miprimita.com

Ana botinera

en Confesiones

XXX

Hace unos pocos años, cuando aún transitaba la década de los cuarenta, volvía del sur del interior de la Pcia. de Bs. As., ingresando a Capital por el Puente Puerredón y la Autopista 9 de Julio Sur, cuando mi camioneta nueva (una Eco Sport) casi cero kilómetro en esa época, comenzó a demostrar una falla mecánica.- Ni lerda ni perezosa, me encaminé hacia una estación de servicio que se encuentra en la intersección de la Av. Garay con Santiago del Estero, pero no alcancé a llegar, ya que se detuvo definitivamente en Salta, esquina Garay.-

Luego de varios infructuosos intentos por ponerla en marcha nuevamente, desistí y me comuniqué solicitando auxilio mecánico desde un teléfono que gentilmente me facilitó el personal de un cinematógrafo que se encuentra ubicado en esa esquina.- Cumplido el trámite, me dispuse a esperar tranquilamente las 3 hs. de demora, indicadas por el personal que atendió mi solicitud, dentro de la camioneta; era domingo ya tarde y al poco rato, comencé a inquietarme, al ver el tipo de gente que merodeaba por los alrededores ya que algunos, al percatarse de mi soledad en el lugar, se pasaban de "graciosos" conmigo y sinceramente, me molestaban bastante.-

Por eso, luego de soportar y asustarme con algunas de las "bromas" que me gastaban estos individuos, decidí esperar la grúa en el hall del cine, lo que si bien amenguó el "sufrimiento", no amilanó a algunos de los ocasionales transeúntes del lugar.- A la mayoría de ellos, en verdad gentes marginales, se los notaba decididamente "quemados" por el maldito "paco" (la llamada "pasta base", un nefasto subproducto de las cocinas de cocaína, que en mi país halló muy buen mercado entre las clases mas pobres y marginales por su baratura).-

Fué así que, con el consentimiento del personal del cine (el taquillero y el acomodador) me adentré en la Sala con la intención de disfrutar en el rato de espera, las películas que se proyectaban.- Grande fue mi sorpresa inicial, al percatarme que las proyecciones eran pornográficas, no obstante, dado que a mi edad pocas cosas ya me asombraban, decidí disfrutar de ese tipo de cine Hard Core, al que nunca antes había presenciado, fuera de las pantallas de los televisores de alguna habitación de los hoteles alojamiento a los que concurría en alguna de mis aventuras.-

Pero cuando me aclimaté a la penumbra de la sala, empecé a observar movimientos extraños entre los que circunstancialmente compartían conmigo el lugar, mas no discernía los motivos de tales movimientos, en los cuales, los asistentes se cambiaban frecuentemente de butacas, deambulando por toda la Sala (después supe que lo hacían buscando dar y recibir placer en sus circunstanciales acompañantes).-

Estaba yo ubicada en las dos o tres filas últimas, mas atenta a la cortina del fondo, por donde esperaba ver aparecer al acomodador con la noticia de la llegada de la grua esperada, que a la proyección en sí y a los movimientos de las gentes en el lugar; por eso, estaba sentada medio de costado, para poder voltearme con facilidad al percibir movimientos en la cortina que cierra la sala, con uno de mis brazos, en algún momento apoyado sobre el respaldo de la butaca y en otros colgando por detrás de él.-

Y fue en uno de esos momentos en que mi brazo colgaba, que siento una mano tomar la mía con firmeza y alzándola, llevarla mas hacia atrás, hasta apoyarla sobre el regazo de alguien que estaba en la butaca inmediata atrás de la mía..., pero no la apoyó exactamente sobre su regazo, sino que lo hizo sobre su pene desnudo, guiando mi mano para acariciárselo... así compelida y obligada por esa mano a cerrar la mia sobre ese pene ya excitado, fuí guiada siempre con firmeza para masturbarlo...; como yo no soy de hacerle asco a nada y tampoco de histeriquear ante situaciones extremas, acepté el convite (¡¡¡total, que le hace una mancha mas al tigre!!!, pensé) y concienzudamente hice lo que mudamente se me pedía.- Me apropié del falo y comencé a masajearlo suavemente, aumentando poco a poco el ritmo masturbatorio, hasta que empecé a sentir a mis espaldas, unos gemidos que seguramente provenían de la garganta del hombre dueño del falo, al que todavía no había visto, porque no volteaba mi cabeza para mirarlo.-

Interín, los movimientos en la sala continuaban y en un momento dado, en la penumbra, percibí que estaba casi completamente rodeada de siluetas masculinas...; no obstante, no abandoné la tarea que se me había encomendado, hasta que se me dió por cumplida, ya que el hombre, luego de eyacular, (lo que percibí por los estertores del pene dentro de mi mano), con la misma firmeza conque antes me obligó a tomar su pene, ahora retiraba mi mano de él, para inmediatamente cambiarse de lugar, sin que ni siquiera yo pudiera ver quien había sido el premiado por mis artes masturbatorias; tras cartón, su lugar fue ocupado por otra silueta masculina, (supe que no era la misma persona, pues tras realizar las mismas acciones del anterior, al asirme del falo, me percaté que éste era distinto al otro)...- Presiento luego, mas que veo, a una persona sentada a mi lado, la que sin ningún remilgo, se llega con su mano hasta el muslo de mi pierna izquierda (yo estaba en polleras) y sin solución de continuidad, sube por él, hasta alcanzar mi entrepiernas obligándome con la presión que ejercía sobre ellas, a separarlas para, cuando lo hago, apropiarse de mi sexo por sobre la braga que lo protegía, buscando luego deslizar la tela para desnudarlo...; cuando lo logra, con sus dedos índice y gordo, se apropia de mi clítoris y comienza a juguetear con él hasta que, viendo que yo lo dejaba hacer, empieza a regalarme la mejor "paja clitoriana" de toda mi vida, que me lleva a recostarme lo mas que puedo sobre mi butaca, hasta que mis rodillas tropiezan con el respaldar de la butaca delantera, mientras esos dedos amasaban mi clítoris sin tregua y sin piedad..., es entonces, que mi mano libre es tomada por la de otro hombre sentado a mi otro costado y guiada hasta la misma zona donde estaba trabajando mi otra mano, pero esta vez sobre este nuevo hombre, para que realice en su pene el mismo trabajo que mi otra mano realizaba en otro pene distinto.-

