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Presentación en sociedad

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MI CURRICULUM VITAE

 

Nací una noche de marzo del 59, en Argentina, en un pueblito de la Pcia. de Bs. As., del que no viene al caso conocer su nombre, pero que si es importante saber que se localiza cerca del limite oeste de la pcia., y al norte de lo que se conoce como el Oeste Arenoso.-

Es una zona semi arida..., donde se cria y engorda ganado vacuno, hago esta referencia, porque las actividades agricolas y especialmente la ganaderia, son las que por herencia familiar, signaron y marcaron mi existencia.-

Mi educación primaria la recibí en una escuela rural, la secundaria en el Colegio Normal del pueblo, asi que tengo vocación para enseñar (talvés de eso se trate este intento, el de enseñar a los amigos virtuales el comportamiento esperado por cualquier mujer del hombre que le interesa).-Recibí mi educación universitaria en la facultad de Derecho de la UBA (Universidad de Buenos Aires).-

Me casé, tuve un hijo..., me divorcié..., hice mil cosas para mantenerlo y mantenerme cuando estuve sola..., conoci gente, tuve montones de amigos sinceros, algunos amantes permanentes y otros ocasionales..., conoci al hombre de mi vida y convivo con él...-

Amo la vida, la disfruto, la gozo..., no me privo de nada que me plazca y trato de contagiar felicidad y alegria a quienes me rodean.-

MI ADOLESCENCIA

Tuve una niñez tranquila..., plácida.- Unica mujercita entre varios hermanos varones y para colmo la mas chica de todos, fuí como la mimada de la familia.-

Mi padre me adoraba (y yo a él), suele ocurrir que los padres prefieran a sus hijas y las madres a sus hijos..., eso fue asi, al menos en mi familia. Pero yo perdí ese encanto a los 15 años, poco después de bailar con mi padre el vals en mi fiesta de presentación social, porque si bien me sigue acompañando desde el Cielo, me abandonó aca en la Tierra.

El golpe emocional fue terrible y el trastocamiento de mi vida adolescente mucho mas...-

Mis padres eran españoles y España, no sé hoy, pero desde siempre fue un matriarcado, dada la necesidad que los hombres se dedicaran a las guerras, de liberación de los moros primero, de prevalencia sobre otras potencias europeas mas tarde, de defensa de sus colonias americanas luego.

Siendo esto así, mi familia no podía ser excepción, por eso, la voz cantante era la de mamá y mi papá era el compinche que apañaba y a veces compartía las travesuras de sus hijos y muy especialmente las mías.

Luego, al faltarme él, comencé a sentir el rigor maternal en plena etapa de desarrollo pubertal. Me negaba al sometimiento, extrañando la condescendencia de mi padre y comencé a rebelarme contra "el nuevo orden instituido", en la que yo era "el último orejón del tarro". Por ser la menor y por disposición de mi madre, todos tenían ascendiente sobre mí y debía someterme sin quejar ni chistar, a las muchas veces absurdas disposiciones de mis hermanos mayores (a la sazón, todos)

Fue asi que porque si nomás, perdí muchas fiestas de cumpleaños de mis compañeras de colegio, muchos bailes estudiantiles, muchos picnic's, mucho todo... y talvés por eso, nació y creció en mí, esa rebeldía contumaz y refractaria.

Pero en mis manos habia una "carta de triunfo": Al ser tan apegada a mi padre, y además de una intelingencia descollante (lo digo sin pecar de falsa modestia) sobre el común de mis iguales, conocía al dedillo los negocios que manejaba mi progenitor, porque se habia esmerado en enseñarme y formarme en el objeto.

Fue asi que, ya casi abandonando mis 16 años, la familia tuvo que ceder en sus conquistas y depositar en mis manos y en mis decisiones operativas, la prosecución de los negocios que nos daban el sustento.

Estos no eran otros, que la operatoria comercial de nuestras ganaderías, fue así que el primer objetivo era recuperar el terreno que mis hermanos, por ineptitud, inexperiencia, o desconocimiento habian cedido a la competencia. Con los negocios en manos de mi padre, éramos los referentes en el rubro en nuestra zona de influencia. Con los negocios en manos de mi hermano mayor y con la ayuda de los intermedios, habíamos caído al quinto puesto en solo un año. Mi madre que era estricta, exigente,represora..., pero no tonta, en concilíabulo con su cuñado, a la sazón tío y padrino mío, decidió encomendarme la ardua tarea de reflotar la Empresa Familiar y recuperar el campo cedido a la competencia.

