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Esclava Universitaria (5, FINAL + Epilogo)

en Dominación

¡¡HEY!!

 

Este relato es FICTICIO, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

 

Se recomienda leer las primeras tres partes de esta historia:

Esclava Universitaria: http://www.todorelatos.com/relato/90234/

Esclava Universitaria 2: http://www.todorelatos.com/relato/90523/

Esclava Universitaria 3: http://www.todorelatos.com/relato/90795/

Esclava Universitaria 4: http://www.todorelatos.com/relato/91110/

 

 

Esclava Universitaria (Quinta parte, FINAL)

            -Tetas, mueve esos melones y tráeme una limonada, que este bien fría. –Me ordeno mi Amo Martin.

            -Si Amo, como ordene –le conteste mientras me ponía de pie, para entrar a la casa con rapidez y dirigirme a la cocina. Allí busque agua, limones, azúcar y bastantes hielos y procedí a preparar la bebida en una jarra de dos litros, la cual prepare completa. Me tarde unos 10 minutos haciéndolo todo, y la lleve al patio trasero, donde estaban mis Amos en unas tumbonas a orillas de una gran piscina, descansando mientras tomaban el sol. A diferencia de mi, que llevaba puesto el micro bikini rojo que había comprado el día anterior, mis Amos estaban totalmente desnudos, abrillantados por la crema bronceadora que yo misma les había aplicado minutos antes.

Les serví a ambos un vaso con el liquido, aunque mi Ama Raquel me lo derramo encima de mis tetas, ya que ella no deseaba limonada aun. –Túmbate en el piso a mi lado tetas, boca arriba. –me ordeno mi Amo Martin. Yo obedecí luego de limpiarme bien el jugo derramado, acostándome a un lado de la tumbona, boca arriba. Mi Amo tomo un bote de bloqueador solar y sentí que derramo un poco en mi pubis, que estaba casi completamente al descubierto con el micro bikini. No lo esparció, lo dejo allí. Me quede tomando el sol durante una hora, y luego me ordeno voltearme, colocando bloqueador en mi nalga derecha, de igual manera, sin esparcirlo. Durante otra hora tome el sol.

            -Bien puta, no te relajes mucho, debes ir a comprar la comida. –me dijo mi Ama Raquel. –Ve al restaurant “Caribbean” en el pueblo y dale al portero esta nota –me decía mientras me extendía un sobre. –El entenderá. ¡Ah!, y se amable… -me ordeno. Tome el sobre.

            -Ama disculpe, ¿iré así vestida? –le pregunte.

            -¡Claro! Es la única ropita que te trajimos. Los otros conjuntitos los botamos…Ahora si quieres ir desnuda…-me dijo.

            -No Ama…iré así. –le dije.

            -Jajajaja cuida mucho tus prendas, mira que ya debes una buena cantidad de dinero en tu tarjeta de crédito y no estamos dispuestos a comprarte más ropa jajajajajaja –me dijo mi Ama Raquel mientras me iba.

Hacía bastante calor, afortunadamente tenía unas cholitas playeras para no quemarme con el piso. Me fui a pie todo el camino, a los 5 minutos ya estaba totalmente sudada. Vi hacia mi pubis y me di cuenta de lo que mi Amo había hecho con el bloqueador: me escribió en el pubis “Mi nombre es TETAS”. Obviamente dirigí mi vista a mi nalga derecha, para ver que me había escrito allí, y vi la frase “Úsame. Abúsame.”. No era algo que yo pudiera quitar en ese momento, ya que la piel la tenia tostadita y esas palabras quedaron marcadas en mi bronceado, al igual que la marca del micro bikini. Una vez más, no pude evitar excitarme más de lo que ya estaba.

Al poco rato de camino, comencé a llegar a la punta de la urbanización de cabañas de alquiler. Había bastante gente en ellas, y comenzaron a llover miradas en mí. Miradas reprobatorias en mujeres, y miradas lascivas en hombres. Más de un silbido me pegaron así como más de un piropo y palabras obscenas me dijeron. Realmente estaba humillada, me sentía como una puta callejera.

Tarde un buen rato en llegar a la entrada de la urbanización. No sabía donde quedaba el restaurant, por lo que no me quedo otra que preguntarle a la primera persona que vi. Un hombre joven, como de unos 30 años, que en todo el rato, desde que me acercaba hasta que me iba, no dejo de verme las tetas. Incluso note como el paquete se le abultaba.  Por las indicaciones que me tartamudeo (supongo que al tenerme cerca y en esas fachas se puso nervioso) pues me di cuenta que en realidad quedaba bastante cerca, 3 cuadras más hacia la playa, de hecho, el restaurant quedaba a la orilla del mismo, con una extensión que quedaba incluso en la arena. Me dirigí allí, víctima de las miradas de las personas que me conseguía en el camino.

Al llegar vi al portero. Un negro enorme, con cara de pocos amigos. Me vio de arriba abajo, interponiéndose entre la entrada al local y yo. -Está prohibida la entrada de personas en fachas obscenas. –fue lo que me dijo. Yo, sin decir nada, le di el sobre que mi Ama Raquel me había entregado. Lo abrió y leyó la carta, y al terminar, me vio de arriba abajo nuevamente, y sonrió con malicia. –¡Robert! –dijo en voz alta, llamando a otro chico que estaba dentro del restaurant.

            -Dime. –le contesto Robert mientras se acercaba, un chico alto y bastante musculoso también, aunque no tanto como el gorila.

