Después de los últimos acontecimientos, lo de vivir con Roger no duró mucho. Nos seguimos viendo (y enrollando) pero como antes: despachos, probadores de tiendas, miradores etc....

Los inquilinos de mi casa de Miami Playa, dejaron el chalet a finales de Abril, así que decidí volver a los inicios. Es una zona tranquila, con menos vicio alrededor, y por lo tanto, me ayuda a centrarme en mi trabajo, que falta me hace. Solo voy a mi despacho cuando me tengo que reunir con alguien, e incluso he montado una pequeña habitación en lo que era el despacho de Mireia, por si alguna vez me tengo que quedar a dormir, que uno se 

Estos cambios, también me han afectado fisicamente. Soy un hombre de más de metro ochenta, y pesaba unos 85 kilos. Pues durante los primeros meses, me quedé en 71, y a base de tonifiación en el gym y cuidar muuucho la alimentación, me he puesto en 77, con un físico de puta madre, dados mis 42 años de edad. Me he echo una depilación integral (la verdad, el dinero mejor gastado del mundo), y cuando estoy en pelotas, estoy re bueno. 

Cerca de mi casa, hay una playa nudista (el Torn), y el parquing (el bosque que hay al lado), es una concurrida zona de cruising (recordaréis una expe con Susana y unos tios en ese bosque). 

Pues bien, un domingo por la mañana, que estaba super aburrido, decidí irme al Torn a leer. Hacía fresco, pero al sol se estaba bien. En la playa había unas diez personas. 

Estuve leyendo tranquilamente durante un buen rato, en camiseta y pantalón corto, cuando una pareja de Belgas (dos hombres de algo más de 45 años) se sentaron delante mio, a unos 5 metros míos. 

-manda cojones-me dije-tres kilometros de playa, y se me sientan en los morros.

Como no me levantaba el más mínimo interés seguí leyendo mi intrigante novela. 

Pasados unos minutos levanté la cabeza, y observé: uno de los chicos estaba completamente tumbado boca arriba, y el otro, de lado, recostado sobre su brazo izquierdo, y con su mano derecha dentro del pantalón. Susurraban al principio, y al final los escuchaba decirse guarradas en francés. 

-quieres que busquemos una zorrita?-le decía el que estaba de lado al otro mientras no dejaba de masturbarlo.

-si cariño, busquemos una zorrita para follárnosla los dos-le decía el otro entre jadeos. 

El chico acabo de hacerle la paja, sin preocuparse si alguien los miraba (yo incluso había cerrado el libro). 

Abrí mi bolso, y saqué un boli. Como no llevaba papel, arranque una página (sacrilegio) del libro, de las del principio, las que no pone nada, y escribí: “yo seré vuestra zorrita” junto con mi número de teléfono. 

Me levanté, mientras ellos dos, simplemente se miraban a los ojos, me acerqué a ellos, y les di la nota. El chico que estaba boca arriba flipó, mientras el que estaba de lado, me sonrió. El si se había percatado de que tenían un mirón. 

Alargó la mano, que debía tener restos de semen, y sin ver que hacía con ella, me di la vuelta y me fui a mi casa. 

Por la tarde, a eso de las 18.00 recibí una llamada. 

-buenas tardes, es usted el hombre de la playa de esta mañana?-me preguntó un hombre con voz grave, y muy serio.

-si, soy yo. 

Me explico que eran dos hombres que tenían una relación abierta, y les apetecía jugar con un Crosdreser. Al principio, me dio algo de mal rollo, pero después de hablar con Jeremy durante un buen rato, me puse incluso cachondo. 

Ellos estaban toda la semana de vacaciones, y quedamos en tomar un café aquella misma noche. Fuimos a un bar en el mismo pueblo, y charlamos durante mucho rato. Cuando Pier sacó el tema, les dije que me molaba mucho la idea, pero que me tenía que preparar. Quedamos en que vendrían a mi casa al dia siguiente. En dos minutos se levantaron y se despidieron, y me dejaron allí sentado, cachondo perdido, y totalmente a dos velas. 

Depués de pensar en lo que tenía que hacer (comprarme lencería, tetas e incluso una peluca), y empecé a buscar en sexshops online. Es flipante la variedad que hay. 

A la mañana siguiente, me fui a Tarragona, donde hace un tiempo han abierto un sexshop enorme, es como un mega supermercado del sexo. 

