miprimita.com

El llamado telefónico

en Confesiones

CAPÍTULO 1

Era viernes, ya casi se terminaba la jornada y con ella una semana bastante ajetreada, cuando de repente...:

 

Riiinnnggg.....riiiinnnnggg.....riiiinnnnggg

 

Hola, estudio... ¿con quien desea hablar?

 

Con la doctora S...

 

Ella habla, ¿quien es?

 

¿No te acordás de mí?, me pediste que te llamara...

 

¿Yo?..., no, en verdad no sé quien habla...

 

Soy Ruperto...

 

¿Ruperto?..., ni idea...

 

Ledesma... ¿me recordás ahora?..., me conociste hace un mes en Venado..., una noche de lluvia; me conociste bien esa noche, ¿te acordás?.-

 

Aaahhh..., Ledesma..., si ahora sí; ¿como estás?

 

En verdad, nunca creí que alguna vez me llamara... y mucho menos que estuviera en mi pueblo; porque Ledesma, me decía mientras yo elucubraba como haría para "encontrármelo" sin despertar sospechas, que había venido a traer unos novillos que alguien compró en la Feria de Bragado, ese mismo día.-

 

Para despertar sus dudas; y no demostrar que me empezaba a "emocionar", palpitando el nuevo encuentro que seguramente tendríamos, si es que yo encontraba (y que seguro buscaría ansiosa) la forma de pasar un rato con él, sin que los vecinos del pueblo y muy especialmente las comadre(ja)s, siempre dispuestas al chusmerío, se percataran de mi "futuro desliz"; máxime ahora que estaba "blanqueado" Jorge, mi nuevo amor (que por suerte estaba en Buenos Aires en esos días), con el que ya convivía desde casi tres años antes; le pregunté:

 

YO: "¿Y Luis?, ¿está con vos?.-"

EL: "No, este viaje lo hago solo.-"

YO: "Ahhh, bueno..., que lástima que no podré verlo.-"

EL: "¿porque?, ¿tanto lo recordás?, parece que te gusto lo que te hizo...; ¿y de mí..., no recordás nada?.-"

YO: "Si..., tus cachetazos...-"

EL: "¿Solo eso?, ¿nada mas?.- ¡Y yo que venía con ganas de verte otra vez!.-"

YO: "Bueno, no te frustres..., si querés podemos encontrarnos para charlar un rato...-"

EL: "¿Solo charlar?.-"

YO: "Y sí... ¿porque?, ¿que otra cosa querías?.-"

EL: "Cojerte...-"

YO: "¿Estas loco?... ¿como supones que así como así, deje todo y me vaya a encamar con vos, solo porque estas caliente?, primero tendrías que tratar de 'conquistarme', para ver si por ahí te acepto de nuevo...-

EL: "Esta bien..., venía a buscarme y te conquisto...-"

YO: "Hummm..., no sé si podrás..., no soy tan fácil.-"

EL: "Dame una cita y dejame intentarlo.-"

YO: "Esta bien..., ¿cuando te vas?.-"

EL: "Ya descargué, así que estoy libre..., tengo que cargar mañana a la mañana en Bragado, para llevar a Buenos Aires, unos novillos.-"

YO: "Esta bien..., andate a Lincoln, son como 100 Km. y esperame en el Parador de YPF en la ruta a la entrada del pueblo..., estacionate bien al fondo, pero dejame lugar para esconder la camioneta al costado del camión..., que no se vea desde la ruta o desde la Estación..., calculá que llegare alrededor de medianoche, estate limpito y perfumado..., pero elegí una buena mesa en el bar, porque tendrás que invitarme con algo mientras charlamos.-"

EL: "Esta bien..., ya me voy yendo..., pero no me fallés que ya me estoy poniendo a mil...- ¡Mirá que si no venís, vuelvo a buscarte, eh!.-"

YO: "Tranquilo... y enfriate que hoy no va a pasar nada...-"

EL: "Vamos a ver que opinás despues que te conquiste...-"

 

Colgué el teléfono..., acomodé algunas cosas, cerré todo, apagué las luces y me fuí a casa; allí me esperaban mamá, mi padrastro, mi tía y su marido (el que había sido mi amante), para cenar en familia.- Cuando llegué, les comuniqué que después de la cena, partiría a Buenos Aires, porque tenía ganas de pasar el fin de semana con Jorge (mi pareja) y Martín (mi hijo), que estudiaba (como pupilo) en una escuela primaria de la Capital, en la que después continuaría con sus estudios secundarios.-

 

