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Fin De Semana De Fiesta (2, FINAL)

en Amor filial

Dada la cantidad de peticiones recibidas para que continúe relatando lo ocurrido después de la fiesta de disfraces, pues entonces pasare a contarles a continuación lo que ocurrió en el segundo y último día de ese fin de semana. Espero me disculpen por la demora en publicar esta segunda parte. Aquellos que no han leído la primera parte recomiendo que lo hagan para entender esta segunda, pueden hacerlo en el siguiente link: http://www.todorelatos.com/relato/71877/

Fin De semana De Fiesta (Segunda Parte, FINAL)

Como deje dicho en el anterior capitulo, a eso de las 2 de la madrugada los invitados a la fiesta de disfraces comenzaron a irse, entre los últimos que se fueron, estábamos yo y un amigo, llamado Franklin, al cual todos por cariño le decíamos "Fran". Desde hacía rato que me estaba "echando los perros", y dado que no soy difícil de calentar (sexualmente hablando), sumado a la excitación que llevaba tras los hechos morbosos acontecidos durante la fiesta, pues accedí a su invitación a su casa, la cual quedaba bastante cerca del lugar.

Durante el corto camino (unas 4 cuadras) continuamos nuestra conversación, de que era de nuestras vidas, etc. Me conto que había llegado bastante lejos en su trabajo como fotógrafo profesional, habiendo llegado incluso a hacer sesiones fotográficas de importantes modelos del país. Incluso me ofreció un trabajo en el modelaje, dado que consideraba que yo, cito: "Era más preciosa que muchas de las que estaban en ese mundo del espectáculo". No pude evitar sonreír tras semejante halago, aunque rechace la oferta, no me gusta esa vida en el modelaje.

Llegamos a su casa. No tenía absolutamente nada que envidiarle a la de los padres de mi amiga Diana. Era inmensa, de 2 pisos, mas el sótano, y bastante amplia. En las afueras estaba protegiendo el terreno un muro, con fachada de granito, igual que la casa. Al entrar se veía como un inmenso jardín la rodeaba. A la derecha se ubicaba un estacionamiento, en el cual cabían 4 carros. A la izquierda, había un inmenso salón, con amplios ventanales en las paredes, permitiendo la visión hacia adentro de dicho salón, en el cual había una piscina inmensa, la cual tenía las luces prendidas.

-Anda, zambúllete… -me dijo Fran, al ver mi mirada ganosa de echarme un clavado. Lo mire dudosa, la verdad si tenía ganas de meterme en el agua, pero yo andaba sin sostenes, y con un hilo que si bien no era muy diminuto, dejaba mucha carnita al aire libre. –Jejeje si quieres, lánzate así mismo, con el disfraz y los botines puestos, no importa…veras lo bien que se siente lanzarse al agua con todo sin importarte nada…yo te puedo prestar algo de ropa acá para cuando te salgas… -me dijo. Son pensarlo dos veces, y con una gran sonrisa me zambullí.

El agua estaba tibiecita, divina. Me explico más tarde que la piscina tenía un sistema de calentador para el agua. Me dispuse a nadar un poco, mientras él fue a la cocina a buscar una botella de vino y un par de copas. Volvió rápidamente, coloco todo en uno de los bordes de la piscina y se quito toda la ropa, quedando con un short holgado, pero que no lograba disimular su erección. Se nota que tenía ganas de mi, o de quien sea, me supongo que con tal de bajar esa erección él se hubiera tirado a cualquier chica de la fiesta. Eso me deja a mí como "la elegida".

Se sentó en el borde, metiendo sus pies en el agua. Nade hasta él, y justo cuando termino de servir la primera copa, le quite cariñosamente la botella y dicha copa para ponerlas a un lado. –no necesitas emborracharme para lo que viene, yo estoy ahorita siendo una chica muuuuuy complaciente…-le dije en tono cariñoso, mientras con mis manos recorría sus muslos hasta la liga del short y lo bajaba un poco, para dejar a la vista su enorme verga dura, la cual salió de su prisión con un movimiento gracioso. Con mi mano derecha agarre aquel mástil de carne, mientras con la izquierda mantenía abajo la liga del short, comencé a pajearlo suavemente, con una sonrisa en mi rostro, viendo su polla fijamente, con deseo. A los pocos segundos el ya estaba gimiendo con el trato que yo le aplicaba a su verga.

El agua me llegaba por la mitad de las tetas, la parte de la piscina donde estábamos no era muy honda. La blusita se me adhirió al cuerpo como si fuera una calcomanía, se podía ver casi perfectamente la forma de mis pechos. El sombrerito del disfraz estaba flotando por alguna parte de la piscina, ni me di cuenta de donde. Pasado un tiempo muy cortito no puede aguantar las ganas, y relamiéndome, me acerque lentamente a su verga, quería que sintiera mi respiración, poco a poco, mientras me iba acercando. A escasos milímetros de distancia me detuve. Quería embriagarme con el delicioso olor a verga, además de querer hacerle desear de una vez por todas la mamada. No aguanto mucho el tenerme tan cerca, por lo que tomándome fuertemente del cabello, me introdujo la punta de su güebo en mi boca, la cual abrace con mis labios, y la masajee lentamente con mi lengua. El seguía sujetando mi cabello con fuerza, y con bastante autoridad quito mi mano de su verga y empujo mi cabeza hacia abajo de manera lenta, y yo a medida que iba bajando, iba jugueteando con mi lengua en toda su extensión. Veía como mi babita escurría por su verga, mojando su depilado pubis, sus bolas, en ningún momento deje de mover la lengua con suavidad.