            -Cúbreme, tengo una entrega especial para el jefe. –le dijo. Robert al verme casi se le salen los ojos. Sé que estábamos en la playa y ver mujeres en bikini es lo normal, pero si algo es cierto es que me veía demasiado escandalosa con mi físico y el micro bikini puesto.

Dicho todo, el negro me tomo de la nuca suavemente, y me llevo por un lateral del local, entramos por un estrecho callejón que separaba el restaurant del edificio de al lado, y entramos por una pequeña puerta, pasando a un pequeño corredor con unas escaleras, las cuales subimos para seguidamente pasar por otra puerta y entrar a una oficina con aire acondicionado.

            -Jefe, aquí nos mandan Raquel y Martin. –Le dijo el negro, entregándole la carta.

            -Bien, gracias Pedro –le contesto el jefe recibiendo la carta. El jefe era un hombre de unos 52 años, bastante flaco, con cabello canoso y no muy alto. Leyó la carta, y luego la coloco sobre el escritorio. –Bueno, bueno, bueno…Un pedido especial para esta tarde. Y vaya forma de pagar… -Dijo el jefe, viéndome de arriba abajo relamiéndose. –Llevémosla al cuarto…No tenemos mucho tiempo –le termino de decir a Pedro, quien nuevamente me tomo de la nuca, aunque ya no de una manera tan suave. El jefe tomo la carta y me dirigieron por una puertita secreta en la oficina, por la cual pasamos a un pasillo estrecho de escaleras de caracol que se perdían hacia abajo.

No sé cuantos pisos bajamos, solo sé que dio la impresión de quedar por debajo del nivel del suelo. Llegamos a una estancia, donde habían dos puertas y un delicioso olor a comida. El Jefe abrió la puerta de la derecha, y entrego el papel a alguien. Luego se dirigió con Pedro y conmigo a la puerta de la izquierda.

Entramos en un cuartito bastante pequeño, sin ventanas. El olor allí cambio un poco, era ahora de humedad. Las paredes de la habitación estaban muy curtidas, sucias. Del lado de la puerta habían dos cámaras filmadoras, apuntando hacia un colchón que estaba tirado en el piso en la pared de enfrente. Pedro me ubico ante el colchón, y el jefe apunto las cámaras hacia mí.

            -Bien tetas, quítate los trapitos que tienes encima. –me ordeno. Yo obedecí, dejando ya mis preciosas tetas al aire, mostrando los anillos en los pezones que mis amos me habían colocado el día anterior al llegar a la casa. También deje al aire mi cuquita, mostrando el anillo de mi clítoris. –ponte las manos en la cabeza y separa un poco las piernas. –me ordeno. Obedecí. En ese momento el jefe le hizo una seña a Pedro, quien salió un momento de la habitación. El jefe saco la verga de su pantalón. No era grande, y tampoco gruesa. Se comenzó a masturbar viéndome.

A los 5 minutos la puerta se abrió. Entro Pedro con un maletín que dejo en el piso al lado del jefe, vestido con una especie de pantalón de cuero negro, aunque le faltaba la parte que cubría toda su entrepierna y el culo. Parecían más bien botas a medio muslo con ligueros. Sonrió al verme, esta vez con sonrisa sádica, y se puso una máscara de cuero que cubría toda su cabeza, con un agujero para sus ojos y otro para su boca. Se arrodillo ante el jefe, y, para mi sorpresa, le comenzó a hacer una mamada.

El jefe saco del maletín un collar de cuero, y me arrojo, pegando en mis tetas y cayendo al piso. –póntelo inútil. –me ordeno. Yo me agache y lo recogí, colocándomelo en mi cuello, mientras el jefe me arrojaba el extremo de una cadena a un lado. –abróchalo al anillo. -Me ordeno, con una respiración que se iba  agitando poco a poco mientras Pedro se lo mamaba. Obedecí, abrochando la cadena al anillo en el collar. Para cuando me puse d pie en la misma posición que tenía antes, ya el jefe tenía una cámara filmadora de mano apuntando también hacia mí. Con su mano libre halo la cadena fuertemente –ponte en cuatro. –me ordeno mientras me jalaba. Yo obedecí y me puse a cuatro patas. –mámale el culo al gorila –me ordeno. A pesar de que me dio algo de asco, termine por obedecer, metiendo mi cara entre las peludas nalgas de Pedro, o “el gorila” como le acababa de decir el jefe.

            -Soy una persona de ciertos gustos… -comenzó a decir el jefe mientras el gorila se lo mamaba y yo le mamaba el culo al gorila y el nos filmaba a ambos. –me gusta ver ciertas cosas…Oye gori, ¿la puta esta te mama el culo rico? –le pregunto a Pedro. El gorila asintió con la cabeza sin dejar de mamar su verga. –jajaja perfecto. Ya sabes que hacer. –le dijo.

El gorila se separo de la verga del jefe, se puso de pie y se volteo a hacia mí, haciendo que yo dejara de mamarle el culo. Ahora me hacia mamarle el güebo, que estaba erecto, era bastante grande y grueso. Comencé a recorrer su enorme verga con la boca, de arriba abajo, mientras pensaba n que otra cosa me encontraría en este pequeño mundo de perversión en el que ahora estaba metida. Estaba muy sorprendida, el gorila es bisexual y el jefe es…una persona muy extraña.

