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Chau ledesma

en Confesiones

SEXO ANIMAL

Hacia ya casi dos años, que Ledesma trabajaba conmigo como chofer de uno de nuestros camiones de hacienda, el mismo tiempo que tenía también, com amante mío y de Gladys.-

 

Ese domingo, en nuestro campo de Villa María, donde habíamos arribado el sábado por la tarde, trayendo unas terneras Santa Gertrudis que había comprado en un Remate de Pergamino, estaba yo en el establo acicalando a Relincho, un potro de silla, de unos 2 años de edad, que era el preferido de Jorge, mi "marido".-

 

Era la hora de la siesta, en un verano por demás tórrido.- Sola en el lugar, mientras mojaba a Relincho para bañarlo y refrescarlo, también me mojaba yo con la manguera que usaba, aprovechando ese chorro de agua fresca que emanaba de ella para refrescarme.- El calor realmente era intenso y bajo las chapas de zinc del galpón que albergaba al establo, se sentía mucho mas, por eso al rato, aprovechando mi soledad en el lugar y sabiendo que difilmente alguien irrumpiría, me quité la camisa, que estaba totalmente empapada y quedé solo con mi clásico short de jean, el que también estaba mojado, por el agua de la manguera y por mi sudor.-

 

Estaba cepillando el lomo de Relincho, subida a un banquito de ordeñe (son asientos de madera muy bajitos, concebidos para que el ordeñador, se siente a la altura de la ubre de las vacas, en el momento en que está ordeñándolas); mientras me reclinaba sobre el animal, para cepillarle el lomo del lado contrario al que yo estaba, mis senos rozaban la pelambre del pingo..., al principio, enfrascada en la tarea como lo estaba, no me percataba de esto, pero al rato, al empezar a sentir el calor que el cuerpo del animal transmitía al mío, comencé a "inquietarme" y a fantasear con la idea de tener en ese lugar, un encuentro amoroso..., prolongaba lo que hacía, con la velada intención de atraer a ese lugar, a Jorge, curioso por mi tardanza.-

 

En un momento, percibo que la luminosidad del ambiente declinaba..., alguien había entrado, entornando tras de sí la puerta, con lo que la luz solar que ingresaba por ella, ya no alumbraba el lugar..., creí que era Jorge..., entonces haciéndome la distraída, me alcé sobre la punta de mis pies y me volqué aún mas de lo que estaba sobre el lomo del pingo..., quería que Jorge se acercara a mí y que se aferrara a la cintura de mi short de jean, para quitármelos y "abusara" de mí, obligándome a entregarme a él, indefensa como lo estaba, volcada sobre el lomo del pingo...-

 

Ocurrió, tal como lo imaginaba..., pero el "abusador", no era mi "marido"..., era mi "amante".- Ledesma, sabiendo que yo estaba sola en el establo, vino hacia mí ingresando al lugar, cerrando la puerta con traba tras de sí, acercándose sigilosamente por mis espaldas..., tomando mi short para sacármelo, casi arrancándomelo..., pateando el banquito sobre el que estaba parada, obligándome a permanecer con mi cuerpo cruzado sobre la grupa del animal..., utilizando ese mismo banquito para subirse a él y estar a la altura de mi traste, para..., una vez sobre el banquito, agacharse y besarme la cola y las nalgas, obligándome con ello a separar mis piernas, lo que aprovecha para escabullir su lengua en mi sexo... y cuando percibe que estoy completamente entregada a sus caricias, erguirse sobre sus piernas y con su sexo extremadamente duro y candente..., penetrarme por la vagina de un fuerte envión, que me hizo lanzar una estertórea exclamación..., a la vez que Relincho trastabilla y "costalea", alejándose del hombre, por lo que Ledesma cae al suelo... y tras él, yo..., quedando ambos, entre las patas del caballo que por nuestra proximidad se mostraba nervioso e inquieto...-

 

"Relincho" hizo oir sus relinchos (justamente) y sus resoplidos, asustado por nuestra proximidad a él..., se movía inquieto, atado como lo estaba al palenque del corral en el que estábamos los tres; Ledesma se apropió de un lazo y con él, maneó las patas del caballo, para evitar que nos pateara..., cuando Relincho se sintió "maneado" por sus patas traseras, entre resoplidos (seguramente de protesta), se fue tranquilizando hasta que cesó en sus medios corcovos y se calmó...-

