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Una visita a un sex-shop

en Confesiones

UNA VISISTA A UN SEX-SHOP

Corría el año 83, con Carlota, habíamos decidido viajar a Buenos Aires, para la apertura de la 97ª Exposición Rural, en la última quincena de Julio, plena época de vacaciones de invierno, con el consiguiente receso en los ámbitos estudiantiles; se coló con nosotras Silvia, otra compañera del Normal, que a decir verdad, era una verdadera belleza, tanto que nosostras dos, aunque teníamos lo nuestro, quedÁbamos absolutamente opacadas a su lado.-

 

Como ya les comenté en alguna oportunidad, con el advenimiento de la era democrática en Argentina, también había comenzado el DESTAPE, y a la sombra de él, entre otras cosas, se había inaugurado un Sex Shop, sobre la Avenida Corrientes a la altura de Uruguay, si mal no recuerdo, que además creo que todavía funciona.- Carlota y yo, éramos por demás atrevidas y lanzadas, pero Silvia (siempre nos sacaba ventaja en todo), era una verdadera "zarpada", por lo que al ver el local no tuvo mejor idea que colocarse entre nosotras dos y tomándonos de sendos brazos, introducirse e introducirnos, de una, a plena luz del día y a la vista de toda la gente que circunstancialmente circulaba por el lugar, dentro de ese local...; pasado el arrebato del primer momento, ya una vez dentro empezamos a recorrerlo, deteniéndonos ante las distintas estanterías que exhibían los más variados accesorios, todos de carácter erótico y sexual, había desde disfraces hasta adminículos de los mas variados, que ya sea el cliente hombre o mujer, podía acceder y disfrutar, solo, en pareja, en multitud...en fin, como se le ocurriera.-

 

A medida que iba disipándose, el "arrebato" sufrido y a instancias de Silvia, empezamos a "soltarnos" y a bromear sobre cada uno de los artículos que descubríamos e incluso, bromeando, a tomarlos y a representar distintas escenas.- Eramos las tres, en ese momento, las únicas visitantes del lugar, a excepción de un señor mayor, que se retiró a los pocos minutos, portando un paquete muy discretamente envuelto, pero que al pasar junto a nosotras, trato de ocultar a nuestra vista.... HUMMMMM.-

 

Cuando nos quedamos solas, como únicas clientas, se nos acerca el vendedor del local, que antes había atendido al señor misterioso y nos incita para que comenzáramos a elegir lo que fuera de nuestro agrado...; fue así que medio en broma, medio en serio, separamos tres disfraces, uno de mucamita, uno de enfermera y otro de estudiantina, los que al lucirlos, cubrían por su diseño, solo la parte frontal del cuerpo, dejando convenientemente expuestos los traseros y todas las partes pudendas de las damas, mas tarde elegimos también, un disfraz de "ama dominante", en cuero muy ceñido, con antifaz y caperuza como la de gatúbela, que además tenía por accesorios un par de esposas y un látigo trenzado como el de "El LLanero Solitario"; luego pasamos al sector de los adminículos y allí nos apropiamos de un juego de bolitas que según el vendedor eran de mercurio y estaban perfectamente pulidas y cromadas y debían usarse colocadas dentro de la "cosa", como si fuera un "tampón" para "esos días", y siempre según el vendedor, iba a transmitirnos las mas "encendidas sensaciones"...; un poco mas allá, descubrimos "penes artificiales" de distinto formato, color y tamaño..., los había de goma, caucho y plástico, algunos eran pequeños (él los denominó "iniciadores anales"), otros delgados, los más eran de tamaño normal, pero también había algunos exageradamente grandes en largo y en grosor.- Había algunos que tenían en uno de sus extremos, simulando los dos testículos masculinos, una especie de pera hueca que se llenaba; siempre según el vendedor; con agua caliente o con yoghurt rebajado con agua caliente, para simular el semen masculino; encontramos también un pene de caucho de unos 50 cm. cuyos dos extremos terminaban en lo que aparentaba ser el capullo del falo masculino, era un pene doble, para usarlo compartido entre dos mujeres... había otros que eran dos penes superpuestos que entre ambos tenía una especie de manopla que según el vendedor, la mujer debía manejarlo con una de sus manos, para simular una doble penetración masculina; había también penes simulados con un motorcito que los hacían vibrar, otros que eran unas cuantas bolitas superpuestas que iban de menor a mayor hacia su base y un montón de cosas de lo mas raras y extrañas...; luego en unos estantes que nos dijo que estaban reservados para los hombres, vimos casi el mismo surtido de "penes artificiales" (lease "consoladores"), cajas que contenían muñecas inflables en general muy ridículas, disfraces femeninos para representar roles y hasta unos artilugios de goma o caucho, que se asemejaban por su diseño a un sexo femenino, en ese sector, descubrimos que había también muñecos de un material semi flexible, con formas y aspecto de animales (perros, cerdos, ovejas) hembras y machos, en este caso exhibiendo sus sexos con formas y tamaños reales; allí descubrimos un perrito mecánico, que accionado a pilas, en la posición sentada, elevaba y bajaba su cabeza a la vez que de su boca asomaba una lengua de una textura rara, que el vendedor nos indicó que debía colocárselo una entre las piernas, estando sentada a la altura del muñeco, para que su lengua recorriera el sexo femenino y que muchos hombres lo elegían para sentirlo lamer su ano, cosa de lo que también podía disfrutar una mujer cualquiera.-