Mientras esperábamos la hora de la cena, subí a mi antigüo cuarto de soltera (y que seguía usando cuando estaba en casa de mi madre), a preparar la valija que llevaría; iba también a bañarme, pero al ver en el cuarto de baño un adminículo que solía usar algunas veces "especiales", me tenté a usarlo esta vez y decidí posponer mi ducha, para después de la cena.-

 

Ya eran pasadas las diez de la noche, cuando con la excusa de ducharme antes de iniciar el viaje, me retiré de la mesa y me fuí a mi cuarto..., después de desnudarme y preparar la ropa que usaría en el viaje, me recluí en el baño y mientras esperaba que el ambiente y el agua, alcanzaran la temperatura ideal para la ocasión, me detuve observando el "adminículo" aquél, decidiendo si esta vez lo usaría o no...; luego de unos minutos, decidí que sí y me dispuse a lavar mi aparato digestivo (léase mis instestinos), "por si las moscas", en el encuentro que mantendría con Ruperto LEDESMA, me predisponían a entregarme entera...-

 

Cumplido el trámite y con la seguridad que estaba "bien limpita", por dentro y por fuera, unté mi piel con aceites escenciales perfumados y erotizantes, que le dieron un matiz y brillo muy particulares, me vestí y antes de terminar, decidí rodear mi cuello con un collar de tercipelo que era soporte de un escapulario de marfil.-

 

Dicen los que saben, que si una mujer luce en su cuello algun collar u otro adorno muy ceñido a su garganta, así como si también, porta en sus tobillos alguna pulsera, esta demostrando, en lenguaje corporal, sus ansías de sexo.- Y yo lucía mi escapulario ceñido a mi garganta y una pulsera biscelada de oro, en mi tobillo derecho.-

 

Cubría mi cuerpo, un vestido mini en una tela brillante y tornasolada, muy escotado atrás y adelante y calzaba un par de sandalias charoladas de tacos aguja muy altos; escondía ese atuendo, bajo un tapado de piel largo de color negro y mi cabello "planchado" estaba recogido en una "cola de caballo", que siempre según los que saben, es demostrativo de la mujer aceptante... ¡y vaya si estaba aceptante yo!..., durante mis preparativos, mi lívido se había encendido sobre manera, recordando el "encuentro" anterior con el hombre que me esperaba, seguramente tan ansioso por disfrutarme, como ansiosa estaba yo por volver a entregarme a él.-

 

Y partí..., recorrí el camino con urgencia y representando en mi mente, las situaciones que seguramente se me presentarían en el "encuentro" y decidiendo como y cuanta sería mi entrega, aunque iba físicamente preparada para que ésta sea completa, si es que quien me esperaba, sabía como enardecerme para que no hubiera negativas de mi parte a concederle todos sus deseos.-

CAPÍTULO 2

Tal como lo prometiera, llegué al Parador YPF de Lincoln, poco antes de medianoche, ingresé a la playa de estacionamiento y enseguida reconocí el camión del hombre que me esperaba; tal como se lo había pedido, estaba estacionado bien al fondo, en un ángulo de la playa, cuyos alambrados del fondo y laterales, estaban cubiertos por plantas enredaderas..., entre la caja del camión y el alambrado, había espacio suficiente, para que cupiera mi pick-up, me estacioné allí y me alegré cuando me percaté que el lugar era un escondite perfecto..., me apeé, caminé hasta el restaurant y al ingresar me detuve luego de cerrar la puerta, recorriendo el lugar para ubicar a quien me esperaba..., noté que el barullo en el ambiente, se convirtió en un silencio casi sepulcral, porque los presentes, al verme ingresar me observaban..., (siempre causé en los demás ese efecto emocionante para mí, cual es, percibir que todos me observan cuando ingreso a cualquier lugar; lo lograba antes, cuando era adolescente, mas tarde cuando era jovencita casamentera y sigo lográndolo ahora, siendo ya una señora de mas de 50 años), poco a poco, fue el lugar retomando su ritmo bullicioso, mientras que yo me dirigía hacia la mesa que ocupaba Ledesma.-

 

Cuando los demás parroquianos vieron que me acercaba a él sonriéndole y que lo saludaba con un besito de trompita en los labios, algunos estallaron en una aclamación gritándole ¡Viva...!, ¡Idolo...!, ¡Macho...! y cosas por el estilo; siguiéndoles las bromas, antes de sentarme, saludé con una de mis manos en alto, lo que provocó en los demás estruendosas carcajadas, tras las cuales, siguieron enfrascados en lo suyo, dejándonos a Ledesma y a mí dedicarnos a nuestro encuentro.-

 