 

Tras aquietarse el caballo, yo intenté salir de abajo de sus patas gateando, pero Ledesma me lo impide, tomándome por las caderas y volteándome de espaldas contra el piso, me obliga a separar mis piernas con las suyas, para colocar su cuerpo entre ellas, sostenido sobre sus brazos..., ya allí, afloja la cintura de su pantalón para que éste se deslice de sus posaderas, dejándole el vientre libre de ataduras..., entonces yo, me cuelgo de su cuello con mis brazos, entralazando mis manos tras su nuca y mientras lo miro con ojos palpitantes de deseo, alzo mis piernas, esperando la invasión de mi sexo...- Y el asalto se concreta...,el miembro de Ledesma invade al mío..., penetra profundamente..., alcanza al torreón de mi útero..., yo al sentirme vencida, gimo..., arqueo mi torso hacia arriba... y al volverlo sobre el manto de pasto que cubre el piso del establo, siento el pene de Ledesma profundizarse mas en mi..., suspiro..., mas que suspirar, exclamo mi goce..., encierro el cuerpo del hombre con mis piernas..., el hombre comienza a mecerse sobre mí..., me coje..., lo siento..., me gusta..., gozo..., lo secundo sin dejar de abrazarlo con mis piernas..., mis pies rozan la panza del pingo..., éste se inquieta..., relincha..., trata de alejarse, la manea de sus patas se lo impide..., debajo de su panza y entre sus patas, un hombre y una mujer gozan...; Relincho lo percibe..., se excita..., quiere participar, por eso su miembro se expande..., se alarga..., se enerva....-

 

Ledesma y yo, desentendidos de la bestia, seguimos gozándonos..., él sigue perforándome la concha con sus bombazos que son cada vez mas frenéticos..., mi excitación es enorme..., mi goce increíble..., Ledesma me fornica ahora con mas ímpetus..., está por acabar..., está por llenarme el sexo con su semen..., lo presiento..., lo siento..., se derrama en mi concha y al sentir la invasión de su semen, suelto de él mis brazos y mis piernas y me aferro al pasto del pìso..., me arqueo hacia arriba..., estoy llegando a mi orgasmo..., incorporo mi cuerpo, acercándolo al de Ledesma..., me aferro con mis brazos a algo que percibo a mi lado..., lo aprieto contra mi cuerpo colgándome de eso y cuando siento que llego al climax, hundo mi cara contra eso de lo que estaba asida..., y mientras me derramo y exclamo mi extasis..., lo beso..., lo beso otra vez... y mientras me repongo de tan magnífico orgasmo..., vuelvo a hundir mi cara contra eso de lo estaba abrazada y vuelvo a besarlo.-

Relincho, se hace oir ahora con mas energías..., se encabrita..., se enardece..., quiere retirarse de la escena..., no puede..., estaba maneado... y yo, penetrada aún por el hombre que me había cojido, estaba abrazada a su falo...-

REEMPLAZO INCONVENIENTE

Se acababa el verano y llegaba el otoño y con él, se acentuaba el trajín de mis actividades recorrriendo los Remates y las Ferias..., Ledesma y yo, montados en el camión conque transportábamos la hacienda de un lado a otro, comprándola o vendiéndola, recorríamos toda la Pampa Húmeda, de pueblo en pueblo, volviendo alguna que otra vez, a la Estancia de Villa María, donde con Jorge habíamos fijado nuestra morada, dado que en La Escondida, se nos hacía dificil, por su falta de accesos adecuados, movernos con la agilidad que nuestras actividades ganaderas nos exigían.-

 

Ese verano, decidimos con Jorge, encarar la contrucción de un camino que posibilitara recorrer los 3 kilómetros que separaban aquella Estancia, de la posada desde la cual nos trasladábamos a caballo hasta ella.- Era una inversión importante la que hacíamos, por lo que, para no menguar los ingresos de la Empresa y por consiguiente los beneficios de nuestros socios y empleados, nos empeñamos en incrementar nuestras actividades, con el objetivo de solventar si no todo el gasto que la construcción implicaba, al menos una buena parte de ella.- Por eso fue que Jorge por su lado y yo por el mío, en compañía de Ledesma, poníamos mucho empeño en nuetros negocios ganaderos, al punto que durante los meses que duró la construcción, casi no tuvimos contacto personal, excepto en tres o cuatro oportunidades, las que "aprovechamos" al máximo, recluyéndonos en nuestro dormitorio, las horas o el o los días que estábamos juntos.-

