba del cabello para hacerme mamar su verga. Luego de unos minutos, el señor Martin saco su verga de mi boca, y me hizo verlo a los ojos. –dime zorra, ¿que eres? –me preguntó

            -¡¡¡Soy una puta, tu puta!!!…¡¡¡la puta de todos ustedes, soy una perra en celo, una guarra viciosa, zorra lujuriosa, soy la esclava de todos ustedes, solo vivo para satisfacerlos en lo que les plazca, sus deseos son mis leyes, sus caprichos mis órdenes los amo con suma devoción, soy de ustedes!!! –le conteste levantando la voz, perdida por el vicio y la lujuria, excitada por ser la mascota, el juguete sexual de todos ellos, y no solo yo, sino también mis hermanas y mi madre. Fui acallada nuevamente por el señor Martin quien volvió a meterme su verga en la boca, cojiendomela con fuertes embestidas, hasta comenzar a rugir fuertemente y acabar en mi boca. –aaahhhh putaaaaahhh..no derrames ni una gota puerca, te ira mal si lo haces –me dijo el señor Martin, y yo, como buena zorra no derrame ninguna gota de su deliciosa y caliente esperma.

Poco a poco se fueron corriendo todos. Nicolás y Carlos dentro de Luisa, Gabriel y Rodrigo dentro de mi madre, quien recibió también en su cara la corrida de Sonia y la del señor Julio que se masturbo con sus tetas apuntando hacia su rostro. Los señores Luis, Miguel, Juan y Marco se hacían cargo de las computadoras, aunque los tres primeros se masturbaron viendo la escena porno montada ante ellos. Y justo en el momento en que estaban a punto de acabar, se dirigieron a nosotras, más específicamente el señor Juan hacia mi madre, el señor Luis hacia mí, y el señor Miguel hacia Sonia y nos arrojaron su deliciosa esperma en nuestras caras.

            -jajaja vaya noche ¿no? –dijo el señor Rodrigo. –y todo gracias a nuestros juguetitos por ser tan buenas anfitrionas, atendiéndonos de la mejor forma que saben…

            -Gracias a ustedes por sacar a relucir a las zorras que las cuatro llevamos dentro…Esta ha sido la noche más deliciosa de mi vida, y apuesto que la de mis hijas también –dijo mi madre, afirmación que todas apoyamos asintiendo con nuestras cabezas. –y se que de aquí en adelante habrán un par de cambios en nuestras vidas, ya que ahora sabemos secretos de nosotras jajajajaja –continuo diciendo.

            -Oooooohhh si jajaja –dijo el señor Julio burlonamente –si que habrán cambios en la vida de ustedes, de eso no tengan la menor duda…

La verdad no entendí muy bien el porqué lo decía con ese tono tan irónico. Aunque eso lo descubriría más tarde,  a la mañana del día siguiente cuando un fuerte grito: -¡¡¡MALDITAS PUTAS!!! -nos despertó a las cuatro que dormíamos juntas en el jardín, desnudas y olorosas a sexo y demás fluidos corporales, ya que luego de las palabras del señor Julio, continuamos la fiestecita, todos bebiendo, nosotras por supuesto sirviéndoles como sirvientas y bebiendo también junto a ellos, haciéndoles mamadas, etc. No recuerdo muy bien cuando nos quedamos dormidas pero si se que fue bastante tarde. Estábamos medio borrachas por lo que ya poco después de las palabras del señor Julio podía recordar. Lo que si era seguro que ahora, y luego de ese grito de enfado, sabía lo que sus palabras significaban, ya que ese grito que nos hizo despertar sobresaltadas, lo dio nada más y nada menos que Eduardo…mi padre.

