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Tremenda pasguata...!!!

en Textos de risa

Hace ya muchos años, necesitada de unos cuantos pesos, me presenté como postulante a un aviso del Rubro 59 del Diario Clarín, por el que solicitaban "Señoritas muy buena presencia, sepa idiomas, para anfitriona de turistas extranjeros.- Ingresos diarios estimados $ 1.000.- Presentarse en ........, de 14 a 20 hs.".-

En el colmo de mi "inocencia", me presenté en el lugar, dentro de las horas especificadas; el recepcionista me dió un formulario para completar y luego de llenarlo y devolvérselo, tras esperar un rato en la sala donde me atendían, el mismo hombre me comunicó que estaba aceptada y que si quería empezar "hoy mismo", me presentara en .... 802 del barrio de Recoleta a las 23 hs., "luciendo ropa de noche".-

Chocha de contenta, corrí a mi casa (mejor dicho, a mi departamento en Caballito), a prepararme para mi primer jornada de trabajo, de la que en verdad, no había tomado muchas referencias porque en mi alegría por la "contratación", se me olvidó consultar sobre los pormenores de las tareas que debería realizar.-

 

A la hora en que me habían citado, llegué al lugar y tuve, ya en la puerta, mi primer "sorpresa", porque el mismo era un local cuya entrada aparentaba ser el ingreso a un nigth club... y en verdad lo era.- Pero como la necesidad tiene "cara de hereje", tomé coraje e ingresé.-

Una vez dentro, pregunté por la persona a la que tenía que presentarme y ya ante él, le solicité que me impusiera de "mis obligaciones"; el tipo, mostró primero cara de incredulidad..., después esbozo una sonrisa que se me ocurrió media sarcástica y por último me dijo: "Vos tenés que deambular por el salón y acudir a la mesa donde te solicité algún caballero, una vez allí 'confraternizar' con él o ellos, según sea el caso, procurando que realicen el mayor gasto posible; sobre ese gasto, tendrás una comisión; luego si el cliente te lo solicita saldrás con él a 'dar un paseo', pero tratarás de llevarlo a esta dirección (me dijo, mientras me extendía una tarjeta donde se leía el nombre de una calle y una numeración, que estaba a pocas cuadras del local), porque allí también tendrás 'tu comisión', por el gasto que el cliente realice en el lugar.- Fuera de aquí, es a tu criterio solicitarle al cliente, un pago extra por 'el servicio' que te solicite.- Tené en cuenta que todos nuestros clientes son extranjeros y se manejan con dólares, así que tus 'comisiones' y tus extras, serán en esa moneda, excepto el jornal de $100.-, que te abonamos acá, al día siguiente, siempre que la noche anterior hayas atendido a alguno de nuestros clientes..."

YO: " ¿Como $100.- si en el aviso prometían $1.000.-?"

EL: " A esa cifra se llega con las comisiones y las extras..., algunas de las otras 'anfitrionas', llegan a duplicarla, claro que ya tienen experiencia y son muy pícaras...- Bien, ¿que me decís?, ¿estas dispuesta a empezar?.-"

YO: (Que en verdad, muy bien no había entendido respecto a las tareas que realizaría) "Y.., sí; necesito hacerme de unos pesos".-

EL: "Bien..., entonces andá al salón que ya hay gente..., y... ¡BUENA SUERTE !.-"

 

Y así, luego de dejar algunos de mis petates en el guardarropas del local, me dirigí a cumplir con mi "primer día de trabajo"; ingresé al lugar, luciendo un vestido largo color habano cuyo escote delantero alcanzaba a la cintura, que estaba envuelta en un "cinturón" muy ancho, de la misma tela del vestido y que se cerraba en un moño a mis espaldas, hasta donde llegaba también el escote trasero; la falda, por detrás insinuaba una pequeña cola que casi llegaba a arrastrar por el piso y por delante eran dos alas laterales que se encontraban superponiéndose una sobre la otra, tomadas al cinturón que me 'fajaba' a la altura de la cintura; calzaba unas sandalias al tono, que se dejaban ver por debajo de las alas del vestido, el que a su vez, al caminar mostraba casi la totalidad de mis piernas (y en algún momento, según fuera el paso que yo daba, hasta mi trusa de encaje tipo pantaleta, color piel, con lo que simulaba la desnudez total).- Rodeaba mi cuello, con mi collar de terciopelo, muy ceñido a mi garganta, del que pendía un escapulario de marfil.-

 

