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Esta mujer me llevará por el mal camino 17

en Bisexuales

A la mañana siguiente, Mireia me contó que le había pedido el divorcio al pisapapeles. 

Tuvieron una discusión subidita de tono, pero se pusieron deacuerdo.

El kit de la cuestión estaba en vender el piso. Tenían un pisazo en la zona alta de Barcelona, en el barrio de Sant Gervasi. 

Hice venir a Santi a la oficina, y les hice una oferta a los dos que no pudieron rechazar.

El tio se murmullando, pero firmó, y al dia siguiente cerrariamos la venta del piso.

-grácias Karlo, sin ti no lo hubiese podido hacer. Grácias-me dijo Mireia cuando se fue Santi.

-no me des las grácias. El piso me interesa, y es un buen precio. Así que ganamos todos.

-ya pero de verdad, grácias por implicarte.

-eres mi compañera de trabajo, y mi amiga. Para eso estamos los amigos. Y déjame añadir, que si no hubiese pasado lo que ha pasado en las últimas semanas, lo hubiese echo igual.

Se levantó, vino a mi lado de la mesa, y dándome un beso en la mejilla me volvió a dar las grácias. 

A los cinco minutos (yo ya estaba a punto de irme), recibí un whatsapp.

"Ven a mi despacho Sr.Poderoso. AHORA"

Me levanté disparado, esperaba mi premio, e intuía que lo iba a recibir.

Entré en su despacho. Estaba desnuda, de pié junto a su mesa. Se masturbaba el pene de color carne, que llevaba en el arnés. Está preciosa cuando se pone seria.

-llevo esperando esto desde esta mañana cuado he llegado-me dijo.

-hemos tenido un dia movidito-le contesté yo-pero lo hemos llevado bien. 

Me puse frente a ella, agarrándole la polla de silicona con la mano. 

Nos besamos durante un buen rato. Se sentó en la silla, y me desabrochó los pantalones, allí apareció mi polla a punto de guerra.

Empezó a lamerla y besarla. Yo me sentía en el cielo. Me hubiese corrido en un segundo. Paró, se sentó en la silla y me dijo:

-aquí la tienes. La quieres toda verdad?

-y tanto que si.

Me acabé de quitar pantalones y calzoncillos, y me senté en su mesa, abriendo bien las piernas. 

Primero le dió un poco de lengua a mi ano, junto con un poco de saliba. Entonces se puso en pié, y me folló. 

Al tiempo que me follaba me masturbaba. Yo me sentía en el cielo. 

Me estuvo follando durante unos minutos, ella no paraba de jadear, y yo no podía dejar de mirarla. 

Una chica preciosa, morena, con la piel tostada, unos grandes y duros pechos, seguidos de una envidiable barriga dura, y una cinturita de muñeca allí, dándole a mi culo, que la recibia con mucho mucho gusto. 

Continuó empujándome con fuerza. Hasta que me corrí encima de mi barriga. 

Mireia sacó su polla de dentro mio, y me chupo un poco la polla. Acto seguido, fue subiendo por mi barriga, hasta dejarla bien limpia. Entonces me incorporé, y nos volvímos a morrear con ganas, intercambiando lo poco que le quedaba en la boca. 

Nos vestimos, y me dijo:

-quieres decir que es prudente que vaya a mi casa?

-pues mira, antes en el despacho lo he pensado, quizás no. Te acompaño a tu casa y te vienes a dormir a la mía. Ahora habló con Susana.

Le expliqué a Susana toda la movida. Con lo que más flipo fue con lo de comprar el piso. Pero estuvo encantada, y también le gusto mucho la idea de que Mireia viniese a casa a dormir. 

Llegamos a su casa, el pisapapeles no estaba. Cogío un pequeño neceser, y un portatrajes con algo de ropa. Yo aproveché para hacer fotos, y tomar un par de medidas. 

Al irnos, llegó el tonto. Tenía ganas de discutir, pero la verdad, es que los dos pasamos bastante de él y nos fuimos dejándolo con la palabra en la boca.

-mañana nos vemos-fue lo único que le dije- duerme bien esta noche, y no rompas nada, lo tengo todo fotografiado.

A las 21.30 llegamos a mi casa. Después del folleteo y de pasar por su casa, se nos había hecho tarde.

Susana había pedido sushi para cenar, para no complicarnos.

Al verla, le dio un par de besos y un abrazo, algo que Mireia agradeció.