Si bien no podía verme a mi misma, imaginaba lo grotesco de mi postura: recostada sobre el asiento, con mi cabeza apoyada sobre el respaldar, mi brazo izquierdo pasando sobre él hacia atrás con un falo asido en su mano, mi brazo derecho pasando por sobre el apoyabrazos de la butaca, para que mi mano tome el falo que tenía a mi derecha, con mis rodillas apoyándose sobre el respaldo de la butaca delantera, desde la cual, otro hombre, arrodillado sobre ella y vuelto hacia mí me recorría con sus manos alternativamente las piernas y otro ubicado detrás mío, a un costado de aquél a quien yo masturbaba, se apropiaba de mis senos, por sobre la camisa primero y directamente sobre la piel desnudada por él exprofeso, luego...-

Estando en esa posición y atacada o explorada por mil manos de mil hombres, vino el acomodador a avisarme que la grúa esperada habia llegado... al que como pude, entre los suspiros que me arrancaba el que me masajeaba el clítoris, que dicho sea de paso, ya me había provocado 3 orgasmos, y los que me arrancaban los que me manoseaban las tetas y las piernas, le dije que me esperara unos minutos, que ya salía... (si podía).-

Compelida por la llegada de la grúa, a dar por terminada la sesión de masajes dados y recibidos, recomponiéndome las ropas, salí al hall del cine, donde me esperaban el acomodador, el taquillero y el chofer de la grúa, todos con unas sonrisas socarronas y pícaras dibujadas en sus rostros..., era evidente que el acomodador les habia contado con lujo de detalles, lo que habia observado en el interior de la sala..., por eso hay quien asegura, con razón, que los hombres son mucho mas "chusmas" (cuenteros de llevar y traer) que nosotras las mujeres.-

Ya a solas en la calle con el gruísta y ante sus remilgos para acarrear mi camioneta al lugar indicado, luego que la había subido a la planchada de su camión, tuve de "negociar" con él, para que cumpliera con el traslado necesitado.- Pero ese "soborno" merece un capítulo aparte...-

ANA BOTINERA

Les había contado lo que pasó dentro del cine, el día que se me rompió la camioneta; les conté luego que el acomodador, vió la escena que se desarrollaba en las plateas y que me tenían a mí como principal protagonista y que cuando me apersoné en el hall donde me esperaba el chofer de la grua, se me hizo evidente que el chismoso del acomodador, les había comentado la escena al gruísta y al boletero.- Les dije luego que el gruísta, tras subir mi camioneta a la planchada de su camión, se puso remilgoso; era evidente que suponiéndome una "mina fácil", pretendía sacar ventaja, porque con seguridad, ante una situación como la que le fue contada por el acomodador del cine, como cualquier hombre lo hace en momentos similares, empezó a pensar con la cabeza... de su pija.-

 

Pero yo, transitando ya la década de mis cuarenta y con muchos grandes premios corridos, no lo iba a dejar ser el dueño de la situación, asi que tomando al "toro por las astas", lo increpé:

-"Mirá gordito..., vos tenés obligación de trasladarme al lugar que te indique, cualquiera sea,... así que vamos, subite al camión y llevame...- En todo caso, si te portás bien, tendrás ganada una propina, pero vamonos ya, porque no me banco mas estar en estas calles de mierda, sopòrtando a todos estos quemados que no saben mas que decirme groserías.-"

 

Así fue que sin chistar, el gordito me abrió la puerta y me ayudó a subir al camión (era un IVECO frontal), pero no perdió oportunidad de meterme mano en el traste, con la excusa de ayudarme a subir a la cabina, empujándome hacia arriba.-

Cuando se acomodó frente al volante y arrancó, volví a increparlo: - "Me tocaste el culo..., ¿que te pasa?..., ¿tan caliente te dejó lo que te contó el chismoso ese?.-"

Mientras lo increpaba, observé su entrepierna y sí... era evidente que había quedado caliente, porque en esa zona, su pantalón se notaba desmesuradamente abultado (debo en este momento confesar, que yo también lo estaba, porque no soy una mina que se conforma nada mas que con arrumacos o manoseos..., esos los acepto solo en las preliminares, porque después voy por mas; pero esta vez no hubo mas... así que, como había quedado a mitad del río, necesitaba llegar a la otra orilla y a mi lado, tenía al remero que debería llevarme a ella).-

-"Te hice un pregunta..., ¡contestame!.-" (Tenía que mostrarme enérgica, para ser yo quien dominara la situación y manejara el juego).-

EL: "Y...si, en verdad me calenté con lo que supe..., me hubiera gustado verla...-"

Trascartón, me ubique medio de costado y acomodé mis piernas sobre el asiento, acercándolas hacia el hombre; sabía que en esa postura, mi pollera se deslizaría hacia mi vientre dejando mis muslos a la vista, para cubrir solo mis partes pudendas.-

YO: "¿Y que pretendés?, ¿que te masturbe mientras manejás?.-"

EL: "¿Lo harías?...-"

YO: "No sé, ¿a ver?..., mostrame que tenés.-"

 

Entonces Juan Carlos (ese era su nombre), sin dejar de conducir, elevando sus caderas del asiento, como puede y con una mano, va soltando su pantalón hasta que hace asomar su pene al exterior...-