Luego de aceptar y degustar un buen café, oportuno para atemperar el frío que se sentía en el lugar pues era ya mayo y sus noches son bastante frescas, nos fuimos hacia el lugar donde estaban nuestros vehículos; en el trayecto le comenté: "Puse como excusa en mi casa, que iba a Buenos Aires a encontrarme con mi marido, quien ya me está esperando, así que no tenemos mucho tiempo...-"

 

LEDESMA: "Esta bien, vos me dirás cuando querés irte...-"

 

Subimos al camión..., la cabina estaba demasiado fría..., entonces le pedí: "Vayamos a otro lado, siento mucho frío acá, no vamos a estar cómodos.-"

 

LEDESMA: "¡Ufa!, ¡que vueltera sos...!, en este pueblo hay solo una pensión frente a la estación.-"

 

YO: "Esta bien..., cerrá y vamos en la camioneta.-"

 

Y así lo hicimos, pero antes, observé que Ledesma, sacaba del camión un estuche de cuero que quise saber que era, pero que él se negó a decirme, expresándome: "Ya te vas a enterar...-"

 

Llegamos a la pensión y tras insistir un poco y "untar" al encargado, conseguimos que nos asignara una habitación con baño privado y nos proveyera de una estufa de gas en garrafa.-

 

Era un ambiente muy frío y por demás lógobre, casi siniestro, lo que me retrajo un poco, hasta casi rechazar los "mimos" de Ledesma, quien trataba de esmerarse con sus atenciones hacia mí...; mientras esperaba sentada en la cama que el ambiente se templara un poco, observé que él, vestía un mameluco azul, como los que usan los talleristas y que de su cuerpo emanaba un aroma a lavanda..., se había esmerado en presentarse "bien limpito y perfumado", tal como se lo había yo pedido.-

 

No sé si por su calentura o porque sufría menos el frío ambiente que yo, descorrió el cierre a cremalleras de su mameluco, dejándome observar la espesa pelambre que cubría su cuerpo, tras lo que me percaté que debajo de esa prenda estaba completamente desnudo..., cruzó por mi mente la idea, que era yo una verdadera estúpida, al presentarme ante un hombre tan simple y sencillo como Ledesma, "emperifoliada" como para ir a un baile, cubierta de galas y pieles..., sentí pena por mi misma, al darme cuenta que esperaba de este encuentro, talvés mas de lo que en verdad iba a recibir.-

 

Cuando sentí que ya el ambiente se había caldeado lo suficiente como para no preocuparme por el frío, me puse de pie, me quité el tapado de piel que me abrigaba y me exhibí luciendo el vestido mini y escotado que vestía, calzada en mis sandalias charoladas, con mi cuello rodeado por el collar escapulario y mi pulsera de oro en el tobillo derecho...; al verme tan espléndida, Ledesma se me abalanzó..., me besó en los labios..., me apretó contra su cuerpo aún vestido por el mameluco con el cierre descorrido y comenzó a mordisquearme el cuello; yo intenté separarme de él empujándolo con mis manos, pero no me era posible alejarlo ni siquiera un centímetro, tomada como lo estaba por sus brazos rodeándome la cintura..., lo dejé hacer, solo pidiéndole: "No me marques..., recordá que tengo marido...-"

 

Él dejó de "chuponearme", pero siguió besándome el cuello, mientras me hacía sentir el enervamiento de su pene comprimiéndome el vientre..., entonces, dejé de oponer resistencia con mis manos... y mientras que con un brazo lo envolvía por el cuello mientras buscaba su boca con la mía para entrelazar mi lengua con la suya, con mi mano libre, recorrí su pecho hasta tropezar con el cierre del mameluco..., continué bajándola por sobre la tela, hasta que alcancé su pene escondido debajo de ella y lo apreté con energía...-

 

Al sentir mi mano aferrada a su pene, Ledesma, con una de sus manos, busca el cierre inferior de su mameluco (era uno de esos de doble cierre, que puede abrirse desde arriba o desde abajo, según la necesidad del usuario- el cierre inferior esta concebido para facilitar la necesidad de orinar de los hombres que lo usan, posibilitando la extracción del pene sin necesidad de quitarse la prenda-), y lo abre hacia arriba, para luego buscar su pene, extraerlo y ofrecérmelo para que lo tome con la mano con la que antes, al estar cubierto lo apretaba..., y lo hice.- Me había posesionado de aquello que me llevara a cometer este desatinado encuentro..., pero ahora, estaba conciente que lo que pretendía era volver a sentirlo y disfrutarlo, tal como lo había sentido y disfrutado la vez anterior..., mi collar escapulario ceñido a mi cuello, mi pulsera de oro prendida en mi tobillo y mi cabello sujetado como una "cola de caballo", no mentían, era mujer aceptante y participativa... y, dejando aflorar la puta que llevo dentro le pedí: "Cojeme Ledesma, cojeme..., matame, soy tuya..., haceme lo que quieras...-"