-ya se lo he dicho a él, grácias por todo Susana, vuesto apoyo ha sido vital para que pudiese dar el paso.

Susana le devolvió el cumplido, abrazándola otra vez. 

Nos pusimos cómodos y nos sentamos a cenar. Susana ya llevaba la bata de estar por casa puesta, y Mireia se puso un pijamita corto. 

Durante la cena, acordamos el tiempo que le daríamos a Mireia para mudarse. Mireia nos pidió un tiempo para buscar piso. Entonces a Susana se le encendió la bombilla:

-porque no te quedas aquí?- le preguntó sin tapujos- es ideal para una persona. Tienes parquing y estás a 5 minutos andando de la oficina.

-pues no está mal la idea-dijo Mireia-la ubicaición me encanta. En la parte alta estás tranquilo, pero lejos de todo. Cuanto tienes pensado pedir por el alquiler?

-los vecinos de al lado, pagan mil euros sin el parquing.

-mira-le dije yo-podriamos dejarlo en Mil euros con el párquing, pero de todas formas, piénsatelo.

Asintió y seguímos charlando. La verdad es que nos ventilamos una botella de vino. Nos apalancamos en el sofá un poco pedos, y aproveché para liarme un porro. 

-como dormimos?-pregunté yo pues solo hay una cama. 

-esta claro Karlo-contestó Susana-nosotras en la cama, y tu en el sofá. 

-eso me pasa por preguntar-contesté yo aceptando la propuesta.

Al cabo del rato, las chicas se levantaron y se fueron a la cama. Me esperaba marcha, pero no fue el caso.

Abrí el sofá cama, y después de prepararle, me tumbé a dormir.

Pasaron diez mintuos, y empecé a escuchar gemidos en la habitación. Ya me extrañaba, me dije....

Entré sin hacer ruido. Susana estaba a cuatro patas en la cama, y Mireia volvía a llevar el vibrador con el que me había follado por la tarde.

-se puede?-pregunté susurrando.

Las dos giraron la cabeza y asintieron. 

Me puse detrás de Mireia y empecé a jugar con su culo. Le pasaba la lengua, y le metía un dedo. Ella gemía como una loca, y se dejaba hacer. 

Entonces la "desenchufé" de Susana, y la puse a cuatro patas, mientras le quitaba el arnés. Susana me acercó lubricante, y le embadurné bien el ojete. Mis dedos entraban como si su ano fuese mantequilla. Le abrí un poco más las piernas, y le presenté mi capullo. Entró despacito, a medida que yo empujaba, ella aumentaba sus gemidos. 

Susana mientras se había puesto el arnés. 

Yo seguí apretando contra su culo, hasta que fue aceptando mi polla. La saqué y repetí la operación, metiéndola un poco más adentro. Mireia no dejaba de gemir.

A la tercera le metí mi polla entera, y entonces empecé a follarla. 

La cogía por los hombros para hacer fuerza contra su culo. Mireia con la respicración entrecortada no dejaba de gemir. 

Susana se las ingenío para meterse debajo suyo. Paré unos segundos sin sacar mi verga de dentro de su estrechísimo culo, mientras Susana le metía el vibrador por delante, que por aqui si, entró a las mil maravillas.

Estuvímos follándola los dos durante un buen rato. Mireia se corrió un par de veces. 

Al final, sin mucas florituras, me corrí dentro suyo. 

Susana continuó follándola durante unos minutos hasta que se corrieron.

Entonces estuvímos un rato en la cama haciendo el tonto los tres, hasta que me mandaron a la cama.

Me volví al sofá, y a los diez minutos volví a escuchar gemidos, pero esta vez ya no me levanté. 

Al dia siguiente, fuimos los tres al notario. Por suerte, todo salió bien, y desde entonces soy propietario y residente del mejor barrio de la ciudad, con un pedazo de piso con cuatro habitaciones, tres baños etc etc etc...

Al acabar, Susana se fue a su despacho, y Mireia y yo al mio. En el coche, estaba radiante, preciosa. Cogío su móvil y envio un mensaje. 

Al segundo, recibí un whastapp "no llevo bragas". 

Joder, la tenia a medio metro....

A pesar de ser las 11 de la mañana, nos fuimos hacía el Tibidiabo, donde Roger le solía dar caña a mi culo.

Ella al ver que no ibamos al despacho, me abrió la bragueta y sacó mi polla. Se agachó y se la metío entera en la boca.

-estas loca, nos van a ver.