 

Ya en el colmo de nuestra desvergüenza, elegimos además de los disfraces ya comentados, varios adminículos (entre otros, las bolitas de mercurio, varios penes de distinto tamaño, ese que se llenaba y simulaba una eyaculación, y por supuesto ya que no podían faltar en nuestras fantasías, los penes dobles: el de la manija para la doble penetración y el de las dos cabezas para compartir entre mujeres).-

 

Abonado el gasto, combinamos la entrega en mi domicilio (allí nos alojábamos en ese viaje), ya que nos daba vergüenza (todavía algo de ella nos quedaba), salir del local, cargando todos los paquetes que contenían nuestra compra.- Silvia, zarpada como es, bromeó sobre la posibilidad de encontrar "algo mas real y verdadero", blandiendo el pene doble de los 50 cm. antes que el vendedor lo envolviera, quien al terminar de embolsar todo lo comprado nos dijo: "¿Quieren algo mas real y que realmente las colme y satisfaga?", a lo que las tres respondimos en son de broma: "¡¡¡¡SIIIIIIIII... !!!", replicándonos él: "Entonces vengan por acá", y nos guió hasta un cuarto a sus espaldas semioscuro, en el que, al encender la luz, vimos una camilla de masajista y varios armarios cerrados; cuando ingresamos a ese recinto, que no era muy grande pero sí lo suficientemente espacioso para que cupiéramos las tres si sentirnos incómodas, nos dice: "Ya vuelvo, aguarden un minuto, que enseguida les muestro" y se fué dejándonos solas en ese lugar, donde nos preguntábamos un poco nerviosas, "¿Que será lo que nos quiere mostrar?".-

REAL Y VERDADERO

A los pocos minutos el vendedor volvíó y nos dice: "Yo veo que ustedes tres se potencian estando juntas, ¿pero en verdad quieren ver algo mas real y verdadero?".-

A coro, en son de broma le repondemos: "¡¡¡SIII...!!!", y nos reímos.-

ÉL: "Bien, pero aunque sé que son medio putitas, no quiero escenas de histeria, ni cosas por el estilo, ¿estamos de acuerdo?"

YO: "Esta bien, es un trato, ¿pero que es eso tan misterioso que nos querés mostrar?, ¿y porqué con tantos bemoles?".-

ÉL: "Porque no quiero problemas".- (y dirigiéndose a Silvia, que era quien estaba mas cerca de la puerta) "Apagá la luz, hasta que yo te diga que la prendas de nuevo".-

Silvia obedece... y mientras nos acostumbrábamos a la penumbra, escuchábamos sordos ruidos, que nos indicaban que el hombre estaba realizando algunos movimientos, que no atinabamos a imaginar que eran.-

Luego que se hizo el silencio, le indica a Silvia: "Ya podés encenderla".-

Silvia vuelve a obedecer y al salir del deslumbramiento que nos provocó la iluminación, vemos, estando sobre un lateral de la camilla, con el hombre al otro lado, que sobre ella había un caño de casi 2 pulgadas de diámetro y que arrancando desde donde estaba el hombre, llegaba hasta el centro de la camilla.- Nos quedamos las 3 petrificadas, lelas, observando lo que se mostraba a nuestra vista...-