CAPÍTULO 3 

Y Ledesma, acostumbrado como estaba, a obedecer las órdenes que otros le daban, obedeció la mía y soltándose de mí, se quitó el mameluco que en parte lo cubría..., estaba desnudo..., observaba yo, una recia estampa de hombre acostumbrado a lidiar con faenas pesadas, que le van marcando los músculos del cuerpo y en alguna medida, estilizándolo, aunque siga siendo notoria la prominencia del vientre.- Respondiendo a su procedencia, era un hombre morocho, de piel cetrina, cabello crespo renegrido, ojos también negros, con facciones duras y algo toscas, que se escondían en alguna medida, tras un bigote espeso, el que a la vez, acentuaba su aspecto atemorizante.- Sus fuertes piernas, estaban bien delineadas y se correspondían con toda su estampa; mas allá de sus modales rudos y hasta algo torpes, Ledesma era un buen ejemplar de macho..., uno de esos hombres con los que toda mujer soñó alguna vez, tener un "affaire"..., y yo impensadamente, estaba teniendo mi "affaire" con él...-

 

Viendo que yo solo lo contemplaba, me dice: "¿Y vos...?, ¿no te desnudas?.-"

 

Le sonreí..., dí media vuelta sobre mis talones alcé una de mis piernas, mientras me agachaba para soltar el prendedor de mi sandalia..., luego procedí igual con la otra pierna, para sacarme la otra sandalia..., y siempre de espaldas, me quité el collar escapulario, el que se lo ofrecí, para que lo colocara sobre la mesa de luz cercana al lateral de la cama, donde estábamos ubicados..., y permanecí de pie, dándole la espalda mientras le pedía: "Bajame el cierre del vestido.-"

 

Él, se acercó un paso a mí y procedió a cumplir la nueva orden..., cuando el cierre quedó completamente bajo, yo moví mis hombros para lograr que el vestido se deslizara por mis brazos y cayera a mis pies... y mientras yo daba un paso hacia atrás para alejarme del vestido, con mis manos busqué sus caderas y lo atraje hacia mi cuerpo..., me dejó hacer apoyando su cuerpo contra mi espalda, mientras con su boca buscaba mi cuello para besarlo nuevamente..., torcí mi cabeza hacia el lado opuesto al que estaba su boca, ofreciéndole el cuello y le dije: "Por favor..., no me dejes marcas...-"

 

Mientras él me besaba el cuello y el hombro, yo me apreté de espaldas contra su torax... y sentí la calidez de su pene extremadamente erecto, contra mis nalgas..., lo busqué con una de mis manos y me aferré a él...- Estuvimos así, durante unos segundos..., su boca recorría mi piel, mi mano recorría su falo..., mi mente se despojó de todos los pensamientos ajenos al momento..., mi cuerpo exigía caricias..., mi sexo ansiaba ser penetrado...-

 

"¡Damelo...-!", le dije y sin soltarlo de mi mano, giré sobre mí misma, contenida entre los brazos de Ledesma..., y busqué su boca..., con esfuerzo, por la rigidez que presentaba y siendo ambos de la misma altura, torcí su pene hacia abajo y lo ubiqué entre mis piernas..., apretado entre ellas, lo sentía ahora extenderse entre los labios de mi vagina, mientras su tronco rozaba mi clítoris...- Me enardecí..., comencé a moverme para obligar al pene a frotar mi sexo y mientras lo abrazaba con fuerzas y jugaba mi lengua en su boca con urgencia..., acabé.-

 

Al llegar a mi primer orgasmo..., con una exclamación; estando tomada por los brazos de él por la cintura; me arqueé hacia atrás, apretando aún mas mi vientre contra el suyo..., al cabo de unos instantes, siento a Ledesma moverse hacia atrás, para de inmediato, avanzar con su vientre hacia adelante y enseguida sentir su pene penetrándome...; continué exclamando..., ahora por el placer que me daba percibir al pene entrando lenta y suavemente en mi vagina... y cuando entendí que ya se había alojado en ella, todo lo que por la posición en que estábamos, podía contener..., pisé con mis pie los de Ledesma quedando parada sobre ellos, mientras él caminaba hacia la cama...; al tropezarnos con ella, mientras Ledesma se agacha y me deposita aobre el lecho, yo me suelto de su cuello y de sus labios y me extiendo hacia atrás mientras elevo mis piernas y a los gritos le ordeno: "¡Cojeme...!, ¡Cojeme!".- Entonces Ledesma, arrodillado en el piso, comienza a bombearme con fuerza y urgencia, arrancándome gritos de placer, hasta que, eyaculando dentro mío, me provoca el segundo orgasmo de la noche, al que arribo a los gritos e insultos: "AAAHHH.... ¡¡¡hijo de putaaa...!!!, AHHHH ¡que pija tenés!... ¡que bueno sos...!, hijo de puta, me mataste...!".-