Objetivo ambicioso..., lo encaraba, luego de una ardua negociación familiar en la que mi madre decidió dejarme en libertad de acción, aunque bajo la tutela de mi Padrino. Y asi fue que comencé a recorrer el territorio provincial, visitando cuanta Feria Gandera, Remate, Exposición y Evento Agropecuario hubiera, yendo a veces, hasta las Pcias. vecinas.

En poco tiempo, por mi condición femenina, por mi juventud, por la audacia de mis decisiones y por el apellido que portaba, al que traté de honrar en la cruzada, me gané el respeto de mis nuevos colegas y al poco tiempo comencé a ser el referente al que todos seguían, tratando de que la bonanza de mis negocios y negociaciones se volcarán osmóticamente sobre los suyos. Por suerte, la fortuna me acompañaba... y porque no admitirlo, la sapiencia y experiancia de mi Padrino, que se habia apegado a mí en forma inseparable, al punto que pasaba mas tiempo en mi compañia que en la de su propia familia, que se reducía a su esposa, ya que no tenía hijos, siendo que su esposa, a su vez, era hermana melliza de mi madre.

Para mí el esfuerzo fue arduo, intenso, porque yo no habia terminado mis estudios secundarios y era menester por imposición propia, recibirme de maestra. A su vez, mis nuevas ocupaciones, hicieron que los muchachitos del Colegio me comenzaran a ver con otros ojos o con otros intereses y mujer coqueta al fin como la que mas, comencé a aceptar y disfrutar de buen grado, los halagos, insinuaciones y cortejos de mis compañeros, en muchos casos atraídos por el afán de conquistar a la muchacha, a la que todo el Oeste Arenoso mentaba por sus hazañas comerciales.

MIS PRIMEROS FLIERTEOS. MI PRIMERA ENTREGA

Les decía antes, que a partir de mis nuevas actividades, empecé a ser requerida en forma distinta por los muchachitos del colegio y del pueblo. No obstante en los primeros momentos, estaba tan absorta en mis actividades que poca atención prestaba a tales escarseos.

Pero...¨Pueblo chico, infierno grande¨, las comadres empezaron a comentar en susurros, que algo raro me ocurría: dado que demostraba poco interés en los muchachitos que me asediaban, podría ser que fuera algo ¨rarita¨; al llegar esas cuitas a oídos de mi madre, empecé a sentir su presión para que definiera mi vida amorosa; ponía de ejemplo a Juanita, que a los 16 ya había tenido 2 novios, a Rosa que se había comprometido, a Laura, que era la mas festejada del pueblo y tantas otras que desmostraban interesarse en darle ¨un rumbo cierto a su vida¨(todas ellas, a la sazón, compañeras del Normal).

Fue así que tuve que ceder a sus exigencias (ya había pasado a ese grado de presión, desde sus primeras sugerencias), y comencé a flirtear con los muchachitos; pero en verdad, luego de compartir con hombres mayores parte de mi tiempo, por mis actividades laborales; poco me entusiasmaban.

Como muchacha "casamentera", aceptaba de buen grado, las aproximaciones de aquellos que me pretendían, ya sea estos chicos o señores, no obstante, si bien era un halago a mi ego, coleccionar tantas pretensiones, no me apartaba de los parámetros ¨decentes¨ que se manejaban dentro de la Good Society provinciana; con lo que pude por un tiempo contener los embates de mi progenitora y pretendida casamentera.

Mas como ¨la cabra al monte tira¨, a mis 17 años cumplidos empezaba a sentir en mi cuerpo las ansiedades propias de las muchachitas adolescentes y fue así que de todos mis seguidores elegí en primera instancia a 6 de ellos, los que según mi leal saber y entender, aunque no reunieran completamente todos los supuestos con los que había yo concebido el perfil del ¨hombre ideal¨, reuniendo solo algunos de los parámetros, estaban en carrera, siendo que de sus méritos dependía el arribar a la meta y conquistarme.