Como siempre, la primera en reaccionar fue Silvia: "¡¡¡PAPITOOO!!!, ¡¡¡que porongaaa...!!!, ¡¡¡CASATE CONMIGO, AMOR...!!!".-

Entonces él nos dice: "¿Era algo así lo que buscaban?, ¿les alcanza?, ¿quien de las 3 se le anima?".-

Mientras, monta sus testículos sobre la camilla, con lo que su miembro, llegó a rozarle las manos a Silvia, ya que las 3 estábamos con nuestras manos apoyadas sobre el lateral de la camilla de nuestro lado...- Silvia, entonces, mientras voltea una de sus manos y sostiene ese pedazo de caño inmenso, con la otra le acaricia el capullo; Carlota la secunda, haciendo lo mismo a la altura del tronco y yo, algo mas retrasada, paso por detrás de mis amigas y ya del otro lado, sobre el lado angosto de la camilla, intento rodearlo con una de mis manos, pero no logro que mis dedos, cierren el círculo que sobre la base del tronco intenté formar con mi mano; las yemas de mis dedos, quedaban a mas o menos 1/2cm. una de otras para juntarse alrededor de ese tronco descomunal, así de gigante era ese pene.-

El hombre, satisfecho por el estupor que nos causaba lo que nos mostraba, dice: "¿Y?,¿quien se le anima?".-

Entonces Silvia, reaccionando nos aleja y mientras se monta en la camilla para acostarse le responde: "Yo papito, ponémelo a mí".-

Entonces el hombre, se mueve hacia el frente del mueble, la toma por la cintura y acerca el cuerpo de Silvia al borde, hacia donde él estaba.- Trascartón, le apoya el pene a las puertas de la vagina y le dice: "Si te duele, avisame y lo saco, ¿sí?".-

Silvia: "Dale, ponémelo de una vez".-

El hombre, que nos dice que se llama Oscar, comienza presionar sobre la vagina y a medida que le va introducíendo el miembro, Carlota y yo, vemos como los ojos de Silvia, su boca, sus fosas nasales, se van abriendo cada vez mas y redondeando, tornando sus facciones en una mueca de asombro, mientras empieza a emitir un "¡¡¡HHHOOOooo...!!!; enseguida, cuando la cabeza del pene está completamente alojada en su vulva, Silvia comienza a jadear..., despacito primero y cada vez con mas intensidad a medida que Oscar sigue penetrándola...; por un gesto de dolor que hace, sabemos que el pene le llegó profundo, hasta el útero, pero vemos asombradas, que mas de la mitad del tronco aún estaba fuera del sexo de nuestra amiga...; es en ese momento, que Silvia grita: "AAArrraaaHHH...", se contorsina curvando su cuerpo hacia arriba y volviéndose a apoyar sobre la camilla, empieza a llorar.-Oscar le pregunta: "¿Te la saco?" a lo que ella le responde en un grito: "¡¡¡NOOOO...!!!", tras lo cual, acaba, exhalando un suspiro semi ahogado: "AAAhhhjjj....".-

Acto seguido el hombre se menea de atrás hacia adelante y viceversa y Silvia acompaña cada movimiento con una exclamación mezcla de dolor y de placer...; en uno o dos minutos de vaivenes, Silvia vuelve a demostrar con sus exclamaciones que tiene otro orgasmo y enseguida, al recibir el semen del hombre en su concha, vuelve a proferir un grito y tras él un insulto: "¡¡¡AAAHHHH.... hijo de putaaa...!!!, ¡¡¡ que pija tenés!!!".-

El hombre se retira de ella, Silvia se baja de la camilla, se desparrama sobre una silla y desfallece...-

Enseguida Oscar pregunta; "¿Ahora quien sigue?".-

Yo empujo a Carlota hacia adelante y ella medio con miedo se recuesta sobre la camilla, alza sus piernas dispuesta al sacrificio y espera la embestida que la inmolará como una virgen ofrecida a los dioses paganos.-

Se repite la escena, Oscar la acerca a él, le apoya el pene a las puertas de su vulva y comienza a penetrarla..., entonces Carlota, se toma con sus manos de la estructura de hierro de la camilla sobre la que está acostada y no sé como, eleva su vientre para facilitar la penetración, esta vez, la pija del hombre se desliza con mas facilidad, talvés ayudada por la lubricación de su penetración anterior en el sexo de Silvia, o quizá porque la matriz de Carlota era lo suficientemente holgada, como para soportar el grosor de ese pene.-