Por eso fue que ese domingo, estando yo ansiosa por entregarme a mi marido, había ido al establo con la excusa de bañar a Relincho, esperando que Jorge en algún momento viniera por mí y concretáramos mi fantasía de copular en el establo.- Pero el que vino fue Ledesma y fue él quien calmó mis inquietudes del momento.-  

 

Demás está decir, que por mi parte, mis necesidades sexuales, que suelen ser siempre muchas y muy variadas, las satisfacía con quien tenía siempre al alcance de mi mano (mejor dicho de mi sexo) y ese reemplazante de ocasión no era otro, siempre, que Ledesma, tanto abusé de sus favores sexuales, que el hombre entendió que, en alguna medida y en su escasa lucidez, él era ahora "mi dueño"; por eso, Ledesma, siendo un "fornicador empedernido" (confieso que yo era la versión femenina de ese mismo empecinamiento), pretendía (y muchas veces lograba) cojerme donde, cuando, como y cuanto quisiera.-

 

Si bien yo muchas veces lo secundaba y en algunas oportunidades hasta me adelantaba con mis deseos a los suyos, muchas de las veces que por el motivo que fuera, no aceptaba o me negaba a sus requerimientos sexuales, Ledesma me forzaba a entregarme a él, cualquiera fuera el lugar donde estuviéramos o lo inconveniente de la oportunidad en que se le antojaba someterme; se había convertido en un "mano larga irrazonable", que en mas de una oportunidad, ante mis momentáneas negativas, me hacía sentir el rigor de su "hombría", cacheteándome "a piaccere", tal como lo hizo la vez que lo conocí, allá en Venado Tuerto..., confieso que llegó el momento en que sus actitudes me acobardaron sobremanera, al punto en que yo misma era consciente que estaba total y absolutamente sometida a ese hombre; me sabía, mas que sentía, que era su esclava sexual, al punto que en esta oportunidad, en que coincidimos en la Estancia de Villa María, con Jorge, luego de haber compartido la cama con mi marido entregándome sexualmente a él (después de mi frustrada espera en el establo, donde terminé fornicando con "mi amante"), fuí requerida por Ledesma (quien me llamó por la ventana del dormitorio) por lo que sigilosamente, para que Jorge no se despertara, abandoné la habitación y la cama que compartíamos y amanecí esa mañana en la cama de Ledesma, de donde me rescató Gladys, cuando Jorge, al despertarse y preocupado por mi ausencia, me buscó por casi todos los rincones del lugar sin encontrarme (hoy, pasado el tiempo, sospecho que Jorge supo donde yo estaba, pero que respetando talvés el "pacto de pareja abierta" que teníamos, fué él el que instruyó a Gladys para que me rescatara de esa cama).-

 

Esta vez, Ledesma estaba como enajenado, se mostraba celoso de mi "marido", al punto que me repetió varias veces que era él y no Jorge, mi dueño, mi macho, mi hombre..., hizo que le chupara el pene, tironeándome del cabello y arrastrándome hacia su sexo..., tironéandomelo, me obligaba a hacerle con mi boca, lo que se le antojara en el momento..., tironeándomelo, me arrastró hacia la cama y una vez acostada sobre ella, me cojió por la vagina sin soltarme el cabello..., luego me obligó a montarme sobre su vientre y a cabalgarlo sin solución de continuidad, hasta que logró llegar a su eyaculación tres veces seguidas..., después me arrojó al suelo, dejando mi vientre y mis piernas sobre la cama y parado él al borde la misma, me fornicó por el culo poniéndome su pene al revés..., mas tarde, después que me obligara a limpiárselo con mi boca, me obligó a sentarme sobre su vientre de espaldas y a penetrarme yo misma, con su pene, por el ano...; si yo expresaba mi dolor, sentía su mano golpearme en las nalgas, en la cara o en el cuerpo..., incluso, llegó a romper un acuerdo que teníamos, de no dejarme marcas inconvenientes en el cuerpo y me "chuponeó" por todas partes, dejando los moretones que anunciaban su abuso, en mi cuello, en mi vientre, en mis piernas, en mi cuerpo y hasta en mi sexo...-