Yo me acerco aún mas a él, hasta rozarlo con mis piernas, las que volví luego a depositar sobre el piso de la cabina y pasándole una mano por detrás de su espalda, con la otra le tomo el pene y comienzo a juguetear con él; entonces Juan Carlos, con la mano con la que operaba sobre la palanca de cambios del camión, comienza a operar sobre mis muslos, hasta que de a poquito, se llega hasta mi sexo, al que hurguetea por sobre la braga.-

YO: "Esperá...-" Le digo mientras elevo mis nalgas del asiento y me saco la bombacha; "así me tocas mejor...-"

Y así continuamos el viaje, masturbándonos uno al otro..., hasta que en un momento dado, cuando pasábamos por el costado de un paredón en la avenida solitaria por la que circulábamos, le ordeno: "Detenete ahí, que ya me recalentaste...-"

Cuando se estaciona, sobre la acera, me levanto del asiento reclinándome hacia adelante y me mantengo en esa posición asida del tablero frontal del camión, hasta que Juan Carlos, se corre de su asiento para ubicarse detrás mío...- Al ubicarse en esa posición, yo me alzo la pollera con una mano, mientras que, sin soltarme con la otra del tablero frontal, empiezo a moverme hacia atrás, hasta que nuestros sexos hacen contacto..., es en ese momento que le tomo el pene nuevamente y lo guio para ubicarlo a ls puertas de mi vagina y cuando lo tengo allí, continuo bajando con mi traste, haciendo que ese pene gordo, pero no muy largo vaya poco a poco, introduciéndose en mi concha...-

Ir sintiéndolo penetrar en mi y comenzar a delirar, fue todo a un tiempo..., para cuando mis nalgas en su descenso, tropezaron con el vientre de Juan Carlos, yo ya había acabado y con mis jugos había lubricado la zona eficientemente..., pero no me dí por conforme y comencé a menearme sobre el vientre de Juan Carlos, en circulos primero..., subiendo y bajando luego..., volviendo a hacer círculos con mi traste mas tarde..., hasta que sentí al hombre, después de algunos minutos, derramarse, para..., con mi sexo lleno del semen del hombre volver yo a acabar, deshaciéndome en mil suspiros y refunfuños.-

En verdad, nunca antes lo había hecho así, como lo hice esa noche y si bien mis piernas, luego estaban algo entumecidas por el esfuerzo de sostener mi cuerpo semi incorporado sobre ellas..., me gustó esa postura y disfruté esa novedosa, para mi, manera de copular.-

Luego de un ratito de descanso, durante el que Juan Carlos me contó que había sido jugador de futbol profesional del Club Atlético Huracán y en el que comprobé que el "gordito", si bien lo era por la falta de prácticas de ejercicios físicos, continuaba siendo "pura fibra muscular", en todo su, ahora obeso cuerpo, continuamos la marcha hacia el taller donde dejaría mi camioneta, luego de lo cual, una vez que nos deshicimos de ella le dije: "Si me llevas a casa..., y si querés, nos vamos antes a un hotel..., ¡yo invito...!.-

Me había gustado, quería mas y la noche, aunque ya era entrada la madrugada, recien comenzaba... y hacia el primer hotel alojamiento que encontráramos..., partimos raudos.-

¡¡¡ ME GOLEARON... !!!

Recalamos en el Hotel Oeste, de la calle Cucha Cucha al 400, pleno corazón de Caballito (un barrio de Buenos Aires), era un lugar tranquilo y discreto, donde podía llegarse con un camioncito casi sin dificultades para encontrar estacionamiento.-

Una vez que nos asignaron habitación (Juan Carlos no me dejó abonar a mí), de camino hacia ella, el "gordito" no me guiaba llevándome de la mano, el brazo o la cintura, sino que lo hacía, empujándome desde la cola..., hice un esfuerzo, para dejar escapar una flatulencia (a pesar de lo indecoroso y de mal gusto,que eso podía ser), pero no pude, aunque sabía que eso sería tomado por Juan Carlos, como una broma, ya que él era un tipo muy bromista y por demás simpático..., sobre cualquier cosa que ocurriera u observara a nuestro alrededor, tenía siempre a flor de boca, un comentario jocoso que si bien en la mayoría de las oportunidades eran bobadas, no dejaban por eso, de ser graciosas...., en verdad me divertía ese hombre.- Esperaba ahora, que, así como me divertía antes, puertas adentro, tambien me complaciera..., aunque ya me había dado muestras de que sabía como hacerlo.-

Ya dentro de la habitación, que en verdad no difería mucho del común de las habitaciones que hube recorrido en mis andanzas por lugares similares, descubrimos que estaba provista con una hamaca similar a la que hube encontrado alguna vez en aquél hotel alojamiento de la Ciudad de Santa Rosa (La Pampa); se me iluminaron los ojitos...-

Luego de ducharme, tendida sobre la cama, esperé tranquilamente que él cumpliera con su ritual higiénico..., cuando se presentó completamente desnudo en la habitación, se paró frente a mí y me dijo:

EL: -"Voy a confesarte un problemita que tengo...".-

YO: -"¿Que te pasa?, ¿estas cansado y no podés cumplir?.-"

EL: -"No...- Fijate bien..., tengo una pierna mas corta...; decime cual es".-

Yo lo miré y lo miré..., calculaba tomando puntos de referencia cual era la pierna que tenía mas corta, pero no notaba diferencia alguna, por lo que no discernía cual de ellas era la del problema.- Luego de un rato me dí por vencida y terminé diciéndole:

YO: -"No sé, no me doy cuenta, las veo las dos iguales...-"

EL: -"No tonta, son tres... y la mas corta es la del medio.-" (Así de bobas eran sus bromas).- "Qusiera que fuera como las otras así te dejaba bien conforme...".-

YO: -"¡¡¡ El tonto sos vos...!!!, ja,ja,ja,ja..., no es cuestión de tamaños..., es cuestión de sapienza...; es mas lindo con una chiquita juguetona, que con una grande boluda...!!!.-

 