Ese gesto de autoridad, me excito muchísimo. Como bien dije en el capitulo anterior, me gusta que sean duros conmigo, que me hagan sentirme inferior, y que me humillen. Tengo una suave vena masoquista. Fran en todo el rato que estuvo hablando conmigo en la fiesta y camino a su casa no paro de adularme con piropos, por lo que este repentino gesto, de agarrarme por el pelo con fuerza y dirigir la mamada a su antojo, supuso un golpe de calentura en mi entrepierna, ni que decir de la deliciosa sensación n mi estomago, y otra en mis pechos.

Una vez mi boca llego hasta el final con mi nariz rozando su pubis, y su la punta de su verga en mi garganta, comencé a succionar, primero suavemente, subiendo poco a poco la intensidad. La respiración de Fran se torno agitada luego de unos minutos. Solté con delicadeza la liga del short, para una vez más romper los botones de la blusita del disfraz, abriéndola bruscamente, dejando mis dos tetas al aire. Arroje lo que quedaba de la blusa a un lado, sin importarme más nada que Fran. El comenzó a dirigir un rítmico sube y baja con mi cabeza, acompasado por las succiones de mi boca. Mientras tanto, ahora el turno de mi falda, la cual baje hasta las rodillas y flexionando las piernas logre quitármela, pero al tener los botines puestos, se rompió. Sin duda la tela era de mala calidad. Esto no m importo mucho, estaba concentrada en el momento sexual. Luego me quite los botines, alzando nuevamente las piernas para desatarlos y con un par de movimientos de mis pies quitarme ambos, quedando estos en el fondo de la piscina. Por último, revente las medias y el hilo. Ya vería como se lo pagaría todo a la señora Erika (las medias y el hilo me los presto ella, después de sostener la orgia)

Ya estaba yo totalmente desnuda. El saco su verga de mi boca, y me miro fijamente a los ojos con lujuria. Aun sosteniendo mi cabeza, se termino de meter en el agua. Con una de sus manos se dispuso a tomar una de mis tetas, y llevo su rostro a ella, para lamerla, chuparla morderla suavemente, lo que me puso a millón en materia de excitación. Luego bajo su otra mano, liberando mi cabeza, y me empezó a magrear la cuquita por debajo del agua. Abrí ligeramente mis piernas para facilitarle el acceso a mi abertura vaginal. Eche mi cabeza hacia atrás, estaba muy caliente, en poco tiempo m hizo gemir, para consiguientemente tener mi orgasmo, temblando de pies a cabeza. Así de excitada estaba que no fue difícil hacerme tener mi primer orgasmo de la sesión.

Al terminar de pasar los vestigios del orgasmo, lo aparte un poco de mi. Tome una buena bocanada de aire, y me sumergí en el agua, para llevar mi rostro hacia su verga, y meterlo en mi boca. Le di una buena mamada submarina, en ese primer momento. Dure más o menos unos 40 segundos debajo, para salir a tomar aire de nuevo. –¿te gusta mi rey? –le pregunte mientras recuperaba el aliento. –eres una zorra. Una autentica zorra degenerada. Claro que me gusta…-me dijo, diciendo lo ultimo tomándome por los hombros y sumergiéndome de nuevo, no in antes yo tomar otra buena bocanada de aire para repetir la operación. Esta vez dure más tiempo debajo, aunque esto fue porque él no me permitió subir cuando quise, me hizo estar unos segundos más abajo. Luego me dejo subir de nuevo. No podía hablar, estaba bastante falta de aire. Me tomo por los peos nuevamente, y m dirigió hacia el borde, donde m e subió la mitad del cuerpo, recostando mi torso en el piso del salón, mientras mis piernas estaban en el agua, con el culo en el dilo del borde, ofrecido. –ya tienes tiempo de tomar todo el aire que quieras perrita… -me dijo, subiéndose al lado mío, para rápidamente colocarse sobre mí, y sin ninguna preparación previa, meterme el güebo en el culo, directamente.

Dejo caer todo su peso sobre mi cuerpo, mientras toda su extensión de carne dura me llenaba las entrañas. Debo admitir que a pesar d haber sido algo brusco, me excito muchísimo más. Comencé a jadear, recuperando aun el aire, y sintiendo su verga venosa entrando y saliendo en el momento en que comenzó las embestidas, aunque fueron suaves, se nota que no quería hacerme daño con el filo del borde de la piscina. Duramos así unos minutos, sin duda me hizo ver las estrellas llenando mi culo con su enorme herramienta sexual. Me sentía puta, degenerada, como él me había dicho. La manera en cómo me metió la verga en el culo, de una sola vez, sin siquiera haberlo tocado primero, era digno de algo que se la hace a una puta. Y encima este era el sexto macho que me pasaba por las armas en 24 horas. Si, definitivamente, era una puta. Y pensar en eso me excitaba.