Luego de unos minutos de una tímida fornicación, en los que Carlota anunció dos orgasmos, la mujer llega al tercero, acompañando al hombre en su eyaculación, pero cuando siente que él se retiraba, le dice: "¡¡¡Nooo...!!!, ¡quiero otro!, seguí... seguime cojiendo" , a lo que el hombre asiente y continua fornicándola, esta vez con un poco mas de urgencia, haciendo delirar a Carlota, quien anuncia el placer que cada embestida le provoca, con un grito agudo que sale de su garganta, hasta que llegan ambos al mismo tiempo al climax.-

Desprendido el hombre de la hembra, me mira y me dice: "Ahora te toca a vos"; y me ordena: "Subite".-

YO: "No, yo no me animo"; y me retiro hacia el rincón mas alejado del cuarto, recluyéndome en ese lugar.-

Entonces Silvia, que se había recompuesto a medias, dice: "¡Pero yo sí!" y vuelve a treparse a la camilla, pero esta vez se sienta en el borde frente al hombre, colgando sus piernas hacia los costados, con lo que le ofrece su sexo bien abierto y ya casi fuera del borde de la camilla... y mientras Oscar se dispone a someterla nuevamente, ella lo abraza, lo besa y lo atrae hacia sí, incitándolo a la nueva penetración y cuando se siente penetrada, se abraza al hombre con mas fuerza y acaba emocionada de placer... y sigue abrazada, hasta que el hombre vuelve a derramarse y la derrama a ella nuevamente.- Esta vez, si bien volvió a gritar con energía como la primera vez, demostró mas satisfacción y menos dolor que antes, e incluso por momentos secundaba al hombre en el coito, hamacándose sobre la camilla en la posición en que estaba.-

Y así conocimos ese algo "mas real y verdadero", que antes le pedíamos nos diera.-

MENTE CALENTURIENTA

Durante los días siguientes al de la visita al Sex Shop, luego de recibir en mi casa, los objetos que habíamos comprado allí, cada vez que los veíamos o bromeábamos con ellos, Silvia y Carlota, reiterativamente, comentaban las sensaciones que habían tenido al copular con Oscar.- El escucharlas comentar a cada rato ese incidente, fue haciéndome pensar que yo había sido una verdadera tonta al negarme a la entrega.- LLegó un momento, en el que ansiaba que alguna de ellas, me volviera a comentar sobre las sensaciones sentidas aquél día; hasta que empecé a arrepentirme de mi negativa, descubriéndome, que imaginaba que era ese hombre quien me penetraba, cuando con asiduidad empecé a hacer uso de ese pene de dos cabezas, llevada ya a ese jueguito por mis íntimos deseos de comprobar, si lo relatado por mis amigas, se correspondía con la realidad y causaba en mí, las mismas sensaciones de satisfacción que les provocaba a ellas.-

Tanto fue así, que un día en que debía realizar un trámite en Tribunales, y con esa excusa, no concurrí con mis amigas a la Exposición Rural, y luego de realizada la diligencia que me llevó al Centro, esperé deambulando por la zona, a que se aproximara la hora en que sabía que Oscar cerraba su comercio.-

Ya había caído el sol, cuando ingresé al local, esta vez, estaba bastante mas concurrido que en la primera visita..., Oscar al verme entrar, se excusa con el cliente al que atendía, viene a mi encuentro y luego de saludarme con un beso en la mejilla, me sugiere que aguarde a que se desocupe y si lo quería, que fuera al kitchennette del local y sirviera café o eventualmente preparara el mate..., opté por esto último y para cuando Oscar se desocupó, ya el agua estaba a punto, asi que al él acercárseme, lo recibí con un mate espumoso y caliente al que saboreó con beneplácito.-

Mientras degustábamos la infusión, hablábamos de trivialidades, por mi parte en algunos momentos, pensaba en el motivo que inconscientemente me había llevado allí, al que calificaba como "una tonta locura" y de la que no sabía y tampoco atinaba, a retrotrarme.- Seguía en ese local, cebándole mate a un tipo al que no conocía y del que en verdad no tenía ninguna referencia, mas allá de lo ocurrido en la visita anterior y empecé a sentirme incómoda y con ganas de huir del lugar...-