Trascartón, acomodó su cuerpo sobre la cama extendido junto al mío, de frente a mí..., pasó su brazo izquierdo por debajo de mi cuello, para con su mano acariciar mi espalda y su brazo derecho por sobre mi cuerpo para tomar con la mano mis nalgas y apretar mi vientre plano contra el suyo prominente... y comenzó a besarme;mi boca..., mi cuello..., mi cara..., mi frente..., mi pecho..., mis senos luego..., y toda yo, sentíamos la boca cálida de ese hombre depositar sus besos sobre toda mi piel...- Yo, poco a poco iba enervándome..., hasta que busqué con mi boca la de él y horadé con mi lengua sus labios, para alcanzar con ella la suya y explorarla...; sentía la excitación del hombre aumentar sobre mi vientre..., percibía en mi piel el calor sofocante de su sexo..., inconcientemente, mi pierna izquierda se fue elevando desde la rodilla, alejándose de su compañera y mi cuerpo todo con mi sexo expuesto y a la espera... se elevó sobre la horizontal hacia la cabecera de la cama, hasta que sentí al pene enardecido del hombre, alojarse a las puertas de mi vagina, rozando sus labios..., entonces, bajando mi mano desde su espalda hasta su cola, apretando su cuerpo contra mí, lo obligué a alojarlo en mi sexo.-

Al sentirme penetrada, una exclamación de placer ahogada, escapó de mis labios y enseguida mi vientre se movilizó, para que mi concha, contuviera sino todo, lo mas que pudiera del pene de ese hombre...- Estábamos unidos, de mi sexo hirviente, comenzaron a aflorar los jugos que lubricaban el campo de batalla, del de él, las gotas preseminales que anunciaban su descarga inminente, sentía su sexo moverse dentro mío, pero no entrando o saliendo, sino golpeando alternativamente contra uno u otro lado en mi interior..., la base del pene rozaba mi clítoris..., el capullo, mi útero...; mi orgasmo era ya incontenible..., mis exclamaciones por el placer recibido..., muy elocuentes...- Gozaba..., gozaba mucho... y ahogué el grito que anunciaba mi derrame, mordiendo con mis labios su lengua...- Pero el hombre continuaba, seguía moviendo su pene dentro mío y yo exahusta, lo dejaba hacer..., hasta que otra vez, sentí el enervamiento de mi sexo extenderse por mi cuerpo... y otra vez exclamé a los gritos, que había llegado a un nuevo orgasmo...- Me abrazo ahora con mas fuerza al hombre y mientras él sigue cojiendome..., los músculos de mi concha, oprimen y sueltan al pene que la llena, hasta que por fin, logro arrancar del hombre el semen que inunda mi vagina, tras lo cual..., afloran otra vez los jugos de un tercer orgasmo y escapan de mi garganta, los gritos que demuestran que el placer he recibido.-

 

Tras un rato de descanso, mirando como un hombre daba sexo anal a tres mujeres en la pantalla de la televisón colocada en un soporte sobre una pared de la habitación, nos fuimos a la hamaca...- Allí Juan Carlos me obliga reclinarme de frente sobre ella y arrodillada en el piso, con mi vientre sobre el asiento de la hamaca, cuelgo el resto de mi cuerpo hacia el otro lado y espero el embate del hombre, al que imagino que estando a su vez arrodillado detrás mío, arremeterá contra mi ano....; pero no..., vuelve a penetrarme por la concha, hasta que su pene todo dentro mio, permite a su vientre golpear contra mis nalgas..., lo siento tanto, que me muerdo los labios..., cierro mis ojos con fuerza... y me tomo con mis manos de las cadenas de las que pende la hamaca.- Ahora el hombre, la balancea tomando sus cadenas y hace que mi concha, al ir y venir mi cuerpo sobre la hamaca, recorra al pene en toda su extensión, desde la base hasta el capullo, que en cada movimiento me dá la sensación que escapará de mí haciéndome decir ¡¡¡Nooo...!!!, para luego exclamar: ¡¡¡AAAhhhh....!!!, cuando lo siento de nuevo introducirse...- Al tercer o cuarto vaivén, tuve mi primer orgasmo... y otros tres antes que Juan Carlos volviera a llenarme con su semen.-

 

Estoy desfallecida y casi sin fuerzas, sobre la hamaca, en la posición en que antes me habían colocado..., siento que ahora me toman por los brazos y me obligan a retirarme, a voltearme sobre mis rodillas y a quedar con mi pecho apoyado sobre el piso y sobre mis rodillas, con la cola en pompa hacia la hamaca, sobre la que Juan Carlos está ahora sentado, quien tomándome de las caderas, me obliga a retroceder, hasta que estoy al alcance de su sexo...- "Ahora es el momento", pensé..., "ahora me hará el culo...", pero otra vez lo siento introducirme el pene en la vagina... y yo desesperada, emito unos sollozos, aunque no le digo nada...- Permanezco quieta y él con sus piernas mece la hamaca de atrás hacia adelante y viceversa y en ese movimiento, otra vez su pene me recorre toda...; reacciono y acompaño al hombre masajeando al pene, cerrando y abriendo mi vagina...; y lo hago eyacular por tercera vez esa noche, al tiempo que yo me derrito en el octavo orgasmo...-

 

Desde donde estoy arrodillada, mientras el semen del hombre se escurre desde mi y corre por mis piernas, lo tomo de su mano y avanzando de rodillas hacia la cama, le digo:

YO -"Vení mi amor..., vamos a la cama..., quiero... vení por favor..., vení conmigo.-"

Y lo obligo a seguirme hasta el borde de la cama.- Me trepo sobre ella, y tomo la misma posición en que antes estaba, con mis rodillas al borde de la cama, mi pecho sobre ella y mi cola en pompa, con mis manos abriendo mis nalgas.-

YO: -"Vení por favor, hacémelo...me hiciste gozar tanto, que quiero ahora que me lo rompas".- " Tomalo mi amor, dame tu pija, quiero sentirla ahí, porque me has hecho sentirte tanto, que quiero darte el culo, para que me hagas seguir gozando...".-