Luego de abandonar esta posición, nos volvimos a meter completamente en el agua, donde el se coloco detrás de mí para tomarme las muñecas y alzarlas hacia atrás con mis brazos estirados, lo qu ocasiono que me inclinara un poco, para que mi culito quedara en pompa de nuevo. Sentía el agua un poco fría en mi agujero anal, sin duda por estar abiertito. Por reflejo lo apreté, pero luego Fran volvió a abrirlo con su verga. Ahí si sentí un poco de dolor, ya que fue bastante forzada la penetración, pero eso aumento mi libido a niveles insospechados. Yo era suya. Y sus deseos serias cumplidos. Al habérmelo introducido de esa manera, pegue un gritito. El se quedo inmóvil esperando a que me acostumbrara a la situación, cosa que no tarde mucho en hacer, lo que el aprovecho para comenzar un fuerte mete y saca. Era brutal lo rico de las sensaciones que sentía por todo mi cuerpo. No pude evitar otro orgasmo.

Luego de un ratito en esas, sin sacarme la verga en ningún momento del culo, me dirigió hacia unas escaleras, para salirnos del agua. En ningún momento me saco el güebo, ni cuando nos subimos en la escalera, ya que él iba dirigiendo mis movimientos. Era como una muñeca inflable para él. El sentirme así me hacia aumentar más la calentura. Una vez fuera, me dirigió, aun con su verga en mi culo, hacia una de las paredes, en contra de un ventanal. Al haber soltado mis manos, pegue los brazos al vidrio con las manos ligeramente por encima de mi cabeza, junto con mi cara y mis tetas. Allí me dio con más furia por el culo, incluso pensé que el vidrio se rompería por la presión de sus embestidas.

Me imagino que fue por esta razón que él, tomándome por el cabello, y sacándome su verga de mi culo, me despego del vidrio, para acostarse en el piso, y, aun con mi cabello en sus manos, me hizo sentarme sobre su güebo, ensartándomelo esta vez en mi cuquita, la cual estaba hambrienta de verga. Me puse en cuclillas con mi senos viendo hacia él, y una rica nalgada por parte de él, fue el "pistolazo de salida" para empezar yo a moverme arriba y abajo, de manera suave, lenta. El soltó mi cabellera para posar sus manos en mis tetas, paso a magrearmelas con deseo, a amasarlas, apretarlas, incluso darles un par de palmadas, las cuales lejos de provocarme dolor, me hacían sentir mucho placer, lo que me provocaba que yo aumentara el ritmo de mis movimientos. La habitación se inundo de nuestros gemidos, se notaba que ambos estábamos próximos a un orgasmo. Pasados unos minutos en esa posición, sin dejar de moverme, me arrojo a un lado, quedando yo sentada en el piso, el se arrodillo rápidamente y me echo toda la leche en las tetas y la cara, tras unos cortos gemidos. No fue una corrida tan abundante como la de los hombres queme pasaron por las armas con anterioridad, pero si fue suficiente como para hacerme sentir una sucia zorra. Que rico.

Después de el acabarme, me esparcí el semen por las zonas donde habían caído los goterones, como si me estuviera colocando una crema. El se coloco de pie, y mientras observaba como yo me aplicaba mi "crema humectante" dirigió su güebo a mi boca, el cual pase a chupar con mucha dulzura y cariño para que succionar los rastros de semen que hayan quedado en él, y limpiarlo de mis jugos. Pasado un rato en esas, nos dirigimos a su habitación para dormir, después por supuesto de darnos una buena ducha mutua donde limpiamos nuestros cuerpos concienzudamente por cada rincón. El se coloco una pijama, yo decidí dormir desnuda.

Me desperté a eso de las 10 de la mañana. El desayuno estaba servido a un lado de la cama, un trozo de pan tostado relleno con jamón y queso y un jugo de naranja. Vi a un lado de la cama, y estaba dispuesto un traje de baño negro bastante erótico, y una nota que decía "lamento lo de tu disfraz, esto es para que no andes desnuda por ahí". Sonreí al ver el sarcasmo, ya que el traje de baño era de una sola pieza, consistiendo en dos tiras de tela que partían desde la liga de la braga, subiendo por mi abdomen en línea recta, haciéndose un poco más anchas para que intentaran ocultar mis senos, y volviéndose a hacer bastante delgadas para atarlas en mi nuca, quedando el nudo cubierto por mi cabello. La parte que vendría a ser la braga, constaba de un triangulo para ocultar mi pubis, y por detrás terminaba siendo un hilo, un poco más discreto que los anteriores que me había colocado para este fin de semana. La espalda quedaba totalmente descubierta. Las dos tirillas de tela apenas y lograban ocultar mis grandes senos, y al anudarlas bien detrás de mi nuca, estos quedaron bastante prensados, viéndose exageradamente grandes.

Me vi en un espejo, y no me costó mucho excitarme tras la visión bastante erótica de mi cuerpo enfundado en ese traje de baño. Más que erótica, diría yo que la visión era bastante pornográfica. En ese momento entro Fran, quien se quedo de piedra al verme "vestida" con su presente.

-Wow, te ves realmente hermosa… -me dijo, recostándose del marco de la puerta de su habitación.

-Gracias…es bastante bonito y erótico el trajecito de baño… -le conteste, con una sonrisa.

-Bueno…la verdad más bonito y erótico encuentro lo que él está intentando ocultar… -me dijo, con cierto tono lascivo.