El jefe se siguió masturbando mientras me filmaba mamándole el güebo al gorila, quien con sus manos poseía mi cabeza y me hacia mamarlo con cierta brusquedad y rudeza. Las babas caían de mi boca al piso, así como de sus bolas, ya que escurrían por todo ese trozo de carne también desde mi boca. No pasamos mucho tiempo así, ya que el negro me tomo por el pelo y con mucha violencia me arrastro hasta el colchón, donde me tiro cayendo yo a cuatro patas. El negro con su pie derecho me piso la cabeza haciéndome pegarla del colchón. –Abre tus nalgas para mi tetas. –me ordeno, y yo obedecí, quedando con mi culo en pompa y separando mis nalgas, ofreciendo mi agujerito anal al gorila.

El, sin pensarlo mucho, procedió a metérmelo directamente en el culo, haciéndome ver las estrellas tanto del dolor como del placer. Sentí como me desgarraba el culo, como mi ano se abría con brusquedad para admitir a su invasor. El jefe seguía filmando la escena, mientras se masturbaba. Pedro mantenía mi cabeza pisada contra el colchón mientras iniciaba un fuerte mete y saca en mi orto. Yo comencé a pegar gritos, tanto de dolor, como de placer “¡así! ¡Más duro negro maricon!” “¡rómpemelo, rómpeme el culo!” eran un par de todas las cosas que le decía. El gorila me daba cada vez con más violencia, mientras el jefe seguía masturbándose y filmándonos, con una sonrisa sádica dibujada en su rostro. Yo seguía fuera de mi, totalmente excitada, me fascinaba todo esto, me encantaba como el negro me empalaba el culo sin miramientos. Y me encantaba ser una actriz porno para este viejo depravado.

Aunque todo este éxtasis duro muy poco. El negro se corrió en mi culo después de un fuerte gemido, entre fuertes temblores. Sentí una buena cantidad de leche caliente inundando mis entrañas.

El gorila se quito de encima de mí. Yo me quede en la misma posición, con el culo en pompa y la cabeza pegada al piso, separando mis nalgas con mis manos. El jefe tomo un primer plano de mi culo roto por el negro. –jejeje buen trabajo gori. –le dijo, para darle la cámara al gorila y acostarse a un lado. –Siéntate en mi cara –me ordeno. Yo, atónita, obedecí, sentándome en su cara, poniéndole el culo en la nariz y la cuquita en la boca. Comencé a pajearlo mientras él con su lengua hurgaba en mis genitales. Sentía la leche del negro escurrir por mi culo hacia abajo, y sentía como el jefe succionaba mi agujero anal para extraer toda la leche del negro. Pedro filmaba, y mientras lo hacía, me tomo del pelo y me hizo mamarle el güebo al jefe, quedando los dos en un 69.

No paso mucho rato para que el jefe se corriera en mi boca, escurriendo parte de la leche por toda su verga y sus bolas. Continúe mamando aun después de que el dejara de eyacular, y acto seguido soltó un buen chorro de orina en mi boca. Durante la semana que estuve en casa de mis amos Martin y Raquel, ya me habían hecho la lluvia dorada, así que ya no me asqueaba tanto la práctica, aunque el hecho de ser un viejo asqueroso con ciertas desviaciones le dio el toque morboso y sádico. Bebí un poco, dejando que el resto escurriera por todo el cuerpo del jefe y el colchón.

Acto seguido el jefe me hizo a un lado empujándome. Se puso de pie y le quito la cámara al gorila. Yo estaba sentada recostada de la pared, tocando mi clítoris anillado, estaba muy excitada. Se mantuvo filmándome mientras me masturbaba, y al poco rato llegue al orgasmo entre temblores y fuertes gemidos. En ese momento de jadeos, con mi boca abierta, el jefe me escupió la leche del negro que saco de mi culo directamente en mi boca. Me sentí el ser más asqueroso del planeta. Estaba sorprendida por todo lo que había ocurrido, por todo en lo que me había convertido, y el corto lapso de tiempo en que había llegado a estos límites.

El viejo me quito la correa del cuello y me puso de pie. Tomo mi micro bikini rojo y me metió ambas piezas del mismo en el culo. Luego fue al maletín donde busco una larga cadenilla delgada, la cual paso por el aro de mi clítoris, y por los de mis pezones, abrochando los extremos de la cadena en mi nuca. Luego tomo otra más corta, con la cual unió los aros de los pezones entre sí, quedando algo holgada. Acto seguido, saco un par de pezoneras negras, abrochándolas a los aros de los pezones también, y que me tapaban toda la aureola y por ultimo algo pared a las pezoneras pero un poco más grande, colocándola en el anillo de mi clítoris y que servía para cubrir esa parte al menos. En la cadena que unía mis pezones, colgó un pequeño letrero bordado en tela blanca que rezaba “mamo güebo a 20Bs” en letras grandes y negras y bajo esta frase en letras pequeñas y negras también “si no queda satisfecho, use mi culo GRATIS”.

Me asusté con las intenciones de toda esta parafernalia. Pero no había vuelta atrás, debía obedecer. El jefe me filmo de cerca, recorriendo mi cuerpo con el lente de la cámara. Luego la apago y Pedro abrocho un aro en mi nariz (aprovechando que mis amos ya me habían abierto el agujero para ello el día anterior, así como en mi lengua, aunque ese no fue usado en ese momento por ellos) para luego abrochar a ese aro otra cadenilla larga y halando de ella, me llevo junto con el jefe afuera de la habitación.