Me atendió un chico joven, con un plumazo increíble. Le expliqué sin rodeos lo que quería, y me acompaño a la primera planta. Como eran las nueve de la mañana, no había nadie. Me trajo un surtido de pelucas, prótesis para las tetas, lencería, tangas y botas de tacón. 

Al final me decidí por el color negro, ligeros, una especie de sujetador del que colgaban dos tetas enormes, con un tacto y una forma increíbles. Encima de las tetas, un sujetador negro a juego con el tanga y los ligeros. Botas por encima de la rodilla. Me asombré lo poco que me costó andar con tacones. 

Y para hacerlo todo más interesante, un picardias largo, hasta los tobillos, semi transparente. 

La peluca fue lo que más shock me causó, media melena, de color pelirrojo. 

El chico, que se vino arriba, me subió un pintalabios rojo putón. 

Cuando me vi totalmente vestido de mujer, con tetas enormes, y con el conjunto súper erótico, no pude evitar tener una erección. 

-yo hace rato que estoy empalmado también-me dijo el dependiente-menuda fiesta te vas a pegar, te envidio.

-la verdad es que estoy impresionante, no he podido evitarlo. 

Me vestí, y después de flipar en la caja con todo el disfraz, 728 euros, me fui para casa. 

A las 17:30, empecé a prepararme, ya que habíamos quedado a las 18.00. Me duché, me puse un edema para tener todo extra limpio, y finalmente me disfracé. Faltaban diez minutos, y ya estaba completamente preparada (me consentiréis que me refiera a mí como mujer durante esta historia, porqué realmente me sentía asi). 

Las tetas son impresionantes. Tienen un movimiento súper natural, y un tacto increíble. Quedan muy ajustadas al cuerpo, la verdad es que el realismo está muy logrado. 

A las 18.00 en punto, vinieron los belgas. Con unas flores y una botella de cava. 

Cuando les abrí la puerta, casi se caen de culo. Fliparon. Fliparon mucho, se les notaba a leguas.

-soy Susana, buenas tardes guapos.

Me siguieron sin mediar palabra, hasta la habitación. 

Se acercaron a mi, Jeremy, me metió la lengua hasta la garganta, y Pier empezó a sobarme las tetas y el culo. Me quitó el picardias, y se apartaron los dos para tener perspectiva.

-son 100euros-les dije. 

Pier se metió la mano en la cartera, y puso 200euros encima de la mesita. Se lo había dicho formando parte del juego, pero la verdad, que me pagara me dió aun más morbo. 

Se desnudaron completamente. Estaban morenos los dos, no tenían unas grandes pollas. Jeremy si la tenia larga, pero no parecían pollones tipo Tete ni mucho menos. 

Los acompañé al bidé, y uno por uno, les limpié la polla a los dos, por turnos. El que esperaba de pie, refregaba su polla entre mis nalgas, estábamos a tope. 

Se tumbaron los dos en mi cama, uno al lado del otro, me quité el sujetador, y dejé a la vista mis pedazo de tetas. Los dos fliparon con su realismo, y se entretuvieron un rato con ellas. Evidentemente yo no notaba nada, excepto el morbazo que me daba tener tetas. 

Jeremy reclamo mi lengua, y a la vez que nos morreábamos, Pier me daba besos en el cuello. Fui bajando por el cuello y el pecho de Jeremy, hasta llegar a su polla. Me la metí en la boca, y la lamí con muchas ganas, conforme se ponía dura, fui empezando la felación. El tio me agarraba por la cabeza, mientras yo me la metía hasta la garganta. Con mi mano izquierda jugaba con la polla de Pier, que ya estaba dura. Cambié mi boca de sitio, y Jeremy, de rodillas por la cama, se puso detrás mio. Mientras le chupaba la polla a su amigo, Jeremy me apartaba el hilo del tanga a un lado, y empezaba a comerme el ano. Me separaba las nalgas, y me hacía enloquecer con su lengua. Durante unos segundos paró, para prepararse, y acto seguido, me metió la polla. Me agarró fuerte por las caderas, y empezó a darme caña. Su polla entraba y salía con facilidad, mientras yo no soltaba la polla de Pier de entre mis labios. 

Pasados unos instantes, se me ocurrió una locura. Le pedí a Jeremy que se tumbara y me pusiera mucho lubricante en el culo. El hombre obedeció, totalmente entregado a mí. Me senté encima de él, y su polla desapareció en mi culo en un abrir y cerrar de ojos. Mientras me follaba me agarraba por las tetas. 

Paré unos segundos mis movimientos, y dirigí un dedo a mi culo, aun con la polla de Jeremy dentro, y mirando a Pier a los ojos.