-Jijijiji ¿no tuviste suficiente con lo de anoche? –le pregunte yo en tono pícaro.

-Lo de anoche estuvo realmente increíble Skarlet…sin duda uno de los mejores polvos de mi vida…pero verte así ahorita, levantas a más de un muerto sin duda alguna… -me dijo acercándose a mí y colocándose detrás, recostando su cuerpo del mío, haciéndome notar entre mis nalgas el bulto duro, y aprovechando para meterle mano a ambas tetas. No pude evitar parar un poco mi culito, para sentir el roce de su verga oculta en su pantalón.

No dijimos mas nada. Sentía el aliento de él en mi nuca, paso a besar mis hombros con cierta ternura mientras el manoseo a mis senos era aun más fuerte y con decisión. Pasado unos segundos me di la vuelta, y me puse de rodillas. Le baje el pantalón de la pijama, su verga salió respingona de su prisión. Lo tome con mi mano derecha, pero lo solté al instante ya que el hizo una ligera mueca de dolor. –Con cuidado Skarlet, me duele un poco por el polvazo de ayer en la piscina…Trátalo con cariño… -me dijo. Y así hice, volví a tomarlo, con mi mano derecha, pero con muchísimo más cuidado y más cariño que la anterior vez. Lo levante un poco y dirigí mi boca hacia sus bolas, me dispuse a chupárselas y lamerlas con mucha dulzura y cuidado, para luego subir con mi lengua hasta la puntita de cañón de carne. Vi que su rostro denotaba un placer inmenso, eso me gusto mucho, me hacía sentirme una buena zorrita, y me calentó el pensar en eso, por lo que procedí a meterlo en mi boca más o menos hasta la mitad, para chuparlo suavemente, mientras con mis manos hacia a un lado el triangulito del traje del baño y me empezaba a masturbar. Estuvimos así en esa posición unos 3 minutos, cuando el comenzó a tener sus espasmos avisando que el orgasmo vendría. Acabo dentro de mi boca, una corrida no tan abundante como la de la anterior noche, pero aun así, deliciosa. Esto provoco que yo también acabara con un rico orgasmo, algo tímido, pero no por eso menos placentero. Aun así quede excitada, pero el guardo su polla en el pantalón nuevamente, alegando que le dolía un poco.

Después de ese corto pero rico desfogue sexual, me arregle el traje de baño nuevamente, y me dispuse a comer mi desayuno, así con la boquita sucia, llena de su lechita. Semejante ocurrencia me puso más cachondita. Estuvimos hablando mientras comíamos, de temas variados. En esa conversación surgió su propuesta de hacerme una sesión fotográfica con el traje de baño que llevaba puesto. En un principio me negué, el mundo del modelaje no me gusta, pero él me convenció, además de decirme que las fotos solo las tendría yo. Accedí a la propuesta, un poco a regañadientes, pero accedí. Antes de comenzar, me hizo un buen peinado, mi cabello dado los últimos trotes, estaba bastante despeinado, así que él se dispuso a hacerme uno, dejándomelo liso, con la pollina hacia delante tapando mi frente. En cierta forma el peinado era parecido a como suelen representar a las faraonas egipcias. Luego del peinado, pasamos a una estancia en su casa, la cual era un estudio para fotografías. Allí comencé a posar para él, después de pequeños preparativos en los equipos, moviéndonos a otras estancias de su casa para variar el ambiente de las fotografías. En ningún momento paro de animarme como si fuera una modelo de verdad, y me halagaba muchísimo, decía que era mucho más bella que muchas modelos por allí y que era una lástima que no quisiera entrar en ese mundo.

Terminada la sesión de fotografías, continuamos hablando, y charlando, preparamos el almuerzo juntos, algo no muy elaborado. Comimos y luego de un rato, me dispuse a irme a casa de mi amiga Diana, con el disco en la mano, donde estaban todas mis fotografías. Me fui a pie, como bien dije al principio, la casa quedaba relativamente cerca, así que emprende mi camino. Fran se quedo en su casa. Yo me fui con el traje de baño puesto, y descalza, no me importo lo mas mínimo el que me vieran así, al contrario, me excitaba el que me vieran así, aunque la calle mostraba muy poca afluencia de gente y los que se veían también andaban en trajes de baño, tanto mujeres como hombres, y no era la única "Zorra" ya que habían unas hembrotas que estaban prácticamente desnudas, me hacían parecer una monja a su lado. Debo reconocer que me dieron ganas de tirármelas, muchas de ellas estaban apetecibles. (Recuerden soy bisexual…). Aun así muchos hombres y algunas mujeres me lanzaron varios piropos.

En fin, llegue a la casa de Diana. Toque el timbre y a los pocos segundos salió el señor Benjamín a abrirme la puerta. Se quedo de piedra al verme con ese traje de baño, y no solo él, sino también su juguetito del placer que llevaba entre las piernas, a juzgar por el bulto que se le formo no más verme. Hice como si no hubiera visto nada, y con la mejor d mi sonrisas, entre a la casa. El me siguió detrás, y pude ver claramente por el reflejo de uno de los vidrios de las ventanas de su casa que no me quitaba la mirada del culo, por lo que pase a remarcar el contoneo. No vi ni a la señora Erika ni a Diana por toda la casa. Fui a buscar mi bolso con mi ropa que había dejado en la habitación de esta última, pero la puerta estaba cerrada con llave. Baje a la sala principal de la casa, donde estaba el señor benjamín leyendo un periódico, sentado en un sofá.