            -¡¡¡SON UNAS MALDITAS PERRAS!!! ¡¡¿¿COMO PUDIERON HACERME ESTO??!! ¡¡¿¿COMO??!! –nos gritaba con lagrimas en sus ojos. No entendíamos muy bien que ocurría, pero lo que sí puedo decir es que el pleito fue bastante grande. Mi padre nos había visto por los videos al momento en que comenzamos a jugar al juego de la botella. El video le había llegado de un número desconocido (yo la verdad no me di cuenta que nos grababan incluso desde antes de comenzar a jugar). Los videos mostraban lo birriondas que estábamos las cuatro antes del juego, mostraba los besos, los magreos, mostro el juego de la botella, y la consiguiente orgia. Por si fuera poco le llego un mensaje de texto diciendo que se conectara en el msn y que visitara una de las páginas web de las de chat con cámara porno. Y allí vio todo lo que había ocurrido en el patio trasero.

Los primeros videos habían sido muy bien filmados, ya que los rostros de los hombres no se notaban, ni se oían los audios. Y en el chat, al momento de ser vistas por gente de todo el mundo, nunca dijimos sus nombres y ellos estaban cubiertos por antifaces. Lo dicho, nosotras no supimos medir nuestros actos y ahora las consecuencias serian brutales, ya que al parecer mucha gente de nuestros contactos del msn, nuestras familias, etc. Vieron todo. Nuestro comportamiento dócil, nuestra sumisión ante los hombres, todo. 

No solo mi padre, nuestras familias y algunos amigos vieron el video. También gente de la empresa constructora de mi padre, e incluso muchos de sus clientes. Esto sin duda rayaría a la empresa. Además de nuestro nombre y reputación.

Para hacer el cuento largo corto, mi padre luego de insultarnos y gritarnos, nos echó de la casa. Sin nada más que hacer fuimos a buscar asilo con otros familiares, pero estos tampoco nos permitieron quedarnos, estaban indignados. Todos en nuestra familia eran conservadores, muy chapados a la antigua y lo que hicimos, si bien estuvo mal, a ellos les parecía de lo peor. Acudimos a algunos amigos, pero tampoco nos dejaron. Estábamos solas en el mundo.

Tomamos la decisión de ir a ver al señor Rodrigo, pero en su casa se nos informo que estaba con el señor Julio en una reunión de negocios. Pedimos la dirección y nos dirigimos allí, molestas, destrozadas. Al llegar a dicha casa, que más que casa parecía una mansión de lo grande e imponente que era, nos abrió la puerta el mismísimo señor Rodrigo. Mi madre apenas lo vio le lanzo una cachetada, pero fue detenida por este.

            -¡¡ERES UN DESGRACIADO!! ¡¡¿POR QUE?!! ¡¡¿¿POR QUE NOS HACEN ESTO??!! –le grito mi madre con sumo enfado.

            -Shhh cállate, a mi no me estés hablando así….-le dijo el señor Rodrigo con tono bastante autoritario.

            -Tranquilo Rodrigo, hazlas pasar, yo me encargo de darles las explicaciones…tu puedes irte a la oficina, recuerda que esos clientes no podemos perderlos. –se oyó la voz del señor Julio a sus espaldas. Las cuatro entramos, mientras el señor Rodrigo se iba de la casa. -Bien…supongo que tienen muchas preguntas y están muy confundidas ¿o no zorritas? -nos dijo Julio con un tono de superioridad y una sonrisa maliciosa en su rostro. Vestía una bata de baño que se veía cómoda, estaba recién salido de la ducha al parecer ya que su cabello estaba húmedo. En su mano derecha tenía un vaso de agua

            -¡¡¡ERES UN…-comenzó a gritarle mi madre, pero el señor Julio la interrumpió lanzándole el agua del vaso directo en su cara, bañándola de agua y dejando a mi madre sin palabras, así como a nosotras, sus hijas.