El jefe paso un momento por la habitación de al lado, que desprendía todo ese olor a comida, aunque el olor asqueroso de orina en mi cuerpo lo opacaba un poco. Como yo estaba ubicada junto con el gorila frente a la puerta, logre ver hacia adentro de esa habitación: no era más que una cocina, una muy peculiar, ya que adentro logre ver a unas 5 mujeres desnudas, anilladas todas en los pezones hasta donde alcance a ver, haciendo las labores. El jefe le daba instrucciones a una sexta mujer de piel negra, musculosa, la única que tenía prendas puestas, aunque solo se trataba de un corset y unas botas a medio muslo. Por lo que note de los cuerpos de todas ellas, incluyendo d la negra, adentro hacia calor, ya que estaban sus cuerpos sudados y brillantes. Luego de terminar de dar las instrucciones, el jefe cerró la puerta y se dirigió por las escaleras de caracol hacia arriba, seguido por Pedro que me llevaba de la cadenilla en mi nariz, hasta llegar a la oficina con aire acondicionado de nuevo.

Allí se cambiaron de trajes tanto el jefe como el gorila, colocándose ropa limpia ambos. A mí me dejaron en las mismas fachas de las cadenas y pezoneras. Estaba asustada por ello. El jefe escribió con un bolígrafo en la misma carta de mis amos, la cerró en un sobre y me la dio. –Entrégale esto a tus amos. –me dijo. Luego volteo a ver al negro. –Pedro. –le dijo, con cierto gesto en su rostro. El gorila halo la cadena nuevamente y me llevo afuera del local, al mismo callejón lateral por el cual entramos.

            -Espera. –le dije, deteniéndome –no pensaras que me voy a ir así ¿verdad? –le termine de decir. Lo del micro bikini era aceptable, prácticamente estaba desnuda, pero era aceptable. Pero con estas fachas la cosa cambiaba mucho. El culo y la vulva los tenia al aire totalmente, las cadenas y las pezoneras me hacían parecer una puta de verdad. Y el letrerito en mi pecho pues…

            -¿Tu qué crees tetas? –me respondió, mientras me quitaba la cadena de la nariz.

            -Por favor, no me hagas esto. Lo del micro bikini es una cosa…pero…¿¿Esto??

            -Problema tuyo imbécil –me dijo con una sonrisa, y me llevo a empujones fuera del callejón. –lárgate o tus amos se enteraran de todo. –me dijo. Recordé bien las condiciones que mi Amo Martin me había dicho: la más mínima estupidez mientras estaba con él, los videos saldrían a la luz. No me quedo más remedio que irme así mismo. Afortunadamente me dejaron las cholitas para no quemar mis pies con el pavimento ardiente.

Extrañamente las calles estaban desiertas. En mi camino de regreso no vi a nadie más, bueno, a excepción de una pareja de novios, de los cuales logre esconderme tras un árbol para que no me vieran así como iba. Mientras pasaban cerca, logre oír que el chico le decía a la chica que su hermano estaba en el concierto gratuito de Ska (género musical, por si no lo sabían) en la playa. Me imagine que las calles estarían solas ya que todo el mundo había ido al concierto, y me pregunte si el jefe lo sabía y por eso me hizo ir así vestida o si fue pura casualidad.

Cuando estuve segura de que los chicos se habían ido, Salí de mi escondite de detrás del árbol, pero en ese momento me tope de frente con un hombre mayor, de unos 60 años, gordo, y canoso. Me quede helada sin saber qué hacer, tiempo que el viejo aprovecho para detallarme enterita de pies a cabeza y leer el letrero de mi pecho. Sonrió, mostrándome una dentadura no muy agraciada que se diga, me tomo del cuello, y me llevo detrás del mismo árbol que estaba a orillas de un rio (la zona de cabañas es bastante boscosa y había un rio en cierta parte del camino)

Me hizo ponerme de rodillas, y de sus shorts, saco su verga. Era bastante pequeña, fláccida, y peluda. Tomo mi cabello y me llevo hacia  la verga para mamársela. Yo, puta al fin, me puse manos a la obra. Sabía extraño su verga, y a pesar de lograr conseguir la erección, no dejaba de ser bastante pequeña. Aun así hice que se corriera en muy poco tiempo, yendo a parar unos 4 chorros de espesa leche en mi cara y mis labios. En ese momento saco un billete de 20 Bs y lo tiro encima de mí, cayendo al piso. Se subió los shorts y se fue. Yo me quede extrañada por todo, y seguí mi camino, sin conseguir a mas nadie hasta llegar a la casa de mis Amos afortunadamente.

Allí me abrieron la puerta del garaje, por donde entre. Quedaron fascinados por la pinta que tenia encima con las cadenas y las pezoneras. Me sacaron el micro bikini del culo, y me llevaron al sótano de la casa, donde fui despojada de mi “vestimenta” actual y fui esposada de las muñecas con las manos en alto, a una de las vigas en el techo del sótano. Quede allí de pie con los brazos estirados del todo hacia arriba. Mis amos con una manguera me “ducharon”, poniendo atención a mis genitales. Luego de esto, apagaron la luz y se marcharon, dejándome allí.

No sé cuánto tiempo paso, me imagino que unas 3 o 4 horas, hasta que mi Ama Raquel volvió a entrar. Encendió la luz de la habitación y procedió a maquillarme. Delineo mis ojos con color negro, y pinto mi boca con color rojo furioso, para luego aplicar un poco de colorete rosa en mis cachetes. Luego de esto, me quito los anillos de mi lengua y de mis pezones, dejándome el del clítoris y la nariz. Me coloco un micro hilo, parecido al rojo del micro bikini, pero de color negro, que además, llevaba encajes blancos en los bordes del mismo, aunque mas que todo se notaban por delante, ya que por detrás, mis nalgas lo devoraban.