Talvés Oscar, percibió ese nuevo estado de ánimo mío y fue por eso que en un momento, tomándome las manos me dice: "En verdad me alegra muchísimo que hayas vuelto; ¿que te trajo hoy a aquí?.-"

YO: "No sé, vine a Tribunales y tuve el impulso de visitarte; mis amigas no dejan de hablar de vos y de comentar como disfrutaron lo que les hiciste.-"

ÉL: "Y yo no dejo de pensar en ese día.- Pero de quien mas me acordaba era de vos, talvés porque no me aceptaste, o talvés porque a pesar de ser una de ellas mas linda y la otra mas exuberante, vos eras para mí la mas sensual y me sentí frustrado con tu negativa.-"

YO: "Es que tuve miedo.-"

ÉL: "Yo sería incapaz de lastimar a alguien, soy conciente que cualquier mujer sufre conmigo, por eso me acostumbré a ser delicado, a esperar sus tiempos y contener mi urgencias, no me gusta hacerlas sufrir, solo intento darles placer y me encantaría dártelo a vos.- Te deseo chiquita, así que si querés, si te animás, me harías el hombre mas feliz del mundo aceptándome.- Prometo que no voy a lastimarte, soy lo suficientemente racional, te deseo y sé que vos a mí también, sino no hubieras vuelto acá, ¿me equivoco?.-"

YO: "No, mis amigas comentaron tanto lo mucho que sintieron, que me hicieron pensar que yo era una tonta por no haberte aceptado en ese momento.-"

ÉL: "Entonces no lo dilatemos más, vení, quiero tomarte.-"

 

Y volvimos al cuartito donde estaba la camilla, sobre la que mis amigas habían sufrido y disfrutado a ese hombre.-

Sin que me lo pidiera, me desnudé..., cuando me expuse a su vista sin mis vestimentas, Oscar me dice: "Eres hermosa, me excita el solo verte desnuda..., mirá como me estas poniendo.-" Y bajándose su pantalón náutico (esos que siendo de tela liviana, se ajustan a la cintura con elástico adosado a él), muestra su pene completamente erecto..., si verlo antes me había impresionado, verlo hoy, en el colmo de su enervamiento, me atemorizó sobremanera.-

Pero Oscar, en verdad era un hombre delicado y cuidadoso..., se percató de mi emoción y de mis dudas y abrazándome me dice: "No tengas miedo, no voy a lastimarte, solo quiero hacerte gozar".-

Me contiene entre sus brazos por unos minutos, durante los cuales, yo sentía a su sexo presionando sobre mi vientre y mi estómago (él era como 10 cm. mas alto que yo), hasta que yo misma, excitada, busco sus labios para besarlo; entonces Oscar, sin rechazar mi beso, me obliga a retroceder hasta que llego al borde de la camilla y una vez allí me alza y me deposita sobre ella, para luego agacharse y besarme la concha..., sentía su lengua recorrer los labios de mi vagina, la sentí hurguetear mi clítoris, luego internarse en mi vulva..., me estaba llevando al climax, por lo que intenté asirme de su pene con mi mano, pero solo pude alcanzar el inicio de su capullo..., era robicundo, estaba realmente cálido, mas que eso, verdaderamente caliente, sentía su calor en mi mano..., yo como podía recorría con ella, lo poco que podía alcanzar de ese pene, en la posición en que estaba..., al irme emocionando al sentir el miembro en mi mano y su lengua en mi concha, estallé en un orgasmo realmente inconmensurable...; Oscar sorbió un poco de mis jugos y luego me preguntó: "¿Ya estás dispuesta?".- YO: "Sí".-

Entonces se eleva y tomando su miembro, lo frota sobre mi sexo, para luego presionarlo un poco intentando perforarlo...; yo al sentirlo me tensiono y él me dice: "No tengas miedo, solo voy a comprobar algo.-", tras lo cual, ayudado por su mano, presiona mi sexo con su pija y empieza a penetrarme, mientras yo alzo mis piernas lo mas que puedo y me tomo de la estructura de hierro de la camilla, estaba realmente atemorizada, pensando que iba a sufrir con la penetración de ese monstruo y aunque Oscar siguió introduciéndose en mí con delicadeza comencé a temblar...-