-Señor Benjamín, disculpe, ¿por casualidad tendrá la llave de la habitación de Diana? –le pregunte con un tono suave. El bulto de su pantalón aun se veía grande.

-¿Diana cerro con seguro la puerta de su cuarto? Coño, que malo, no mi amor, lo siento, no tengo la llave, Erika se llevo el manojo completo precisamente para sacarle las copias…¿Por qué? –me contesto con un tono relajado, aunque fue demasiado descarado al hablarle a mis tetas y no a mi rostro.

-Es que allí tengo mi bolso con mi cambio de ropa…pero me fui con Fran a su casa, me invito a pasar la noche allá…

-Y cambiaste de disfraz por lo que veo… -me dijo viéndome de arriba a abajo, con el mismo tono relajado, pero destilando una fuerte seguridad en sí mismo.

-Jajaja bueno, pasa que me caí en la piscina de su casa por accidente y se mojo el de aeromoza por lo que… -dije, algo nerviosa intentando calvar la mentira, antes de ser interrumpida por el señor Benjamín de nuevo, quien colocando el periódico a un lado, me dijo con el mismo tono anterior –Por lo que lo cambiaste por uno de puta, más acorde a ti… -ahí me dejo sin palabras. Me desarmo por completo. Su frase me calentó muchísimo, y yo ya venía con muchas ganas. El sabía que me gustaba que me dijeran cosas sucias, por la noche anterior, cuando se lo mame en el sótano y sus palabras y actitud hacia mí me excitaron bastante. Supongo que noto que yo andaba excitada, por la manera en que me contonee al caminar delante de el, y por mis pezones paraditos que la tela de traje de baño no lograba disimular.

-¿Qué pasa? ¿Te comieron la lengua los ratones niña? Seguro fuiste a casa de Fran a tirar…¿me equivoco? –me pregunto, con un tono bastante seguro.

-No se equivoca, fui a su casa a tirar, y lo gozamos mucho… -le dije con cierta timidez

-Jajaja claro que fuiste a eso, a mi no me engañas, eres toda una perra en celo… -me dijo, para mayor excitación mía. No aguante las ganas, y al decirme eso ultimo, me puse en cuatro patas, simule unos ladridos de perra, y camine hacia él en esa posición, hasta llegar a sus piernas, entre las cuales me metí, poniéndome de rodillas, y procedí a desabotonar el pantalón y bajar la bragueta, para liberar su enorme verga, la cual se alzaba ante mi rostro, de manera imponente y provocativa. Me relamí y sin más ni más, me la metí en la boca de un solo bocado hasta lo más profundo. El señor Benjamín se dejo hacer, soltando un largo suspiro al sentir mi boca en su verga. Comencé una rica mamada, aunque debo decir que eran tales las ganas de sexo que tenia, que comencé con un ritmo algo acelerado. El señor Benjamín me miraba, recostado cómodamente del espaldar del sofá. –Con calma zorra, con calma, déjame disfrutar de tu boca, no vayas tan rápido… -me dijo, a lo que accedí y disminuí el ritmo. Recorría su verga como si yo misma me follara mi boca, pero ahora con delicadeza, con lentitud. Fui saboreando cada milímetro de carne dura que iba entrando y luego saliendo, su sabor era divino.

-Me preocupa que mi hija se junte con esta clase de furcias. Seguro que ya ustedes la pervirtieron lo suficiente y la hicieron toda una puta mamagüebos como tú y tú amiga Angélica, y sin contar a las otras perritas de la fiesta de ayer, que bien putas que vinieron con esos disfraces tan provocativos. Ni que decir cuando empezaron a meterles mano a todas ustedes y se dejaban. Son unas golfas…Si, no me cabe duda que mi hija también es como ustedes, además de que esta buena la muy zorra, se parece a Erika cuando tenía su edad. –dijo, mientras yo le practicaba la felación. Lo último lo dijo con cierto tono lascivo, lo que me llevo a pensar que el señor Benjamín estaba deseando a su propia hija. A pesar de sentirme sorprendida por sus palabras referidas a su hija, l calentura me tenía tan dominada que continúe haciendo mis deberes en su verga.

Tomo mi cabello, para pasar a controlar la mamada que le estaba practicando. Se inclino un poco hacia delante, para poder ver mi culo, y como se tragaba la tela del traje de baño. Me dio un buen par de nalgadas, para seguidamente meterme un dedo en el ano, lo que me hizo gemir aun teniendo yo su güebo en mi boca. Como pude, procedí a desatar el nudo del traje de baño en mi nuca, para poder quitármelo sin abandonar la posición en la que estaba, dejando que solo mi boca tuviera contacto con su trozo erecto de carne. Aun me tenía sostenida por el pelo.