 

Ledesma me dá un suave cachetazo en la cara mientras me decía: "No me insultes..., mirá que me gusta pegarle a las mujeres que me cojo, eh...- Ahora vas a saber que tan hijo de puta soy.-"  Enseguida, se desprendió de mi y fue en busca de aquél misterioso estuche de cuero.- Yo, intrigada por saber que ocultaba ese estuche, repté hacia el centro de la cama y apoyada sobre la almohada boca abajo, lo miraba y esperaba que se develara el misterio.-

CAPÍTULO 4

Cuando retornó hacia la cama, traía en sus manos el estuche de cuero, cuyo contenido me intrigaba tanto..., se trepó a la cama dejándolo sobre la mesa de luz..., yo, ansiosa por saber que contenía, trepé por sobre la almohada y su cabeza, para tomarlo y abrirlo..., mientras yo lo hacía, Ledesma me mordía el estómago, para enseguida pedirme: "Subite un poquito mas..., quiero chupártela".-

 

Le obedezco, por lo que quedo con una pierna apoyada sobre la almohada y con la otra sobre su pecho y mientras yo desenfundaba el "objeto misterioso", él me recorre con su lengua el sexo...; cuando él se prende con sus labios de mi clítoris, yo asombrada, observaba el objeto que había desenfundado; era una vaina metálica de unos 20 o 25 cm. de largo y unos 4 o 5 cm. de diámetro, en un extremo, se observaba que de la vaina afinada hacia ese extremo, asomaba una punta también metálica, mientras que, hacia el otro lado, terminaba en un mango de plástico, que tenía un dial en el extremo; parecía una chaira para afilar cuchillos, pero sabía que no era eso, sabía que era una picana eléctrica, de las que se usan para acomodar al ganado.- Esta tenía la particularidad de ser una picana multivoltaje, pues conteniendo en su vaina varias pilas eléctricas, con el dial de su extremo, podía regularse la intensidad entre 1,5 voltios (una pila) y 12 voltios (8 pilas).-

 

Asombrada por el objeto, me desentendí de la lengua de Ledesma y le pregunté: "¿Para que la trajiste?".-

 

EL: "Para jugar con ella".-,me contestó mientras, se removía de abajo de mi y me quitaba el objeto de las manos...-

 

EL: "¿Sabes como se usa?".-

 

YO: "Sí".-

 

RL: "¿Y nunca lo usaste?, ¿Nunca te picanearon antes de cojerte?".-

 

YO: "No... y vos no vas a hac... ¡¡¡AYyyy...!!!." Exclamé sin terminar mi frase anterior, porque Ledesma, había apoyado la picana sobre mis nalgas y la había accionado en la posición mas baja del dial, para provocarme un cosquilleo en la piel, que me tomó por sorpresa.-

 

Caí sobre la cama y mientras me daba vueltas boca arriba le dije: "¡Sos un hijo de puta!, ¡no vuelvas a hacerlo!".-

 

No me hizo caso..., solo se ríó mientras aumentaba el voltaje del aparato y volvía a provocar otra descarga, esta vez, un poco mas intensa..., al recibirla, mi cuerpo se convulsionó..., yo me alarmé y aunque indefensa, me puse a la defensiva, mientras él recorría con la punta del aparato mi cuerpo..., llegó hasta mas abajo de mi vientre y viendo que yo tenía mis piernas apretadas volvió a provocar la descarga, lo que me hizo brincar en la cama, cosa que aprovechó para ubicar el aparato sobre mi vagina y presionando un poco, introducírmelo unos centímetros..., "Ni se te ocurra...", le dije; él rió y volvió a accionarlo y yo volvía a brincar en la cama...; "¿Te gusta?", me preguntó y enseguida: "¿No esperabas este consolador, no?".-,me dijo mientras yo sentía la vaina de la picana, recorrer mis entrañas, un poco mas allá de los labios de mi vagina.-

 