A medida que su sexo avanzaba, yo me conmocionaba, aumentaba mi excitación, pero también los temblores que convulsionaban todo mi cuerpo.-

Entonces Oscar me dice: "Tranquila muchachita, solo quiero ver hasta donde lo soportás.-" y siguió penetrándome, mientras yo empezaba a proferir unos grititos agudos al sentir cada embate del hombre..., percibí que tenía una forma particular de introducción; cada avance era cortito, casi insignificante y era que el hombre para no lastimarme, lo hacía frunciendo su cola y presionando, con lo que solo avanzaba apenas unos milimetros dentro mío, no obstante, su poderosa y enorme pija, presionaba sobre todo el contorno de mi sexo causándome un dolor que me hacía recordar el día en que había parido a mi hijo..., seguí emitiendo ayes de dolor, que poco a poco fueron tornándose en ayes de placer, a medida que lo sentía cada vez mas dentro mío, hasta que lo sentí colmarme toda..., su capullo estaba ahora presionando él inicio de mi útero..., lo sentí introducirse un milímetro mas y en una acto reflejo lo repelí con mis manos empujando su pecho..., mientras, seguía con mis temblores que iban en aumento, pero ahora ya no sabía si se debían al miedo, al dolor, a la excitación o al beneplácito.-

Fue allí cuando Oscar me dice: "Esta bien, no te asustes, quería medir algo..., te la voy a sacar.-"

YO: "No, dejala, la estoy soportando, dejámela...-"

ÉL: "Esperá..., no seas ansiosa...-" Y comenzó a retirarse, y en esa retirada, al sentirla recorrerme el sexo,...acabé.-

ÉL: "Hummm..., que rica hembra sos, sabes gozarla bien...-"

Cuando me la sacó por completo, se escucho un chasquido y tras él, mis jugos al salirse de mí, mojaron el tapizado de la camilla.-

Oscar se había desprendido de mí, pero yo, ansiosa, seguía con mi cuerpo temblando y no sabía si era porque había sufrido o porque había gozado a esa pija enorme.-

Interín, Oscar sale del cuartito diciéndome: "Ya vuelvo.-", y al retornar, veo que trae varios envoltorios, de los que, al romperlos, extrae unos adminículos raros de un material esponjoso pero a la vez lo suficientemente consistentes.-

ÉL: "Son almohadillas, y se usan cuando hombres como yo, no pueden penetrar completamente a la mujer, por el tamaño de su pene...; las voy a usar porque me enardecés mucho y no quiero lastimarte.-", tras lo cual, se colocó dos en la pija a modo de anillo y se dispuso a penetrarme nuevamente.-

Lo hizo con la misma suavidad y delicadeza de la vez anterior..., ahora estaba yo mas confiada en ese hombre y también mas deseosa de volver a sentir y soportar su pija, de la que recibí las mismas sensaciones anteriores, por lo que tuve las mismas reacciones...; volví a temblar mientras la sentía perforarme, llenarme todo, comprimirme todo el contorno de mi concha, llegarse hasta mi útero..., y empecé a gozarla, a pesar del miedo, a pesar del dolor.-

Oscar había llegado en mí, hasta donde podía, las almohadillas presionaban mi cola..., sentía dolor, pero también mucho placer..., bajé mis piernas hacia los laterales de la camilla y dejé que Oscar me arrastrara hasta el borde y comenzara a bombearme..., lo gozaba, lo gozaba mucho y comencé a jadear..., a gritar..., a insultar...: "¡¡¡Hijo de putaaa...!!!,...¡¡¡me matás...!!!, ¡¡¡cojé...!!!, ¡¡¡cojeme mas....!!!, cojeme muchooo...!!!, ¡¡¡ACABOOOO...!!!, ¡¡¡ACABOOOO...!!!, ¡¡¡HIJO DE PUTAAA...!!!, ¡¡¡ ME MATÁAAASSS...!!!.- Y me derramé como una yegua, pero Oscar no dejaba de bombearme....-