-vamos, con cuidado...vais a flipar. 

Al hombre se le iluminaron los ojos, dio un salto en la cama, y se puso detrás. 

El tío empezó a meter su polla dentro de mi culo, con la de Jeremy dentro. Al entrar, me pareció que reventaría, pero una vez metió la punta entre mi culo y el lubricante, esa segunda polla desapareció dentro de mí. Solo se podía mover 

Pier ya que de otra forma se salían las pollas. Yo me moría de gusto, y ellos dos igual. No aguantó mucho Pier, y a los pocos minutos se corrió aun dentro de mí.  Se quitó el condón y me acercó la polla a la boca para que la relamiera. 

Jeremy a su vez, aumento el ritmo de su follada. Le susurré al oído que quería su corrida, asi que me aparté, y me metí su polla entre los labios. Con la mano derecha lo masturbaba, y Pier, no se porque razón, empezó a meterme sus dedos por el culo, masturbándome el ojete de mala manera. 

Jeremy no tardó mucho en correrse en mi boca, sin dejar de lamerla, me tragué su corrida como una perra en celo. 

Caí redondo en la cama, y Jeremy que es un tio agradecido, se acercó a mi polla, completamente flácida, se la metió en la boca, y me hizo una mamada que me costará de oblidar, mientras Pier, seguía metiéndome nose cuantos dedos por el culo. La corrida que le solté en la cara, fue memorable. 

Quedamos los tres rendidos en la cama unos minutos. Me levanté y me fui al baño para arreglarme. Ahora si me costaba andar con tacones. Después de lavarme la cara, y el culo, recuperé la compostura. Me puse bien la peluca otra vez, me pinté los labios, me volví a poner la ropa interior, y acompañé a mis invitados a la sala. Estuvímos bebiendo cava lo que duró la botella. 

De golpe, Jeremy, se levantó, le hizo una señal a Pier, y se largaron. Como el día anterior, me quedé a cuadros. Y además vestido de putilla. 

Me levanté, y me miré en el espejo durante un buen rato. Menudo vicio tengo encima joder. Me ponía cachonda. El culo me palpitaba. Eran las 20.30 de la noche, y yo estaba en MIami playa, a tomar por culo de todas partes. 

Se me encendió una bombilla: Tete. Lo llamé, estaba en Barcelona. Le pregunté si le apetecía follarme, a la vez que le mandaba una foto de mis pintas por whatsapp.

-cuando tardas en llegar a tu despacho?-me preguntó nada más ver la foto

-una hora, puede que menos. 

Cogí un traje para el día siguiente, y en lencería y con el picardias a modo de chaqueta, cogí mi 911 (tengo el Ex 911 TS de Roger) y me planté en Diagonal en 50 minutos. En una hora de reloj, en el parking de mi despacho. 

Menos mal que no había nadie, pues hubiesen flipado. 

A los cinco minutos de llegar, me llamó Tete al interfono. Subió, mientras me acicalaba. Nada más abrir la puerta, se le iluminaron los ojos.

-oye, estás impresionante.

-lo sé-contesté al tiempo que cerraba la puerta. 

Le cogí la mano, y fuimos al sofá de mi despacho. Lo senté, y me arrodillé enfrente suyo. Se desabrocho los pantalones, y dejó su enorme polla al aire (esto si es una polla recuerdo que pensé). La agarré por la base, y la lamí como si fuera un helado, jugaba con sus huevos, y lo masturbaba, con su capullo entre mis labios. 

-quiero follarte-me dijo.

Me levanté sin soltar palabra, me aparté el tanga, y me arrodillé en el sofá mirándolo a la cara. Me fui sentando, sintiendo como su enorme polla se abría paso entre mis piernas. Poco a poco, fui aumentando el ritmo de la cabalgada. 

-preñame el culo Tete-le susurraba al oído. El me agarraba por las nalgas, y hacía movimientos fuertes aumentando sus envestidas. 

Me estuvo follando y haciéndome enloquecer durante un buen rato, hasta que por fin, noté como me llenaba el culo de leche, que rapidamente se derramaba por mis piernas, hasta llegar al suelo. 

Se quedó como rendido en el sofá. 

-voy a follarte Tete-le dije, mirándolo a la cara. 

Sé que le gusta mucho más dar que recibir, pero sé que disfruta las pocas veces que lo follo, creo que en un par de años, me lo debo haber follado tres veces.

Se dio la vuelta, y se puso a cuatro patas en el sofá. Le separé las nalgas, y empece a jugar con su ano, mientras con una mano, lo masturbaba. 