Tensionado mi cuerpo todo y alarmado mi raciocinio por el momento que estaba viviendo, esperé la nueva descarga eléctrica que seguramente recibiría y cuando esta llegó, tras la contracción de mi cuerpo, provocado por la electricidad, afloró de mi garganta un grito que anunciaba que había tenido un orgasmo..., Ledesma, al escucharlo, volvió a reir y me dijo: "Ahora sí..., ahora estas a punto para cogerte...", por lo que abandonando el aparato, me toma las piernas..., las alza para que queden apoyadas sobre mis pies..., separa mis rodillas... y acomodando su cuerpo entre ellas, sostenido por sus brazos, me penetra de un solo intento, arrancándome una exclamación de sorpresa..., de placer..., de dolor..., cuando sentí su pene golpear contra mi útero.-

 

Me bombeaba..., suave; era como una caricia a mi sexo torturado por la electricidad..., pero percibí que de él, continuaban brotando los jugos del derrame y que seguían aflorando sin solución de continuidad mientras su pija recorría mi concha..., cuando eyaculó, lo acompañé exacervado mi continuado orgasmo por las sensaciones provocadas con su derrame.-

 

Pero no se retiró de mi, seguí clavada a la cama por su pene, mientras él volvía a tomar la picana con una de sus manos y comenzaba a esgrimirla ante mis ojos...; luego, recorrió mi piel con ella y mientras se retiraba de mí y se montaba a horcajadas sobre mi vientre, me dice: "Chupámela...".-

 

La tenía ahora, casi sobre mis labios..., me demoré unos segundos en cumplir su orden, por lo que Ledesma volvió a accionar la picana, esta vez sobre uno de mis senos..., volví a convulsionarme, pero enseguida obedecí su orden y me posesioné de su pene con mis labios..., moviendo mi cabeza hacia atrás y hacia adelante, acostada bajo el cuerpo de Ledesma, lo masturbaba con mi boca..., cuando por la mala posición en que estábamos me detenía en la acción, Ledesma me amenzaba o provocaba una leve descarga de la picana sobre mi piel, con la que me sentía obligada a continuar chupándole el pene..., ya estaba casi al borde de la extenuación total, cuando siento que la pija de Ledesma, comienza a verter loa liquidos preseminales..., entonces sacando fuerzas de donde ya no tenía, me esmeré en la faena, logrando arrancarle el semen que me llenó la boca.-

 

Creí que eso era todo..., me deshice del cuerpo del hombre, que seguía a horcajadas sobre el mio y tomando una toalla que estaba sobre una silla, corrí al baño a darme una ducha.-

 

Al terminar y retornar a la habitación, Ledesma permanacía tirado sobre la cama, desnudo, pero pretendí vestirme..., tras lo cual, él, tomándome por las muñecas, me dice: "¿A donde vas?, todavía no terminamos...".-

 

Me quedé "de una pieza" preguntándome a mi misma: "¿Que quiere ahora este hombre de mi...?"

CAPÍTULO 5

"¿A donde vas?... todavía no terminamos".-

 

Me asusté, dejé caer el vestido que estaba por ponerme, a mis pies, tomé la toalla que antes había abandonado y cubriéndome con ella la parte delantera del cuerpo, fuí retrocediendo hasta el rincón que había entre la mesa de luz y la pared, para, una vez apoyada contra ella, deslizarme hasta el suelo, quedando acuclillada primero contra el rincón y terminar luego sentada con mis piernas encogidas contra mi cuerpo, aferrando la toalla contra mí.-

 

En tanto Ledesma, saltando de la cama, volvió a tomar la picana y se acercó amenazante hacia donde yo estaba..., sentí mucho miedo, estaba encerrada en esa habitación, sola, a merced de un sádico.- Acerca la punta del objeto a mi cuello y me ordena: "¡Volvé a la cama!".-

 