 Me hizo enfundarme en unas botas de látex negro que me quedaron a medio muslo, tan pegados que demarcaban a la perfección la curvatura de mis piernas, pareciendo incluso una segunda piel. Estas botas tenían una inclinación de infarto, con tremendos tacones de aguja de 20 centímetros.

Acto seguido me quito las esposas, colocándome guantes de látex que llegaban hasta la mitad de mis brazos, y por último, me coloco unos nuevos anillos en mis pezones, a los cuales abrocho una cadenita en cada uno. En el pezón izquierdo, un destapador de botellas, y en el derecho, un encendedor (o mechero, como quieran decirle). A ambas argollas de los pezones, también ajusto otras dos cadenas, que las unirían con otra argolla en mi lengua, dejándola del todo afuera de mi boca. Para finalizar la pinta morbosa, me coloco una cofia en la cabeza, sin olvidar el collar con la plaquita que rezaba mí nombre, “tetas”.

Fui llevada fuera del sótano, a la planta baja de la casa. Quede helada al ver a una buena cantidad de personas arriba. Estaban el jefe del restaurant, los hombres que habíamos visto antes de venir a la playa (Carlos y Benjamín), y muchas otras personas. La parte más ruda, fue ver a mis cuatro ex novios del último semestre, quienes me vieron y sonrieron de manera burlona y maliciosa. El patio trasero, donde estaba la piscina, tenía bastantes mesas alrededor de la misma, y habían invitados sentados. Todos vestidos de manera muy formal y elegante.

            -Tetas, ya sabes que hacer. Pobre de ti si nos decepcionas.-Me dijo mi ama Raquel. Obviamente sabia que a se refería: a servirles a todos, como la esclava que era. Ya estaba jodida. Ya me vieron mis ex novios. Mis Amos tenían videos comprometedores míos. Y lo que es peor, había aceptado todo esto a sabiendas que a la mas mínima torpeza mía mis amos difundirían el video. Es más, hasta había suplicado por venir. Y no me iba a engañar, todo, a pesar de ser realmente humillante y hasta peligroso, por el hecho de que esto podía acabar con mi vida tal cual la conocía, pues, sencillamente, me excitaba sobremanera, y en ese mismo instante, estaba realmente excitada. No decepcionaría a mis Amos.

El final de la tarde y el comienzo de la noche fue bastante sencillo. Iba a todos lados con la lengua al aire, sirviéndoles cerveza, vino, champagne y whisky a los invitados, según me lo iban ordenando. Les daba el encendedor o el destapador de mis tetas según sus deseos, y usaban mi boca abierta como cenicero o escupidero. Para mi sorpresa, nadie me uso sexualmente, y pensar que mis genitales lo deseaban a gritos, mas aun cuando además de todo esto, era víctima de constantes manoseos y magreos.

Era común oír las frases dirigidas a mí. Desde aquellas donde me ordenaban llevarles bebidas, como “hey tetas, mueve el culo y tráeme una cerveza”, “dame el encendedor estúpida, quiero encender mi habano”, “necesito un destapador”, “tetas ve y trae whisky”, como también los comentarios dirigidos hacia mi directamente como “con esas tetas no se podía esperar más de ella”, “eres una puta culona y tetona y te vamos a dar hasta por las orejas cerda estúpida” y otras lindezas. Poco a poco fueron llegando los azotes a mis nalgas e incluso a mis tetas.

No tuvo que pasar mucho tiempo para que mis agujeros sexuales fueran rellenados con vergas. Los primeros en usarme fueron mis cuatro ex novios, quienes no perdieron el tiempo para insultarme y darme realmente duro por mis agujeros. Incluso el que nunca me cojio por el culo, me lo metió por ese agujero sin dilación alguna. Luego fueron pasando el resto de los invitados, uno por uno, por mi cuerpo. Era el juguete de todos. Yo, en ningún momento, deje de servir los tragos, podía estar siendo penetrada salvajemente, pero en ningún momento pare de servir. Incluso me movía para aquellos que me penetraban cuando no tenía que hacer mas nada. Afortunadamente logre servir bien a todos los caprichos de mis Amos y sus invitados, sin cometer errores.  

-Señoras y señores, damas y caballeros. –interrumpió mi Amo Martin al público, a eso de las 10 de la noche. –Primero que nada, quiero agradecerles a todos el que hayan asistido a esta modesta reunión. Si no me equivoco, todos conocen ya a Tetas. –Dijo, señalándome. –Dinos, tetas, ¿te gusta todo esto? ¿Te gusta ser una esclava? ¿Te encanta ser usada y humillada? –me pregunto.

-Si Amo. Adoro esto.-Conteste en voz alta.

-Dinos lo que eres. Preséntate. –Me ordeno.

-Mi nombre es Tetas. Soy la esclava de mi Amo Martin y mi ama Raquel. Me gusta ser lo que soy, y les agradezco a mis amos el haberme introducido a este mundo. Los amo y adoro, y les ruego, les suplico, les imploro que me usen como deseen, cuando deseen y donde deseen.