Entonces Juan Carlos, me aferra por las caderas y apoya su pija a las puertas de mi ano presionando...; le digo: "Esperá, no te asustes y seguí empujando...".- Entonces le tomo los escrotos y lo aprieto... y al sentir que su pija se afloja, la siento también introducirse y en el grito que doy al sentirlo penetrarme, anuncio al mundo que estoy siendo sometida por el hombre al que le ofrecí la vía prohibida, por lo mucho que he gozado...; la siento ahora enseguida enardecerse..., la siento colmar todo mi esfinter... y siento al hombre que exaltado se mueve de atras hacia adelante, poniéndome todo el pene que antes, por la buena vía hube gozado y al que gozo ahora al sentirlo ir y venir frenético en mi cola... y como alguna vez lo hice... me aferro a las sábanas con mis manos... y emitiendo un "AAAAAHHHHHhhhhhhh..." intenso, prolongado... muerdo la almohada sobre la que mi cabeza reposaba..., mientras que me derrito en una sucesión incontrolable de derrames, a pesar del dolor que me provoca la exaltada penetración del hombre, al que sin reparos me entregaba...-

Sigue Juan Carlos, en su ir y venir sin dar respiro..., sigo yo emitiendo ese "AAAhhhh...", de dolor..., de placer..., de emoción..., de asentimiento... y mientras que por enésima vez yo me derramo, siento al hombre entrarme fuerte y aferrado a mis caderas, apretado su vientre fuerte, fuerte contra mí..., siento que su leche ha derramado y es el calor del semen que me invade, quien me provoca el nuevo orgasmo, haciendo que tendida sobre el lecho, lloré de emoción, por el dolor..., el gozo..., el placer..., que la pija de ese hombre me ha dado.-

 

Al rato, es ahora él quien quiere volver a someterme por el ano y yo sumisa y obediente vuelvo a entregárselo..., pero ahora Juan Carlos, es todo suavidad..., todo ternura..., me coje con amor..., sin desenfado..., gozamos los dos de ese momento y volvemos a acabar los dos a un tiempo, para luego sin dejar de estar unidos recostarnos y dormirnos.-

Al despertar, luego de bañarnos y vestirnos..., nos fuimos abrazados..., ya en el camión, rumbo a mi casa ambos nos íbamos besando...- ¡¡¡ Que lindo fue disfrutar de esa contienda !!!, aún sabiendo que el hombre al que me había enfrentado, había ganado el Partido por goleada...-

ANSIEDAD

Ya era jueves..., Jorge, mi pareja estable, estaba en el exterior.- Con un grupo de colegas de la Sociedad Rural, había concurrido a la "Word´s Farm Exposure", que se realiza en Australia todos los años y que es la Exposición Agrícola, mas importante del mundo, luego recorrerían algunos países europeos, contactándose con los productores agrícolas de España, Italia, Alemania, Francia y Holanda.- Lo hacían en Representación de la S.R.A. y con la idea de promover nuevos mercados (y mantener los ya existentes) para la producción agrícola argentina.- Lo extrañaba, hacia ya mas de 20 días que se había ido y aún faltaban otros tantos para que regresara..., esa semana me sentía especialmente melancólica por su ausencia y ansiaba su regreso, porque extrañaba nuestras noches de amor.-

El domingo pasado, había conocido un tipo que en verdad era en su personalidad, muy parecido a mi amado, aunque distaba bastante de ser el tipo educado que él era, pero que no obstante, en todos los demás aspectos se le parecía muchísimo y en mis estadíos melancolicos de los días intermedios, mis pensamientos iban del uno al otro indiscriminadamente.-

 

Luego de ducharme, sin saber en verdad lo que iba a hacer, comencé a vestirme...; me calcé unas botas texanas repujadas con motivos campestres, una pollera plisada color marrón que me calzaba un poco por sobre las rodillas, un sueter color carne tejido al crochet, con escote barco que desnudaba mis hombros alternativamente, me pinté los labios y coloreé mis cachetes, dándome ademas un poco de maquillaje en el rostro, abroché a mi cuello un escapulario sostenido por un collar de tercipelo al tono de mis atuendos, busqué un sombrero tipo texano, también marrón y iba ya a salir, cuando decidí buscar una braga porque la cortedad de mi falda, podría provocar escenas inconvenientes al mostrar la desnudez de mi sexo y elegí una cola-less carmesí en gasa con el bordado de una flor que insinuaba pero cubría convenientemente mi intimidad y ya en la calle, me monté en la camioneta y partí sin rumbo cierto.-

Al poco rato, me ví pasando por frente al A.C.A. (Automovil Club Argentino) de Caballito y tuve la tentación de parar y preguntar por él.-

 

Él, era Juan Carlos, el gruísta que me había auxiliado el domingo y que luego me había dado el mayor de los placeres, calmando las ansiedades que se habían despertado en mí, por los manoseos de los que fuí objeto en aquél cine de Constitución...-

Y allí estaba, vistiendo tal como la vez anterior, su mameluco azul..., creo que a ambos se nos iluminó el rostro cuando nos vimos, pero por mas que tuve ganas de abrazarlo y darle un beso, me contuve ya que estábamos delante de sus compañeros y jefes y no era politicamente correcto ese tipo de efusividades entre un Asociado a la Institución y uno de sus empleados.- No obstante, recurriendo a mis mejores armas de seducción, le pedí permiso a su jefe, para "raptarlo" un ratito, porque quería agradecerle por la "prestación" que me había brindado el domingo pasado...; el Jefe no pudo resistirse a mi "encantador" modo de solicitarle el permiso y me prestó a su empleado solícitamente.-

 

Montados ambos en mi Eco Sport, ya recompuesta de su falla, recorrí las pocas cuadras que median entre el A.C.A. Caballito y el Hotel Rojas... y allí me interné, sin preámbulos y sin avisos.-

 

