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PORTERITO CELOSO (relato 18)

en Confesiones

Era la mañana del domingo, cuando llegamos a casa..., cruzábamos la Avenida Diaz Velez, desde el garage que está enfrente a nuestro edificio; (donde habitualmente estacionaba la pick-up); yo abrazada al cuello de Alberto y él tomándome por la cintura, a su vez con su mano libre, revoleaba una botella de un buen vino reserva, que compró en un kiosco, junto a los cigarrillos que yo le pedí..., estábamos un poco desaliñados en nuestras vestimentas, porque durante el viaje desde El gato (el hotel alojamiento donde debutó conbmigo) a casa, mi "putito bombón", no perdió oportunidad de meterme mano a diestras y siniestras, en cada detención que hacíamos delante de los semáforos en rojo.-

 

Estábamos ya en medio de la calzada, cuando vimos a Carlos, parado en la puerta de edificio (había salido seguramente en cuanto nos vió cruzar), lo saludamos a los gritos y con las manos en alto, sin dejar de estar abrazados y tuvimos que correr, porqué al abrir la onda verde del semáforo de la esquina, los pocos vehículos que transitaban por la avenida, se nos vinieron encima..., hoy tomo conciencia, recordando la escena, que parecíamos dos borrrachos volviendo de una juerga alcohólica desenfrenada..., pero lo que en verdad había sido desenfrenada, era la encamada que habíamos tenido en El Gato.-

 

Cuando llegamos al umbral de la puerta de entrada, Carlos no nos franquea el paso, sino que por el contrario, se mantuvo ocupando todo el portal, con sus brazos cruzados sobre su pecho y mirándonos con cara de pocos amigos..., nosotros nos detuvimos, lo miramos a la cara sonriéndonos y Alberto, que ya sentía un poco los efectos del alcohol, alza la botella y le dice: "¡Hola, amigo...!, ¿querés un poco de vino...?, brindemos..., te debo una..., gracias por el consejo..., amigo.-"

 

YO: "¿Que consejo?.-"

 

ALBERTO: "El que me dió... él.-" (dijo mientras lo señalaba clavándole el dedo índice en la panza).- "Me dijo..., que te tocara timbre... ¡y te invitara a la fiesta...!.-"

 

YO: (Dirigiéndome a Carlos) "¿Eso le dijiste?.- ¡Atrevidooo...!;

¡como se te ocurrióooo...?.-"

 

CARLOS: "Si, se lo aconsejé..., pero no para que te traiga en este estado calamitoso...-"

 

YO: "¡Pará...!, que el borracho es él..., yo no tomé alcohol.- ¡Eso sí..., lo que me dejó..., es muuuuyyyy cansadaaaa!.-"

 

CARLOS: "¿Porqué?.-"

 

ALBERTO: "¡Porque me llevó a un hotel y me enseñó a cojerlaaa...!, ¡que lindo fueee...!, ¡como me gusta esta minaaa...!, ¡ME QUIERO CASAAAR....!.-"

 

CARLOS: ¡Pará borracho...!, bajá la voz que los vecinos duermen..., además esas cosas no se comentan..., ¡no es de hombres hacerlo...!.-"

 

YO: "Uyyy, Carlitos..., este es un bocón, pero vos...¡¿estás celoso?!... ¡Estás celosooo...!..., (Y me puse a cantar aplaudiendo mis manos) Carlito'está celosooo..., Carlito'está celoso...-"

 

Alberto me hizo coro y Carlos chistándonos para que nos callemos nos amenazó: " SSSHHHHiii...¡Vayanse a dormir, antes que agarre la manguera y los moje hasta que les pase la borrachera...-"

 

YO: "Acompañame..., yo sola no puedo con este.-" Alberto ya estaba en un estado por demás calamitoso, al punto que se me colgaba del cuello y me arrastraba con él al piso, porque su peso era demasiado para mí y no lo podía sostener.-

 

Entonces Carlos lo sostuvo, pasando un brazo de Alberto por detrás de su cuello y mientras lo arrastraba hacia el palier, me ordenó: "¡Abrí el ascensor...!"