Ahora me contorsionaba, ya no sentía dolor, o al menos, el placer que me proporcionaba esa pija y la locura sexual a la que me arrastraba, eran superiores al sufrimiento y eran una u otra las que me hacían revolverme y contorsionarme sobre mi misma..., que me hacían elevar mis caderas para sentir su pene golpear contra mi útero, que me hacian jadear..., gritar..., pedirle mas..., mas..., ¡¡¡MAS....!!!... y que me hacían acabar, en una sucesión infinita de orgasmos, hasta que lo sentí derramarse dentro mío.- Y fue cuando lo sentí inundarme que me incorporé, aún clavada por su pija y lo besé... y le comí los labios, la lengua..., todo.-

 

Al desprendernos, estaba verdaderamente exhausta..., había temido, había sufrido, pero había también gozado... y mucho.-

Mis amigas no habían mentido, con ese hombre, se alcanzaba el placer extremo, el goce supremo... y no porque fuera un hombre exageradamente armado, sino porque era un hombre que se preocupaba mas por dar, antes que por recibir placer... y a mí me lo había dado en cantidades industriales, tanto que durante el año en que mantuvimos nuestra amistad, varias veces tuve necesidad de volver a gozar de esa pija inconmensurable.-

Y pensar que este hombre, de haber vivido en EE.UU. o en Europa, hubiera sido el Astro Porno de todas las épocas, sin embargo, estaba conmigo, una muchacha provinciana, que podía ser sensual, pero que distaba mucho de ser una super belleza como las que podrían haber compartido Cartel con él en el Cine Erótico.-

Pero así es la vida, hay que tomar de ella lo que nos ofrezca..., y yo no dejé de tomar, lo que en Oscar me ofrecía.-

SEGUNDA VUELTA

Una de esas veces, le pedí de irnos a un hotel, quería estar con él en una cama.-

Fué así que luego de cerrar su negocio, en mi camioneta, que ya se me había hecho costumbre traer a Buenos Aires, nos fuimos al hoy legendario Los Pinos, de la avenida Independencia, que en esos días habían inaugurado; era de un nivel superior a todo lo conocido en la ciudad hasta ese momento, al punto que sus habitaciones se mostraban cálidas y acogedoras (en ellas, las "cogedoras" como yo, nos sentíamos protegidas, resguardadas, pero también muy erotizadas por el ambiente), tenía la pared que separaba la habitación del baño, reemplazada por un vidrio semitraslúcido, que permitía observar la escena de la ducha, desde la habitación; además el colchón de la cama, era "de agua", con lo que al revolcarse la pareja en él, recibía, por los movimientos adicionales que el agua contenida proporcionaba, una dosis extra de erotismo, el que se aumentaba, con la música suave de grandes orquestas (Ray Coniff, Ben Keffer, y otros), sobre los que estaba de moda montar en la grabación, voces que simulaban a una pareja dándose y recibiendo placer (se comercializaba bajo el rótulo de música erótica, y causó furor durante un tiempo).-

Ya sobre la cama, luego de higienizarnos uno al otro en la ducha, le pedí que me dejara a mí, "dirigir el juego", y Oscar, que había nacido para dar placer al otro, sin preocuparse por el suyo propio, aceptó complacido esa nueva variante.-

Fué así, que durante un largo rato, me entretuve en jugar con su pija..., la acariciaba con mis manos..., recorría con ella mi cara..., mi cuerpo..., mis senos..., seguía luego besando cada centímetro de su falo, lo recorría mas tarde con mi lengua, la que a veces intentaba introducir por su ureter..., intentaba un imposible: contenerlo en mi boca... y vencida por esa imposibilidad, le roía la punta del capullo con mis dientes, para luego, descendiendo por él, hacer lo mismo en el resto del capullo primero, para continuar después royéndole el tronco... y volvía luego a empezar.-

Oscar se excitaba cada vez mas..., hasta que llegó el momento en que se derramó; lo hizo con tanta abundancia, que con su semen, podría haberse colmado un pocillo de café turco (de esos chiquititos de porcelana en que se sirve ese tipo tan fuerte y concentrado).- En ese momento, mi boca no estaba jugando con su capullo, pero en cuanto percibí su primera expulsión, me apuré a llegar a él, para degustar el sabor del semen de ese hombre..., era dulce..., como él, por eso lo ingerí y me saboreé con placer.-