 

Yo me sentía totalmente dominada por el salvajismo de ese hombre y si bien en algún momento gocé con su forma salvaje de cojerme y tuve también infinidad de orgasmos, prevaleció en mí, el temor que me infundaba ese hombre descontrolado y me sometí a él y a sus caprichos momentáneos sin ofrecerle resistencia alguna, hasta que la extuanuación de la noche sufrida a merced de su pija y de sus caprichos, venció mi resistencia y dormí hasta que Gladys vino en mi rescate.-

CHAU LEDESMA

 

Un Líder argentino dijo alguna vez: "harán tronar el escarmiento".- Cuando reaccioné de mi extenuado sueño y me percaté que se había hecho evidente sino para todos, al menos para mi marido y para mis mas íntimos que yo tenía sexo con Ledesma, empezó a crecer en mí interior la angustia, la que estalló en furia cuando Jorge me conmino a que cesara "mis aventuras" con el personal de la Empresa, ya que no era decoroso, ni conveniente, que trascendiera que entre algunos de ellos encontraba yo mis amantes, máxime cuando este amante, se jactaba de su condición e incluso llegaba hasta burlarse de su jefe natural (que era Jorge), haciendo alarde de su amorío con la esposa, tal como esa mañana (ya era lunes) lo había hecho.-

 

Entonces le pedí a Gladys que lo trajera a Ledesma a la oficina y cuando lo hizo y se apersonaron ambos en mi despacho, sentado él ante mí en el escritorio, lo conminé a que renunciara a la Empresa y abandonara la Estancia de inmediato; eso lo ofuscó sobremanera..., se abalanzó sobre mí por sobre el tapete del escritorio, me tomó por las solapas de mi camisa y me zamarreó con fuerza gritándome: "¡ PUTAAA...!, ¡ yo soy quien te manda !... ¡ soy el que te coje...! ¡ y a vos te gusta porque lo hago mejor que tu marido !..., ¡ a ese boludo, le crecieron las guampas por mi culpa !...; ¡ y a vos te voy a seguir rompiendo el culo cuantas veces quiera, porque te gusta mi pija...!, ¡ te gusta como te cojo, porque lo hago mejor que él !..., vos no me vas a echar, sos mi hembra y haces lo que yo quiero...- ¡ Vení..., agachate y chupámela...!.-

 

Entonces yo, enceguecida, me desprendí de su mano que me tenía tomada por la solapa de la camisa..., abrí el cajón intermedio de mi escritorio..., saqué de él una pistola 9mm..., la calcé el cargador por la culata..., presioné el gatillo... y retumbó en el ambiente el chasquido del percutor golpeando contra la recámara...; Gladys exclamó un grito de horror tomándose la cara con sus manos..., Ledesma cayó al suelo..., un silencio sepulcral invadió el recinto..., yo permanecí de pie, completamente absorta, empuñando todavía el arma.-

Crucé mi mirada con Gladys quien no salia de su espanto..., desde el suelo, Ledesma con un hilo de voz me dice: "Me quisiste matar..., ¡me quisiste matar...!"; comenzó a incorporarse tembloroso..., entonces le dije: "Estas vivo, porque me olvidé de hacer esto.-" Corrí la corredera y cargué una bala en la recámara y volviendo a apuntarlo, llevé el percutor hacia atrás y con mi dedo comencé a apretar el gatillo..., Ledesma mientras se cubre con las manos, me pide: "No..., no dispares..., me voy..., me voy..., te dejo..., no dispares..., perdoname..., perdoname...".- Retrocedió hasta la puerta..., se dió vueltas..., la abrió y salió del cuarto corriendo.-

 

Instantes mas tarde, entraron Romualdo y Jorge corriendo; Jorge me ve con la pistola en la mano y sin decir palabra, viene hacia mí, me la quita, me abraza apretándome fuerte contra su pecho, apoya su mentón sobre mi cabeza y luego me dá un beso en ella..., rompo en llanto incontenible..., me abrazo a su cintura con fuerza y siento sus brazos apretarme mas fuerte contra su pecho... y así permanecí por un largo rato, acurrucada en ese nido que él me construyó y en el que yo necesité ese día, cobijarme.-