Una vez me termine de quitar todo, y un ratito después de continuar la mamada, pase a hacerle una cubana. Tome mis dos hermosos pechos y los coloque a cada lao se su güebo, abrillantado por mi babita. Lo aprisione lo mas que pude y procedí con un buen sube y baja. El señor Benjamín no paraba de suspirar, recostado del respaldo de su mueble, ya sin mi cabeza entre sus manos. Las pocas veces que dejaba de verlo a los ojos, era solo para agachar un poco la cabeza y escupirle en su güebo, entre mis tetas. El, al poco tiempo de yo estar ejecutando esa tarea, paso a estimular mi vulva con su pie derecho, enfundado en unos zapatos deportivos. Este gesto me excito muchísimo, por lo que encima pase a mover mis caderas mientras aun le hacia la paja cubana con mis tetas, tratando de no perder el ritmo de ambas tareas.

Fue en ese momento que sentí un ligero temblor en el cuerpo del señor benjamín. Sorprendida, subí la mirada, y vi que Diana, mi amiga, tenía a su padre tomado por los hombros, acariciándoselos con delicadeza. Diana estaba completamente desnuda, con las tetas brillando, y su cuquita también.

-¡¡Hija!! –logro espetar el señor Benjamín, justo antes de que Diana le plantara un beso en la boca. Yo no sabía qué hacer, estaba muy sorprendida con todo esto. Una cosa era oír las palabras de una fantasía sexual, y otra es ver como una fantasía de esa magnitud se hace realidad frente a tus ojos. Seguía súper excitada, y más aun después de ver a mi mejor amiga tal como Dios la trajo al mundo, dándole un beso a su padre.

-Shhh papi, tranquilo –le dijo Diana tiernamente al separarse de la boca de su padre. –me vine primero que mami porque olvide llevar mi cedula…llevo un ratito viéndolos a los dos, y me encanto lo que acabas de decir de mi. Saber que te gusto, saber que te excito. ¿Sabes porque me encanto? Porque siento lo mismo por ti papi… -le dijo ella, para sorpresa tanto de su padre como mía. –Tengo muchísimo tiempo espiándolos a ti y a mami cuando hacen el amor. Me gustaba verlos a ambos desnudos. Quería sentir lo que ella sentía, cuando pegaba gritos de placer provocados por ti. Y a la vez quería poseerla a ella. Descubrí mi bisexualidad el primer día que los vi a los dos haciéndolo. Y no ha pasado un día que no imagine lo rico que sería probarlos a ambos en la cama. No pude evitar esconderme al verlos a ti y a Skarlet. no pude evitar desnudarme mientras los observaba, no pude evitar masturbarme, y no pude evitar meterme a participar…pase lo que pase… -termino de decir, para situarse a un lado del sofá, e inclinarse para meterse la verga de su padre en la boca. –mmmmmmmmmmmm –expreso ella fuertemente. Su padre echo la cabeza atrás, con un claro gesto de placer en su rostro, al igual que su hija.

Seguidamente a esto, tomo mi cabeza, y la dirigió hacia las bolas de su padre. Entendí perfectamente lo que esperaba, y comencé a lamerlas y chuparlas. El pie del señor Benjamín aun estaba pegado a mi cuca, por lo que reanude mis movimientos en esa zona. Ahora el morbo era él le ganaba el terreno a la sorpresa. Las dos comenzamos a darle la mejor de las atenciones al güebo del señor Benjamín. Diana no soltaba mi cabeza para nada, me mantenía la cara hundida en sus bolas, y, sin soltarme ni permitirme despegarme ni un milímetro de esa zona, cambio de posición, sacándose la verga de la boca, para sentarse de frente a él, en su verga. Eleve la vista, y vi claramente como la inmensa hombría del señor Benjamín desaparecía en el agujero vaginal de su hija. Esto me dio muchísimo más morbo, ver como el culo de Diana se acercaba a mi rostro, con la cuquita deslizándose por aquel delicioso mástil de carne. No solo aumente el ritmo de los movimientos de mi cadera, sino que también me lleve mi mano derecha a mi clítoris, para sobarlo, y darle suaves pellizcos que, en muy corto tiempo, me hicieron llegar al primer orgasmo de esta velada.

Mi orgasmo fue secundado por uno de Diana, quien no más llegar al final de la verga de su padre, quedando totalmente sentada sobre él, con sus nalgas pegando en mi cara, se corrió fuertemente, con severas convulsiones corporales, y manado desde el fondo de su vagina, una tremenda cantidad de liquido, gran parte del cual fue a parar a mi cara. Diana era una "squirt"

Luego de tan brutal orgasmo, comenzó un muy brusco sube y baja sobre la verga de su padre. No alcance a ver bien, pero si no me equivoco el señor Benjamín magreaba a gusto las tetas de su hija, al cuales botaban en frente de su cara. La sala de la casa se lleno con los fuertes gemidos de Diana y su padre, mientras yo veía en primera fila todo. En ningún momento deje de masajearle las bolas al padre de Diana con mi lengua.

