Ahora estoy de camino a EUA, son ocho horas de avión, me vienen a la cabeza algunas experiéncias que aun no he contado.

Durante el mes de Abril (a mediados es mi cumpleaños) tuve algunos encuentros bastante morbosos. Mi mujer y algunos amigos me prepararon una cena, y además yo por mi cuenta, también me hice algún homenaje.

Estaba en Madrid, por trabajo como no, hacia mas de un año que no recurria al sexo de pago, después de mi experiéncia en Frankfurt, no tenia muchas ganas. En el bar del hotel donde me hospedaba en la capital, le había echado el ojo a un par de chicas que estaban en la barra por separado, que, sin saberlo a ciéncia cierta, parecían profesionales, por como me miraban (a mi y a los otros hombres solos). El caso, aunque estaban muy buenas, no me levantaban ninguna "pasión" especial. Yo como siempre, queria algo excepcional.

La segunda noche, encendí mi tablet, y me dediqué a buscar profesionales que tuviesen algo que ofrecerme. Solía buscar en Eros Guía, y alguna otra pagina de confianza, donde pudiese encontrar Mujeres, y Travestis.

Evidentemente, empezé por la seguna opción. Allí estaba Sofía (nombre falso, no quiero hacer propaganda de nadie). Una chica mulata o más bien negra, brasileña, muy guapa de cara, pelo largo, rizado. Enormes tetas, buen culo, y una polla enorme, si si, enorme. Asi que la llamé. La fiesta me costaría 300 euros con taxi incluido. Le dije que ok. Al cabo de 35 minutos me llamaban de recepción, que tenía una visitia. 

Cuando subio, me puso a mil. Estaba buenísima. De cara era mucho más masculina que en las fotos, pero de cuerpo era impresionante. 

Entró, nos presentamos, le pagué para quitarnos de enmedio ese tema, y se avalanzo sobre mi.

Yo estaba todavía medio vestido, me desnudó completamente, al tiempo que me llenaba el cuerpo de besos.

-me dejarás que te folle?-me preguntó entre jadeos.

-solo faltaria, claro que si-le contesté yo. Para eso la había llamado...

Completamente desnudo, me tumbé en la cama, observando como ella se quitaba los leggins y todo el resto. Se acercó a los pies de la cama, y me incorporé para bajarle las braguitas. Entonces apareció su anaconda, toda negra, y con la punta de color rosa intenso. Se la agarró, y al tiempo que yo la buscaba con mi boca, ella me daba ligeros golpes en la cara. Menudo manubrio.

Al final, se dejó cazar. Le agarraba la base y la succionaba con mis labios. Ella hacia movimientos como follándome la boca. Me dediqué a lamerle el rabo con mis labios y mi lengua, la tenia toda super mojada. Cuando la tuvo bien dura, me tumbé, y ella, dándose la vuelta, lo hizo a mi lado, de manera que nos quedamos en un fantástico 69. La muy cabrona me chupaba la polla con una fuerza tremenda. En cuatro lametones ya la tenia mas dura que el cabezal de la cama.

-no me querias follar?-le pregunté sacandome su enorme polla de la boca.

-ahora mismo mi amor-me susurraba ella entre lametones.

Me puse dos cojines debajo de los riñones, y abrí bien las piernas, levantándolas y apoyandolas en sus hombros. Me untó el culo en lubricante, y me follo. Al principio me dolía horrores, pero en nada, el dolor se convirtió en un placer brutal. 

Bajé un poco las piernas, y ella, al tiempo que me enculaba, emezó a jugar con mi polla. Me masturbaba a la vez que me follaba. Aquello era increible. Ella no bajaba el ritmo, y no dejaba de jemir.

-te gusta que te folle zorra-me decia.

Yo, entre jemidos, no atinaba a articular palabra. 

Ella seguía a lo suyo. Bajó un poco el ritmo, cuando notó que me corría. 

Me corrí con su polla dentro. Ella, lejos de parar, empezío a subir el ritmo de su follada. 

-te das la vuelta?-me susurro.

Me puse a cuatro patas, para estar aun más espatarrado. Entonces empezó otra vez a follarme, al tiempo que me arañaba las nalgas, y me agarraba por las caderas.

Se escuchaba el Plas Plas característico de las folladas mas salvajes. Al poco de tenerme asi, se corrió dentro de mi culo. 