            -a mi no me vas a venir a hablar así furcia de medio pelo. Veras…son cosas de negocios. Soy dueño de la constructora competencia de tu ex marido, digo ex porque me entere que se separaron y las echó a las cuatro de la casa. Debo admitir que su empresa no era rival para la mía, de hecho, eso se notaba a leguas ya que el negocio mío iba viento en popa mientras que el de tu maridito decaía poco a poco. Pero quería hacer esto de la manera más rápida, así que primero que nada les ofrecí un mejor trabajo a los diez mejores empleados de la firma de tu ex. Por conversaciones con ellos me entre que tu, rebeca eras una perra en celo, que te gustaba montarle cachos a Eduardo…así que ideamos este plan para destruirlo. Es como en el ajedrez, destruyendo al rey destruyes a su flota, en este caso su empresa. ¿Y cómo destruir a un hombre? Destruyendo a su familia…

            -Eres un mal naci… -dije pero fui interrumpida por una fuerte cachetada del señor Julio.

            -Ya les dije que a mí no me hablan así y menos cuatro perras callejeras como lo son ustedes. La verdad no nos esperábamos que las hijas terminaran uniéndose a la fiesta, mas a mi favor, con un hombre tan conservador como el…el ver a su esposa y además a sus hijas en una orgia y haciendo incesto debió ser devastador jajajajaja…solo será cuestión de tiempo…

            -¡No te saldrás con la tuya! –dijo Sonia.

            -¿ah no? ¿y quién lo impedirá? ¿Tu? ¡¡Si no eres nada!! Ni tú ni las demás lagartonas que te acompañan…A ver, déjame adivinar….irán a la policía a contarles lo sucedido. ¿y las pruebas? Porque supimos ocultar nuestros rostros de las cámaras…además, nadie las forzó a hacer las cosas, ustedes lo pedían prácticamente a gritos y disfrutaban como locas. Así que déjense de estupideces y largo de mi casa…

            -Debes responder por nosotras –le dijo Luisa –Tu nos metiste en este lio, así que debes hacer algo por nosotras…

            -¿Yo? Pero si ya se los dije, ustedes solitas se metieron en esto. Pudieron detener todo. Pero no, por guarras, siguieron y pidieron más y más…

            -pero…-continuo diciendo Luisa, ya con lagrimas de desesperación en los ojos y una tímida vocecita –no tenemos a donde ir, nadie nos acepta porque todos nuestros allegados vieron todo…por…por favor…-no pudimos evitarlo las demás, también comenzamos a sollozar, estábamos perdidas.

            -no que va, no quiero a putas lloronas en mi casa…vayan a putear a otra parte…-nos dijo el señor Julio, corriéndonos de su casa con gestos en sus brazos

            -Espere, espere señor Julio, por favor…ayúdenos no nos deje así, se lo ruego…-comenzó a decir Sonia ya quebrada por el llanto.

            -¿y qué puedo hacer?

            -Déjenos pasar unos días aquí, mientras conseguimos trabajo y un sitio para las cuatro…por favor –le dijo mi madre.

            -Lo siento, la única manera de que ustedes se queden aquí es pagándome alquiler. Y supongo que dinero no tienen ¿verdad?

            -no señor, no tenemos, nuestro padre congelo todas nuestras cuentas bancarias…pero comenzaremos a pagarle cuando consigamos trabajo, se lo juramos…-dije yo entre sollozos.

El señor Julio se quedo pensando un buen rato, sin decirnos nada, solo oyéndonos llorar casi en silencio. Yo estaba nerviosa con lo que pudiera suceder, la verdad muchas salidas teníamos a este gran lio, pero por el momento no podíamos pensar bien, así que esperamos la respuesta del señor Julio.

            -Ok, las tengo una gran propuesta…les daré techo y comida y a cambio ustedes trabajaran aquí.

            -¿Haciendo qué? –le pregunto mi madre.