Pasado un ratito, Diana se detuvo para quitarle la camisa a su padre, soltándome así la cabeza y dejándome separarme. Me puse de pie y me coloque entre ambos, pasando una pierna por sobre el señor benjamín, quien tomo mi culo con ambas manos y me coloco en una posición tal que mi cuquita quedo en su boca, para comenzar a lamerla y chuparla fuertemente, mientras Diana lo cabalgaba. Después de un ratito, Sentí como Diana se detenía, tomando mis nalgas por sobre las manos de su padre, y las abrió para hundir su rostro en mi culo, comenzando así a lamer mi agujerito anal y chuparlo tan fuerte como su padre me hacía en la cuca. Fue tan brutal la sensación, que al poco ratito de estar así, me corrí salvajemente. Ellos detuvieron el castigo al que me tenían sometida, y me vieron temblar un ratito. Al pasárseme los vestigios de este segundo orgasmo salvaje, me di cuenta que había una cuarta persona en el lugar. Era nada más y nada menos que la señora Erika, la madre de Diana.

Me baje rápidamente de encima del señor Benjamín. Diana al notar que su madre estaba viéndonos, perpleja, se bajo de encima de su padre. El rostro de la señora Erika denotaba sorpresa. Benjamín al verla, no sabía que decir, empezó a tartamudear algunas palabras. Yo me mantuve callada. Diana, en cambio, le tapo la boca a su padre.

-Mama…¿que tanto viste? –pregunto Diana a su madre.

-Lo…suficiente…como para…. –la señora Erika no podía hablar. Supongo que aun asimilaba la sorpresa. Diana se dirigió hacia ella rápidamente, la tomo de las manos y la dirigió al sofá donde minutos antes estábamos los tres fornicando, para luego sentarla allí. Se ubico de rodillas entre sus piernas, aun tomándola de las manos.

-Mami…¿oíste lo que yo dije al unirme a mi padre y a Skarlet?

-No…yo…acabo de…

-No te alarmes mami…se que suena desviado y perverso, pero esto es algo que tanto mi padre como yo hemos deseado. Por mucho tiempo quise hacerlo con él, para que me haga sentir lo que te hace sentir a ti cuando lo hacen. Además, el me gusta muchísimo, es guapo…así como me gusta Skarlet, y si, tu también…no sé cómo explicarlo, creo que más clara no puedo ser…mami sé que esto sonara ridículo, o absurdo, o perverso, o lo que quieras…pero te invito a unirte… -esto lo dijo Diana con tono suave, cariñoso, y lo último, donde invitaba a su propia madre a unirse al pequeño grupo, se lo dijo mientras le tocaba la cara interna de los muslos por sobre el jean. La señora Erika miraba a su marido, el señor benjamín con una extraña mirada, parecía perdida, confundida. Diana en ese momento comenzó a acariciar la vagina de su madre por encima del jean, obteniendo por respuesta un tímido gemido.

Diana al notar el gemido de su madre, comenzó a desabrocharle el pantalón, tratando de hacer cada movimiento lo más suave posible, cosa que logro hacer. Poco a poco, se los llevo hasta las rodillas, dejando ver el sexo de la señora Erika por completo, iba sin ropa interior. Comenzó a acariciar su clítoris suavemente, haciendo gemir más a su madre, mientras esta no dejaba de ver a su marido a los ojos, quien le sostenía la mirada. La labor de diana en el botoncito del placer de su madre, comenzó a surtir más efecto, provocando que la respiración d esta se agitara cada vez más, y gimiera cada vez mas alto. Cuando cerró los ojos y se mordió su labio inferior, para recostarse en el sofá, y levantar su pelvis un poco para ofrecerle el resto del coño a su hija, el señor Benjamín, sin decir nada, me tomo por el cabello, me puso de rodillas, y me inserto la verga hasta la garganta de un solo trancazo. A pesar del susto, seguía erecto. Yo por supuesto comencé a mamar, y mientras lo hacía, veía de reojo como la señora Erika tenia a Diana tomada por los pelos también, restregándole la vulva a su hija por toda su cara. En su rostro se notaba todo el placer que ella estaba sintiendo.

Diana, mientras le practicaba el oral a su madre, separo un poco las rodillas para poder tener su cuquita accesible a sus dedos. Comenzó a pajearse fuertemente, totalmente excitada con la situación. Se notaba que lo deseaba. Su padre noto la situación –ven, mi hija esta demandado placer, y tu, como buena putita que eres y con esa boquita de mamona, se lo vas a dar… -me dijo, sacando su verga de mi boca y llevándome a cuatro patas hasta el coño de su hija., quien se notaba como la señora Erika le restregaba aun la vulva, ya totalmente desnuda y esta vez ya pegando verdaderos gritos de excitación y placer. Me dirigió la cabeza hasta posarlas en su coñito depilado y suave, metiendo mi nariz entre sus nalgas, aprovechando que Diana estaba bastante inclinada hacia delante. Esta, al notar el contacto de mi rostro con sus genitales, retiro su mano, no sin antes buscar mi boca con sus dedos y meterlos en ella, haciéndome limpiarlo de sus deliciosos jugos. El señor Benjamín paso a darme güebo por la cuquita, no sin antes darle un par de palmaditas suaves, aumentando mis ganas de ser ensartada por aquella vara de carne.

Tardamos un rato en esta posición, en esta especie de "trencito". Yo en cuatro patas comiéndome la concha de mi mejor amiga Diana, mientras era cojida por el señor Benjamín, padre de esta, y mientras diana le practicaba un delicioso cunningulis a su propia madre, la señora Erika. Al poco ratito de haber comenzado, Diana alcanzo un brutal orgasmo, derramando una rica cantidad de líquido vaginal en mi boca, el cual bebí gustosa. Casi al mismo tiempo la señora Erika se corrió en la cara de su hija. A pesar de sus orgasmos, mantuvimos la posición u ratito más, hasta que yo alcance el mío, el cual fue bastante electrizante.