Llevo un coche que llama bastante la atención, si encima alguien ve al conductor con una cabeza que sube y baja delante....incluso unos de un autobus nos hicieron una foto.

Aguanté hasta el Tibidabo sin correrme, pues la vergüenza me li impedía. 

Al aparcar, se levantó la falda (era verdad, no llevaba bragas), mientras yo echaba mi asiento hacía atrás. Se me sentó encima, y después de besarme, me dijo

-me follareis muy a menudo verdad? No quiero perder esto, me encanta.

-te follaremos cada vez que quieras preciosa-le dije a la vez que mi polla empezaba a perderse dentro de ella.

La agarraba fuerte del culo mientras ella me cabalgaba a conciéncia.

Dos parejas que pasaban corriendo por el Tibidabo se giraron para ver si era cierto lo que veían.

De vez en cuando aflojaba la velocidad, para cuando podía volver a apretar. 

En poco rato tuvo su premio, y le solté toda mi corrida dentro.

Nos quedamos unos instantes asi, aun con mi flacida polla dentro suyo. Nos volvímos a besar y se sentó en su sitio.

-menos mal que me sigo tomando la pastilla-dijo sin dejar de sonreir.

-no dejes de tomártela, al menos por mi parte, me gusta mucho follarte a pelo.

-tranquilo, no la dejaré....

Al llegar al despacho, nos sentamos cada uno en su sitio, y nos pusimos a currar.

Estuve un rato hablando con Susana, y me dijo que fuese con cuidado, que veía a Mireia muy colgada de mi, y eso no era bueno. Cuando viera lo promiscuo que soy, podía llevarse un desengaño y perderla los dos. 

A mi no me lo parecía, pero la entendida es mi mujer. Aunque tengo que admitir, que algo de celos en su tono había. 

Para evitar que eso pasase, improvisé un pequeño plan. 

El viernes, Susana organizó una noche de chicas, Vanessa venía a la ciudad, y quedaron las tres para cenar y emborracharse en casa. 

Yo por mi parte quedé con Roger. Queríamos ir al club de Aitor, a pillar cacho, pero cambiamos el plan. Durante la cena, decidimos irnos a su casa, pues estaba solo, y buscar una mujer para completar bien el tema. 

Susana, por sus inicios en el mundo de la publicidad, conoce algunas escorts de alto nível. Asi que le pedí consejo.

"Roger y yo, queremos plan para esta noche" le escribí.

"Y que quieres que haga yo???" Me contestó ella haciéndose la loca. 

"Ayudarme, o veníis una de vosotras, o me envias el teléfono de una buena alternativa"

"Judith num.......... si no puede, te mando el número de una agéncia.........

Disfrutad cerdos"

Llamé a Judith desde la puerta del restaurante. 

-me llamo Karlo, te llamo porque me ha dado tu número Susana la que te lleva el control de tu publicidad.

-si? Vale, y dime, que necesita?

-pues estoy con un amigo, y nos apetece un poco de fiesta. Vendrías a mi casa?

-de que conoces a Susana?

-es mi mujer. Ella me ha dado tu número. 

Se hizo un silencio de 15 segundos. Pensé que había colgado.

-bueno si eres quien dices ser, no hay problema. Normalmente no voy a domicilios...

-ok, y como lo hacemos?-continué yo.

-pasame dirección, y vendré en taxi. Ya en tu casa hablamos de lo demás.

-vivo en las afueras, en Valldoreig. Y si te pasamos a buscar? Estamos en calle Calvet.

-perfecto, pídele mi dirección a tu mujer, nos vemos en media hora.

La muy hija de puta queria comprobar que no le mentía...

"Susana, la tal Judith, muy simpática, pero me dice que tu me des la dirección"

"Jajajajajaja aqui nos estamos partiendo el culo las tres, Judith me estaba escribiendo mientras hablaba contigo"

"Cabrona controladora"

Total que teníamos 30 minutos, pues vivía a una calle de donde estábamos. 

-Vamos al coche, y nos hacemos un Torrente (es un chiste malo, pero le llamamos asi, unas mamaditas...).

Asentí rápido. Nos venía bien, pués si no con el calentón no aguantas una mierda.

En el mismo parquing, empezé yo, le comí la polla a conciéncia, jugando con su prepucio, pasando la lengua por sus gordas venas, y al final tuve mi premio. Le dejé todo bien limpio y curioso, y aquí no ha pasado nada. 

Bueno si, Roger más que chupármela, le follé la boca, del calentón que llevaba. 