            -Pues limpiando la casa, manteniéndola bonita, etc…ese tipo de cosas que las sirvientas hacen…

Lo pensamos nosotras detenidamente, aunque con poca claridad por los nervios. No sabíamos que hacer. Sin más, aceptamos su oferta…

En un principio las cosas iban “bien” por así decirlo. Para resumirlo todo, el señor Julio comenzó a ponernos tareas cada vez más duras, a exigirnos cada vez mas. Nada más pasar la primera semana, nos dijo que no nos daría dinero en absoluto, ya que demasiado hacia dándonos techo y comida. Tampoco tuvo que pasar mucho tiempo para que sus exigencias demandaran quedarnos en la casa todo el día, sin poder salir para nada.

Como el señor Julio nos amenazaba con que nos echaría de su casa si no hacíamos las cosas con la perfección deseada, sus exigencias demandaban nuestra total concentración, así que poco podíamos pensar en cómo nos libraríamos de esto. Al cabo de un mes ya éramos prácticamente esclavas de él. Unas 24/7. Lo tratábamos con un respeto absoluto, y agachábamos la cabeza cada vez que estaba cerca. No se hicieron esperar las demandas y exigencias sexuales por su parte, teniendo nosotras que satisfacerlo tal como él deseaba.

Nuestra vena sumisa broto fácilmente. Ya a los dos meses puedo decir con total seguridad que no se me pasaba por la mente otra cosa que la satisfacción del señor Julio, a quien pasamos a llamarle Amo. En un principio nos dio habitaciones algo cómodas, pero a medida que nuestra sumisión era forzada a florecer, nos iba reduciendo las comodidades paulatinamente, hasta terminar dormidas en pequeños cuartuchos que más bien parecían celdas de una prisión. Y nos encontrábamos a gusto en ellas, sabiendo que era un deseo de nuestro amo y que de esa manera le estábamos dando satisfacción.

El ser tratadas como basura, como perras, mascotas sexuales, ya era algo a lo que nos habíamos acostumbrado como tal. Y con lo que nos sentíamos a gusto. Las únicas prendas que nuestro Amo nos permitía llevar puestas eran un par de medias negras de látex que llegaban poco más arriba de nuestras rodillas, mas debajo de la mitad de nuestros muslos, con guantes de látex que llegaban hasta la mitad de nuestros antebrazos. Y unos tangas de látex que siempre debíamos llevar a medio muslo, en señal de que estábamos “abiertas al público”. Nuestro Amo invitaba a clientes a su casa, y nosotras los satisfacíamos con total devoción, de esa manera su empresa conseguiría fácilmente los contratos.

De mi padre nos enteramos luego que envió su empresa a la quiebra, aun devastado por el incidente de aquella noche. Al parecer se fue del país con el poco dinero que le quedaba, y no se volvió a saber de él nunca más. Nuestro amo era ahora el dueño de la empresa constructora líder del país, incrementando su poder. Era indetenible. Y nosotras estábamos ahora muy contentas con nuestras nuevas vidas, a los pies de nuestro amo Julio.

Es increíble lo rápido y fácil que la vida de una familia puede sufrir cambios radicales gracias a una noche loca…

 

 

FIN…

 

Hasta acá otra historia más de mi autoría. Espero les haya gustado la saga completa, y no se hayan decepcionado tanto con el final jijiji. Como es costumbre, quiero dar las gracias por leerme y tomarse la molestia de escribirme (a aquellos que se la tomaron).

Quiero invitar a todos aquellos que quieran dejarme un comentario, o un insulto, etc., a hacerlo a través de los comentarios de la página o por medio de e-mail. POR FAVOR, EVITEN AGREGARME PARA CHATEAR, RECHAZO TODAS LAS SOLICITUDES ESTA CUENTA LA TENGO SOLO PARA LEER CORREOS ELECTRONICOS DE LOS LECTORES. Además, NO PASO FOTOS NI COLOCO WEB CAM NI ESTOY INTERESADA EN CONOCER A NADIE DE ESTE MEDIO EN PERSONA…Siento si decepcionan mis condiciones, pero así soy…Ah!!, la dirección es skarletpricet@yahoo.es.

Besitos…