Esa es la tarea que nos invita la vida... la piel  llama y el instinto somete a este par de amantes para que liberen las fantasías y hagan realidad esas ganas locas de revolcarse en la cocina... en un sofá, en la cama o tras la puerta.

Es el viaje más inesperado y excitante en el que nos embarcamos... libres para ser el mi  Amo y yo, su sumisa esclava.

Quiero probar aquellos besos ocultos que muerden y derraman el deseo de tener sexo... pero no solo sexo… más bien de querernos en forma salvaje... sin mediar lo suave y dulce ...así … Él toma posesión de su territorio a la fuerza… obligándome a estar de rodillas... para disfrutarlo sin límites.

Tira de mi pelo, muerde la oreja y me susurra al oído con voz suave y profunda que ya es hora de pagar por los pecados... niña mala…¡¡ no tengas clemencia de mí, Amo mío!! brota de mi garganta un pequeño hilo de voz.

Con una mano tira de mi cabello…con la otra hurguetea entre mis piernas porque la humedad es evidente,  escucho en mi oído su respiración agitada y constante, sonido que me calienta hasta pedir en súplica que su pene sea el dueño, amo y señor de mi vagina.

Puede entrar y salir violentamente resbalando en los bordes sintiendo y gozando el deseo, el placer y la dureza de mi Amo, mientras tanto, mi clítoris erecto e hinchado por el roce hace que aumentan esas ganas locas e infinitas de correrme... entre mis ganas...entre sus besos, gimo, grito…  ¡¡ Exploto!!

Pero la aventura entre mis piernas aún no ha terminado, sin dejar que recupere el aliento, mi Amo baja nuevamente por mi vientre buscando con su lengua ese mágico botón, recorre mis labios mayores y menores hasta llegar a mi clítoris lamiéndolo y mordiéndolo, sacando gritos y gemidos de esos que al final hacen morder la almohada.

Con mi culo expuesto a sus deseos, el cual está listo y dispuesto a recibirlo nuevamente , lo acaricia suavemente y de pronto ¡¡ nalgadas !!, una ,otra y otra vez… sigue así hasta que le suplique que me penetre sin demoras... por donde mi Amo lo determine, por mi vagina, por mi ano o en mi boca, porque todo mi cuerpo sabe que donde el quiera mi placer será sin límites, donde dejaré hasta mi última gota de placer.

Pero el pide que lo monte y cabalgue sobre su pene, donde pueda ver mis ojos brillantes de pasión, donde pueda sentir el calor de mi vagina, para que él pueda gozar de mis pechos, con los pezones duros y erectos, para que los pueda morder, chupar, lamer y alimentar aún más sus ganas, para que los disfrute hasta el infinito.

Cabalgando y frotándonos salvajemente explota dentro de mi llenando con su deliciosa leche hasta lo más profundo de mi ser.

 Aún con la respiración entrecortada, pienso…”Amo, te deseo...con las hormonas revueltas... con el deseo atento...  siempre caliente y húmeda... tan húmeda que a través de este cauce solo puedo tener miles... de ultimas gotas.