 

Llegados al piso, saqué la llave del bolsillo de Alberto y abrí la puerta de su departamento, entramos y mientras Carlos lo llevaba al dormitorio, yo permanecí en el living..., al volver, se acerca a mí increpándome: "¿Así que dice que le enseñaste a cojer?, ¿Y..., aprendió...?.-"

 

YO: (colgándome de su cuello mientras lo besaba en los labios) le pregunté: "¿Estás celoso?...", (le dí un beso) "me lo mandaste vos..., ¿o no?.-"

 

CARLOS: "Si, es cierto..." (me besó él ahora), "pero dice que te cojió..., ¿es verdad?.-"

 

YO: "Sí..., me dejé...; pero me gusta mas que me lo hagas vos..., ¿vamos a casa?.-"

 

CARLOS: "Dejé todo abierto abajo..., esperá que cierro y subo...-"

 

YO: "¡No...!, no puedo esperar..., ¡hacémelo ahora...! (Le dije mientras alzaba mi pierna y lo rodeaba con ella, para que mi sexo desnudo, debajo de mi vestido, se refregara contra el suyo oculto bajo el pantalón de trabajo que vestía).-

 

Carlos se excitó y no se hizo repetir el pedido..., bajó el cierre de su bragueta, extrajo con su mano el pene hacia afuera del pantalón..., palpó mi sexo y cuando se percató que estaba desnudo por mi falta de bombacha, con su mano me apuntó el pene a la concha, semi agachándose y al volver a elevarse sobre sus piernas, me lo clavó entero de un solo envión...-

 

Lo sentí horadarme el sexo y exclamé en una mezcla de dolor y placer: "¡AAAhhhh...!, mi amor...., ¡que pijaaa...!.-"

 

Carlos me empujó hacia atrás, hasta que alcanzó la puerta de entrada que permanecía abierta, para cerrarla con una de sus manos... y después que lo hizo, me apoyó a mí contra ella..., me tomó el muslo de la pierna que permanecía apoyada en el suelo y sobre la que yo me sostenía y sosteniéndome con su pija clavada en mí, él mismo rodea con mi pierna su cintura y después que yo las entrelazo detrás de su espalda, sujetándome por debajo de las nalgas con sus brazos, comienza a bombearme con tal pasión y urgencia, que durante los dos o tres minutos que duró su fornicación, yo me deshice en un estertor continuo, demostrativo del placer que sentía: "AAAAAaaaaahhhhh...., aaaaahhhhh...., aaaaahhhhh...., que pija, por Dios.... ¡que pija...!".-

 

Enseguida me corrí en el primer orgasmo pero temiendo que Carlos abandonara su acción le pedía: "Seguí Carlitos...seguí...., garchame amor..., garchame así..., ¡dame mas...!, ¡dame pija, vida...!, ¡dame pija...!.-"

 

Cuando comencé a sentir que sus líquidos preseminales afloraban, me aferré a su cuello con ambos brazos, apretándome fuerte contra él.- Por los frenéticos movimientos de entra y sale con los que me bombeaba, mi espalda que ya no estaba apoyada contra la puerta, golpeaba, sí, contra ella, haciéndola retumbar con cada golpe como si fuera un bombo legüero, que seguramente se escuchaba en todo el edificio..., así, golpeando mi espalda contra la puerta de madera y aferrada con mis brazos a su cuello y mis piernas a su cintura, recibí la eyaculación de Carlos que se derramó con tres espasmos intensos a los que acompañé con un "AAhh..., aaahhhh..., aahhhh..., tras cada uno y con un "AAAaaaaahhhhh...", mas prolongado cuando llegada a mi orgasmo, sentí agonizar su eyaculación en dos espasmos mas débiles.-

 

Permanecimos unidos como lo estábamos por unos minutos, en los que nos besábamos con pasión..., bajé luego mis piernas que seguían enroscadas a su cintura y cuando Carlos me soltó de su abrazo, me dejé caer de rodillas ante él y con mi boca le absorbí el pene para degustar el semen que aún permanecía sobre su glande...-

 

Luego, abrazados, salimos al pasillo y llegamos a la puerta de mi departamento..., mientras yo la abría, Carlos me besaba..., ingresé remolonamente, porque no quería desprenderme del hombre que me había hecho gozar como a una perra en celo..., él me empujó hacia adentro y luego cerró la puerta quedándose afuera.., cuando ví que me abandonaba, golpeé la puerta desde adentro con furia y enojada, me fui al dorrmitorio y me dejé caer sobre mi cama, donde dormí hasta que ya avanzada la tarde, sentí que alguien tocaba el timbre de mi puerta...- (continurá)