Juan Carlos se alarmó un poco, excusado en el tiempo que nos llevaría la permanencia en el lugar, habida cuenta que era su horario laboral, mas, cedió facilmente a mis súplicas y terminamos por recluírnos en una de sus habitaciones...- El tiempo contratado era escaso (apenas un turno corto, de solo una hora), no podíamos perder tiempo...-

 

Una vez en ella, le ofrecí un show de strip tease, con lo que logré exacervarlo aún mas de lo que ya estaba..., poco a poco, fuí quitándome mis ropas, al compás de "Carrozas de Fuego", que era la música que inundaba el ambiente y cuando estuve completamente desnuda, con el escapulario aún en mi cuello, mis botas calzadas y mi tanga carmesí, lo provoqué para que sea él quien me la quitara, mientras yo bajando el cierre de su mameluco, lo dejaba solo vestido con su boxer...-

Entonces, me empuja sobre la cama y arrodillado él a un costado, comienza a morder la tela, tironeándola con su boca, hasta que logra romper sus tiras y arrancármela con sus dientes..., entonces yo, me tomo de sus calzones y los bajo en el momento en que él se incorporaba para subirse a la cama y enseguida, al ver su pene desnudo y completamente tieso, al punto que su capullo estaba completamente descubierto y la piel que suele recubrirlo totalmente estirada sobre el falo, debido a la enorme excitación de Juan Carlos, me semi incorporo sobre mis brazos y me apropio del falo con mi boca..., la exclamación de Juan Carlos, al sentir mis labios, me motivaron para continuar con mi obra y comencé a practicarle la fellattio que me distingue de las demas mujeres: Cierro mis labios por debajo del capullo y sobre el tronco, y comienzo a absorber, solo a absorber..., sé que eso produce un vacío en el ureter del hombre, que lo lleva facilmente a la máxima excitación...; los gemidos de Juan Carlos, me indicaban que la sesión de sexo oral que le practicaba, iban a acabar pronto con su resistencia... y cuando me tomó la cabeza, para evitar que me retirara, supe que su eyacualción era inminente, por lo que al empezar a recibir sus gotas preseminales, cubrí su ureter con el reverso de mi lengua y tras dos o tres movientos de sube y baja con mi boca sobre su pene, recibí bajo mi lengua su abundante eyaculación...; mientras el hombre soportaba los estertores de su pija evacuando el semen, sollozaba, asido aún con sus manos a mi cabeza.-

Luego se arrodillo al lado de la cama y buscó con su boca mi sexo, acomodé mi cuerpo para facilitarle la tarea y dejé que por dos o tres minutos me lamiera la concha..., pero yo pretendía otra cosa y acercando mis piernas a mi cuerpo, dejé expuesto el orificio de mi ano, hacia el cual, se dirigió presto el hombre con su lengua y me lo lamió repetidamente.- A poco le digo:

YO- "Ponémelo..., lo deseo, lo quiero sentir..., cojeme".-

 

Entonces el hombre se incorpora sobre sus rodillas y se dispone a tomarme, guiando su pene con sus manos, hasta mi sexo, al que roza repetidamente con su miembro, pero cuando estaba por introducírmelo, le digo:

YO- "No..., ahí no, ponémelo atrás... haceme el culo, me gusta que me cojas por el culo... ponémelo ahí...-"

Entonces Juan Carlos, se llega con la punta de su pija hasta él y cuando comienza a empujar, me arranca una exclamación ahogada..., me dolía..., su pija estaba tan tiesa y caliente, que parecía un fierro al rojo vivo que me quemaba la piel, afloja un poco la presión y es en ese momento que le tomo los huevos con mi mano, y le digo:

YO- "Hagamos como la otra vez..., vos empujá...-"

 

Y al sentir su presión nuevamente, le pellizco un testículo y me deshago en un grito estruendoso, al tiempo que siento a su pija, traspasar las puertas de mi ano y alojarse en mi esfinter..., contengo ahora al hombre con mis manos, para evitar sus movimientos, necesito acostumbrarme a sentirla en mi, necesito que los instintos de expulsión del intruso, se apacigüen, necesito acostumbrarme a sentir mi culo invadido por su pija... y cuando lo hago, le pido:

"Ahora si..., ahora cojeme como solo vos sabés hacerlo.-"

 

Y Juan Carlos, comienza a menearse con su pija dentro mío... y yo comienzo a gozarla..., la siento extremadamente dura, extremadamente caliente..., es como que siento que me quema las entrañas... y comienzo a aferrarme con las manos a las sábanas, mientras que de mi garganta afloran los gemidos que le indican al hombre que estoy gozando, que estoy sintiéndolo, que me duele un poco, pero que me gusta mucho... y el hombre me coje, y a medida que va aumentando su calentura, aumenta también el ritmo con el que me fornica...; en su ir y venir dentro mío, con fuerza, con vigor..., mi cuerpo se bambolea a cada arremetida de su pija y mis senos se sacuden al compás, hasta que Juan Carlos se apodera de ellos y me los aprieta, para estrujármelos en el momento en que comienza a descargarse dentro de mi ano... y al sentirlo, me corro yo en un orgasmo tan intenso, que moja la cama aún antes de haber finalizado el coito al que fuí sometída.-

Cuando Juan Carlos se retira de mí, busco su pija con mi boca y se la limpio, mientras estaba saboreando su semen, suena el timbre que nos anuncia que el tiempo se nos habia acabado...-

Nos vestimos y en mi camioneta volví a depositarlo en su lugar de trabajo, al vernos llegar el jefe sale a nuestro encuentro, por lo que me apeo y voy hacia él, para saludarlo y agradecerle el gesto de "habérmelo prestado por un ratito", lo que hice dándole, un besito en la mejilla, para luego despedirme de Juan Cralos con un beso en los labios y un "gracias, amor", que me salió del corazón...-

Mientras me alejaba, vi por el retrovisor, que el jefe, al lado de Juan Carlos, me despedía como él, con un movimiento de mano, mientras que con la otra seguía tomándose la mejilla que le había besado.-