Me la dejo igual de curiosa que yo a él, y pim pam...ya habían pasado 25 minutos.

Al llegar a la dirección, nos esperaba una sorpresa: Judith era espectacular. Española, muy bajita, y toda toda curvas. Labios espectaculares. Se da un aire a la cantante Paulina Rubio. 

Toda de negro impecable, vestido corto, y un gran bolso de esos carísimos.

-ostia Karlo-dijo Roger al verla antes que subiera-menudo sablazo nos va a pegar esta, no veas como esta de buena.

-joder rio, hasta para follar eres agarrado-le dije yo al tiempo que abria la puerta para bajar del coche.

-buenas noches, eres Judith verdad?-le pregunté al tiempo que le ofrecia mi mano.

-en efecto, tu debes de ser Karlo...y el del cochazo Roger...tu mujer me ha puesto en antecedentes.

-jajajaja, seguro que no te lo ha contado todo-contesté yo al tiempo que levantaba mi asiento para que pudiese entrar.

Roger lleva un deportivo de dos plazas, bueno, detrás tiene algo para poner el culo, pero llamarle asiento sería faltar a la realidad.

Pero la verdad, es que al ser bastante pequeña, cabía perfectamente. 

Roger se encargó de que el viaje, que normalmente són 20 minutos, hacerlo en 10. Como conduce el cabrón. Y como suena el coche. Si revolucionaba el motor, dentro no nos oíamos al hablar.

Llegamos a su casa, y antes de bajar del coche, nos dijo:

-esto me lo voy a tomar como una fiesta. Me va todo. Porfavor, ahora no hablemos de dinero, cuando acabemos lo hablamos y ya.

Nos parecio perfecto, estaba claro que Susana había intercedido por nosotros. 

A Roger no le quedó otra que acceder.

Subímos al salón, y Roger nos abrió el mueblebar para ponernos unas copas. 

Nos sentamos los tres. Judith se bebió la copa rauda y veloz. Y ponenendose de pie, empezó a desnudarse. Tardó 5 minutos en quitarse la ropa, se quedó en tanga, ligueros y tacones. Judith tiene un cuerpo lleeeeno de retoques, parece una muñeca. Pero cuando la ves y piensas en el cirujano, no te queda otra que decir "ole tu". Perfecta. 

Nos hacíamos polvo. 

Me trinqué el wisky de un trago, y me quité yo toda mi ropa. 

Como fui más rápido que Roger, se sentó encima de mi y empezó a besarme con lujúria. Que piel, que "24" años más bien puestos. El culo era para flipar. Me faltaban manos.

Roger, llegó tarde pero llego. De pié a nuestro lado, le acercó la polla a Judith, que tras soltar una sonrisa, se la metió entera en el la boca. Empezó a chupársela al tiempo que rozaba su coño con mi miembro, duro como un palo.

Tendrias que ver la cara que puso, cuando Roger, sacó su polla de la boca de Judith y la metío en la mía.

-en serio? En serio?-decía Judith sin creérselo. En ese momento, su actitud cambió, y empezo a comportarse como persona mas que como escort.

Entonces se acerco a mi boca, y se la lamíamos entre los dos.

-quiero verlo chicos quiero verlos-nos decía. 

Roger se sentó en el sofá, y yo me dispuse a cabalgarlo.

Judth, se arrodilló en frente nuestro, y nos soltaba lametones a los dos.

Me untó el culo en lubricante, y agarrándole la polla la dirigío. a mi culo. 

Me fui sentando poco a poco, esa polla conoce ese camino como el de su casa.

Judith no daba crédito. Nos lamía los huevos a los dos, y jugaba con el ojete de Roger.

Estuve cabalgando durante un rato. 

-chúpamela Judith, quiero follarte-le dije entre jadeos.

Dicho y echo, afloje un poco los movimientos, y Judith me la chupo a pelo, hasta que en unos segundos la tube durísima.

Que fuese bajita jugaba a nuestro favor, después de ponerme un condón con los labios, se subio al sofá, y haciendo una tremenda fuerza con las piernas, se fue metiendo mi polla dentro. 

Aquello era espectacular, pero incómodo de cojones.

Después de cinco o seis cabalgadas le pedí que saliese.

Se puso medi tumbada en el suelo, con un cojín debajo de su barriga. Su precioso culo me quedaba perfecto. Me perdí en aquella preciosidad comiéndomelo a besos y a mordiscos. Mi lengua se hacía polvo cada vez que paseaba por su ano.