No hacía cinco minutos que se había corrido en mi culo, y rapidamente se le ponía juguetona...

Me masturbé un poco, le lubriqué el culo, y le metí mi polla poquito a poco. Aquello estaba súper estrecho, mi polla se moría de gusto. Rapidamente el lubricante hizo su trabajo, y me facilitó la faena ostensiblemente, así que pude follarlo con bastante fuerza. No tardé mucho en correrme en aquel culo negro.

Tete no parecía enloquecer de gusto, sus gemidos eran discretos. 

Yo, lleno de vicio, aún tuve ganas de lamer las gotas de mi semen derramándose por su culo. 

Cuando acabamos, me duché, me quité toda la parafernalia, y nos fuimos a cenar. A los dos nos dolía el culo al andar, y nos reíamos por ello. 

Después de cenar, acerqué a Tete a su casa, y me invitó a subir. Como estaba cansado y era tarde, le pasé la mano por el pantalón, y noté como se le ponía dura rapidamente. Le desabroché el botón y le baje la bragueta. Su enorme polla salió disparada rapidamente. Me agaché, y empecé a chuparla.

-no tienes que hacerlo-me decía entre susurros, y a la vez empujaba su enorme polla dentro de mi boca. 

Se que tengo una boca prodigiosa, e incluso Tete no puede resistirse a ella. 

En poco rato en esa incomodísima postura se corrió en mi boca. Seguí chupando, hasta que me incorporé y nos despedimos.

Me fui a mi despacho, me duché de nuevo, mientras reflexionaba sobre el dia que había tenido. Había cambiado algo, muy importante para mí, pues lo había perdido, otra vez llamaba al sexo, volvía a sentir el imán que me llevaba a situaciones excitantes. Hubo un tiempo en que notaba que alrededor mio todo era muy sexual. Al dejarlo con Susana, lo perdí, y de nuevo, sentía que lo he recuperado. Y así ha sido....y durará mucho tiempo...espero.

El disfraz de mujer me había vuelto loco, me encantaba sentirme femenina cuando estoy con hombres, sobretodo si son dos o más. Me encantaba haberme podido meter dos pollas en mi culo, como Roger y yo le hicimos a Rubén en su día. 

Salí de la ducha, con una excitación tremenda. Cogí el teléfono, y le mandé tres fotos a Mireia. Flipó pero por un tubo. Me dijo que guardara ese conjuntito, que vendría para San Juan. 

Al día siguiente, me levanté de un humor inmejorable. Tengo que admitir que me dolía un poco el culo del día anterior. Pese a que me podía haber llevado el trabajo a casa, me quedé en el despacho.

A media mañana, bajé a desayunar alguna cosa, pues no llevaba más que un café encima. 

Fui a una cafetería que hay en la misma manzana, pedí mi desayuno habitual, y allí estaba ella: Conchi (reconozco que no tiene un nombre muy sexy, pero es lo que hay). Una chica impresionante, de casi cuarenta años, rubia, con un moño la mar de apañado, y aunque siempre va de negro con ropa ancha, se le nota una silueta impresionante. 

Hace como tres meses que trabaja allí, y siempre que la veo, siempre, me dedica una preciosa sonrisa. 

Como os decía antes lo del “imán”, pues nunca me atreví a decirle nada, pero aquel día era diferente, algo había vuelto a su cauce en mí. 

-hoy estas especialmente guapa-le dije al tiempo que me ponía el café en la mesa. Sus ojos se abrieron como platos, creo que era la primera vez que le decía algo que no fuera estrictamente necesario.

-a ti también te noto especialmente de buen humor-contestó ella con una sonrisa de oreja a oreja. 

-he tenido un buen fin de semana-contesté yo que empezaba a mostrarme dubitativo, pues no esperaba que ella entrara al trapo.

-yo también-contestó ella mientras dejaba el mini bocata en mi mesa-los niños han estado con su padre, y he tenido paz y tranquilidad.

-es genial empezar la semana con emergía verdad?-me puse en “modo topicazos: ON”

púes si, es ideal. A ver lo que me dura-me dijo ella ahora con voz apenada. 

-mira, yo he ido a terapias para mantener el buen humor, hay maneras naturales de hacerlo-le dije sin saber muy bien donde me estaba metiendo.

-a si?-contestó ella con cara de curiosidad-y como funciona eso?

-veras, quizás este no sea la situación ni el contexto ideal para contártelo, pero para que te hagas una idea, consiste en cenar, beber un pelín, charlar tranquilamente...