A continuación, salidos de la conmoción del momento, me arrodillé en la cama sobre su cara y lo insté a que recorriera mi sexo con su lengua, lo hizo con fruición y en la excitación que me invadía al sentir su lengua recorrer mi concha y mi ano, me incliné hacia adelante y mientras me sostenía con una mano, con la otra, cerrándola como podía sobre su tronco inmenso, lo masturbaba, al tiempo que mi lengua recorría el capullo y depositaba sobre él mi saliva.-

En ese juego, le entregué dos orgasmos y me esmeré luego por arrancarle la segunda eyaculación, mientras él seguía con su lengua, torturando mi sexo y absorbiendo mis jugos...-

Al rato, luego de descansar un poco y recomponer energías, besándonos dulcemente, le pedí que me diera las almohadillas que usábamos en nuestros coitos y que sabía había traído.- Me las dió y cuando ví que ya su pija se había enardecido nuevamente, se las coloqué; esta vez, usé tres, una mas de las que habitualmente usábamos...; quería que su pija no llegara hasta las puertas de mi útero, sino que pretendía sentirla allí donde sentía la corta pija de Néstor, de la que recibía tanto placer, porque luego de leer algunos ensayos, por esos días en boga, sobre un novedoso descubrimiento en materia sexual femenina, había deducido que era allí donde se ubicaba mi Punto G.-

Me monté luego sobre su vientre y empecé despaciosamente a deslizarme hacia abajo, introduciéndomelo en la vagina, lo fuí logrando, pero con las mismas dificultades que siempre teníamos, cuando me dejaba penetrar por él en la camilla... y empecé a soportar y disfrutar las mismas sensaciones: Su capullo presionaba excesivamente el contorno de mi sexo; los labios de mi vagina, se abrían y dilataban exageradamente..., eso me dolía..., me dolía mucho, me quejaba, pero a la vez, difrutaba esa penetración..., cuando el capullo traspuso las puertas de mi sexo, lancé una exclamación, mezcla de placer y de alivio, al sentir que la presión del tronco era menor, del que no pude introducirme mas que 7 ú 8 centímetros, porque mi cola rebotaba contra las almohadillas, pero que sumados a los otros 7 ú 8 de la cabeza del pene, alcanzaban ese mismo punto al que me llegaba el pene de Néstor...; cuando comencé a hamacarme sobre el monstruoso falo de Oscar, a pesar del dolor que me producía la presión sobre los contornos de mi sexo, comenzó a embargarme el delirio..., tanto era, que 6 veces me derramé antes de sentir la eyaculación de Oscar golpear al fondo de mi vagina; pero no conforme con ello, continué balanceándome sobre el falo, con mi cuerpo sostenido por mis manos sobre el pecho del hombre y mi senos enardeciéndose los pezones al rozar contra la pelambre de ese pecho...; otras 3 veces me derramé y una cuarta, cuando le arranqué al hombre su segunda eyaculación.- Todos esos jugos estaban contenidos en mi sexo, porque la inmensidad del falo masculino era tanta, que no dejaban resquicio para que asomaran al exterior.-

La presión que ejercían dentro de mi concha, sumada a la presión del pene sobre mis paredes, me compelieron a lanzarme hacia arriba con lo que el falo de Oscar se desprendió de mi cuerpo, tal como se desprende el corcho de una botella de sidra: Con el mismo chasquido estruendoso, dejando salir tras él, a los jugos que como el líquido espumante que la botella contiene, se derramaron sobre el pecho y el vientre de Oscar y luego por su abundancia sobre la cama.-

Satisfechos de placer e inundados de pasión sexual, dormimos luego abrazados, durante varias horas, sobre esa cama mojada..., al despertarnos, Oscar quizo tomarme como siempre lo hacía y lo hizo, arrastrándome hasta el borde de la cama, arrodillado él entre mis piernas, pero había aprendido, que mi verdadero gozar de su pija, lo tenía con las 3 almohadillas, por lo que las usó; y luego de hacerme extender mis brazos al cielo tras un nuevo orgasmo, se alza y me alza con él, todavía contenida su pija en mi sexo y me lleva hasta el baño, a la ducha en la que al introducirnos, lo siento otra vez derramarse y vuelvo yo a derramarme, para allí sí, desprendernos e higienizarnos luego uno al otro, como cuando comenzamos esta noche de sexo.-

Al salir del hotel, ya de mañana, nos prometimos volver y en el año que compartimos, varias veces lo hicimos, repitiendo lo que esa noche habíamos ensayado.-