Fue asi que paseando con Juan, yendo al cine con Pedro, a un baile con Raúl, o encontrándome en algún remate de hacienda con Luis o con Julián, o en el auto de Enrique, el mas seriecito y maduro de todos ellos, entendí de una, aquél cuadrito que remedando al de los tres monitos que se tapaban uno la boca, otro los oídos y el tercero los ojos, mostraba a tres negritos con taparrabos de distinta anchura y largor.

Y fue asi, también, que en el asiento trasero de un auto inmenso, uno de ellos se introdujo por primera vez en mi vida, en el interior de mi cuerpo, haciéndome sentir un doloroso y lascerante escalofrío primero... y un terror paralizante después, al observar como 3 o 4 gotas de color rojo intenso, manchaban el tapizado justo debajo mío, dejando en mí una sensación extraña de sometimiento.

Poco duró ese momento, las ansiedades juveniles del muchacho que me disfrutaba, hicieron que así tan rápido como fue su inicio, tanto mas acelerada fuera su culminación, escupiendo su ansiedad con presteza, intensidad... y en demasía, al punto que sus icores, escapaban de mi y se mezclaban con aquellas gotas de sangre que fueron el anuncio de mi inciación sexual.-

A partir de ese día, algo cambió en mi y en mi percepción del objeto de la vida. Habia sido una experiencia que no me satisfizo rotundamente (en verdad, no me satisfizo nada), pero que me permitía intuir que en manos de alguien con la sapiencia necesaria, podría ser la experiencia mas maravillosa jamas vivida por persona alguna.

Con esa idea palpitando en mi mente, me recogi esa noche en mi cuarto, acariciando esa parte de mi cuerpo horadada por aquél intruso, pretendiendo calmar los dolores provocados... y entregándome sin pensarlo ni quererlo, a darme el propio placer intuído antes y alcanzado luego con mas y mejor intensidad que en mi inicial entrega.- Habia logrado mi primer orgasmo, y lo habia alcanzado desde mi masturbación, y no desde mi inciación sexual.-

Ya era mujer, a los 17 años militaba en las huestes de las sexualmente iniciadas; no sabía si con ello, me había adelantado a mis amigas o si aún seguiría siendo el "vagón de cola", era una incógnita que nunca podría develar, porque presumía que éste sería de todos, mi secreto mejor guardado por muchos de los años venideros.-

Asi eran nuestros tiempos, ya grande comprendí, que a diferencia de los tiempos que hoy vivimos, antes, todos hacían pero nadie decía (hoy, muchos dicen, pero pocos hacen).-

Iré ahora contándoles, mis experiencias posteriores, porque tal como dicen en el campo:¨una vez que la chancha prueba, cuando ve un chancho siempre recula¨.-

APRENDIZAJES

Habia contado que de todos los muchachitos, seis fueron los elegidos; uno de ellos, Ernesto, fue el que me convirtió en mujer, siendo él a su vez, mi primer amante.-

Luego de aquel día, varias veces mas estuvimos en el asiento posterior de ese coche inmenso, pero a decir verdad muy pocas veces le permití volver a poseerme.

Si hubo muchas y muy variadas experiencias.-

Fue en ese coche tambien, donde sentí la mas grata sensación de placidez, al dejar que su pene rozara mis partes..., que recorriera con su capullo los labios de mi sexo..., el surco de mi traste..., el contorno de mis senos..., que se aproximara enhiesto, cálido, enardecido hasta mis labios, luego de recorrer mis mejillas, mis parpados, mi frente.-

Fue en ese mismo coche, donde estuve una vez arrodillada entre sus piernas conteniendo entre mis labios el miembro candente de mi hombre(¿?), mejor dicho, de ese chiquilín incontenible que a los primeros roces, ya alcanzaba su climax, sin importarle, ni preocuparse luego, por el mío.-

Y fue siempre al apearme de ese coche, cuando en la intimidad de mi cuarto, buscaba con mis manos mis puntos de consuelo, ya que así, recordando los momentos, alcanzaba los orgasmos que mi novel amante en su inmadurez no me brindaba.-

Fue asi que decidí un día, experimentar con otros, quería para mí, el placer que a él yo le brindaba y que no correspondía.-Estaba ya proximo el fin del ciclo lectivo, y con él, el final de mi carrera de maestra, como era de rigor en esas épocas, la entrega de títulos y diplomas se cerraría con el gran baile de graduación y teniendo en mente buscar y encontrar mejor amante, direccioné mis esfuerzos a ser de todas las chicas, la mas pretendida.-