-aahora veo por donde vas-me contestó ella-al tiempo que se daba la vuelta y se iba con su bandeja. 

Primero me hundí en la miseria, pues creía que me había pasado de listo, pero al medio segundo, se giro y me sonrió. Y esa sonrisa era una requetebuenísima señal.....

Sé que Conchi me va a costar, lo tengo claro, pero también sé que me saldré con la miá. 

A las 17:30 me llamó Jeremy, mientras todavía estaba en mi despacho.

-buenas tardes señorita Susana, Jeremy al teléfono.

-dígame Señor -le contesté siguiéndole el juego.

-pues verá, esta noche vienen unos amigos a cenar, y nos gustaría contar con su preséncia. Le apetece?

Me quede unos segundos pensando que era una locura, ir a una cena vestido de mujer. Pero también pensé que eran gente educada y maja, y que coño, follar con dos había sido la ostia, y si son más, y yo la única mujer, es un gran negocio. Y me pagan jajajajaja. Que al principio me hizo gracia, y al final me daba morbo. 

muy bien Jeremy, me parece una gran idea, les acompañaré a cenar. Ya sabe cuales son mis tarifas verdad?

si señorita, le pagaremos bien, quedará contenta. 

Pues cogí todos los bártulos, bajé al parking, encendí el coche y me fui disparado para mi casa. Tardé lo mismo en hacer los 15 primeros kilómetros que los 90 restantes. Me paré en el supermercado erótico de Tarragona, y me compre una minifalda de licra, y unos zapatos de tacon. Una blusa blanca, y tangas de colores. Casi doscientos pavos más. Estos los pagan los belgas me dije....

Llegué a casa, ducha, enema etc etc...me puse hasta rimel. Al salir al garaje, escuché los vecinos fuera, no me podían ver con esas pintas, así que me puse una gorra, y cogí el coche del garaje, y me fui disparado para que no me vieran. 

Jeremy y sus amigos fliparon cuando me vieron llegar en un Porsche, y mas aun cuando bajé de él. 

Entré en la casa, eran tres amigos más Jeremy y Pier. Cenámos algo rápido, la verdad es que todos estábamos cachondos. Nunca había estado con cinco tios a la vez, yo sol@.

Recuerdo que me desnudaron entre todos, me dejaron en tanga y ligueros. Con mis tetas artificiales evidentemente. Me pusieron a cuatro patas, y me follaron entre todos todas las veces que quisieron o pudieron. Al final el propio Jeremy me susurraba al oido si podian follarme dos a la vez, y me levanté, y me senté encima suyo. Su polla entro en mi culo con faclidad, y otro de los chicos me metió la suya. Esta costó más, pero entró. Me follaron los dos a la vez durante un ratito, entonces se apartaron. 

Me tumbé en el suelo, boca arriba, con la boca abierta esperando sus corridas. Creo que nunca me había sentido tan deprabad@, pero disfrute como una zorra. Se corrieron todos en toda mi cara, boca y cuello. Se turnaban para meterme sus pollas recién corridas en la boca. No tenía más remedio que tragar y tragar. 

Cuando acabamos, me ayudaron a levantar, todos muy educados, me dieron mi ropa, y Jeremy me ofreció su ducha. 

Me metí bajo el agua, el culo me quemaba, y dos pequeños hilos de sangre bajaban por mis piernas. Me sentía muy sucio, y muy a gusto a la vez. 

Cuando salí, Jeremy me esperaba desnudo sentado en su cama. Yo me había vestido igual que antes, pues no tenía nada de recambio. Me acerqué a él, se levantó y me beso. 

-me haces uno gratis a mi?-me susurró. 

Me arrodillé y me metí su fina polla en la boca. En nada volvía a estar dura. Me apoyé en la cama, y Jeremy me subió la mini falda de licra y me apartó el hilo del tanga. Me folló el culo, y yo para mi sorpresa pues pensaba que no la notaría, me moría de gusto otra vez. Apretando con mi Ano, Jeremy se corrió en poco rato. 

Me volví a poner todo en su sitio, y bajé al comedor. Estaban todos vestidos, y bajó Jeremy con cara de gustazo.

-tenia razón chicos o no?-les preguntó a todos. 

-si que tenias razón-decían casi todos.

-sobre que?-pregunté yo.

-les dije a mis amigos que había conocido un hombre, que cuando se ponía tetas, se volvía el ser mas loco y sexual que había visto nunca.

Y tenia mucha razón.