Los dos quedamos exaustos encima de la cama. Le sugerí una ducha, y ella aceptó gustosamente. 

Nos duchamos los dos, sobándonos mutuamente. 

Yo me vine arriba, y me arrodillé para comerle la polla de nuevo.

-estas loco-me decía.

-estoy loco para que me vuelvas a follar-le contesté yo, al tiempo que le daba besitos en la polla y le lamia los huevos.

La muy cabrona no paraba de decirme que estaba loco, mientras me agarraba la cabeza y empujaba hasta el fondo de mi garganta. Estaba empalmadísima. 

-vamos fuera-me medio suplicó.

Nos secamos, y nos fuimos disparados a la cama. 

-tumbaté-me ordenó.

Me tumbé boca abajo en la cama, entonces empezó a sobarme todo el cuerpo, son sus labios, lengua y pechos, mientras con su mano izquierda jugeteaba con mi ano.

-me pones a mil cabrón-me susurraba en el oido antes de pegarle un lametón.

Entonces se puso encima mio, pasando su polla entre mis nalgas, y fregandome sus enormes tetas por la espalda. Cuando la tenía bien dura, se enfundó un condón, y después de la lubricacion previa, me abrió las piernas, y me endiño la polla. Notaba su aliento en mi oreja, sus tetas en mis hombros, y su polla dentro de mi culo, no toda, peró más que suficíente. No se puede pedir más.

-date la vuelta cariño-me susurro al tiempo que me dejaba libre.

Me di la vuelta, y en un parpadear, ya la tenia encima. Se me avalanzó, y (por primera vez) me comio la boca, metiéndome su lengua hasta la yugular.

Disfrutando de aquella lengua, y de aquellos labios, fui abriendo mis piernas, e incorporándome un poco, para no dejar su boca, y me pudiese follar.

Me levantó el culo, y me metió su empalmadísimo miembro, olvidándose de mi boca, y dedicándose a follarme a lo béstia. 

Recuerdo que se me nublaba la vista del gustazo, y ella no sacaba su polla de dentro de mi ni un segundo. Al rato, aflojo su ritmo, y acercándose todo lo que pudo a mi boca, me dijo:

-quiero darte mi leche, la quieres?-entre susurros y jadeos...

-joder que si la quiero. 

Entonces volvió a pegar unas cuantas enculadas más, la sacó rápido, y quitándose el condón se corrió encima de mi barriga. Mientras le decía que me acercara su polla, se dedicó a limpiar su propio semen con su boca. Entonces me beso, y nos guarreamos la boca con su corrida. 

-te quiero follar-le dije muy venido arriba. No estaba muy seguro de poder, aunque estaba muy cachondo.

Me enfundó un condón con su boca, y se puso encima mio. Su culo acogio mi dura polla con mucha facilidad, y los movimientos de aquella béstia me hacían sentir una presión en mi polla que me mataba de gusto. 

Al final se tumbó boca arriba, y abriéndome bien las piernas, la volví a embestir con fuerza. Estuve follándola un rato largo, hasta que noté que me iba a correr. Entonces repetí la operación que había echo ella conmigo, me quité el condón rapidamente, y me corri encima de su barriga. Aunque no fue una gran corrida, la recogí con mi boca y nos besamos larga y salvajemente otra vez.

Los dos, volvímos, a caer redondos en la cama.

-joder-le dije en un ataque de sincerdiad que no se de dónde me salió-me estaría follando contigo toda la noche, al principio pensé que no me correría una segunda vez, pero en todo momento he estado empalmadísimo.

-claro que si mi amor-me contesto ella-eso es normal. Tu tienes mucho morbo, disfrutas mucho. 

Me quedé bastante flipado con sus palabras, aunque tiene toda la razón.

-te gusta la fiesta blanca?-me soltó directamente.

-a que te refieres?-pregunté para estar seguro y no meter la pata.

-un poco de harina, y mucho sexo-me dijo ella. 

Pensad que la tenia a 15 centímetros de mi cara, todo me lo susurraba.

-joder, tiene buena pinta, y como va?

-llamo a un amigo, que viene y me la trae. Si tu quieres, amigo se queda, si no se va.

-y quien es ese amigo?-le pregunté yo que por unos segundos me estaba planteando decir que ni hablar.

-la fiesta blanca es para todos verdad?-le dije. 

-claro que si, todos todos todos-me contestó ella al tiempo que me daba un piquito y pegaba un salto de la cama.