 

Al llegar a mi casa, me desnudé y me metí en la cama y mientras el sueño me dominaba, recordando los momentos vividos con Juan carlos, acariciaba mi sexo, hasta que me dormí sobre las sábanas empapadas por mis jugos.-

EL JEFE DE MI AMANTE

A la semana siguiente, mi marido aún seguía de viaje, por eso, volví al A.C.A. de Caballito, pensando que encontraría allí, a mi nuevo partenaire sexual; pero grande fue mi disgusto, cuando me enteré en boca de su jefe, que ese día, Juan Carlos estaba franco de servicio.-

 

Seguramente, siendo yo tan expresiva como lo soy, dejé reflejar en mi rostro el disgusto que esa noticia me produjo, por lo que el Jefe de Juan Carlos, se ofreció gentilmente a convidarme con un “cafecito caliente” en su oficina; recluidos ambos en ella, observo que disimuladamente, este hombre, cierra la puerta del recinto y le da intimidad, bajando las persianas venecianas de las ventanas que daban hacia el taller que dirigía, lo que me hizo pensar que “don Ricardo”, al que le había dado aquél beso de agradecimiento en mi visita anterior, por haberme permitido “secuestrar” a Juan Carlos en esa oportunidad, estaba tanto o mas caliente conmigo que el “cafecito” que me había servido; para colmo ese día, daba yo, con mi apariencia, como “bien puta”, porque lucía un vestido solero sin breteles (y estaba sin corpiño), lo suficientemente corto y acampanado, como para que se mostraran bien los muslos de mis piernas al permanecer sentada, con ellas cruzadas una sobre otra, ocultando apenas mis “partes íntimas”.-

 

Don Ricardo, no ocupó su lugar frente al escritorio, sino que vino a sentarse a mi lado, saboreando su café y de tanto en tanto, echando el ojo a mis muslos descubiertos, e imagino que con la secreta intención de espiar mi intimidad si es que tenía oportunidad de hacerlo, mientras charlábamos sobre temas por demás triviales.-

 

Deduje que él, estaba con seguridad, mas caliente conmigo, que lo que podía estar de caliente el café que me había servido, por lo que en el afán de divertirme viéndolo “sufrir” en el intento de espiarme, como al descuido descrucé mi pierna elevándola casi exageradamente.- Por la expresión de su rostro, al observar ese movimiento, deduje que había alcanzado a “espiar” que, debajo de la tanga de gasa roja que lucía, mi sexo se mostraba perfectamente depilado, aunque velado a la vista plena, por la tela traslúcida que lo cubría; sus ojos, se elevaron luego, hasta depositar su mirada en los míos, sosteniéndola.- En su rostro, se mostraba una expresión extraña…, yo, haciéndome la “desentendida”, lo observé y le pregunté:

 

YO: “¿Que le pasa don Ricardo?; le noto una expresión extraña en la cara, ¿le siente bien?”.-

 

EL: (balbuceando) “Si…, si señora…, disculpe,…es que no pude evitar ver su intimidad cuando movió sus piernas…, discúlpeme”.-

 

YO. “Ayy…, don Ricardo…, ¡¡¡¿¿¿ Qué pensará de mí? ??!!!... creerá que soy una “descocada”… ¡ que vergüenza me da esto ¡.-

 

EL: “No señora, al contrario…; pienso que Juan Carlos, es muy afortunado por haberla conocido.- Y lo envidio por haber sabido conquistarla, lo que hubiera pagado yo por estar en su lugar…, recibiendo los favores de una mujer como usted”.-

 

YO. “¿Es que él le ha contado sobre la locura que cometimos?; ¡que desconsiderado!, ¡¿jamás lo hubiera creído?!... ¿Qué pensará Ud. de mí ahora?...”.-

 

EL: “Pienso, que me hubiera gustado ser yo quien la auxiliara ese día.- Desde que la conocí el domingo pasado, no he dejado de pensar en Ud. y sabiendo lo que ocurrió, no dejo de imaginar lo feliz que me sentiría recibiendo sus favores, así como los recibe Juan Carlos”.-

 

YO: “Me hace sonrojar; tuve un momento de flaqueza…, pero créame que yo no soy así, fue un momento de debilidad, porque mi marido está en el exterior y me siento sola.- Por eso me dejé llevar por mis ansiedades ese primer día y por lo mismo volví a buscarlo el domingo…”.-

 

EL: “No me explique nada…, solo dígame si sigue en ese estado y se me permite ser yo quien la calme hoy…”.-

 

YO: “¿Ud. está proponiéndome que me entregue a Ud.?...; ¿así?, ¿sin mas?... pero… ¿por quien me ha tomado?...- Además… ¿sin saber lo que me espera…?, ¿y si me lastima?...; ¿Cómo se lo explico después a mi marido cuando vuelva?..., por otra parte, todos sus empleados van a creer después que soy una cualquiera a la que tendrán derecho a usar…, y querrán hacerlo”.-

 

EL: “Le prometo señora, que nadie sabrá jamás que se acostó conmigo..., ni siquiera Juan Carlos”.-

 

En verdad, si los otros se enteraban o no, me tenía muy sin cuidado, aunque me interesaba sí, que no lo supiera Juan Carlos porque entendía que aún, mi capítulo con él no había finalizado, ya que me gustaba sobremanera la forma en que Juan Carlos me cojía, máxime cuando me hacía la cola, momentos en los que me hacía llegar al paroxismo sexual, porque en verdad era un extraordinario partenaire sexual.-

 

YO: “Bueno, don Ricardo… me está convenciendo…, pero antes déjeme ver que es lo que tiene, porque no quiero que me haga sufrir…, solo me gusta que me den placer”.-

 

Actuaba toda esta escena, porque sabía que Ricardo, por ser un hombre “chapado a la antigua”, debía considerarse el “macho dominante” ante el que sucumbía la “dama de estilo” que lo visitaba.-