Luego cambiamos la posición. El señor Benjamín se sentó con las piernas abiertas en el piso, la señora Erika, después de soltar los cabellos de su hija, pasó las piernas por encima de las del él, y se ensarto la verga de este en su culo. Diana y yo, nos pusimos de pie entre ambos, quienes acercaron sus bocas hacia nuestras cucas, el señor Benjamín se ocuparía de la mía y la señora Erika de la de su hija Diana. Al momento en que comenzaron a comernos las conchas, ellos comenzaron un tímido movimiento con sus caderas. Diana y yo estábamos de pie dándonos la espalda, recostadas la una de la otra, meneando nuestras caderas al compas de las bocas de los padres de Diana. Pase mis manos por sobre mi cabeza, hacia atrás, para acariciar la cabeza de Diana, ella hizo lo mismo, y comenzó a acariciar mi rostro, mi cabello, mientras gemíamos como unas locas de placer. Sentía la lengua del señor Benjamín castigando mi clítoris con deliciosos movimientos, ayudado de vez en cuando por sus labios, aprisionando mi rosado botoncito entre ambos, con fuerza, chupándolo. Me hacía temblar. Además de esos, sus dientes a veces me rozaban, e incluso llegaba a morderlo con suma suavidad, lo que me volvía más loca aun de lo que ya estaba. Esto, aunado al roce de mi culo con el de Diana, y el morbo de la situación, me hicieron estallar en un nuevo orgasmo, entre gritos y jadeos. Diana también obtuvo el suyo unos minutos después, casi al tiempo que su padre.

Este, después de acabar, saco su verga del culo de la señora Erika, la cual se puso a cuatro patas, mostrando el gran agujero anal, abierto como un túnel. El señor Benjamín se arrodillo delante de ella y metió su güebo en su boca, y esta procedió a mamarlo, limpiándolo de todos los fluidos, con bastante hambre. Hacía bastante ruido al mamárselo, se veía en su rostro que lo degustaba con pasión y mucho amor. A juzgar por el rostro de su marido, sí que lo hacía perfectamente.

Me puse a cuatro patas detrás de ella y procedí a mamarle el culo, metiendo mi lengua lo mas que podía y moviéndola cual serpiente, como la puta zorra morbosa que era, mientras le sobaba e clítoris y Diana se masturbaba viéndonos a los tres. Chupe lo más que pude, y logre extraer toda la leche del señor Benjamín del agujero anal. Con gran cantidad de líquido seminal en mi boca, Diana dejo de masturbarse y se puso de rodillas a mi lado y me planto un delicioso beso en la boca, haciéndome compartir todo el fluido con ella. Enfundadas en el beso, nos tragamos todo. Nos separamos, nos vimos a los ojos, y no pudimos sonreír de manera picara. Diana continuo la masturbación, y acabo en otro orgasmo, aunque un poco as tímido que los anteriores. La señora Erika, dejo de chuparle la verga a su marido y este paso a masturbarla también, teniéndole recostada de él, con las piernas abiertas y masturbándola mientras se besaban. No tardo en llegar al nuevo orgasmo.

Después de eso nos quedamos viendo todos, en silencio. Habíamos gozado muchísimo, con algo que nunca nos imaginamos, y que muchas personas considerarían como una fuerte perversión, o peor. La señora Erika sin decir nada se fue a su habitación, el señor Benjamín la siguió. Ambos sin decir ni una palabra. Diana y yo conversamos poco a solas en la sala, desnudas, para luego pedirle que me abriera la puerta de su habitación. Tomo las llaves del pantalón de la señora Erika y nos dirigimos allí, tome mis cosas, me vestí con ropa limpia que había llevado, y procedí a irme de la casa obviamente después de despedirme de Diana, quien se mantuvo desnuda todo el tiempo. De sus padres no me despedí, no quería interrumpirlos en su habitación, además que me daba algo de vergüenza verlos a la cara después de todo esto.

Las semanas siguientes en la universidad pasaron normales con Diana. Angélica no volvió a dirigirme la palabra ni la mirada, me imagino que de vergüenza, después de haberla encontrado con el señor Benjamín en el sótano de la casa. Si ella se enterara de lo que ocurrió después....bueno, además de tratarnos normalmente como las buenas amigas que somos, lo cierto es que mi relación con Diana se expandió a un nuevo horizonte: el sexual. Y no solo con ella, sino con sus padres, ya que más de una vez llevamos a cabo otras mini orgías al igual que la ocurrida ese último día del Fin De Semana De fiesta…de fiesta sexual…

FIN

Bueno, este ha sido el final de esta extremadamente corta saga de dos capítulos. Espero la hayan disfrutado mucho. Me disculpo por la demora nuevamente. Muchísimas gracias por leerme, si tienen algún comentario, pueden dejarlo en la pagina, o bien pueden escribirme un mail a la siguiente dirección: skarletpricet@yahoo.es ATENCION: se les agradece evitar agregarme para chatear, ya que rara vez me conecto a esa cuenta con esa intención, solo visito la bandeja de entrada del correo. Besos.

Skarlet.