Llamo por teléfono a alguien y mas o menos le dijo: "sube con tema, habitacion 11111 que estoy aqui con un tio y hacemos fiesta, si tu quieres quedas, el tio esta bueno". 

En menos de diez minutos sonaba el telefonillo de recepción.

-si que suba, grácias, y porfavor, envien hielo-le pedí a la amable del turno de noche. 

Me dijeron que no hiciese ruido.

Me levanté, me puse los calzoncillos, y me fui hacia la puerta. 

Apareció un brasileño negro, ligeramente alto, cachas, muy cachas, con una camiseta ceñida negra, y vaqueros. Llevaba una chaqueta en la mano. 

Le abrí la puerta, y al cerrarla, me presenté.

-hola, soy Karlo.

-buenas noches, yo soy Paulo-me contestó al tiempo que me daba la mano. 

Entró hacía la habitación, donde ella nos esperaba con una toalla enrollada en el cuerpo.

-yo me voy a duchar, mientras ustedes hablan de lo suyo-nos dijo.

Al poco, llego el hielo, que me fue de maravilla, para poder empezar una conversación.

Sin preguntar puse tres wiskys con hielo, y le acerqué un vaso.

-dime Paulo, como funciona esto?-le pregunté. 

El esbozo una leve sonrisa, y me dijo:

-mire Karlo, nosotros no hacemos esto siempre. Mas bien no lo hacemos casi nunca.

No pude evitar poner cara de sorpresa, y siguió:

-Sofía solo hace trabajos de alto nível, porque le permite conocer gente interesante, y muy discreta. Yo tengo trabajo, no me dedico a esto.

-entonces esto es.....¿gratis?-le dije aún más soprendido.

-solo pagais la harina-me dijo el. 

-y tu que vas a hacer, te quedas?

El sonrió, y muy muy seguro de si mismo, se levantó y se quitó la camiseta. Entonces se bajo los pantalones. Estaba fibradísimo. Lo mejor fue cuando se bajo los slips, y dejo su polla al aire. Mis ojos se clavaron en ella. Me pareció escuchar que me decia algo:

-me quedo?-creo que dijo.

Sólo atiné a abrir la boca un poco, algo que él entendio a la primera, pues se me acerco para que pudiera tocarla. Tenia una polla preciosa, sin ciruncision. Me encanta que aparezca ese capullo escondido para que lo chupe. Se le notaban un montón las venas, todo perfectamente depilado. Resumiendo, una polla que merecia ser comida en aquel momento. Paulo se la sujetaba por la base, y yo, como si me fuese la vida, me metí todo lo que pude en la boca, como pensando que en cualquier momento el tio se rajaba y se iba.

Justo en aquel momento aparecio Sofía, completamente desnuda, y acercandose a Paulo, empezaron a besarse. Como se puso pegado a él, no tarde nada en agarrar el pene de Sofía para empezar a menearlo.

-te dije que estaba bueno-le susurraba la chica a Paulo-y verás que culo tiene-le decía entre lametones. 

Sofía se apartó y preparo la harina en una bandejita donde ponian los vasos.

Se metió ella un viaje, y le acercó a el otro.

-no quieres?-me dijo. Yo no queria soltar esa polla, y además ya me molaba que ellor empezaran, asi me aseguraba de que no era nada raro lo que me daban.

Al poco de seguir chupando, paré, estaba exhausto. Eran las tres y media de la madrugada y llevaba en el tajo practicamente tres horas. 

Entonces me acercaron la bandeja.

-levantante porfavor-me dijo Sofía mientras me acercaba la bandeja. 

Le hice caso, entonces ella me la acercó, y al mismo tiempo Paulo se ponia delante de mi para que le follara la boca. En tres lametones ya estaba empalmado. 

Entonces empezé a darle caña, pues el la pedía. Paré unos segundos, le di a la harina, cerré los ojos y seguí empujando.

-Vamos a la cama chicos.

Me acerqué donde tenia el vaso, y me acabé el wisky. 

Paulo hizo lo mismo, y Sofia volvia a preparar la bandeja. Nos pegamos otro viaje los tres, y ansioso, me dirigi a la polla de Paulo para volver a darle cera.

Sofía se me puso al lado, y de vez en cuando me quitaba la polla y la chupaba ella. El chico estaba la mar de feliz, por tener dos bocas para el sólo. 