Cuando ingresé al local, desde la trastienda donde me diera las "instrucciones" la persona que me atendió, produje en los 'clientes' y en las demás 'anfitrionas' ese efecto que siempre logro, cual es: Llamar la atención de todos los presentes en el lugar, acallando los murmullos y dirigiendo su mirada hacia mí, por lo que el Gerente (que era quien me había atendido), sonriéndome me comenta: "Buen comienzo, ya se han fijado en vos".-

 

Tras ese ingreso al local, luego que los clientes y las otras chicas, volvieran a lo suyo, comencé a desplazarme por el lugar, recibiendo de 'los clientes', distintas expresiones de beneplácito, ya sea sonriéndome, ya sea saludándome inclinando su cabeza o alzando su copa, hasta que un parroquiano que estaba ocupando una mesita para dos, con un ademán me invita a sentarme a su lado, tras lo cual, luego de aceptar su invitación, me convida con una copa.-

 

Yo no tomo alcohol, pero era mi primer cliente y no podía 'iniciarme', desairándolo, por lo que acepté su convite...; al saborear el primer trago de mi copa, me sorprendí, porque en ella no había whisky, como yo lo suponía , sino té "en las rocas"..., miré asombrada al mozo que me lo había servido y éste con un gesto de cabeza, guiñándome un ojo de manera casi imperceptible, me dió a entender que debía "disimular" (y simular).-

 

"Confraternicé" con el cliente que me había convidado y luego de un rato de amena charla, al percibir que el gerente me hacía señas con dismulo, para que siguiera deambulando por el local, me excusé con él y abandonándolo, seguí recorriendo el lugar.-

 

Así, en el transcurso de la noche, acepté varias invitaciones de señores que me llamaban desde distintas mesas, a los que abandonaba, siempre que el gerente, disimuladamente, me lo indicaba..., hasta que llegué a una mesa ocupada por un señor muy circunspecto, de muy fina apariencia y elegantemente vestido con ropas de muy alta calidad.- Ya era avanzada la madrugada y mientras 'confraternizaba' con este señor, yo disimuladamente observaba que mis 'compañeras', poco a poco se iban retirando, en compañía de algún que otro parroquiano; a cada rato, buscaba la mirada del gerente, para recibir su indicación de 'abandonar' al señor al que acompañaba, pero él no me señalaba nada.-

 

Fue así que rato después, tras amena charla, mi acompañante del momento, me invita a "continuarla en otro lugar", por lo que, no sabiendo como responderle, miré alarmada al gerente y éste con una inclinación de cabeza me indicó que aceptara; por lo que, tras decirle que aceptaba su invitación, me llegué hasta el guardarropa para tomar mis cosas; allí encontré al gerente y éste me dijo:  "A este pedile dos lucas que las pone sin chistar.-"

 

En el coche del cliente (con chofer), nos fuimos a la dirección que tenía señalada en la tarjeta que me había entregado el gerente y grande fue mi sorpresa cuando ví que era la entrada a un hotel alojamiento..., ¡y ahí me "cayó la ficha"!, las dos lucas (dos mil pesos) que el tipo iba a pagarme, eran por recibir "mis favores sexuales"..., no sabía como reaccionar y en mi indecisión, me quedé muda; interín, el chofer ya había ingresado con el coche al lugar y estacionado en la cochera desde la que se accedía a la habitación que nos habían asignado.-

Cuando escuché que mi acompañante me invitaba diciéndome: "¿Vamos...?", rapidamente pensé: "Ma' sí..., ¡que le hace una mancha mas al tigre!..., dos lucas, son dos lucas...-" y con presteza, me apeé del vehículo, lo redeé por la parte de atrás y ya al lado de mi "cliente", me colgué de su brazo y caminé a su lado hasta la puerta de la habitación.-

 

Una vez dentro, me duché después que él y cuando volví al recinto, mi "cliente" ya escondía su 'osamenta', debajo de las sábanas..., por lo que me acomodé a su lado, cubriéndome yo también con ellas..., después de algunos mimos y arrumacos, dados y recibidos, mi cliente tomándome de las manos por debajo de las sábanas, las guia hasta su cuerpo y me hace palpar, por debajo de su vientre, una cosa por demás gruesa, a la que ni siquiera podía rodear completa, aún utilizando mis dos manos...; alarmada y casi a los gritos le dije: "¡Por Dios...!, ¡que gruesa es...!, ¡esta no me la vas a poder poner, ni aún usando kilos de vaselina!.-"

 

A lo que él me responde: "¡No boluda...!, estás tocando mi muñón..., ¿no ves que acá al costado dejé mi pierna ortopédica...?.-"

Tremenda 'pasguata' fuí...-