-No está mal. –Dijo mi Amo. –En realidad amigos, su nombre es Skarlet, para aquellos que no lo sabían. Su apellido es xxxxx y su número de cedula es xxxxxxxx. Vive en xxxxxxxxx en la vía del Junquito. Tiene a su madre, divorciada, y dos hermanas más. ¿Qué pensarían ellas si te vieran así? No contestes puta inepta, es retórica la pregunta. Todos sabemos lo que ocurriría si salieran a la luz las fotos y videos que te hemos hecho durante todo este tiempo. Y a juzgar por todo lo que has hecho, y dicho, no te importa. Y entonces, como vemos que no te importa, pues, queremos presentarte a nuestro invitado especial de la noche. –Dijo mi Amo, señalando hacia el balcón de la sala del segundo piso. Casi me da un infarto cuando vi a Vicente, mi padrastro, allí arriba. Su sonrisa era de malicia, su mirada era de maldad pura. Pensé en mi vida, en mi familia. Esta consecuencia no la llegue a calcular del todo, perdida en mi calentura. –Ven amigo, baja, únetenos. –le dijo. –Señores, esta perra inútil siempre se ha interpuesto en la felicidad de Vicente y de su madre. Vicente es el padrastro, y siempre Skarlet lo ha odiado, e incluso ha saboteado la relación entre ambos. ¡Pero ya basta! Vicente, siéntete libre de hacer lo que te plazca con este pedazo de mierda. –le dijo mi amo, mientras Vicente se acercaba a mí.

Lo primero que hizo fue propinarme una fuerte bofetada. Me dolió muchísimo, más que todo por la lengua que la tenía estirada hacia afuera del todo. Luego tomo mi cabeza y me coloco de rodillas ante él. Desabrocho las cadenillas de las tetas que la unían con mi lengua, aunque no las quito de esta última. Tomo una botella de whisky, e introdujo el pico en mi boca, derramando bastante liquido en ella. Yo trague cuanto pude, y el resto escurrió por mi cuerpo, más aun cuando tosí por el ahogo que me provoco. Quede bastante mareada por este hecho.

Acto seguido tomo ambas cadenas de mi lengua, y jalo hacia adelante, haciéndome quedar en cuatro patas. Así me mantuvo para colocarse sobre mi espalda viendo mi culo, y romper el hilo, dejándome solo con los guantes y las botas. Separo mis nalgas al máximo con ambas manos, para mostrarle al público mis agujeros. Luego metió dos dedos en mi culo, sacándolo lleno de leche, la leche de todos los que durante la noche me habían cojido por ese agujero.

            -Ay Skarlet…o mejor dicho, tetas…Sabia que algún día yo te iba a joder la vida…no me imagine que sería tan pronto…y de qué manera…Durante mucho tiempo te mostraste ante mí, vestidita de manera provocadora….mostrando de mas…es hora de que no solo muestres, sino me otorgues jajajajajajaja –me dijo, mientras me metía los dedos en la boca para que se los limpiara, cosa que hice con suma diligencia. Pensé que tal vez si me comportaba bien, podíamos mantener esto en secreto, aunque la verdad, esto me tenía realmente excitada.

Me dio una fuerte nalgada, levantándose de mí, tomando mis caderas, y penetrándome (no me di cuenta en qué momento se había sacado el güebo del pantalón). Su güebo era bastante normal de tamaño y grosor, y como ya tenía el culo bien abierto, pues, entro sin mucha dificultad. Aun así, al ser yo estrecha de mis agujeros, ambos pegamos un delicioso gemido de placer. En ese momento, uno de los invitados se ubico delante de mí, y me metió el güebo en la boca, y yo, por supuesto, comencé una frenética mamada.

Duramos un buen rato así, y luego el invitado y Vicente se intercambiaron posiciones. Vicente, para mi sorpresa a cabo en mi boca. El otro hombre, en cambio, me siguió dando por el culo un buen rato más, lo que aprovecho otro invitado de la fiesta para ocupar mi boca.

Estuve unas dos horas en la misma posición, a 4 patas recibiendo güebos en mi boca y mi culo. No solo recibía vergas en mi boca, también cucas, muchas de las invitadas se pusieron delante de mí para que les hiciera una buna mamada, y más de una no solo me hizo mamarle la cuca, sino también el culo, cosa que hice con muchísimo gusto. Recibí una buena cantidad de corridas en mis dos agujeros (en mi boca tanto masculinas como femeninas, ya que más de una era squirt).

            -Wow, ya hasta da asco cojersela por el culo, lo tiene muy lleno de leche jajajaja –dijo mi Amo Martin.

            -No te preocupes mi amor…Aquí tengo lo necesario para ese detalle. –le dijo mi ama Raquel. Se fue adentro de la casa, y salió al poco rato con todos los instrumentos para un enema. Lo armaron entre dos invitados y mi Ama, mientras que Vicente me azotaba el culo, y me hacia darle las gracias por cada uno de los azotes, además de pedirle perdón por mi actitud estúpida par con él en el pasado. Todos reían divertidos de como yo me movía tras cada azote.

Una vez que el enema estuvo preparado, Vicente me llevo, halando las cadenas de mi lengua, hasta el centro del patio trasero. Allí, me fue colocado el enema. No sé cuánto me pusieron, pero sé que fue una cantidad realmente grande. De hecho, me fije en mi panza y se veía ligeramente abombada. Por supuesto, las ganas de evacuar eran realmente atormentadoras. –jajajaja la cerda tiene ganas de cagar. –dijo Vicente al ver mis esfuerzos por retener el enema. Todos se burlaban de mí.

            -Si tiene ganas de cagar, pues que se gane el derecho. –Dijo Benjamín.

            -Cierto…¿Qué sugieres? –Le pregunto mi ama Raquel

            -No lo sé…solo se me ocurrió eso jajajaja. –Dijo Benjamín.