Al poquito, Sofía se fue para detrás mio, y empezo a prepararme el culo. Me abría las nalgas y me pasaba su lengua por mi ano, también jugaba con sus dedos, metiéndo uno u otro acompañado de su lengua.

Paulo estaba empalmadísimo. Sofía me agarró por las caderas y me levantó poniéndome el culo en pompa y a cuatro patas. 

Paulo se escurrio por la cama, y apareció detrás mío. Se puso paraguas, y empezó a darme golepcitos en el culo, como avisando de que iba en serio. Y tan en serio, metio el capullo, dilatándome por completo, y a la siguiente fue empujando su polla hacia dentro y todo lo hasta el fondo que pudo. La sacó, y repitió la operación, esta vez más rápido. A la quinta o sexta, ya me estaba follando a saco. Yo tenia los ojos cerrados, por eso no vi venir la polla de Sofiía que ansiosa buscaba mi boca.

Abri los ojos, y la tenia espatarrada en frente de mi, pidiéndome que abriera la boca.

Vaya si la abrí. Hacía ya tiempo que no me sentía así, con faena por arriba y por abajo. 

El otro bestia con sus empujones me descoordinaba los movimientos de la mamada que le estaba haciéndo a aquella mujer. Al ir un poco puestos, la polla no se le ponia dura del todo, y me ponía más cachondo aún. 

Paulo a su rollo dándome cera por detrás. En un momento, me agarró fuerte por las caderas, haciendo presión con su vientre y sus piernas contra mi culo, se estaba corriendo. El cabrón era muy discreto en sus gemidos. 

Le hice una señal para que se nos acercara. Andando encima de la cama, me acercó su polla, aun con el condón, Sofía se lo quito, y mientras lo tiraba, me metí aquela verga húmeda en la boca, aún con gusto de su propio semen. Al segundo se me acercó Sofía que metiéndome su lengua hasta el fondo de mi boca, me robaba cualquier resto de corrida que aun pudiese tener. 

Paulo preparó otro viaje, mientras Sofía y yo seguíamos besándonos. Nos acercó la bandeja, y se tumbo a mi lado. Nostros hicimos cada uno lo suyo, y nos tumbamos también.

-mi turno-dijo Sofía-ahora te follo yo.

Paulo se fue hacia la polla de su pareja, y yo me retiré unos minutos al baño a darme un agua fria, pues estaba muy de subidón, y muy pegajoso por todas partes.

Cando salí, Paulo seguía comiéndole la polla a su mujer. 

Me puse a cuatro patas en la cama, sin preguntar, asumía que hoy era la zorra de aquella pareja. Su juguete, y me encantaba. 

Sofía se puso detrás mio, y después de untarme al unguento mágico, empezó a follarme el culo sin contemplaciones. 

Paulo permanecia de rodillas a mi lado, sobándome la espalda. 

Sofía estuvo un buen rato follándome, y no se corría. Yo necesitaba una pausa, que tanto trote, me veia una semana sin sentarme, y se acercaba mi cumpleaños.

Entonces le pedí que parara. 

Paulo estaba tumbado en la cama, cogí una bolsita de la bandeja, y con sumo cuidado, tiré un poco de harina a los alrededores y cerca de su polla, eso si, sin tocarla. Sofía pilló el juego en seguida, cogímos cada uno su rulo, y dimos cuenta de todo. El no paraba de reir y gemir. Después de esnifar, pasamos cada uno nuestras lenguas. Hasta encontrarnos en su polla.

Sin decir nada, me tumbé yo, era mi turno. Sofía fue la encargada. Me hicieron muchas cosquillas, y mi polla, cuando notó que dos lenguas jugaban con ella, se puso dura en un momento. 

Cuando fue el turno de Sofía, mientras le lamiamos la polla nos dijo:

-chicos, follenme los dos.

Yo flipe por un tubo, y con el ciego que llevaba también dudaba de lo que habia escuchado. 

Entonces, Paulo, me pidió que me tumbara. 

Sofía me la chupo un poco para mantenerla dura, me puso un condón y se la introdujo dentro de su culo. Paulo le habia puesto un kilo de lubricante, asi que mi polla se perdió dentro de aquel culo con bastante facilidad. 