 

Ricardo, no sin vergüenza ruborizante, desabrochó su pantalón y me mostró su por demás excitado pene, el que a decir verdad, no era nada extraordinario, aunque se mostraba lo suficientemente opulento, como para darme la satisfacción que pretendía me diera Juan Carlos, la que por su ausencia, no tenía; entonces dije:

 

YO: “Bueno, si…, lo acepto porque sé que no va a lastimarme; ¿dónde lo hacemos?, ¿acá, en su escritorio?”.-

 

EL: “Esta bien, si gusta, lo hacemos acá…”.-

 

Entonces, me senté en su sillón, lo hice correr sobre sus rueditas hasta donde estaba Ricardo, incliné mi cuerpo un poco hacia delante…, tomé su pene con mis manos, deposité sobre su tronco un beso y tras cartón recorrí con él todo mi rostro y mi cuello, mientras decía:

 

YO: “Mirá la locura que me haces hacer, creerás que soy una puta consumada…”.-

 

EL: “No señora…, ¡¡¡ jamás !!!...”.-

 

YO: “Prometéme que Juan Carlos, nunca lo sabrá…”.-

 

EL: “Se lo juro”.-

 

Estábamos intimando y este hombre todavía me trataba de Usted…, era todo un caso el tipo.-

 

Alcé mi vista hasta sus ojos, esbocé una sonrisa y rodeé su pija con mis labios hasta que engullí todo su capullo; ví como Ricardo, cerraba sus ojos, elevaba su cabeza y tomaba la mía con sus manos, enredando sus dedos en mi cabello…; entonces, cerré mis labios conteniendo en mi boca, todo la cabeza de su pene y comencé a absorber…-

 

Absorbía, provocando en el uréter de su pija ese vacío que enloquece a mis hombres y que enloquecía a Ricardo, porque se aferraba con mas fuerza a mi cabeza con sus manos, como pretendiendo que cesara en la acción, lo que hice por unos segundos, hasta que me pidió: "¡¡¡ Seguí…!!!" y cuando lo hice, al cabo de un minuto de absorciones intencionadamente potentes, se descargó en mi boca.-

 

Me desprendí del falo de Ricardo, escupí el semen que tenía en mi boca en un cesto para papeles que encontré al lado del escritorio…, me quité la bombachita "tanga conchera" que aún tenía puesta…, me senté sobre el escritorio… y mientras me reclinaba hacia atrás, hasta quedar con mi espalda apoyada sobre el tapete y mis piernas abiertas y alzadas, le dije:

 

YO: “Cojéme”.-

 

Ricardo se acomoda de pie frente a mí…, guía su pija hasta las puertas de mi concha…, roza los labios con ella… y comienza a penetrarme con tanta suavidad, que me obliga a rodearlo con mis piernas a la altura de su cintura y atrayéndolas hacia mi cuerpo, lo hago penetrarme de un solo envión y en forma contundente…; estando ya todo su pene dentro mío, comienza con un suave y moderado vaivén, por lo que me obliga a rodearlo nuevamente con mis piernas y apretándolo contra mi cuerpo y soltándolo una y otra vez, lo obligo a bombearme con fuerza y con urgencia.-

 

Cuando logra el ritmo que yo pretendía, acomodo mis piernas sobre los talones de mis pies en el tapete…, alzo mi cuerpo sosteniéndolo solo con mis pies y mis hombros y acepto y secundo al hombre en ese fornicamiento salvaje que pretendía me diera, por haber llegado yo al máximo de mi excitación.- Ricardo, era un hombre mayor, el que había tenido ya, una eyaculación en mi boca, por eso, ésta se demoraba mas de lo previsible y por eso la disfruté sobremanera…, gozaba en demasía ese vaivén frenético de su pija en mi concha y a poco andar, comencé a proferir pequeños grititos de placer, los que iban aumentando en volumen a medida que iba yo, aumentando mi excitación y llegando al clímax, el que alcancé por cuarta vez, tras al menos cinco o seis minutos del bombeo frenético de Ricardo, cuando sentí su semen invadir mi sexo.-

 

Sinceramente agotada, por haber soportado los embates del macho que bamboleaban sin piedad todo mi cuerpo, permanecí por unos minutos tendida sobre el escritorio, sintiendo la boca de Ricardo recorrer todo mi cuerpo, hasta que con su lengua invadió mi concha, la que enseguida respondió al convite y derramó sobre la boca de Ricardo, mi quinto orgasmo del momento.-

 

Enseguida me incorporé, busqué en mi bolso una toallita que siempre llevo, me limpié y limpié el pene de Ricardo, mientras le decía:

 

YO: “Mire la locura que me hizo cometer… seguramente creerá que soy una puta cualquiera, pero créame si le digo que me dejé arrastrar a esto, porque me sentí cautivada por usted”.- (actuaba para ensalzar la “hombría” de él).-

 

EL: “No señora, créame que la respeto ahora mas que antes y que nadie sabrá jamás lo que ha pasado acá.- (cosa difícil de creer, porque seguramente mis “grititos” cuando me cojía y mis “gritos” cuando llegaba a mis orgasmo, debieron escucharse en todo Caballito y barrios aledaños; pero había que darle crédito a sus palabras, para alimentar su ego masculino).-

 

Luego de vestirme y disfrutar el segundo café de la noche, me despedí de él, dándole un corto beso en los labios, diciéndole:

 

YO: “Gracias…”.-

 

EL: “¿Porque?, soy yo quien debe agradecerle…”.-

 

YO: “Le doy las gracias, porque me encontré con un verdadero hombre, que me hizo disfrutar como nunca otro lo logró”.-

 

Caminaba hacia la camioneta con él a mi lado, acompañándome…, lo notaba orgulloso y erguido en toda su estampa y tuve la sensación que por la satisfacción de sentirse ponderado, su estatura era ahora algunos centímetros mas alta que de costumbre.-