            -Yo tengo una idea. –Dijo Carlos. –Espérenme aquí, tengo algo que me servirá en mi camioneta. –Dijo, yéndose rápidamente a donde tenía estacionada su camioneta. Mientras él estaba buscando el objeto de su idea, mi Ama Raquel me quito el mechero y el destapador de botellas de mis tetas. Al poco rato volvió Carlos, con un rollo de cuerda larga, la cual ato en cada extremo a dos palmeras que estaban bastante distanciadas entre sí. La cuerda tenía varios nudos a lo largo de ella, habían tramos donde los nudos estaban seguidos.

            –Quitémosle las botas y los guantes, que quede totalmente desnuda ante nosotros. –Dijo Vicente. Como si no estuviera desnuda ya. Luego de quitarme las botas y los guantes, me hicieron colocarme con la cuerda entre las piernas, acomodándola para que quedara entre mis labios vaginales. La cuerda estaba a una altura considerable, lo que me hacia estar sobre la punta de mis pies. Una posición bastante incómoda.

            -Si te quieres ganar el derecho a cagar putita, debes completar el recorrido. –Me dijo Carlos. –Por supuesto, se te llega a salir la más pequeña gota de enema del culo, te esperara un tremendo castigo…jajajajajaja

-Esperen –Dijo El Jefe del restaurant, sacando de uno de los bolsillos de su pantalón, tres cadenas y tomando otro rollo de cuerda que no sé de donde salió. Esa cuerda era un poco más delgada que la que tenía entre mis labios vaginales, y la uso para atar cada una de mis tetas por su base, quedando brotadas hacia adelante. Las ato bastante fuerte. Luego coloco una cadena en cada uno de mis pezones, uniendo mi pezón derecho con un aro en mi oreja izquierda y el pezón izquierdo con la derecha. La tercera cadenilla la coloco en el aro de mi clítoris, y la unió con el aro de mi lengua, dejándola afuera y bien tensada hacia abajo (si, me quito las dos cadenas que tenia abrochadas al aro de mi lengua anteriormente) por ultimo mis muñecas fueron atadas a la parte de atrás de mi collar, pasando mis brazos por encima de mi cabeza flexionándolos hacia atrás.

-Una obra de arte, sin duda. –Dijo mi Amo Martin, al verme totalmente incomoda por la posición.

-¡Sonríe tetas! –Me dijo Vicente, apuntándome con una cámara con la cual me tomo una foto.

-¡Que comience la diversión! –Dijo Carlos, dándome un fuerte azote con una fusta que me cruzo el culo de lado a lado.

En ese momento me di cuenta que varios invitados tenían fustas en sus manos, y otros tenían picanas eléctricas. Por supuesto, no se hicieron esperar los azotes y los choques eléctricos que si bien eran inofensivos, también resultaban bastante molestos. Si a eso le sumamos la posición incómoda de tener que caminar unos cuantos metros en punta de pies, con las tetas ya bastante amoratadas y extremadamente sensibles, la lengua bien tensada hacia afuera de mi boca y que a cada movimiento brusco sufría bastante, la posición incómoda de mis brazos detrás de mi nuca, dejando mi torso totalmente desprotegido y vulnerable, las enormes ganas de evacuar que me estaban matando, y la cuerda entre mis labios vaginales quemándome por el roce, ni que decir cuando pasaba por los nudos, pues, el tormento era realmente abrumador. Eso, mas los orgasmos que comenzaba a tener ya que los nudos servían de estimulo al clítoris y la vulva. Vaya pedazo de mierda en que fui convertida…

Todos reían con cada orgasmo que tenía. Me daban fuertes azotes y choques eléctricos por todo mi cuerpo, ni siquiera se salvaron mis pies. A algunos les daba por hacerme cosquillas, lo que aumentaba aun más mi suplicio. Eso, y aguantar las enormes ganas de evacuar. La distancia era bastante larga, y al paso lento que iba para no sufrir tanto con el roce de la cuerda, y tratar de aguantar los orgasmos para que no se saliera todo el contenido de mi culo por los reflejos musculares que sin duda tendría. Me llevo unos 30 minutos completar el recorrido. Así como unos cuantos fustazos y choques eléctricos. Mi cuerpo estaba hecho mierda y ya me dolía bastante la pancita.

            -Bien. –dijo mi Amo Martin, mientras cortaba la cuerda de los arboles, librándome de mi suplicio. –puedes cagar. –Me dijo. Comencé un trote hacia adentro de la casa para ir al baño, pero fui detenida por mi mismo Amo Martin. -¿Adónde vas inepta?

            -Al…baño…Amo… -Le conteste con mucha dificultad por tener mi lengua afuera.

            -No estúpida. –me dijo, dándome una cachetada. –Los animales no usan el baño. Y menos una cerda como tú. Caga allí. –me ordeno, señalando un rincón del patio trasero. –ese es tu baño. –me dijo, al tiempo que me ponía los garfios en mi nariz atándolos con una cuerda por detrás de mi cabeza también como a mis brazos, tensándolos hacia arriba de manera que yo pareciera una cerda. Todos rieron. Yo me puse roja de la vergüenza.

Me tomo de la cadena que unía mi lengua con mi clítoris, y jalándola, haciéndome un poco de daño, me llevo hacia el rincón. –abre y flexiona las piernas cerda. –obedecí, flexionándolas hasta que me ordeno parar. Estaba como si estuviera sentada en el aire. –Ahora sí. Caga. –me ordeno.

Relaje mi esfínter anal y salió todo el enema con toda la mierda disparada al piso. Todos reían y hacían muecas de asco pero con comicidad. Yo estaba muerta de la vergüenza. “jajaja que asco cerda” “que puta tan asquerosa jajajaja” “se le salió el caldito” y otras frases jocosas y humillantes escuche decirles a todos.