Entonces, de repente, se quedó quieta. Cerro los ojos, y empezó a gemir fuerte, como no le habia visto hacer en toda la noche. Enseguida noté una presión enorme que me chafaba la polla dentro del ojete de Sofía. Evidentemente era Paulo, meiténdo su fibrada polla en el mismo abujero donde la tenia puesta yo. 

El chico, de repente, se quedo quieto, y fue Sofía la que empezó a moverse levemente. Tenia su cara a dos dedos de la mia. Intentaba besarme, pero no alcanzaba, y para nada queriamos que se saliese de sitio. Hice un leve esfuerzo por incorporarme, y al fin alcancé su boca. Sus gemidos eran un poema. Parecia que lloraraba. No paraba de moverse. Yo con el ciego me sentía totalmente superado por la situación, y a Paulo también se le escuchaba jadear. 

Al poco rato, Sofía supongo que por la postura, se cansó y paro. Yo me quite el condón, y me fui hacia la ducha, a la que me siguieron los dos. No metímos como pudimos, y sobándonos los tres, encendímos el agua a toda ostia. Estuvímos un buen rato. 

Fui el primero en salir, y en darse cuenta, que no había toallas en el lavabo. Me sequé con una de manos, y me la habitación. Entonces vi que las tres que tenia, estaban mojadas y encima de la cama, o sea echas un drama. 

Les expliqué la situación, y sonriendo, me dijeron que esperaban allí.

Llamé al servicio de habitaciones, y pedí toallas, y algo de comer. 

A los dos minutos tenía la mujer del servicio de habitaciones llamando a la puerta, me subia toallas, y unos sandwich. La mujer esbozo una sonrisa de oreja a oreja, y cuando caí en la cuenta, era porque yo estaba completamente desnudo. 

-disculpe-le dije-ni me he dado cuenta.

-tranquilo, no pasa nada-me dijo ella ligeramente ruborizada. Era una mujer mayor, de unos cincuenta-ya me imaginaba que tendrian fiesta aqui.

Justo en ese momento, salió Paulo de la habitación, y la mujer, con cara de espasmo ( y eso que Paulo si llevaba una toalla enrollada) soltó un breve "entiendo" y se fue. 

Nos reimos y nos fuimos a la cama. 

Detrás salió Sofía desnuda, y me dijo

-tu y yo tenemos algo a medias.

Paulo se levantó, y tiró lo que quedaba encima de la bandeja, lo preparo en tres muy buenas raciones, de las que dimos cuentas cada uno de nosotros. 

Me acabé mi vaso de wisky, y me comí uno de los Sandwich. Ellos hicieron lo propio, y yo sin esperar, me agaché delante de Sofía, que con un ligero movimiento de caderas le bastó para que su polla alcanzara mis labios. 

Empezé a chuparla con ganas, y cuando estuvo bien dura, sin decir nada, me puse a cuatro patas en la cama. Ella de pie en el suelo, me la metió y empezo a follarme con tantas ganas que parecia que era la primera vez que me lo hacía. Paulo por su parte, se acercó a mi boca, para meterme su flácida polla. Otra vez entre los dos. Sofía me apretaba de nuevo las nalgas, asi durante un buen rato, plas plas plas plas, aquello era increible. Al rato, se corrio dentro de mi ojete. 

Entonces sin decir ni mu, Paulo le cogió el relevo, introduciendo su dura verga en mi culo. 

Le pedi que se sentara, y me puse encima suyo para cabalgarlo. La imagen de aquella dura verga desapareciendo en mi culo delante del espejo del armario, la tengo grabada en la retina. Al tiempo que lo cabalgaba, Sofía me masturbaba y chupaba la polla como podía. 

Paulo se corrió al poco rato, y Sofía seguia comiendome la polla. Entonces me fui hacia la boca de Paulo, y se la metí dentro. Le folle la boca durante unos cuantos empujones, y sin avisarlo, me corrí dentro.

Los tres caímos eshaustos en la cama. Eran las seis de la mañana. Yo no me tenia en pié. Ellos se vistieron, y después de pagar mi parte, y intercambiar teléfonos, se fueron.

Les prometí que otro dia repetiamos pero con mi mujer también. 

Me falta 30 minutos para llegar a Nueva York. Espero que os haya gustado tanto como me gustó a mi. Tengo que reconocer, que durante las ocho horas de trayecto, he ido al lavabo y me he hecho dos pajas, y en la segunda, venido arriba, me he lamido mi propio semen y todo. 

Hasta la próxima.