Ella disfrutaba y se contorneaba.

Entonce le lubriqué un poco el culo, y a la carga. Aquello estaba estrecho, pero no excesivamente. Con ese culazo, es normal que todos los tios se lo quieran follar. Mi polla se perdió dentro suyo al segundo intento. Entonces me quedé quieto, para que Roger pudiese colaborar. Poco a poco hundió su polla dentro de mi. Me dejó un pequeño margen de movimiento para que fuese yo el que llevaba el ritmo. El culo de esa chica es para no olvidar.

Roger estaba muy incómodo con la postura, se le notaba. Así que se aparto, y yo, al darme cuenta hice lo mismo. 

Optamos por darle caña a Judith, pues era la auténtica protagonista. Nos quitamos los condones, y fuimos a buscar su boca. Menuda máquina de tia. Nos comía la polla a los dos, con unas ganas, que de no parar en poco rato, me hubiese corrido.

Me tumbé en el sofá, y Judith se sentó encima mio para metérsela por delante. Entonces con un dedo, le enseño el camino, que raudo y veloz espaviló para aprovechar. Ahora si estábamos cómodos los tres. 

Le dimos caña a Judith durante un buen rato, hasta que más o menos a la vez, nos corrímos.

Después de vestirnos y lavarnos, me dió per leer el móvil. Susana me decía: "nos hemos pegado un festival, pero queremos una de verdad" seguida de una foto de un vibrador.

Le expliqué a Roger, que me dijo que no estaba fino. 

Así que cogí su coche y me llevé yo a Judith a Barcelona. 

Por el camino, llamé a Susana, eran las 4 de la madrugada, pero estaba seguro que estarían despiertas.

-ya vuelves?-me preguntó Susana.

-si, vengo con Judith, que la llevaré a su casa y voy-le dije yo.

-muy bien, pués aquí estamos-me contestó. 

Seguímos los dos en silencio, a los dos minutos recibo un whastapp de Vanessa: "porque no te traes a la tal Judith a casa?"

Joder-pensé yo, ni en mis mejores sueños.

-las chicas, me preguntan si quieres venir a tomar la última a mi casa-le pregunté a Judith, que se quedó de piedra.

-que chicas, Susana y?

-Vanessa, y Mireia. Hacían su noche de chicas.

-y que hacen?

-normalmente beben, cenan, beben, hablan mucho, y casi siempre acaban en la cama. En mi casa es típico encontrarse vibradores por todas partes. 

-y te lo ha pedido Susana?

-no, Vanessa, que está con ella.

-bien bien, tiene buena pinta-dijo ella-a mi también me va todo. Podrás con cuatro chicas?

-NO, seguro que no, pero bueno, aprovecharé el momento, no tengas duda.

Soltó una sonrisa, y ya casi llegamos a mi casa. 

Al subir, el panorama era tremendo, las tres medio desnudas, y bastante colocadas. 

¿Te puedes imaginar lo que es llegar a casa y que tres bombones se levanten para darte un señor beso en los morros?

Si, me sentía el hombre más afortunado de la tierra.

Cogí a Judith de la mano, y levantándosela, dije:

-conoceis a esta preciosidad? Se llama Judith.

Susana se le acercó, y le plantó un beso en la boca. La chica no se sorpendió. Me dio en la nariz que no era la primera vez. Mireia y Vanessa fueron más correctas y le dieron dos besos. 

-venid conmigo-les dije. 

Me las llevé a las cuatro a la habitación, y les desnudé a Judith. Las tres se avalanzaron sobre ella. Ante tal panorama solo podía mirar y disfrutar. 

Susana y Mireia hacían un 69 y Vanessa tenía a Judith abrazándola por detrás, disfrutando de sus pechos y su coño depilado.

Judith me miraba a la cara y sonreía. 

Entonces se levantó, y me pidió que la acompañara al comedor. Los dos desnudos, nos fuimos al comedor ante la atenta mirada de Vanessa.

Judith abrió su bolso, y sacó una caja de pastillas azules.

-quieres una?-me preguntó-podrás estar follando hasta que te canses.

-y si me como dos?-le contesté yo cogíendole una pastilla de la mano, y tragándomela con un vaso de agua. 

Cuando llegué a la habitación, me volví a sentar, y esperar acontecimientos. Al poco rato, mi polla se puso dura que parecía que fuese a estallar. 