Una vez termine de vaciar mi pancita, mi Ama Raquel me volvió a aplicar otro enema, pero fue algo rápido y me dejo evacuarlo al instante, a modo de limpieza. –Mañana limpiaras todo este reguero, furcia asquerosa. –me dijo, al tiempo que me desataba las manos y quitaba la cadena de mi lengua, aunque dejándola abrochada a mi clítoris. Halando de ella, me llevo a la entrada de la casa, donde me ordeno ponerme a cuatro pasas, cosa que por supuesto hice sin rechsitar. Me metió el vibrador del día anterior, con la pinza conectada a mi clítoris.

            -Bueno amigos, muchas gracias por haber asistido a nuestra modesta reunión. Tetas los despedirá mostrándoles a todos su más profundo agradecimiento. –dijo mi Amo Martin. Todos los invitados hicieron una fila, y a todos y cada uno de ellos, les hice sexo oral. Y no se iban hasta que se corrían, incluyendo las mujeres. Tarde unas dos horas y media dándoles placer con mi boca a todos. Termine con la cara y el cuerpo hechos un desastre, toda llena de leche de machos y de fluidos vaginales. Y durante ese tiempo, tuve una buena cantidad de orgasmos, todos provocados por mi Ama Raquel, que jugaba con el control remoto del vibrador.

Así terminaba esta velada, y comenzaba mi vida como la esclava oficial de mis amos. Era su Esclava Universitaria…

FIN.

 

Mi Nombre Es Tetas. (Epilogo)

Luego de esa velada, mi vida cambio radicalmente. Vicente y mi Amo Martin decidieron terminar de destruir mi vida, sacando a la luz los videos pornográficos. Mi familia pasó a detestarme, mi madre me echo de la casa, mi reputación por supuesto fue destruida, mis amistades, todo. Rápidamente fui reconocida como toda una estrella del porno amateur en mi país, en internet se regaron mis videos y fotos, donde solo yo era fácil de reconocer ya que los rostros de las demás personas fueron censurados. Obviamente no pude continuar la carrera. El bochorno en la universidad había sido bastante grande.

Sola, y sin tener a donde ir, fui con Martin. Le pregunte el porque me había hecho eso. “Nunca debiste darme esa cachetada. Nunca debiste armar ningún lio” fue lo que recibí por respuesta. La idea mía era seguir con el juego, pero a escondidas de todos. Pero el decidió destruirme.

Dadas las circunstancias, me quede en casa de mis Amos, quienes me aceptaron solo como esclava 24/7 de ellos.  En un principio sentía cierto rencor hacia ellos…pero luego se me paso, ya que Tetas, la puta que llevaba dentro, domino mi vida por completo. Ahora era feliz sirviéndoles a mis Amos, y a quienes ellos desearan, cosa que los llevo a ganar bastante dinero, ya que dadas mis habilidades en el sexo, y mi exuberante cuerpo, pues, era una de las putas mas requeridas de su selecta clientela. Y todas las ganancias eran para mis Amos. Por supuesto, fui esterilizada de manera que no hubiera riesgos de embarazo y pudieran usar mis agujeros como les viniera en gana. Y esta decisión no me molesto, ya que estaba totalmente adoctrinada para dar placer, para ser un juguete, un simple objeto. No les llevo más de dos meses conseguirlo. Además de todo esto, fui tatuada por mis Amos. Un pequeño cuadro rojo en mi pubis, que rezaba “Tetas. Propiedad de Martin y Raquel”.

Vicente de vez en cuando me visitaba en casa de mis Amos. Por supuesto, sus visitas incluían una buena ración de sexo puro y duro, junto con una buena sesión de castigos, suplicios, perversiones. Y yo, por supuesto lo gozaba. Y mucho. El no perdía el tiempo para decirme como estaba mi familia, lo mal que se sentían por mí, lo que decían y pensaban de mi, haciéndome sentir culpable. Aunque no extrañe mi vida anterior.

Es increíble en lo que fui convertida. No me importaba haber perdido mi vida. No me importaba no tener futuro. Solo me importaba obedecer.

Mi nombre es Tetas. Soy la feliz esclava de mis Amos Martin y Raquel. Y les estoy muy agradecida por haberme convertido en lo que soy. Un juguete, una mascota. Una esclava. No tengo derechos, no tomo ninguna decisión. Solo obedezco y me dejo hacer. Y me gusta…

FIN.

 

Bueno, así termina otra saga de mi autoría. Espero la hayan disfrutado todos aquellos que la siguieron hasta al final. Agradecida estoy con todos que me leen y me han hecho llegar sus comentarios y críticas (constructivas y destructivas) tanto a la página como a mi mail.

Como siempre: cualquier duda, sugerencias, insultos, háganmelas llegar por los comentarios del relato en la pagina o a mi correo skarletpricet@yahoo.es

Besitos.

Skarlet.

 

 

NOTA 1: Les pido a las personas que me leen, y quieren comunicarse conmigo, es preferible que lo hagan vía E-mail, traten de no agregarme para chatear, ya que rara vez me conecto al chat de Yahoo, solo visito la bandeja de entrada para leer mails. Muchísimas gracias y perdón por las molestias.

NOTA 2: Los hechos descritos en este relato tienen la finalidad de entretener, no para que sigas sus pasos o ideas al pie de la letra. Dile NO al abuso sexual. Práctica sexo seguro, usa preservativo, y hazlo de manera consentida con tu pareja. Y si se aparece un profesor así en tu vida DENUNCIA AL CABRON.