Yo, temerosa, obedezco...; dejo caer la toalla, mientras me subía gateando a la cama y Ledesma, ganándome en el intento, se deposita en ella boca arriba, extendido cuan largo era..., "subite arriba mío", me dice y yo obedezco quedando arrodillada sobre él, con su cuerpo debajo de mis piernas...; "¡cojete!" me ordena... y yo busco con mi mano por detrás de mi espalda su pene y lo guío hasta mi sexo..., cuando lo tengo a mis puertas, Ledesma provoca una descarga de baja intensidad sobre uno de mis pezones..., siento un escalofrío que me recorre el cuerpo y me enerva en demasía..., me deslizo hacia abajo, como sentándome sobre el cuerpo de él y comienzo a introducirme su pene en la vagina..., en el momento, al sentirlo entrando en mí, el miedo que aún me embargaba, dió paso al placer que me provocaba, el sentir su poronga dura y caliente entrar en mí sexo..., cerré mis ojos y levanté mi cabeza hacia el techo, hasta que sentí que ya lo tenía íntegramente alojado en mi, entonces me incliné hacia adelante, apoyando mis manos a ambos lados de su cuerpo y lo miré a los ojos..., Ledesma gozaba sintiéndose introducido en mí cuerpo... exhalo un suspiro y cerró sus ojos, arqueando su cuerpo hacia arriba..., aproveché el momento, para aferrarme a la picana con una de mis manos y quitársela..., me dejó hacer... y una vez que me posesioné de ella, comencé a menearme en círculos sobre el vientre de Ledesma, obligando a su pene, a recorrer toda mi vagina...; olvidada de todos los sufrimientos y los miedos anteriores, lo gozaba..., lo sentía mucho..., me gustaba..., tanto que enseguida comencé a mojarme interiormente lubricando mejor la zona de contacto..., al cabo de uno o dos minutos, ya estaba yo al borde del nuevo orgasmo, entonces, con la picana en mi mano, provoqué una descarga sobre las nalgas de Ledesma, quien reaccionó elevándose sobre sus hombros mientras eyaculaba, clavándose mas dentro mío y arrastrándome a mí a un majestuoso orgasmo, tras el cual, me dejé caer sobre el cuerpo de mi macho.-

 

Permanecimos así, acostado él sobre la cama y yo sobre su cuerpo por unos minutos, tras los cuales Ledesma trata de salir de abajo mío y cuando lo logra, después de yo elevarme sobre mis brazos y mis rodillas para permitirle la fuga, me dice: "Quedate así"; entonces se coloca arrodillado detrás mío, que permanecía como en cuatro patas y bruscamente vuelve a penetrarme de un solo intento, haciéndome sentir toda su potencia muy dentro mío...- Dí un grito, porque semejante intromisión me dolió, eso lo enervó mas y comenzó a bombearme con fuerza y urgencia, haciéndome bambolear todo el cuerpo y a mis senos ir y venir, cual si fueran dos campanas tañendo libremente..., lo sentía, me dolía un poco, pero lo gozaba mucho..., tanto, que flexionando mis brazos apoyé mi cuerpo sobre la cama dejando mi cola en pompa y mordí las sábanas para acallar el grito que afloraba de mi garganta...; Ledesma se derramó y yo lo acompañé con un orgasmo que derramó mis líquidos chorreando por mis piernas y mojando la cama.-

 

Descansamos un rato acostados uno al lado del otro, yo boca abajo y él boca arriba.-

 

Ya era media mañana, cuando me repuse del cansancio que me provocó la entrega a la que me sometí, repasé mentalmente los momentos vividos recordando el temor que había sentido al principio y el placer que me habían dado después..., estiré mi mano hacia abajo y me apropié del pene culpable de mis emociones..., Ledesma se despertó y sonriendo me pregunta; "¿Querés mas?".-

 

YO: "Sí".-

 

EL: "Sos insaciable, merecés ser paraguaya, por lo calentona y predispuesta".-

 

YO: "Pero soy una argentina que disfruta de un buen macho como vos..., aunque sos medio salvaje y me das miedo cuando te enervas y no podés contenerte...".-

 

ÉL: "Es tu culpa, por ser tan puta".- Respondió mientras se elevaba sobre su brazo y se colocaba sobre mi cuerpo, para luego besarme el cuello..., me aplastaba, su peso sobre mí, me sofocaba, entonces le pido: "Correte, dejame ponerme en posición".-

 

Cuando se retira, me elevo sobre mis rodillas dejando mi cola en pompa nuevamente; (estando en esa pose, tus pies pueden permanecer en paralelo con tus piernas o podés torcerlos hacia afuera con lo cual tu "upite" se cierra y tu vagina se abre un poco mas o torcerlos hacia adentro, haciendo que tu vagina se comprima y tu "upite" se dilate un poco); yo los torcí hacia adentro, en una clara demostración de lo que ahora pretendía... y el hombre, arrodillado detrás mío, entendió el mensaje, diciéndome: "Hay que preparlo antes para que esté bien predispuesto... y acordate que vos me lo ofreciste, así que no llorés cuando te lo rompa, Negra..., ¡porque te lo voy a romper...!, ¡no sabés como me gusta cogerme un buen culo!".-

 