La primera en darse cuenta, fue Mireia, que se me acercó y me susurro al oído:

-jefe me vuelves a follar el culo?

Pobre culo. Le puse un poco de lubricante, y a cuatro patas. Le enseñé el capullo rojo oscuro, hinchadísimo. Le metí un poco la punta, y apreté, sin retroceder un milímetro volví a apretar. Se la metí toda a la primera. 

La follé durante un buen rato, mientras Susana la masturbaba. Cuando se había corrido, Vanessa me señalaba su culo, a cuatro patas. Susana se adelantó y empezó a comerle el ano, y yo mientras, me dediqué a masturbarme con las nalgas de Mireia que seguía gimiendo. 

Me follé a Vanessa igual de fuerte que ha Mireia, cuando llebávamos un rato, noté que me corría, asi que me acerqué a Mireia que seguia tumbada en la cama, y me corrí encima sus pechos. 

Susana se me puso encima, se metió mi polla en la boca, y en nada volvía a estar como antes. Se sentó ecima de mi, mientras Judith se calzó un arnés. 

Entonces puse a mi mujer a cuatro patas y empezé a follarla, al tiempo que Judith me follaba por detrás. Aquello era otro cantar. Las sensaciones de gustazo que me producia follarme a mi mujer, se agrandaban por la enculada con la que me obsequiaba Judith. 

Con Susana, estuve más rato, pero también se acabo corriendo, y yo cada vez estaba más cerca de correrme de nuevo. 

Judith recibía de Vanessa, que se había calzado un vibrador nuevo, que tenia hasta prepucio, sin circuncidar vamos.

Le acerqué mi polla, que desapareció dentro de sus carnosos labios.

Sin decirle nada a nadie, me tumbé en la cama, y abrí mis piernas, como esperando por arte de mágia una polla para mi. Vanessa cambió el abujero de Judith por el mio. 

-te quiero comer esa preciosidad de coño que tienes-le dije a Judith. Dicho y echo, se sentó encima de mi cara, y me follo la boca con aquella dulzura. Susana y Mireia me comian la polla a dos bocas, y Vanessa me follaba el culo. ¿Se puede pedir más?

Al final me acabé corriendo en la boca de las chicas. Lo curioso del caso, es que la tenia dura otra vez. 

Todo y con eso, las chicas dijeron basta, y me tocó vestirme para llevar a Judith y a Vanessa a su casa. Eran las 5.30 de la madrugada.

Llevámos primero a Vanessa, pues me venía de camino. 

Cuando estábamos cerca de casa de Judith le pregunté:

-has follado alguna vez en un 911?

-ella negó con la cabeza, y se subío la falda lo justo para dejar ver su tanga.

Paré el coche en el primer hueco que encontré. Me bajé y subí por su puerta. Cualquier otra cosa hubiese sido imposible. 

Le aparté el tanga, y le regalé una sublime comida de coño. Noté como se corría entre mis labios. 

Me bajé el pantalón corto, me enfundé un condón y se la metí hasta dentro. De rodillas en el suelo del coche, y ella bien espatarrada. 

Vimos pasar gente por la calle, pero nadie nos dijo ni mú. 

Tener aquella chica preciosa, con su falda por la cintura y el tanga apartado a un lado, o me la quitaré de la retina en años. Estuve un buen rato recreándome en mis movimientos, aprovechando la bendita pastilla, que no dejaba que se desempalmara de ningúna manera, aumentando y disminuyedo el ritmo, y sobretodo flipando con los gemidos que soltaba Judith. Pobre 911.

La follé durante un rato largo, hasta que, echo polvo, me volví a correr.

-bendita viagra-le dije.

-viva la viagra-contestó ella.

-joder, tengo que probarlo con la tropa. 

-jajajaja, te lo recomiendo si. Pero que no te folle el culo un tio con viagra, o te lo destrozará.

-ok. Tomo nota. 

Estuvimos hablando un rato debajo de su casa, de las movidas que soliamos montar entre el grupo. La tía flipaba. Me decía que un dia la llamase. Que ella era adicta al sexo también, y le encantaban las fiestas siempre que hubiese buen rollo. 

Ya se dispuso a bajar del coche.

-por cierto Judith, dime que te debo-le pregunté recordando a lo que ella se dedicaba.

-ya está-contestó ella-tu amigo ya ha pagado suficiente.

Yo creo que la útlima fase de la noche, la hizo porque quiso, ya que me extraña que Roger pagara algo que no tocaba.  

 

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