Tras decir esto, tomó nuevamente la picana y apoyándola a las puertas de mi ano, provocó una descarga leve, que no obstante me conmovió y me obligó a emitir un gritito agudo: "AYyyy...".- Presionó luego un poco y me introdujo la punta de la picana en la cola, descargándola otra vez, con lo que volví a gritar, esta vez un poco mas fuerte, intentando contenerla para que no se mueva apretando los músculos de mi ano..., Ledesma apretó nuevamente el botón que accionaba la descarga, la que al sentirla correr por mis entrañas, como una reacción refleja, me distendió el ano... y me hizo morder la almohada...; entonces Ledesma, jugó con la picana introducida en mi cola moviéndola en circulos como pretendiendo agrandar el agujero por donde ahora me cogería, yo sentí el momento y le grité: "¡Pará animal!..., ¡me duele así...!", Ledesma con una carcajada me la sacó del culo, la arrojó al suelo, me tomó por las caderas mientras apoyaba su pija a las puertas de mi ano y así, excitada y dura como la tenía, me la "mandó a guardar" de un solo envión...- Grité, me había dolido mucho, Ledesma cumplía así su palabra, porque yo tenía la sensación que me había "roto el culo" sin ninguna contemplación.-

 

Con toda su pija en mi esfinter y su vientre presionando mis nalgas..., mordiendo la almohada para soportar el sufrimiento, con mis manos lo tomé por sus nalgas y lo presioné contra mí para evitar sus movimientos, en un intento de soportar mejor el dolor que sentía..., Ledesma me dejó hacer y esperó que yo me rocompusiera y me acostumbrara a sentirme penetrada; mientras tanto, mi esfinter se contraía repetidamente y me invadían las ganas de defecar, falsas, porque mis entrañas estaban limpias ya que mientras me preparaba en mi casa para el encuentro, me había esmerado en lavarlas con la enema, a la que alguna vez aprendiera que era necesario someterse, para evitar estos malos momentos...-

 

Después que todas esas falsas sensaciones cesaron, volvía a tomar conciencia que estaba penetrada analmente por un miembro "importante", excitado al máximo y extremadamente caliente... y me gustó sentirlo dentro mío, por eso, solté las caderas de Ledesma, me aferré a las sábanas con mis manos y me dispuse a gozar de la exaltada poronga del hombre al que me entregaba voluntariamente.- Al sentirse libre, Ledesma comenzó a retirarse hacia atrás y yo, creyendo que se iba a desprender de mi, dije: "¡NOooo...!"; entonces Ledesma que ya me había sacado todo dejando dentro mío solo su capullo, empujó hacia adelante con tanta fuerza, que al sentirlo penetrarme, en un intento por apaciguar el dolor sentido, mordí nuevamente la almohada y moví mis caderas hacia el hombre para acelerar su entrada..., y así repetimos por varias veces las acciones..., yo me movía hacia atrás y hacia adelante y él lo hacía a la inversa..., mis nalgas golpeaban contra su vientre tras cada embestida de ambos..., su pija recorría mi esfinter y se llegaba tan profundo como su largor lo permitia..., yo mordía la almohada tras cada arremetida... y cuando sentí que su semen inundaba mis entrañas, alcé mi cuerpo sobre mis rodillas, lo arqueé hacia atrás apoyándome sobre el pecho del hombre..., busqué con mi mano tomarlo de su nuca..., giré mi cabeza hasta que con mi boca encontré la suya... y me derramé con mas fuerzas que en mis derrames anteriores de esa noche, mientras que con mis dientes le mordía los labios...-

 

Tendidos sobre la cama, al rato le dije mientras lo besaba: "Sos un salvaje..., pero me gusta garchar con vos..., quiero que seas mi macho..., quiero que no te canses nunca de cojer conmigo, pero que me lo hagas así..., como hoy..., bien a lo bruto..., ¡prometémelo!".-

 

EL: "Si, mi amor..., te lo prometo".-

 

Me envolví en la toalla y fui al baño a ducharme, tras lo cual, mientras esperaba que Ledesma se duchara, me vestí..., mas tarde lo acerqué hasta su camión y continué viaje hacia Buenos Aires..., ya era pasado el mediodía cuando enfilé por la ruta y mientras elucubraba la excusa que iba a ponerle a mi marido por la demora, me refregaba con una mano mi sexo y mi cola todavía doloridos..., me sonreía feliz..., me habían dado placer a montones, me habían hecho sentir miedo..., en algunos momentos terror y rabia..., me habían hecho sufrir..., hasta me habían, literalmente, "roto el culo" porque me dejé garchar por la vía prohibida con saña..., había sido sumisa, algo nuevo para mí... y había sido luego "ama dominante" cuando mordí y lastimé sus labios...., me había entregado por primera vez y había gozado con otro, como solía gozar con mi "marido" o talvés mas, después de casi tres años de convivencia... y en definitiva, había recibido con seguridad, mas de lo que esperaba... y quería ahora volver a repetirlo.-